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EL REY DE LOS ASESINOS 4 "SED DE SANGRE" por desire nemesis

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Notas del capitulo:

WARNING

LEMON

Al dejar de besarlo Sei le preguntó al de cara algo sorprendida--¿Es el primer beso que te da un hombre?—luego el más alto puso su boca junto a su oído y le murmuró—No pude evitarlo. Me gustas demasiado—eso mandó miles de corrientes eléctricas desde los transmisores del joven Su que miró alejarse la cara del otro mientras aquél se enderezaba. La cara de Seichiro no era de disculpa sino más bien la de un indisciplinado que disfruta viendo su fechoría.

 

Subaru no se sentía intimidado de ninguna manera porque ese hombre en verdad le gustaba. Había algo en él que le atraía como nunca antes hubiera sentido—Sé que  también te gusto—era evidente. Un hombre no puede ocultarlo fácilmente y su rubor lo hacía más evidente. La boca entreabierta era una invitación para el mayor que aceptó encantado.

 

Cuando vino el segundo beso fue más durarero, despacio sus bocas comenzaron a comunicarse con un lenguaje único y sensual, mientras las manos del mayor se cerraban para abrazar y atraer al cuerpo más frágil. Después de unos momentos Sakurazukamori buscó nuevos rumbos explorando el blanco cuello y experimentando el placer de oír los gorjeos de Subaru y que sus manos se apretaran contra el pecho del mayor para tratar de contener todo lo que su toque le producía. El menor temblaba de deseo y eso le satisfacía.

 

No te asustes. Te trataré con delicadeza. Ser tu primer hombre tal vez te atemo…—dijo el mayor.

 

¡No!—dijo despacio pero firmemente el menor y el otro temió que se hubiera atemorizado.

 

¿Deseas que pare justo ahora?—había un tono algo divertido en la voz de Sei como si disfrutara la idea de que el otro le temiera a su primer relación.

 

¡No es eso!—contestó despacio Sumeragi—Es que no eres el primero—confesó para ser sincero. Pensó que tal vez el otro dejaría de quererlo una vez que se enterara pero era lo mejor.

 

¡Vaya! Si eres un chico con experiencia y todo—le dijo el otro mientras desabrochaba sus botones—Pero eso no me importa. Te deseo a ti. Me gustan los pasteles sencillos—le reveló haciendo referencia sin dudas a que lo de la virginidad de Subaru solo era la frutilla sobre el pastel.

 

Mientras la boca de Seichiro recorría la piel recién descubierta del pecho de Su este comenzó a recordar su pasado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Su primer hombre fue un profesor de matemáticas del instituto que se aprovechaba de los alumnos sumisos. Él jamás contó nada por miedo a que los demás lo trataran diferente. Era un niño de doce años.

 

Eso hizo que no le gustara mucho el contacto entre hombres. Si hubiera sido solo por ese incidente, el joven Sumeragi, no hubiera terminado en los brazos de Seichiro.

 

Pero tenía un amigo desde la escuela, y para su felicidad ese amigo no solo hizo también la secundaria con él sino que como él pretendía ser médico.

 

Fue un día en la universidad cuando todo cambió. Ieiasu iba mal en sus notas pero eso no le importaba tanto como su falta de talento para conseguir chicas en la universidad. Había sido siempre un chico muy popular pero resultaba que allí Subaru tenía mucho más arrastre que él, lo que le tenía confundido y algo enojado pero no con su amigo sino con las chicas.

 

Una noche ambos fueron a una fiesta en el bosque e Ieiasu tomó de más.

 

¡No lo entiendo!—repetía tomándose la cabeza--¿Acaso soy mal parecido?—el otro negó con la cabeza sintiéndose mal por su amigo--¿Entonces…? ¿Por qué las chicas te prefieren? Si, eres lindo…--dijo acercando su cara media bizca por la poca luz y el alcohol y tomándole la mejilla con la mano—Pero rayos, si no te conociera bien podría pensar que eres una nena. ¿Una nena? Jajaja. ¿Has visto que gracioso? ¡Tú una nena!—pero cuanto más se reía más le surgía la curiosidad y se fue acercando, lo besó, lo empujó y comenzó a desvestirlo.

 

 Por un momento el otro pensó en detenerle pero no le repugnaba como a otros, y aunque intentó razonar con él su amigo estaba experimentando con su deseo tanto tiempo contenido por calor humano, cualquier calor.

 

Al otro día cuando despertó su amigo no estaba. Lo había dejado tendido sobre la hierba mojada y sus ropas revueltas y desparramadas a su alrededor. Los otros seguían durmiendo inmersos en sus prósperas resacas y él se levantó titubeante y sorprendido de cuan poco estaba afectado.

 

En la universidad su amigo comenzó a rehuirle y fue así que Subaru perdió al único amigo que tenía porque el otro sentía vergüenza de lo que habían hecho.

 

Tiempo después sus padres murieron y no pudiendo pagar su colegiatura hubo de irse. Al tiempo las deudas eran tan grandes que su trabajo de repartidor no le daba para pagarlas y perdió la casa por no poder con la hipoteca.

 

Luego quedó en la calle y un día mientras se guarecía de la lluvia un panfleto de reclutamiento llegó a sus pies como una señal. Se enlistó al día siguiente y allí conoció a Renji. El sargento instructor Abarai, quien se paseaba con su katana y con ínfulas de samurái.

 

Después de la instrucción les tocó irse al golfo y Renji Abarai se fue con ellos.


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