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EL REY DE LOS ASESINOS 4 "SED DE SANGRE" por desire nemesis

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¡No! ¡No lo está!—dijo el empresario y corrió hasta la cómoda la cual retiró de la pared. Había un poco visible cuadrado que Seto golpeó con el puño. La madera se abrió en un pequeño panel en el que Kaiba digitó unos números mientras decía--Cuando empezaron los intentos de asesinato en mi contra hice construir una habitación del pánico—

 

¿Y tú?—preguntó el joven y el otro se detuvo de digitar con una expresión nostálgica y un regusto amargo. Su entendió. Al otro únicamente le había preocupado su hermano. Incluso más que si mismo y entonces descubrió que el millonario era una mejor persona de lo que había pensado. La preocupación del otro por su hermano era normal en la situación presente, pero… ¡Ese nivel de sacrificio casi paternal? Recordó las palabras de su hermano cuando llegaron y entendió la desazón en el corazón herido del castaño.

 

Una puerta de montacargas se abrió y ambos entraron en sucesión por un pequeño pasadizo que los llevó al cuarto donde alguien esperaba sentado en medio de una habitación alfombrada. Contaba con un sistema cerrado de cámaras y con un teléfono que la persona estaba utilizando en ese momento.

 

¡No, no lo hagas!—dijo el ojos azules tirándose encima del usuario, su hermano. Dejando estupefacto al ojos negros. Hasta hace un momento pensaba que el otro se preocupaba por el menor en cambio ahora parecía furioso. Arrebató el aparato del otro pelinegro de un manotazo y este se estrelló con estrépito contra la pared.

 

¡Vaya! ¡Arruinas mi diversión!—dijo el más bajo mirando con odio a su hermano.

 

¿De qué…?—preguntó Subaru.

 

¿De qué se perdía?

 

Esta rata esta tratando de llamar a la policía. Sabe que si encuentran a Joseph aquí le detendrán y a mí por encubrimiento—le explicó el mayor.

 

¿Pero por qué espero hasta ahora? El combate empezó hace rato. ¿Por qué él?—preguntó Sumeragi.

 

Por si acaso—contestó el castaño.

 

¿Por si acaso?—preguntó el otro sin comprender mientras los hermanos se miraban uno al otro.

 

Tal vez alguien podía matarme antes—respondió Seto con amargura. La revelación paralizó el corazón del ojos negros. Era tan despiadada.

 

¡No soy tan afortunado!—dijo el menor encogiéndose de hombros como si solo hubiera perdido en un juego de naipes.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

15 más completaron la intrusión pero eso no importaba. Con la clase de hombres con los que se encontraron era como si hubiera ido solo uno.

 

Renji en medio del terreno del jardín se rascó la cabeza luego de enfundar su Mäuser y preguntó--¿Y ahora quién diablos limpiará esto?—

 

Los cuerpos yacían por doquier. Muertos de innumerables formas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Después de arreglar el desastre gracias a las artimañas de Joey y compañía pues enviaron una gran caja a Nueva Deli donde un conocido del rey la desaparecería en un montón de papeleo aduanero y para cuando la encontraran nadie sabría su procedencia, se sentaron juntos en la sala de reuniones de la mansión iluminados con poca luz. Moki por supuesto estaba en su habitación.

 

¿Y ahora que pasará?—preguntó el castaño.

 

Enviarán una ola más. De hombres más fuertes—dijo Seichiro—Si eso no funciona tal vez nos ofrezcan lo que creen un trato justo junto con una trampa que tal vez demoren para que estemos relajados o desunidos para entonces—

 

¿Concuerdo!—dijo Wheeler quién tenía la boca sobre su mano, más precisamente sobre su índice mientras calculaba mentalmente posibilidades y estrategias, se dijo Kaiba         quien no le quitaba la vista de encima.

 

Los melados ojos salieron de su directa mirada a la nada para enfocarse en los suyos, los mares estaban preocupados porque los mieles lo estaban.

 

El perro sonrió de lado y le dijo al empresario—Aún no es para hacerse en los pantalones, fresita—

 

Odiaba que lo llamara así pero sabía que con eso solo intentaba distraerlo y mientras Renji los miraba a ambos como si estuvieran locos, Seichiro no le quitaba los ojos de encima al tipo sentado junto a su hermano con disgusto en la mirada.

 

¿Y tú por qué me miras así?—preguntó Hyoga un rato después de soportar esa mirada asesina sobre él.

 

¿Qué? ¿No es obvio?—preguntó el peliverde lo más relajado.

 

¿Obvio?—preguntó el rubio--¡Dime porqué!—demandó luego sin entender.

 

¡Lo suponía! Hay veces en las que eres algo lento—dijo con desdén el ojijade. El otro lo miró con una mezcla de desconcierto y enojo--¿No recuerdas donde lo encontramos antes de la pelea?—agregó Shun.

 

Y entonces Hyoga recordó la cara de esos dos cuando salió de la habitación…

 

Eso me hace preguntarme por qué ambos estaban de interiores correteando por mi casa—dijo el castaño.

 

Renji se puso colorado al recordar aquello y justo entonces a Subaru se le ocurre verlo así y preguntarle—Abarai dono. ¿Sabe usted algo?—

 

¿Cómo mirarlo a los ojos? Se preguntó el tatuado que se quería esconder bajo tierra por lo que sabía.

 

Eso no es de ninguna relevancia—dijo el calmo Sakurazukamori menor.

 

¿En serio?—preguntó el mayor--¿No te preocupa tu amigo?—preguntó enfatizando en “amigo” como si hablara de algo más pero sin darlo a entender para los que no sabían la historia.

 

No. Es problema de Wheeler. Después de todo esta es su cruzada y él está aquí ayudándole a él. Si lo perdemos puedo conseguirme a otro—contestó el peliverde de lo más relajado.

 

Hasta la última oración pocos entendían de lo que hablaba pero con ella… pues ninguno de los presentes era retardado y dos más dos pues… siguen siendo cuatro.

 

¡Rayos! ¡Más líos de pantalones!—exclamó el pelirrojo viéndose venir una entre el hermano celoso y el cuñado malogrado—Subaru chan, debemos de alejarnos de esta gente antes de que nos metan en algo así—dijo con verdadera preocupación lo que divirtió al de lentes e incomodó al otro pelinegro.


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