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Regular love? por aisaka-san

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Notas del capitulo:

 

Hola! la continuacion ha llegado!!

 

 

 

 

Recuerdo perfectamente ese día, estaba soleado y el cielo se mostraba despejado. Ese día jugaba con Isaac en su casa, estábamos comiendo un poco de pastel ya que nos había dado hambre en medio de nuestra sesión de 'juegos'. Ambos estábamos muy felices platicando de algunas caricaturas de la televisión y comiendo, hasta que una voz nos interrumpió.



-Niños -llamo la madre de Isaac desde la puerta- vengan un momento por favor

 

 

Ambos dejamos nuestro pastel en la mesita de centro y nos dirigimos hacia la entrada de la casa, donde pude reconocer la silueta de una de mis "madres". Ella me miraba con una enorme sonrisa que al parecer era de felicidad, pero a mí solo me traía un mal presentimiento.

 

-¡Allan! -exclamo feliz al tenerme enfrente, me abrazo tan fuerte que me comenzaba a asfixiar.


-¿Que sucede? -ya me estaba hartando de tanta incertidumbre de parte de ella y de la mamá de Isaac que estaba también presente.

 

-¡E..es que..estoy tan feliz que no puedo ni hablar bien! -comenzó a sollozar pero aun así sonreía; su sonrisa y la de la madre de Isaac solo me daban mucho miedo, me traían una desagradable sensación. Cuando por fin se logró calmar me miro y dijo -¡Has sido adoptado!

 

 

Me quede congelado, no podía creerlo. Esto no podría pasarme ¡No ahora! Estaba más feliz que nunca y ahora ya no poder continuar como estaba, con mis hermanos y con Isaac a mi lado. Voltee a mirarlo y él estaba pálido, con lo ojos abiertos tan grandes como nunca antes lo había visto al igual que su boca, unas lágrimas se derramaron de sus hermoso ojos y salió corriendo del lugar, siendo perseguido por su madre. Yo solo fui llevado por mí, ahora ex madre hacia el orfanato donde me esperaban mis futuros padres.



Los conocí, parecían agradables pero no me inspiraban confianza. Sus miradas parecían apagadas y me daban mucho miedo. Sin embargo para mis padres del orfanato ellos eran perfectos, se habían casado hace poco y no podían tener hijos; su deseo de tener familia los había llevado a adoptar un niño, no les importaba si era mayor o menor pues solo buscaban a alguien a 'quien amar'. Sin dudas la familia ideal para un huérfano.



Me dijeron que me iría esa misma noche, me despedí de todos mis hermanos, algunos lloraban y otros me deseaban lo mejor. Yo me sentía muy triste, había una época en la que me hubiera alegrado haber sido adoptado, pero ahora yo soy tan feliz con mi vida aquí que no creo poder
seguir adelante.



Solo me faltaba despedirme de una persona, desde que recibí la noticia no lo había visto. No sé cómo Isaac se tome todo esto, solo sé que debe ser fuerte por los dos.



Entre a su casa y me dirigí a su habitación, su madre estaba en la puerta de su cuarto diciéndole cosas como "sal por favor" "dime que te sucede". No había notado mi presencia hasta que estaba junto a ella, me miro e inmediatamente me atrajo hacia ella con un cálido abrazo diciéndome que por favor hablara con él, que no sabía qué hacer. Le conteste afirmativamente y ella se retiró del lugar; susurre suavemente "Isaac" esperando que abriera la puerta y me dejara pasar.



Cuando eso ocurrió pude ver su rostro muy rojo y sus ojos hinchados, seguramente había llorado durante horas lo cual me hizo sentir un nudo en la garganta. Yo también quería llorar, el simple hecho de pensar que ya no jugaremos juntos, que no nos veríamos nunca más y que ya no lo besaría me destrizaba el alma.


No dije nada, cerré la puerta y comencé a besarlo desesperado, el me respondió con la misma fuerza e intensidad. Sabíamos que esto era el fin y no cabía lugar para las palabras; estuvimos así por horas, podría jurar que hasta días, o simplemente habían pasado unos minutos donde nos amábamos en ese contacto tan inocente y a la vez tan hermoso.



Se separó de mí y me dijo "No lo acepto, no quiero que te vayas". Yo tampoco quería que eso sucediera, prometí visitarlo a él y mis hermanos, le conté que mis padres eran buenos y me darían permiso para hacerlo. Solo pudo medio sonreírme, pues aun lo embargaba la tristeza de separarnos.



Cuando llego el momento de partir, yo estaba junto al auto que mis nuevos padres trajeron consigo mientras ellos llevaban mis cosas a la cajuela, todos mis hermanos, mis cuidadores que por años considere como padres y Isaac estaban ahí para despedirme. Subí al auto y eche mi mirada hacia todos viéndolos agitar sus manos en forma de despedida mientras el auto avanzaba. Mire a Isaac quien estaba parado derramando lágrimas silenciosas y moviendo su mano, despidiéndome con una sonrisa que intentaba esconder su mueca de tristeza. Esa fue la última vez que lo vi sonreírme.

 

***************************************

 



Paso el tiempo, creo que fueron cuatro meses. Vivía en una pequeña casa en los suburbios, la primera vez que la pise pensé que estábamos en una clase de programa de TV ya que se veía de esa forma, mi vida realmente había cambiado. Y no tenía ni idea de cuánto...



Para comenzar mis 'padres' no eran lo que yo creía. Ellos eran muy distantes entre sí mismos y conmigo, al principio me mimaban y cuidaban como una familia normal, pero después fueron descuidándome de a poco hasta llegar al punto donde no me daban ni de comer, me sentí como un perro abandonado.



Todas las noches podía escuchar cómo se peleaban esos dos, se gritaban cosas horribles, palabras que nos tenían prohibidas mencionar en el orfanato; a veces podía escuchar cosas romperse y mucho golpes, yo me quedaba en mi cama mientras lloraba recordando la vida feliz que alguna vez tuve. Una vez al mes venia la trabajadora social a revisar si todo estaba bien, ellos eran muy buenos fingiendo que se amaban y que cuidaban de mí, yo no podía decirle nada a ella porque mi padre me había amenazado con golpearme, yo era tan solo un niño y decidí obedecerle, si me llegaba a golpear no podría defenderme.



Ya había pasado un año desde mi adopción y mis padres no me dejaban ir a visitar el orfanato ni a Isaac, no entendía porque hacían eso. Se supone que ellos me adoptaron porque me amaban ¿No? Entonces no entiendo por qué no me dejan hacer lo que quiero, porque no me cuidan ni me abrazan, no sé porque se golpean entre ellos y me ignoran tanto. Ni siquiera me han metido a la escuela, engañaron a la trabajadora social con papeles falsos que 'demostraban' que yo estaba estudiando.



Cada día sus discusiones eran más grandes hasta que un día mi "madre" entro en mi habitación y comenzó a golpearme.



-¡Tú eres el error! ¡Nunca debimos tenerte! - gritaba esas frases una y otra vez, estaba desconcertado, no tenía ni idea de que estaba pasando -¡El idiota de tu padre y yo hemos vuelto a pelear, esta relación hace mucho que se acabó pero el siguió insistiendo en estar juntos! -me asesto un puñetazo en el ojo que me desoriento un momento y me tiro al suelo, ella subió sobre mí y sigue con los golpes - Quería que me quedara con el e insistió e insisto -su voz se volvía más tétrica mientras más hablaba -¡Y me convenció a adoptarte! ¡A ti! Un simple pedazo de escoria de esos estúpidos niños sin padres -sus golpes me dolían pero aún más la forma en la que se había referido a mí y a mis hermanos. -Quería intentar amarte y así que mi relación con ese imbécil avanzara -se estaba quedando sin fuerzas y sus golpes comenzaron a ceder -pero ya nada sirve para que estemos juntos -se oía arrepentida y su voz estaba entrecortada, como si fuera a llorar -mañana te dejaremos en el orfanato -yo ya estaba cayendo en la inconsciencia del dolor hasta que sus últimas palabras me dejaron sorprendido y me dieron un poco de alivio, volvería a donde estaba mi felicidad.



Me deje caer dormido y a la mañana siguiente desperté de buen humor, cure mis heridas e intente ocultar mi ojo, se había inflamado y estaba algo morado por el golpe de ayer.



Corrí escaleras abajo esperando a que mi "padres" me fueran a dejar al orfanato; un rato más tarde ambos bajaron con las típicas caras molestas de siempre y nos fuimos en el auto. No podía ocultar la sonrisa que tenía en el rostro, estaba endemoniadamente alegre de regresar.



Miraba el paisaje pero algo llamo mi atención, extrañamente a lo lejos podía ver una gran nube de humo. Era enorme pero lo que más me preocupaba es que estaba en la dirección del orfanato. Mis padres también lo notaron y rápidamente manejaron hacia allá.


Llegamos y no podía creerlo, era horrible. La casa en la que viví prácticamente toda mi vida estaba en llamas, nada se escapaba de la destrucción. Afuera estaban algunos de mis cuidadores y hermanos llorando contemplando la escena, no eran todos, faltaba gente, mucha gente.


Había bomberos intentando inútilmente apaciguar las llamas, oía gritos venir del interior. No sabía qué hacer.



-El fuego se expandió hasta la casa de al lado -oí murmurar a un bombero. Oh no ¡La casa de Isaac también estaba en llamas! Corrí rápidamente hacia allá. -¡Niño no vayas ahí! -ignore la voz de ese bombero y seguí corriendo hasta que el sonido de una explosión se hizo presente.



A pesar de que no estaba lo suficientemente cerca como para que la intensidad de la explosión me sacara volando, lo estaba como para que uno de los escombros me golpearan en la cara. Caí al suelo y lo último que recuerdo de esa noche es haber visto nuestro árbol en llamas.

 

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Desperté con dolor de cabeza y mu desorientado, no sabía dónde estaba. El lugar era casi completamente blanco y olía a cloro. Una amable mujer entro y me reviso, me hizo preguntas como quien era y que recordaba. Ella lo apunto todo en una hoja que dejo al pie de mi cama y se presentó como mi doctora. Me conto todo lo que sucedió, que después de que caí inconsciente me llevaron cargando hacia una ambulancia, que mis padres me acompañaron y ahora estaban en casa esperando tener noticias sobre mí. Al parecer llevo aquí poco menos de dos meses, entre en un estado de coma debido al golpe. Le pregunte sobre el estado de las demás personas que estaban en el lugar; ella se entristeció y me dijo que la gente que estaba en el orfanato no logro salir y que los de la casa de al lado estaban bien, a excepción de la madre que falleció por el daño de las quemaduras en su cuerpo.



Después de oír eso y de que me dejara solo, llore. Llore como nunca antes lo había hecho, lo perdí todo, no había razón para sonreír más, casi todos mis hermanos y hermanas murieron, ahora solo eran cenizas que se olvidarían con el tiempo. La madre de Isaac, tan hermosa, joven y amable tampoco volvería a regalarme una sonrisa cada vez que le regalaba una flor del jardín. Lo único que me consuela es que Isaac y su padre están bien y que algunos de mis hermanos y padres se salvaron.



Mis padres vinieron a recogerme en la tarde y no dijeron nada, no me abrazaron ni me preguntaron como estaba, llegamos a la casa y me eche a llorar en la cama hasta quedar dormido. Los días continuaron como estaban antes de ir al orfanato, mis padres se peleaban, me ignoraban y a veces me golpeaban. Me escape un par de ocasiones pero solo fue para encontrar a Isaac. Me entere que se mudó (lo cual ya esperaba) a un lugar lejano, eso me destrozo por completo. Intente vivir mi patética vida como estaba, así fue hasta que cumplí 16 años.



Mis padres se resignaron con tener que cuidarme así que me inscribieron a la escuela, en la que no me llevaba bien con muchas personas y además estaba cursando con chicos más pequeños que yo, ya que me atrase en los estudios y debía recuperar ese tiempo.



Un día cuando estaba llegando a casa después de la escuela oí gritos provenir de la cocina, estaban discutiendo de nuevo. A pesar de sus diferencias y de las peleas diarias, en todos estos años ellos jamás se habían separado y estábamos igual que antes. Pase rápido la cocina y me dirigí a mi habitación ignorándolos, sin embargo, antes de llegar siquiera a tocar la perilla de la puerta, escuche un grito desgarrador muy diferente a los otros que solían haber cuando se golpeaban.



Aterrado, abrí la puerta de mi habitación y baje las escaleras lentamente. Todo estaba silencioso después de aquel grito logrando que me tensara de sobremanera, estaba asustado, no sabía que acababa de pasar. Al terminar de bajar las escaleras me dirigí a la cocina, escuchando unos ligeros sollozos. Sentí como mi sangre cayo al ver un charco carmesí de gran tamaño. Seguí el sonido del sollozo y me encontré con una escena que no olvidare jamás.



Mi madre estaba en el suelo, con una mancha enorme en el pecho, su rostro estaba desfigurado en una mueca de dolor y sus ojos estaban viendo a la nada; a su lado estaba mi padre llorando, diciendo cosas inentendibles, juraría haber escuchado un 'lo siento' entre sollozos.



Estaba en shock, no podía creer lo que veía. Mi padre noto mi presencia y su expresión de dolor y arrepentimiento se convirtió en una de odio y locura, rápidamente tomo el cuchillo que estaba lleno de sangre; ese fue mi incentivo para reaccionar. Corrí hacia la puerta y a duras penas logre abrirla, me temblaban las manos. El venía detrás de mí de una forma furiosa.



Corría en medio de la calle, era una zona tranquila así que no había muchos autos a esa hora. El me perseguía, tiraba algunos botes de basura que se encontraban alrededor pero no servían de nada, el fácilmente los esquivaba y cada vez se acercaba más. Ya habíamos recorrido varias cuadras así y yo ya me estaba cansando, comencé a llorar cuando sus pisadas se oían más cerca de mí.
Estábamos llegando a una intersección, no me importaba el semáforo que había cambiado a rojo, ni el auto que peligrosamente se acercaba rápidamente a mí, lo único que me importaba era seguir corriendo. Fue en ese momento que sucedió.

 

El golpe seco justo detrás de mi junto al sonido de las llantas derrapando el pavimento y los huesos rotos fueron escuchados por mis oídos por primera vez, para no salir de mi cabeza durante años.



No quería voltear, en lo único en lo que podía pensar era en correr y no detenerme por nada. Pude haber corrido por horas pero no me detuve.



Mis pies ya se estaban cansando, sentía la piel arder dentro de mis zapatos, no fue hasta que en un paso en falso que me caí y me torcí la pierna.



Grite desgarradoramente, me retorcí en el suelo, ya era de noche y no había nadie cerca que me ayudara.



Una puerta frente a mí se abrió, vi a un anciano que gritaba al interior del lugar, se acercaron dos personas y comenzaron a levantarme llevándome al interior del lugar. Me sentaron en un cómodo sillón y me curaron varias heridas que me hice al caer y unas cortadas, al parecer no salí completamente ileso de las garras de mi padre. El señor sobo mi pierna con una pomada de color marrón que relajo un poco el dolor, después me vendo y me llevo a una cama para que descansara. El agotamiento físico y emocional que había sufrido ese día me hizo caer en un sueño profundo.

 

 

Notas finales:

 

 

Siempre me tardo mucho y asi pero esta vez no me tarde...mas bien no se me olvido postear esta parte hoy...

 

En fin, justo ahora estoy muy pero muy metida en el fandom de yuri on ice y hay un fanfic que les recomiendo lean, apenas esta iniciando pero promete mucho para dar, y si son chilenas lo van a amar!! les comparto el link: https://www.wattpad.com/364223950-del-error-al-desastre-pr%C3%B3logo


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