El rey miró desde su gatuna posición con tres de sus extremidades en tierra a su nuevo enemigo.
S…Sakurazukamori—dijo el asesino uno—Tu jefe debe estar desesperado—
Interferiste en algo importante—dijo Seichiro para sorpresa de Abarai que no entendía de que hablaba.
3 años antes.
Tokyo.
Dos hombres cansados de pelear se miran agitados desde el suelo resollando. Las sirenas se comienzan a oír desde la terraza del “Gozan Senki Hotel”.
No dejes… que nadie… te mate… antes que… yo—dijo el ojos negros al de un ojo verde con lente de contacto y con otro miel sin lente, su cara toda cortada como la de su rival.
El rey supo que esto iba en serio. Sakurazukamori era un tipo de cuidado. El estoque le sirvió en dos oportunidades contra los afilados dardos del otro joven asesino mientras iba corriendo para alejarse de ambos enemigos decidió lo que haría. No podía perder la oportunidad.
Debía encontrar a esa persona que estaba haciendo tanto por matarlo. Probablemente era pariente de algún antiguo objetivo. De esos por desgracia había demasiados y debía demostrarle cuanto antes los riesgos de jugar en las grandes ligas.
Se tiró a un lado cuando llegó a una encrucijada para evitar los dardos mientras el pelirrojo le gritaba a Seichiro cosas airadas.
Entonces tras una puerta apareció un joven con un arma. Jason calculó que sería parte de la seguridad del hotel o algún ejecutivo asustado aunque parecía demasiado joven.
Lo agarró de un hombro y entró con él por la puerta de la que saliera. Volteó después de entrar mientras se agachaba sabiendo que más proyectiles vendrían en camino. El joven que estaba atrás fue alcanzado en un hombro de lleno y mientras caía el sorprendido Sei cometió el error de desenfocar la vista de su enemigo por un momento.
Entonces Michaels aprovechó el factor sorpresa y mientras Renji entraba y se daba cuenta que su pupilo y amigo estaba herido vio caer también a su no compañero de un golpe en la rodilla con la punta del estoque, luego el rey azotó el hombro de Seichiro con el largo de este como si se tratara de un látigo para terminar arrodillándose en su espalda y amenazar su garganta con uno de sus afilados dardos envenenados.
Maldita sea—dijo el dos mientras levantaba la cara mirando el dardo amenazante para luego enfocarla en el joven que se agarraba el hombro.
Sabía que en un minuto estaría muerto.
¿Quieres salvarlo?—preguntó su enemigo mientras el segundo mejor se debatía internamente—Sé que llevas el antídoto contigo—dijo sorprendiendo a Renji y a Subaru que hasta entonces no sabían que el dardo que le diera al joven estaba envenenado—Si me dices donde puedo encontrar a tu amo te dejaré dárselo—prometió el rey.
Eso no será necesario—dijo la voz de alguien nuevo. Alguien en el vano de la puerta tras Michaels. La voz de Seto Kaiba.
Debes estar sorprendido. ¿Creíste que te dejaría ir así no más, cierto?—
Esa voz congeló los sentidos del asesino superior por distintas razones. Sabía que el otro no se detendría en nada para matarlo. Conocía el motivo y no podía dejar que lo hiciese.
No quieres hacer esto—le dijo sin mover un músculo.
Tu sentido del humor no me hace gracia. He gastado mucho dinero en esfuerzo para lograrlo. Por supuesto que lo quiero—
Michaels con su mano libre se mesó los cabellos del flequillo lleno de frustración.
¿Por qué tuviste que hacer esto? Dije que encontraría la manera de protegerte—
El castaño se sorprendió ante palabras tan fuera de lugar. ¿A que venía tal cosa?
¿Decirme…?—preguntó antes de que la revelación le llegara como un golpe en el estómago mientras el otro que le daba la espalda se levantaba.
La mano de Kaiba que sostenía una Beretta 9 milímetros tembló de repente cuando antes estaba tan firme mientras Renji y Subaru miraban la transformación en la cara de su jefe que antes pareciera una fría máscara de odio.
Jason Michaels lucía demasiado tranquilo para alguien en su posición se dijo el colorado mientras Sakurazukamori se levantaba un poco magullado, un poco molesto y un poco confundido al ver la mano del CEO temblar.
El rey se volteó para mirar directo a los ojos de Kaiba mientras este ahora con la certeza jadeó.
Ese no era Jason Michaels.
Era Joey.