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EL REY DE LOS ASESINOS 4 "SED DE SANGRE" por desire nemesis

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¿Y tú porque me sigues?—le preguntó el rey a Sakurazukamori que le seguía mientras corría por las escaleras para llegar a la azotea luego de bajar del elevador en el último piso.

 

No creas que me preocupas. Ese imbécil le disparó a mi cliente—respondió el otro pelinegro.

 

Ambos sonrieron.

 

 

 

 

 

 

 

 

Al salir por la puerta del edificio Sei vio a un tipo que con los brazos levantados en pose de pelea. Ambos supieron que solo era un obstáculo.

 

Yo me ocupo de este. Tú ve por ese tipo—le dijo Seichiro.

 

Con un salto y una finta el rey demostró ser superior a Hyoga.

 

Yo seré tu contendiente—dijo el otro pelinegro tomando desprevenido al Cisne.

 

¿Y tú quien coño eres?—preguntó el rubio.

 

Eso ya lo verás—dijo antes de lanzarle sus piernas con golpes certeros.

 

El combate era bastante igualado pero ese hombre tenía más experiencia comprendió el de ojos azules. Después de ver en su brazo con la manga desgarrada un tatuaje el de ojos negros se detuvo y lo miró a los ojos para preguntar de manera adusta--¿Eres un Yamitori, no es así?—

 

¿Sabes de nosotros?—preguntó receloso Hyoga—No sé quien seas pero ahora menos que menos te dejaré ir vivo. Prepárate para intentar matarme porque yo iré con todo—

 

No puedo hacer eso—dijo el ojinegro.

 

¿De que hablas?—preguntó el otro.

 

¿No lo sabes? Está prohibido que nos ataquemos—dijo el pelinegro levantándose la manga para dejar al descubierto su propio tatuaje del Yamitori.

 

Cisne quedó pasmado. El otro pertenecía también al clan--¿Quién eres?—preguntó.

 

Supongo que no tengo porqué ocultártelo, mi nombre es Seichiro Sakurazukamori—el pelinegro respondió y creyó que la cara del otro era porque pertenecía a la elite del clan pero en verdad…

 

“Es su hermano” pensó con asombro el rubio de los azares del destino. En cómo, sin proponérselo, esos dos se habían encontrado en el mismo lugar al mismo momento.

 

Supongo que no debería interferir pero ustedes hirieron a mi cliente—dijo el ojos negros acomodándose  las gafas—Y eso me pone de mal humor. Además no agradará al consejo—se refería al consejo del clan donde su padre era partícipe.

 

Lo siento, no teníamos forma de saberlo—se disculpó el rubio después de eso el mayor se encongió de hombros.

 

Supongo—dijo antes de volverse—Pero tengan cuidado, ese hombre es uno de los reyes de los asesinos. Lo lamento por ustedes. Parece que aún no han salido de la academia así que esto solo puede terminar mal pero no tiene nada que ver conmigo—

 

Hyoga de pronto sintió la desesperación del que sabe algo importante y se debate por decirlo--¡Espera!—le gritó pero el otro en lugar de detenerse solo siguió caminando y se despidió hacia atrás con la mano. Desde el punto de Sei todo estaba librado al destino.

 

Sei de pronto vio al rey de los asesinos volar hacia atrás llevado por una saeta agregada a una cadena que le cinchaba mientras se encontraba clavada en su espalda.

 

Se veía mal y mientras Joseph trataba de frenar su carrera y procesar lo que veía Sakurazukamori se preguntaba que clase de hombre era el que le había hecho eso a uno de los asesinos más fuertes que él conocía.

 

El rey se veía muy mal. Era como si hubiera recibido una golpiza enorme durante los segundos que no se habían visto.

 

Por fortuna logró desengancharse  del harpón de la cadena a tiempo para evitar una segunda que venía a por su cara, esta se enganchó en el pararrayos que Wheeler tenía detrás y giró en redondo rodeándola. Hades tiró de ella y esta estranguló el pararrayos quebrándolo con su gran fuerza pues resultaba una cosa enorme que enfocaba los relámpagos.

 

Allí ambos asesinos se dieron cuenta que el enemigo que el falso Jason estaba enfrentando era de una habilidad inusual y pasmosa. Pero Joey no iba a retirarse, tanto Renji como Seichiro se dieron cuenta de inmediato y el segundo optó por la mejor medida al correr hacia el rey para intentar frenarlo y sacarlo de ahí pero el peliverde se colocó en su camino.

 

Ambos se miraron silenciosamente por un momento—No es mi intención interferir con tu trabajo pero él y yo tenemos cuentas pendientes que son anteriores a las tuyas así que deberás esperar si vas a por él—dijo el pelinegro con la clara intención de ir hasta el dolorido y semiacostado Wheeler. Lo de las cuentas era del todo cierto. Sei planeaba llevar a cabo el pacto de aquel día. Nadie mataría al rey excepto él pero el de la máscara pretendió no darle paso.

 

 


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