Sabe… cuando yo conocí a Wheeler intentamos matarnos mutuamente—reveló el asesino a Kaiba y los demás en el bote transbordador del clan—De hecho ese es el hecho que me puso en la búsqueda de su asesino en primer lugar—
¿De qué habla?—dijo el castaño parte de la audiencia cautivada.
Yo prometí que seré el hombre que lo venza y hasta que ese día llegue no me gustaría que nadie más lo haga. Así que creo que nuestras relaciones con él empezaron de la misma manera—contestó el de lentes.
¡Se equivoca! Yo siempre le vencí—dijo con desdén el CEO.
Veo que para ser un genio usted es un poco lento—dijo el mayor.
¿Cómo se atr…?—se molestó con él, Kaiba.
Dije que empezaron de la misma manera, no que desde la misma posición. Para mí se hizo evidente luego de ver dos de sus duelos que Wheeler le respetaba mucho—dijo para sorpresa de todos Sakurazukamori.
¿De que…?—preguntó el ojos azules.
Era evidente. La forma en como intentaba llamar su atención fastidiándolo y lo importante que era para él vencerlo. El ansiaba más que nada su reconocimiento y en algún punto tal vez lo obtuvo—dijo el de ojos negros al ojiazulado mientras este incómodo esquivaba mirarle. ¿Adonde quería llegar el otro con todo eso? Se preguntaba Seto—Es por eso quizás que es entendible todo su esfuerzo por salvarle la vida y lo molesto que estuvo porque fuera tan gravemente herido. Tan molesto que se fue al mismo corazón del Yamitori para darle una paliza al culpable—
Todos se lo quedaron mirando.
¿Qué dices?—preguntó Renji.
Antes de que llegaran Wheeler retó a un combate a Hades y le venció—dijo el asesino.
Es lo lógico—dijo como hastiado Seto, creía natural que el otro lo hubiera hecho.
Lo extraño es que dijo que no era culpa de Hades sino suya el que usted estuviera herido—dijo el ojinegro y los ojos azules lo enfocaron de perfil con interés—Es extraño que cuando usted viene por él, Wheeler le rechace—dijo como si fuera un pensamiento que recién se le ocurriera pero que no pretendía engañar a nadie.
¡Dí la verdad de una puñetera vez! ¿A que rayos viene todo esto!—exclamó Abarai fuera de sí.
¿De qué está tratando de mantenerme a salvo?—preguntó Seto—Dímelo de una vez que no quiero pasar el día con adivinanzas. Él me dijo que le ofrecieron ser parte del negocio y que él aceptó porque le aliviaba el trabajo—la sonrisa del de lentes le dijo que había sido muy inocente creyendo eso--¿De qué se trata?—dijo subrayando las palabras el CEO.
Es cierto. Le ofrecieron ser parte, también es cierto que le alivia parte del trabajo, también es cierto que no tenía muchas alternativas dado quien es él—dijo el repatingado en la baranda.
Entonces Seto empezó a comprender—Lo chantajean con revelar que está vivo—
El otro asintió mientras daba una calada al cigarrillo que recién había encendido, luego ladeó la cabeza mirándolo a los ojos y preguntó--¿Sabe señor Kaiba por qué estoy aquí?—
¿De qué hablas? Tu dijiste que habías terminado y que…--dijo el tatuado mientras Seto no alcanzaba a comprender a donde iba el otro. Quizás habían mandado a matarlo para que no se esparcieran los secretos del Yamitori, sintió algo de recelo.
Fue la voz de Subaru la que develó el secreto—Garantizaron la seguridad del señor Kaiba—
Los tres miraron al joven que miraba a Sei buscando en sus ojos oscuros la confirmación.
Como he dicho antes eres muy perceptivo—exclamó el asesino.
Entonces Seto entendió las duras palabras del otro. Lo estaba protegiendo apartándolo y asegurándose que no interfiriera. Había hipotecado su futuro por la seguridad de él. Su puño se cerró con fuerza mientras pensaba improperios y ansiaba, de alguna manera, rescatarlo.
No se ponga ansioso, señor Kaiba. Algo me dice que Wheeler no es un animal que disfrute estando encerrado—dijo Sei.
Y usted está entre nosotros también para que si él se escapa yo pague las consecuencias—dedujo el ojos azules y Subaru sintió la opresión de esas palabras. ¿Sería que el otro llegado el caso…?
En teoría—respondió el de lentes.
¿Cómo que en teoría?—preguntó el tatuado con la mano en la empuñadura de su espada y en posición de ataque.
¿Acaso no recuerdan mi promesa?—preguntó Sakurazukamori.