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EL REY DE LOS ASESINOS 4 "SED DE SANGRE" por desire nemesis

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Shun tenía de nuevo visita, aunque no era la misma persona que en la mañana. Miraba por la ventana el jardín en el ocaso con ambos brazos apoyados en el quicio de madera.

 

No confío en ese tipo. ¿Para qué te quiere de compañero? ¡Piénsalo bien! Quizás quiere vengarse aún por lo que le hiciste a ese tal Kaiba y para eso quiere que salgas del campamento—dijo Cisne a sus espaldas mientras el rostro del peliverde solo mostraba contemplación por el paisaje. Al ver que el otro no contestaba, Hyoga le gritó exasperado--¿Me estás escuchando?—

 

De haberlo querido lo habría logrado en nuestro combate de hace dos días—razonó su compañero.

 

¿En serio? Si lo hubiera hecho el clan hubiera desconfiado de él y eliminado en seguida—le contestó el otro.

 

¿Piensas que haciéndolo fuera se sentiría más seguro?—preguntó Sakurazukamori.

 

¡Pues claro!—dijo como si fuera la cosa más obvia el rubio.

 

Pues en ese caso le espera una sorpresa—dijo el peliverde con una ancha sonrisa.

 

Con sospecha el otro preguntó--¿A qué te refieres?—

 

A que el consejo me ordenó que perdiera esa pelea. Querían aumentar su confianza en nosotros y su autoestima a la vez que le evaluaban—reveló el otro para sorpresa del ojos azules—Así que como verás yo no me encuentro ante ninguna desventaja si él piensa arreglar las cosas afuera—decía eso pero en su interior sabía que aunque planeaba actuar de tal modo, ese día, intentó de verdad matarlo cuando se sintió humillado y sorprendido por su arrojo cuando lo tenía de rodillas y salió disparado en su pos. Joey Wheeler era alguien de cuidado. Alguien muy interesante. Una persona de la que podría aprender algunos trucos si tenía tiempo, claro está.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ni bien dejaron al señor Kaiba en su mansión Renji dijo a Subaru--¡Bien! ¡Nos vamos!—

 

¿De qué…?—preguntó estupefacto el más joven.

 

¿Qué creíste que pasaría? Kaiba tiene a uno de los asesinos más reconocidos cuidándolo. ¿Para que nos necesitaría? Además estar junto a él solo nos traerá problemas. Mira por todo lo que hemos pasado. Nuestro contrato era para matar a un tipo que de plano ya está muerto así que tomemos nuestras pertenencias y vayámonos—dijo el pelirrojo mientras al otro lo inundaba una terrible desazón--¿Qué razón tendríamos para quedarnos?—al pelinegro se le ocurrió una que no podía declarar.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Kaiba entraba a la mansión ajeno a la discusión, solo pensando en las palabras de Sakurazukamori que le conmocionaran tanto. No temía por Joey en condiciones normales pero el otro daba a entender que lo estaban aprisionando utilizando su persona y que en el caso de que se apareciera para rescatarlo el otro lo usaría como rehén para liquidarle. La idea no era original pero Seichiro Sakurazukamori tenía muchas más posibilidades de éxito que Michaels. Además Seto recordaba que el inglés había estado a punto de lograr su objetivo.

 

La sangre se le helaba y a la vez se sentía furioso, consigo mismo por haber caído en los ardides del otro. Por haber creído en su farsa.

 

En verdad el otro lo amaba si se sacrificaba de esa manera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Seichiro desde el vano de la puerta mientras el castaño entraba, miraba, apoyado con la espalda en el marco, la discusión que bajo los escalones se estaba desarrollando con más interés del que su posición demostraba.

 

¿Cómo se resolvería el asunto?

 

Le intrigaba y le interesaba. Porque en parte… era parte de tal discusión.

 

 

 

 

 

 

 

¡Lo siento Abarai sama pero yo no iré contigo!—se atrevió a decir el chico que desde hacía tres años acompañaba a donde fuere al ex sargento.

 

Seichiro desde su posición sonrió al ver esa pequeña muestra de rebeldía porque sabía que el causante de esta no era otro sino él.

 

¿Qué diablos estás diciendo?—preguntó el estupefacto tatuado.

 

Lo siento, Abarai sama—repitió el muchacho entre inclinaciones—Pero no puedo dejar esto atrás. Me preguntaría siempre, si esto termina mal, sino pude hacer nada al respecto—le aclaró el pelinegro sorprendiendo a sus dos oyentes.

 

“Así que el muchacho es un romántico después de todo” pensó el asesino mirándolo con una pequeña sonrisa y otros ojos.

 

¿Qué te pasa por la cabeza? ¿Acaso has visto demasiadas telenovelas o qué? Esto es la vida real Sumeragi. Nadie te va a agradecer si te matan porque fuiste un insensato. No van a pagarnos por esto así que si te quedas tendrás que asumir todo tú solo porque yo me voy. No voy a apañarte en tus locuras solo porque eres demasiado altruista para darte cuenta que esto es una insensatez—le dijo con un dedo acusador el tatuado.

 

Estoy preparado para asumir las consecuencias de mis decisiones, Abarai dono—respondió entre reverencias Su—Agradezco su preocupación por mi bienestar pero es hora de que salga de su cobijo para defender algo en lo que creo—aseguró el muchacho antes de subir por las escaleras de mármol de frente al edificio.

 

¿Y tú no dirás nada?—preguntó Renji a Sakurazukamori y Subaru desde donde iba le miró mientras detenía su marcha expectante.

 

¡Bienvenido!—le dijo alegre el mayor pelinegro al menor, dejando de una pieza al pelirrojo.


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