Pues lo primero será liberarla—dijo el rubio como si hablara de las cuestiones a tratar en una reunión de consejo.
Me temo que eso no será tan fácil—dijo Torachiro mientras el rey miraba su reloj de muñeca causando curiosidad en sus compañeros y en su enemigo.
¿Les entregó el paquete de papas, no es así?—preguntó el ojos mieles.
Ya le dije que tenemos la información que usted tenía de nosotros para liberar. Fue muy fácil encontrar a esa mujer pues habían tenido contacto con anterio…--dijo el consejero del clan.
Deje la perorata o se le va a acabar el tiempo—dijo el melado. El otro se puso en guardia mientras los otros se preguntaban de qué hablaban ahora. Renji no sabía mucho a estas alturas—Ha oído que una manzana podrida pudre todo el cajón. ¿No es cierto?—Shun disfrutaba ahora de cierto placer al ver su tan seguro padre dudando en la incertidumbre—Pues un gusanito es el responsable. ¿No entiende? Pues lo que sucede es que ese paquetito llamado “paquete de papas” traía un regalito sorpresa. Némesis accedió desde su central. ¿No es así?—preguntó Wheeler después de explicar—Bueno al darle sus archivos pues les dio también un pequeño gusanito que al activarse hace que todas sus cuentas sean vaciadas, además de todas a las que hayan tenido acceso, como la de sus clientes. A menos que les pagaran de una cuenta abierta en persona con un capital neto lo que es muy difícil en estos días en que todos confían en la tecnología—dijo el feliz asesino—Así que a menos que hagan lo que les diga estarán en bancarrota y mucha gente los buscará pues ese pequeño tiene una firma fácil de perseguir. Sus amigos estarán muy molestos con ustedes, nadie quiere a quien le roba. ¿No es así? Este proceso tiene un tiempo de finalización de prerrogativas. Si no se aborta antes de eso el mismo sistema hace imposible que todo vuelva al estado inicial. ¿Fascinante no?—finalizó.
¡No entiendo! ¿A quien tienen?—preguntó Renji a punto de estallar por ser dejado de lado.
A mi hacker es muy buena—se satisfizo el rubio.
¿Y a quién más?—preguntó ahora el pelirrojo.
La obligaremos a decirnos…--decía Torachiro.
Lamentablemente eso me toca a mí. Solo yo conozco el código de desactivación y tiene una protección contra hackers que hace que si intentan violar el código la información de cierto clan sea enviada a importantes periódicos de todo el mundo. ¿Le parece prudente intentarlo? ¿No quiere consultar con su consejo antes? Tiene media hora para hacerlo o se quedará sin capital—le anunció el rey.
Los Sakurazukamori estaban muy impresionados. No solo había anticipado lo que el clan intentaría sino que había tomado las contramedidas más excepcionales jamás pensadas. Joseph Wheeler era un enemigo temible.
Torachiro apretó los puños lívido de la ira.
¿Pero quien es la otra…?—preguntaba el pelirrojo.
La hermana de Wheeler. Serenity Wheeler—le contestó Seichiro quien conocía de memoria la debilidad del melado y entonces todos entendieron lo que estaba en la mesa, tanto sus vidas como las de las conocidas del rubio.
Los Yamitori escondidos en el lugar solo esperaban la señal para atacar que nunca llegaría.
Subaru y Seto estaban heridos, no de gravedad pero se encontraban de rodillas en el suelo. Uno esperando atacar y el otro en la retaguardia temiendo que no podrían contra el nuevo enemigo. Hyoga a su lado estaba igual de herido pero para él las cosas eran del todo distintas.
Shaka los miraba desde una distancia de varios pasos. De no ser por Subaru los demás ya estarían muertos pero solo él no podía con un contrincante semejante. Hyoga aún seguía dudando. Se había defendido pero sabía que no tenía posibilidades reales de ganar un combate contra su hermano.
Shaka le habló—Te daré la oportunidad de volver si es que quieres. Sólo déjalos y ven a mi lado—
El rubio pareció pensarlo un momento y luego se levantó mientras la mirada de Seto le llamaba traidor y la de Subaru era de sorpresa.
Cisne caminó hasta su hermano y un poco más allá no hablando con él ni mirando hacia los camaradas que dejó atrás.
¡Has hecho lo correcto!—le dijo el de pelo largo. De pronto presintió algo y reaccionó un poco demasiado tarde.
Sumeragi y Kaiba observaron sorprendidos como el rubio pelicorto con un simple movimiento clavaba un kunai en la espalda de su hermano.
Por desgracia la reacción de Shaka provocó que este le clavara uno en la garganta a la altura de la yugular y después de un momento de mirarse a los ojos ambos cayeron al piso.
¿Qué has hecho?—le preguntó Subaru después de correr hasta el caído.
¡Dile a Shun…!—dijo el herido de muerte antes de que Sumeragi se acercara para que el otro le susurrara al oído el final de la oración.
¿Qué te dijo?—preguntó el CEO al pelinegro.
¡Adiós! Eso quiere que le diga—dijo el muchacho.