¿Hay algo que quieras preguntar?—preguntó el asesino.
Esto… ¿Por qué usted se convirtió en asesino?—quiso saber el joven.
Debe intrigarte. Después de todo los que estudian medicina quieren salvar vidas. Yo soy el antónimo de ustedes—dijo el mayor con una semi sonrisa. Miró por la ventanilla.
Deja Subaru. No va a decirte. Ese tipo es una tapia—dijo Abarai.
¿Sabes que meterse en conversaciones de terceros es mala educación enano, no es así?—preguntó Sakurazukamori.
Enano será tu hermana—dijo el pelirrojo enojado.
A unos metros el jefe se sentía también molesto y no solo era por el comportamiento infantil del grupo que había contratado. Es que esas peleas le llevaban inevitablemente a otras que recordaban y le dolían. A una época si se quiere más inocente y a un perro callejero demasiado engreído para su estatus.
Digamos nada más que era mi destino—dijo a secas el asesino que no quería hablar del asunto.
Otro contrato, esta vez del todo rastreable. Se trataba de un político y el contratante un competidor inseguro que trataba de ganar como diera lugar.
Némesis buscó para Jason las anomalías que pudieran surgir para detectar una trampa pero nada halló por lo que el aceptó la generosa suma.
Esta vez sus ojos eran negros igual que su pelo pero sus lentes eran los mismos. Llevaba un portafolio y un paragüas, en la billetera una identificación falsa que lo asignaba como promotor publicitario, su cara muy parecida a la del hombre que dos horas antes anestesiara en su oficina del grupo publicitario “Amnei”. Su apariencia distinguida y sonriente hacía pensar en un joven pujante y ambicioso. Subió al ascensor y discó el cuarto piso.
¿Cómo sabe que estará aquí?—preguntó Abarai—Podría usar un rifle, a ese tipo le gusta atacar a distancia—estaban en el quinto piso del exclusivo “Hotel Plaza”, de Tokyo.
Su jefe contestó sin ánimos de mirarle mientras sorbía su vino blanco—Podría pero no lo hará—dictaminó Seto sin mirarlo.
¡Repito! ¿Cómo rayos lo sabe?—se sentía como un inútil peón que espera instrucciones en un juego que no entiende y le ponía nervioso aquello.
Mi software lo predijo—fueron las exactas palabras del genio tecnológico.
¿Perdón?—preguntó sorprendido y algo ofendido Renji ya que no podía concebir tal cosa.
Kaiba le miró con una mirada llena de desdén—He creado un software que analiza sus posibles movimientos de acuerdo a todo su historial y las dificultades que hay para que llegue a su presa. ¿Tiene algún problema con ello?—
Está muy apegado a su tecnología. ¿No es así? Pues déjeme decirle que los humanos podemos dar alguna que otra sorpresa a esos juguetitos suyos—le dijo el de los tatuajes recordando al castaño a otro tipo que lo hubiera dicho de la misma manera, en lo único que se diferenciaban era en su aspecto y eso… le dolía por lo que apartó la vista.
Es lo único que tengo—dijo el melancólico ojos azules.
¿Qué…--comenzaba a preguntar el de la katana al cinto.
¡Es tarde ya! Posiblemente ya haya entrado al edificio, seguramente ya planeó su estrategia como nosotros la nuestra, solo que nosotros tenemos la ventaja que mientras él está ocupado nosotros le llegaremos por sorpresa—dijo el de la ronca voz mientras encendía un cigarrillo.
Ya le dije que puede intentar otra cosa. Es demasiado arriesgado acercarse a un político, casi todos ellos tienen mucha seguridad, lo común sería…--dijo el tatuado.
Aquí no se aplica lo común. Ese hombre sabe todo sobre su objetivo y por ello sabe que no tiene tal oportunidad, auto y viviendas permanecen blindadas por lo que un acercamiento es la única posibilidad—dijo el genio.
Aparte de una bomba—trató de retrucar Abarai.
Excepto que Michaels detesta la imprecisión de las bombas y no conoce su manejo—dijo el ojos azules.
Conoce al tipo muy bien—le concedió Renji.
Es mi objetivo—dijo el castaño un segundo antes de que algo le llamara la atención. Ese hombre que bajaba del ascensor--¡Pónganse alertas! Él podría ser—
Los guardaespaldas le están permitiendo el paso. No creo…--dijo el de la katana.
Los ojos azules relucieron en el espacio en penumbras, Seto le apuntó con el cigarrillo--¿Cree que es un idiota? Él podría pasar invitado por su mismo objetivo. No le subestime—dijo como si defendiera a alguien más. Alguien que a su pesar ya estaba muerto. Si Jason Michaels había podido con la vida de Joey significaba que era tan habilidoso como él—Un rey de asesinos no es un farsante—
“Se lo toma muy a pecho” pensó Abarai mirando un momento la cara engreída antes de voltearse—Vamos a ver lo que el jef—dijo pero enmudeció al ver que sólo Subaru permanecía allí. Sakurazukamori se le había adelantado y eso le hacía pensar que el castaño podía tener la razón.