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EL REY DE LOS ASESINOS 4 "SED DE SANGRE" por desire nemesis

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Jason Michaels aceptó el contrato. Se trataba de matar a un empresario japonés que había logrado pruebas importantes contra otro y le chantajeaba.

 

Le habían especificado como matar al tipo. Querían que fuera en su edificio pero no por un francotirador. Su contratante quería que fuera cara a cara pues así un mensaje quedaría de boca en boca.

 

Entró utilizando un disfraz de hombre de la limpieza, después de todo era hombre de muchos recursos. Debía ir a la tercera planta por lo que tomó el ascensor con su carrito y se puso a aspirar llegado al piso para verlo todo. Estaba desierto como le habían dicho. Solo quedaba la oficina del sujeto.

 

Estaba por llegar a ella cuando un hombre que estaba escondido tras un biombo separador de cubículos y le atacó. El asesino sabía muy bien como defenderse pero ese tipo era una clase de experto.

 

Intentó golpearlo con un brazo pero el otro lo detuvo y el utilizó el brazo de la aspiradora acompañado de la manguera que desactivo del aparato. El otro tenía una navaja pero aún con toda su astucia no podía atacar de manera eficiente al rey.

 

El pelinegro se defendió de una manera magistral utilizando todo el arte del que era capaz un asesino tan profesional y eficiente. Michaels se mantuvo a cierta distancia y evadió con maestría sus ataques.

 

El otro se fue poniendo más y más tenso producto de su nerviosismo por ganar mientras el ojos rojos mantenía su sangre fría. Un golpe a la cara fue desviado por una pierna zagas y luego de dar una vuelta con la misma pierna golpeó las de su enemigo haciendo que perdiera el equilibrio. Luego lo golpeó con la otra pierna en la cabeza haciendo que esta se estrellara contra el suelo.

 

El otro se arrolló sobre si y saltó sobre su espalda para quedar parado detrás de donde estuviera su cabeza. Los dos se miraron en posición de alertas por unos instantes, calibrándose mutuamente, tratando de planear la más efectiva de las estrategias para vencer a su oponente y tratando de adivinar las contramedidas que este adoptaría para estar listo para todos los movimientos de su adversario.

 

Jason con una mano enfrente y otra a su lado pero justo atrás de su figura pues estaba de perfil. Su enemigo de frente una mano delante del pecho y otra en su cadera.

 

La mano de delante del enemigo del nuevo rey salió disparada buscando entre otras cosas el tabique nasal de su presa mientras la mano trasera del otro ascendía con rapidez para interceptarla mientras la de adelante asestaba con la palma en el torax, debajo de la tercera costilla lugar primordial del corazón.

 

El malherido contrincante ya que un golpe en esa zona era aplastante se bamboleó para atrás en busca de un inexistente apoyo y el rey deslizando su pierna derecha para lograr un plié por el que quedó su cabeza debajo de la cintura de su enemigo para luego golpear con el puño cerrado un punto no vital muy doloroso que derribó a otro sin dudas tomándolo desprevenido.

 

El otro levantaba la cabeza cuando una mano fuerte y despiadada bajó una fina navaja clavándola justo al lado de ella. El enemigo del rey detuvo todo movimiento.

 

¿Sabes porque aún vives?—preguntó el asesino a su rival.

 

El otro asintió con su orgullo aún sin desaparecer—Pero no te servirá de nada. No sé quien me contrató—

 

Tienes agallas—le dijo el ojos rojos a su enemigo—Sabes que al decir eso no me sirves de nada y tu muerte está garantizada—

 

Es parte del trabajo. ¿No es así? Un asesino sabe que es un riesgo desde el principio. Sino está en el lugar equivocado—

 

El pelinegro achicó los ojos solo un poco bajo su gorra de hombre de la limpieza mientras estaba en cuclillas sobre su presa. De pronto se levantó y le dio la espalda para irse.

 

¿Puedo preguntarte que haces?—le preguntó el derrotado desde el suelo.

 

Por desgracia eres de esos hombres que no me desagradan. Conserva tu vida. Ya veremos más adelante—dijo el rey.

 

¿No temes que te tenga una sorpresita preparada?—preguntó el del suelo y el otro miró al techo rascándose la barbilla.

 

Si lo hubieras hecho no me lo dirías.  Y sé que no hay nadie más aquí—dijo el asesino principal.

 

¿Cómo sabes eso?—preguntó sorprendido el otro.

 

¡Tú eres como yo! Un lobo solitario—dijo el anterior mientras retomaba su camino.

 

¡Oye!—lo llamó el secundario y el primario se volteó—Te diré solo esto. La persona que está tras de ti está dispuesta a todo para matarte—

 

Gracias—tan solo respondió Michaels antes de desaparecer.


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