Deseo hablar nuevamente con Hades—dijo el rubio ante el consejo.
¿Para qué?—preguntó el regidor del consejo.
Quiero saber como quedó después de nuestro último combate—contestó Wheeler.
Está bien—aseguró otro miembro del consejo, un hombre alto, de pelo negro y sienes canosas que usaban lentes y que se le hizo muy parecido a Sakurazukamori por su aspecto.
Usted es el padre de Seichiro Sakurazukamori—dijo Joey en el acto y al ver la mirada sorprendida e intensa del otro que demoró mucho menos de un segundo, el ojos mieles supo que estaba en lo cierto—Lo que yo quiero saber no es si está bien físicamente. Detecto que ese tipo sufre alguna suerte de enfermedad mental. Quiero saber si asume que perdió o cree que de algún modo mi victoria es injusta—
No veo porque debiera alterarlo tal cosa—dijo el otro.
Tal vez no lo sepa, pero me gusta asegurarme de que clase de enemigos me creo—dijo el rey.
Le aseguro que mientras esté con nosotros ningún miembro del clan…--dijo el pelado.
Sus leyes no se aplican a Hades. Todos saben bien que es una persona… digamos sorprendente. Quiero saber que piensa—dijo el asesino.
¿Y que le hace pensar que será sincero con usted?—preguntó Tochiro Sakurazukamori.
Lo que importa no es lo que me dirá, sino como lo diga. Es por eso que me importa verlo a los ojos—le contestó el rubio.
Bajo la brillante luz del sol, Shun disfrutaba de la paz de su jardín mientras bebía su taza de té verde y oía los murmullos de voces lejanas tras los muros de su resguardada cárcel.
Un inesperado invitado penetró en su sagrado espacio para su disgusto pero nada en él demostró que sintiera ansiedad. Los años pasados en aislamiento casi total le habían degradado la capacidad de demostrar emociones que antes poseía.
¿A qué has venido?—preguntó el ojos verdes. En su solitaria vida solo tenía contacto con sus senseis, que eran duros y le veían siempre con desagrado y sospecha por lo que empezó a tutear a todo mundo, no importaba su rango, para molestarlos de la única manera que podía.
Veo que tus heridas han mejorado—dijo el otro sentándose ante él con desparpajo aunque sus ojos estaban atentos a cada movimiento del otro pues recordaba bien sus intentos de asesinato.
Puedes relajarte. Me han ordenado que no te asesine—dijo el peliverde al notar su precaución.
¿Y tú siempre haces lo que te ordenan?—preguntó el melado.
Hades sonrió y le miró de cierta manera—A veces—fue su respuesta—En cuanto a mis heridas puedes ver que ya me muevo con normalidad—le dijo mientras movía su brazo libremente.
Eso es algo que me alegra—exclamó Wheeler.
No veo porqué—dijo el ojiverde algo curioso por la exclamación de su rival.
Me han encomendado una misión…—dijo Joseph mientras se servía el té de la tetera dispuesta en unas piedras calientes que la mantenían a buena temperatura y luego tomaba un sorbo antes de continuar--…y tengo intenciones de llevarte conmigo—
¿Por qué harías tal cosa?—preguntó el ojos verdes perplejo ante tal revelación.
¿Estás diciendo que no te gustaría volver a salir de tu prisión?—preguntó el otro displicentemente y alertando los sentidos de Shun—Supongo que no mucha gente ha hecho algo por ti desde que te encerraron. Es lógico que desconfíes de mí—dijo el rubio mirando en derredor. Era una clara señal para el ninja. Joseph también era consciente de que oídos monitores les escuchaban con atención—Pero debemos dejar atrás nuestros resquemores. ¿Quieres hacer equipo conmigo?—preguntó después extendiendo una mano hacia él.
¡Inconcebible!—fue lo que dijo el regidor del consejo a la petición de Wheeler—No entiendo como pudo ocurrírsele la locura…--
¿No dijo que no tendría problemas con él? ¿Duda de su dominio sobre él, consejero?—le interrumpió el asesino con ironía en la voz y mirada retadora, acompañada de una burlona sonrisa. Ambos sabían que si el otro lo admitía sería una muestra de debilidad por parte del clan que no podía permitirse.
Frustrado, el pelado le preguntó--¿Por qué le quiere a él precisamente? Creí que sospechaba de él—
Sin duda es una persona muy valiosa para este trabajo y me gustaría apoyarme en sus habilidades. Por otro lado ustedes aseguraron que podría elegir a quien quisiese para que trabajara conmigo—contestó Joseph.
Eso le dijimos aunque no pensamos jamás que le elegiría. Además usted nos mintió. Nos aseguró otra cosa como motivo de su visita—dijo el viejo.
Mentira es una palabra muy fuerte consejero. Yo más bien tomé una decisión un tanto impulsiva, lo admito, pero fundada en todo mi conocimiento sobre el sujeto—contestó Wheeler.
Todos sabían la maraña que el otro estaba tejiendo pero nadie tenía bases sólidas para no permitir que Hades saliera en una misión con, quizás, el más calificado contendiente que podría tener. Además no dudaban de las serias intenciones del otro de llevar a cabo el trabajo.
Muy bien pero Cisne va a acompañarlos—dijo el pelado.
¿No confía en mí, señor consejero?—preguntó el rubio con fingida cara de desconcierto que no planeaba engañar a nadie.
No es por usted. Hades desobedeció en la misión anterior y es nuestro protocolo que un miembro del clan le vigile—dijo el viejo.
¿Y qué soy yo?—preguntó con insolencia el melado.
Usted es un profesional—dijo el consejero, después de un momento incómodo en que sus miradas se cruzaron—Estará para asegurar el éxito de la misión, señor Wheeler. Además usted mismo lo eligió como compañero hace poco—añadió molesto y hallando en eso un poco de retribución.