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EL REY DE LOS ASESINOS 4 "SED DE SANGRE" por desire nemesis

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Unos meses más tarde terminó el torneo anual de CIUDAD BATALLAS y un banquete fue hecho en la mansión del dueño del creador y patrocinante del emblemático estadio para duelo de monstruos.

 

Como era de esperar el ganador y aún rey era el afamado Yugi Motou que acudió con casi toda su pandilla a la fiesta. Tristán babeaba por la suculenta comida y Tea perseguía a los famosos además de cuidar la dieta de su amado novio que ahora era idéntico al Faraón Atem en todo aspecto pues había crecido varias pulgadas.

 

Estaban ambos con Tris y Duke cuando ella se fijó en dos hombres que peleaban acaloradamente en una esquina. Eran un joven de ojos azules y rubio y uno de ojos y pelo verde que solo se distinguía como varón por su atuendo, todos los hombres debían vestir esmoquin, por supuesto el de Taylor era alquilado.

 

No sé quiénes sean ellos—dijo la castaña apuntando con su mano--¿Tú los reconoces Yugi?—preguntó luego y el muchacho luego de mirar meneó su tricolor cabeza.

 

Entonces bajó Kaiba en todo su esplendor con un esmoquin azul oscuro que le combinaba con sus mares. Se veía serio y fue hacia ambos tipos. Todos pensaron que los sacaría de ahí pero después de hablar un momento con ellos se alejó dejando un ambiente tenso pero calmo.

 

Momentos después ambos hombres pasaban por su lado con caras tensas. El peliverde iba adelante y el rubio detrás. El primero parecía ofendido con el otro y el otro no muy contrito.

 

¿Qué?—preguntó Taylor.

 

Me preocupa que se tomen a golpe de puño—dijo ella.

 

Para eso está la seguridad de la mansión—respondió el castaño.

 

Tranquila Tea, Tris tiene razón—dijo el rey de los duelos.

 

Lo sé pero aún me preocupa el delicado. ¡Y si ese bruto lo desfigura sin que nadie se dé cuenta?—dijo ella con cara de temor. Tea era amante  de los chicos bellos y todos lo sabían.

 

Esta bien, vamos tras los chicos. Después de todo esta fiesta es aburrida—señaló Duke antes de emprender la marcha seguido de los otros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Escondidos tras un seto se fijaron en esos dos, estaban en el estacionamiento y el peliverde ignoraba al otro mientras intentaba subir a su auto. Entonces el otro lo hizo girar con su agarre y todos se preocuparon. Tea dijo--¡Ahí está!—queriendo decir que esa una clara señal de proble…

 

¡Un momento!

 

¿Y eso?

 

¿Dónde estaba previsto que un beso ardiente tuviera que ver en eso?

 

¿Dos chicos besándose?

 

Para su sorpresa ver esa situación la sonrojaba y le hacía sentir… mariposas en el estómago.

 

Escondidos se quedaron quietos a mitad de levantarse sorprendidos los 4 por lo que estaban viendo.

 

Cuando los otros subieron al auto y se fueron luego de separarse los cuatro respiraron profundo y decidieron volver adentro donde los chicos tomarían bebidas para olvidar semejante visión.

 

Aún no habían conseguido pararse cuando alguien se aproximó caminando por lo que se congelaron. Era el mismísimo CEO de KC.

 

Kaiba buscaba algo con la vista y por lo que se congelaron de nuevo esperando no tener problemas con el castaño.

 

Entonces encontró con la mirada lo que buscaba y se dirigió a un auto bajo un farol donde un chofer parecía estar jugando con su teléfono mientras apoyaba su cintura en el chasis.

 

Con que por eso no respondías. He estado llamándote—dijo con el ceño fruncido el ojos azules. Los chocos dado que conocían su carácter temieron que el pobre chofer terminara despedido.

 

Hoy estás más latoso de lo usual. ¿Para que necesitas a un chofer pendiente si la fiesta es en tu casa?—preguntó el susodicho.

 

Si bien tenía razón los otros temieron la reacción del iracundo empresario.

 

Ese es mí problema. Yo te pago un sueldo y yo exijo lo que…--decía el castaño antes de ser cortado por una risotada.

 

¿Sueldo? ¿A eso llamas sueldo? Da gracias que no te denuncio por abusivo y explotador—contestó el chofer, en ningún momento había cambiado su pose o mirado a Seto que estaba allí parado frente a él. El tipo tenía su uniforme con gorra de vicera, tenía como veinte años, era pelinegro, usaba lentes y tenía un lunar debajo del ojo izquierdo, su tes era algo pálida y más con el uniforme oscuro.

 

Ese tipo es mi héroe—susurró Tristán junto a Yugi y Tea.

 

Aún así está muerto. Dudo que Kaiba lo sepulte en el jardín. Tal vez lo incinere—señaló Duke.

 

Pero Seto solo suspiró resignado.

 

Anda. Demos un paseo—dijo el ojos azules.

 

Pero si eres el anfitrión. Debes quedarte hasta que…--dijo el chofer.

 

¡Es demasiado aburrida!—dijo Kaiba con voz queda y el otro por primera vez lo miró con una ceja levantada.

 

¿Estás borracho?—esa pregunta no era un insulto. Era sincero interés, se dio cuenta Tea con sorpresa.

 

¿Puedes culparme? Si no tomo algo adentro siento que voy a reventar. Una cosa son los duelos pero ahora me gusta estar en casa solo contigo—le respondió el ojos azules poniéndose a su lado en la misma posición que él pero mirando la luz del farol como si buscara algo.

 

El otro sonrió mientras el grupo se sorprendía de ver a Seto como un ser humano normal para variar.

 

El chofer sonrió.

 

Además me lo debes—señaló el empresario y el otro dejó el celular y lo miró—Casi muero por ti dos veces—añadió el castaño levantando una mano con solo dos dedos extendidos.

 

El uniformado sonrió y fue a abrirle la portezuela trasera del Ashton Martin con una inclinación incluída—Conducirle a donde quiera será un placer, Amo—le dijo con fingido formalismo.

 

Seto amagó pasar por su lado pero entonces le agarró de un brazo y lo empujó dentro.

 

¿Pero que haces?—preguntó sorprendido el que ahora estaba dentro.

 

Uno debe dejar en claro quién es el amo, sino los perros callejeros como tú comienzan a creerse la gran cosa—dijo Seto antes de cerrar tras él la portezuela.

 

El grupo supo que se trataba de Joseph en ese momento y que ambos estaban juntos. Tea pensó que era romántico que el otro fingiera ser su chofer para estar a su lado. Tristán no lo había captado aún aunque la mención de “perro callejero” rondaba su cabeza. Duke estaba lelo por la sorpresa y Yugi deseó internamente que su amigo por fin encontrara la felicidad.

 

¿Volvemos a la fiesta?—preguntó el tricolor.

 

Sí, necesito un trago—respondió Duke agarrándose la cabeza, antes de que todos se fueran sigilosamente de ahí.

 

                                 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

FIN

 

TAL VEZ

 

0.-

Notas finales:

ESPERO SEA EL FINAL QUE ANSIABAN

UN GUSTO ESCRIBIR ESTA SAGA

¨¨

LOS ESPERO EN MIS NUEVOS TRABAJOS

JA NE


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