Capítulo 15.
Mordecai POV.
Estoy en el hospital esperando mi turno para entrar al consultorio del doctor.
No puedo dejar de pensar en lo que hoy vi en el parque.
•••••••••••••••••••••Flashback••••••••••••••••••••••••••••••
Pase tan rápido que olvide que Rigby y Eileen estaban en mi cuarto así que cuando entre en el me lleve una gran sorpresa... ahí no había nadie.
¿A dónde rayos se fue Rigby y Eileen? Hace unos momentos estaban aquí, no pudieron irse tan rápido.
Resignado me acerque al buro de mi cama y busque entre mis cosas mi celular y mis llaves, dudo que Rigby se quede a dormir aquí después de la "escenita" que presencie entre el y Eileen apenas unos instantes. Seguro se quedara a dormir con ella, se pondrán juntos, uno junto al otro, sus manos rozándose mientras disfrutan de una película juntos. Ella recargada en el pecho de él y un rose llevara una cosa a la otra y terminaran unidos en la habitación de Eileen...
Esa clase de pensamientos me hacía irritar, no sé por qué. Si Eileen y Rigby eran novios es de esperarse que hagan ese tipo de cosas, no debería molestarme.
Con esa clase de pensamientos salí de la habitación y fui en dirección a la cocina, cuando llegue a esta, escuche a Papaleta hablando un poco con...¿El señor Mellard? Es muy raro verlo por aquí, solo viene para regañar a Benson o en situaciones extremadamente importantes.
Me escabullí un poco detrás de la puerta y escuche un poco su conversación.
Al poco tiempo me di cuenta que solo hablaban de cosas triviales así que me decidí a dejar de espiarlos, pero antes de moverme siquiera escuche algo que me dejo desconcertado.
-¿Y qué piensas de lo que te dije la última vez Papaleta? Sabes que ustedes no podrán estar juntos durante mucho tiempo. - ¿estar juntos? ¿Quiénes?
-Papá ya te he dicho que estoy muy seguro de mi decisión. No cambiara aunque me ofrezcas todo el dulce del mundo. -lo dijo en un tono tan serio que pensé que Papaleta jamás sería capaz de hacer esa clase de expresiones.
-¡Te arrepentirás de esto hijo! El amor no es para siempre. - el señor Mellard puso una expresión muy triste- algún día tendrán que separarse, quieran o no y tú te volverás un amargado.
-Entonces...hasta que eso pase yo seré feliz...con Benson.
¡¿Qué?! ¿Acaso dijo que será feliz con Benson? No puede ser, nunca me imaginé que Papaleta tuviera la madurez suficiente como para saber las responsabilidades que el amor lleva consigo. Además de que está enamorado de un hombre, nada más y nada menos que Benson.
-...ah! Si es que así lo quieres entonces te dejare ser feliz, pero inevitablemente se separaran, ya sea obra del hombre...o de la muerte. -el señor Mellard se fue y azoto la puerta al salir, lo que dijo me dejo pensando. Separados por su propia causa o la muerte...solo pensar en el sufrimiento que pasaría si algo así me llegara a ocurrir me pone los pelos de punta.
••••••••••••••••••• Fin del flashback ••••••••••••••••••••••••••••
Un molesto sonido me saca de mis pensamientos.
-¡NUMERO 17! ¡PACIENTE NUMERO 17 ES LA SEXTA VEZ QUE SE LE HABLA, SI NO PASA AHORA SU TURNO SERA DESECHADO! -gritaba una furiosa secretaria en la sala-
Me fije rápido en el número de la ficha que me habían dado y...tenía que ser, ese número de ahí se burlaba de mi falta de atención.
-Lo..lo siento -me pare de mi asiento llamando la atención de los que estaban en la habitación, murmullos y unas cuantas risas se hacían escuchar. La secretaria me mandaba una mirada asesina que no se la deseo ni a mi peor enemigo.
-¿Numero 17? -me cuestiono la malhumorada mujer.
-S..si -murmure totalmente avergonzado.
-El doctor Murphy no se encuentra en estos momentos, así que les estamos asignando doctores de diferente área para que se les atienda, pero antes de eso necesito saber ¿Usted está de acuerdo que un neurólogo lo atienda?
Rayos, la verdad este dolor me está matando, algo es mejor que nada.
-Sí, está bien para mí.
-Suba al segundo nivel, da vuelta a la izquierda y pregunta por el doctor Wally. -me indico la aun molesta mujer, así que antes de que otra de sus miradas intentara fulminarme salí rápidamente de ahí.
Subí al segundo nivel tal como me dijo, pero este dolor es insoportable y olvide hacia donde debía girar. ¿Derecha? ¿Izquierda? ¿O sigo todo derecho? Rayos, estúpida memoria.
Volteaba hacia todos lados y sin darme cuenta choque con alguien.
-O...oh como lo siento no me fije -esto no puede ir peor, hoy he sufrido tantas humillaciones como para ir por otra.
-No te preocupes, fui yo quien debió tener más cuidado.
Esa voz, la conocía. Me sonaba tan familiar pero a la vez era tan distante y borrosa. Levante la vista que hasta ahora había mantenido baja y me topé con un hombre que portaba una larga bata blanca que le llegaba debajo de las rodillas, con el cabello perfectamente peinado hacia atrás donde sobresalían unas cuantas canas, a juzgar por su apariencia se ve que está llegando apenas a los 50 años; pero lo que más me llamo la atención fueron sus ojos azules, son tan familiares, como si mi mente me dijera que esa persona ha influido conmigo y mi forma de ser.
-¿Mordecai? ¿Qué haces aquí?
-Dis..disculpe ¿lo conozco?
-Oh cierto, olvide sobre tu “pequeño” problema –eso solo me confirmo que si conocía a esta persona, pero no tengo idea de donde podrá ser.
-¿pequeño problema? ¿de qué está hablando?
-¡Rayos! Creo que hable de más. En fin ¿Qué se te ofrece en el hospital? ¿Alguien se lastimo? No me digas que Rigby volvió a hacer de las suyas.
-¿Conoce a Rigby? –Esta persona al parecer está más apegado a mí de lo que pensaba.
-Yo y mi gran bocota. Debería dejar de hablar ya y atender a mis demás pacientes. –se dio la vuelta con las claras intenciones de irse pero fui más rápido y lo detuve antes de que diera un paso más.
-E..estoy buscando la sala de neurología, para ser específicos al doctor Wally. –estoy dispuesto a preguntarle sobre cualquier cosa a esta persona, él sabe cosas de mí, ¡de eso estoy seguro!
-¿El doctor Wally? ¿Para qué lo necesitas? –se volteo a mirarme con una expresión interrogante.
-Es que he estado un poco mal de la cabeza, ¡no crea que estoy loco! Pe..pero he tenido muy fuertes dolores de cabeza que me llegan de repente y necesito que el doctor Wally me diga de que se trata. –cuando termine de contarle lo que me sucedía abrió los ojos muy sorprendido y tomo mi brazo.
-¿Q..que está haciendo?
-…
Solo se quedaba callado y me seguía guiando a quien sabe dónde. Esta persona ya me está asustando. Seguimos caminando hasta llegar a una zona donde parecía que eran las salas de consulta de cada doctor, ingresamos a una de las tantas puertas blancas que habían ahí y note que era una pequeña oficina, creo que es el despacho de este médico.
-Toma asiento –me indico señalando un de las sillas que estaban enfrente del escritorio mientras el rebuscaba entre algunos papeles de la cajonera, y yo solo pude obedecer, no perdía nada con estar aquí, además que estamos en un ligar publico así que no creo que se atreva a hacerme daño.
Ya me estaba desesperando, no sé qué buscaba esta persona en esos cajones que tuvieran que ver conmigo, me levante con las claras intenciones de irme de ahí pero una voz me detuvo.
-¡Lo encontré! ¡Espera! –tomo mi muñeca de nuevo y me obligo a sentarme de nuevo.
-¿Qué es lo que quiere conmigo? Yo necesito ver al doctor Wally, ¿solo me trajo aquí para jugar un poco o qué? Yo tengo muchas cosas que hacer como para perder mi tiempo con un doctor de quinta como usted. –ya estaba cansado, adolorido fatigado de todo esto, solo grite lo que sentía y ya, no me interesa lo demás.
-Yo soy el doctor Wally.