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Enamorado de Minato Namikaze por Fullbuster

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Sasuke Uchiha POV


 


No podía moverme, estaba petrificado... tampoco podía pensar con claridad, mi mente era un revoltijo de pensamientos... ¿Le gustaba  a mi hermano pequeño? ¿Le gustaba a Naruto? Era imposible... Pero, ¿cómo y cuándo había pasado? ¿Y por qué? Estaba tan impresionado que fui incapaz de articular palabra en aquel momento, ni siquiera pude detener a Naruto cuando salió corriendo con aquella mirada tan triste. ¿Le había herido aún más por no haber contestado a su confesión? ¿O mi propia parálisis había sido mi contestación? No sabía cuál de las dos era la respuesta correcta pero lo que sí sabía es que no había sido mi intención hacerle daño pero... ¡éramos familia! Él era mi hermano pequeño, ¿cómo no iba a reaccionar de esa manera?


Cuando pude moverme, subí lentamente los escalones hasta llegar a mi sitio y me dejé caer en el asiento todavía impresionado por la confesión del dobe. Jamás sospeché que tuviese ese tipo de sentimientos por mí, siempre estaba molestándome en casa o fastidiándome en clase, le encantaba gastarme bromas... De repente, algo hizo 'click' en mi cabeza... ¿Y si todo esto era una broma? ¿Y si todo era un numerito para burlarse de mí, para ver cómo reaccionaría ante una situación tan rara como aquella?


El desconcierto dio paso al enfado. Seguro que se trataba de otra de las malditas bromas pesadas del dobe y yo preocupándome por ese idiota, por pensar que le había herido.... me sentía idiota por haber caído en su trampa aunque debía de admitir que Naruto era un buen actor. Había conseguido hacerme creer durante un momento que decía la verdad, que realmente le gustaba y encima había puesto esa mirada dolida antes de huir para que terminase de caer totalmente en su engaño, pero ahora había descubierto su treta y no iba a volver a caer en ella.


Me quedé sentado allí malhumorado por haberme dejado engañar y por el hecho de que el usuratonkachi hubiese llegado tan lejos para tomarme el pelo. ¡No debería jugar con los sentimientos de los demás! Me había sentido mal durante un instante por hacerle daño, me había preocupado. Pero, ¿qué hubiese pasado si yo no lo viese como mi hermano? ¿Habría seguido la broma hasta el final? Si yo hubiese sentido algo por él, ¿me habría seguido la corriente para después decirme que nada de eso era cierto y me habría dejado destrozado con el corazón roto? Si él tenía pensado algo como eso, Naruto era un maldito. ¡Menos mal que no sentía nada por él! Excepto cariño de hermanos.


El timbre que anunciaba el final del descanso me sacó de mis pensamientos. En cuanto el dobe entrase por aquella puerta, le iba a decir cuatro cosas. Debía aprender a no gastar ese tipo de bromas, estaba mal y como su hermano mayor debía enseñarle la diferencia entre lo que era correcto y lo que no. Clavé mis ojos en la puerta con una mirada seria y mis manos ocultando la parte inferior de mi cara esperando a que entrase el dobe pero no lo hizo. Llegaron todos los alumnos e incluso Iruka había reanudado sus explicaciones pero el idiota de Naruto seguía sin aparecer. ¿Dónde se había metido? Estaba llevando demasiado lejos su actuación pero ya no iba a preocuparme por él, ya le había desenmascarado y en cuanto llegase a casa, se lo iba a dejar claro.


Tras terminar las clases, me dirigí a gran velocidad a nuestra casa y entré por la puerta armando tanto escándalo que Itachi salió con un kunai en la mano. Creo que pensó que le estaban atacando pero al verme a mí frente a la entrada de la casa malhumorado, se relajó y bajó el arma.


- ¿Te encuentras bien? ¿Por qué entras de esa forma? - me preguntó mi hermano mayor.


- ¿Dónde está Naruto? - le interrogué.


- ¿Cómo que dónde está? - me preguntó desconcertado - ¿No viene contigo? ¿Está bien? - me dijo muy preocupado y aquello me extrañó. ¿Por qué parecía estar tan alarmado por la desaparición del dobe?


- Se marchó en mitad de las clases y no ha vuelto – le contesté un poco más tranquilo – Pero no te preocupes, seguro que está bien. Sólo lo ha hecho para tomarme el pelo.


Itachi me miró sin comprender a lo que me refería y dudé en si contarle lo que había pasado, no sabía si era buena idea pero al ver la cara de preocupación de Itachi decidí contárselo.


- Me ha dicho que le gusto, después ha salido corriendo y no ha vuelto a clase – le expliqué y mi hermano se quedó con la misma cara que yo puse al escuchar lo mismo de la boca del dobe.


Fui a la cocina y me senté a la mesa a comer ya que Itachi tenía todo listo. Había tres platos así que supuse que Minato estaría liado en la oficina y no vendría a comer con nosotros. Itachi apareció por allí y se sentó a mi  lado.


- Sasuke...


- No le des importancia – le interrumpí adivinando sus pensamientos - sólo se trata de una de sus bromas pero aún no sabe que ya le he pillado.


Comencé a comer con la mirada seria de Itachi clavada en mí.


- ¿No deberías esperar a que llegue Naruto? - me regañó.


- No, si quiere seguir con su teatro, allá él. No voy a caer en su juego y preocuparme cuando sé que sólo está actuando.


- ¿Y si no está actuando? - me preguntó mi hermano con cautela.


- Confía en mí, sólo es otra de sus formas de molestarme – le contesté dando por zanjado el tema y seguí comiendo.


Naruto tampoco apareció a la hora de la comida, ni en toda la tarde pero no me preocupé en ningún momento. Sabía que esa era su intención y no iba a caer. Fue en la noche cuando llegó junto con nuestro padre. Cuando me vio en el pasillo, agachó su mirada fingiendo estar triste y pasó por mi lado para encerrarse en su habitación pero le seguí entrando tras él.


- Dobe – le llamé y se sobresaltó – Ya puedes dejar la actuación, sé que lo que me dijiste era mentira, que todo es parte de un plan para burlarte de mí.


Naruto me miró con la boca abierta sorprendido pero después cambió su expresión a una de enfado.


- ¿De verdad crees que mentiría sobre algo como mis sentimientos? - me preguntó ofendido.


- ¿Sinceramente? Sí – le respondí apoyándome en la puerta cruzando mis brazos – Tu afán por fastidiarme no tiene límites.


- Pues te equivocas – me gritó – Me gustas de verdad.


Se acercó a mí enfadado cogiéndome del cuello de mi camiseta y pensé que me iba a pegar por eso me preparé para parar su golpe pero lo que nunca esperé es que se acercase a mi rostro y juntase nuestros labios. ¡Naruto me estaba besando! Fue un suave roce que duró unos segundos porque en cuanto pude reaccionar, le empujé lejos de mí.


- ¿Es que has perdido la cabeza? - le grité cabreado – Estás llevando tu broma demasiado lejos. No puedes besarme, soy tu hermano.


- No, no lo eres. No tenemos la misma sangre.


- La sangre no lo es todo. Tenemos los mismos padres y nos han criado desde bebés, vivimos juntos como una familia – le chillé.


- Me da igual todo eso, no te veo como mi hermano. ¿Qué tengo que hacer para convencerte que me gustas de verdad? - me dijo desesperado y por un momento le creí entonces recordé que era Naruto, mi hermano pequeño, el que siempre hacía lo imposible para molestarme pero esta vez no le iba a dar el gusto.


- No puedes hacer nada, no te creo – le contesté serio – Así que deja de una vez el tema – añadí antes de salir de su habitación.


 


Naruto Uzumaki POV


 


Aquella mañana me levanté temprano, hoy mi equipo tenía una misión fuera de la villa y debía reunirme con ellos en el puente donde solíamos quedar. Salí de mi cama para ir a tomar una ducha. Al pasar al lado de un espejo que tenía en mi cuarto, me detuve a mirar mi cuerpo. Había crecido bastante en los últimos seis años, ya no era más ese crío de diez años, ahora era un adolescente con un cuerpo trabajado gracias a todo al duro entrenamiento y a las misiones que realizaba. Mis ojos seguían siendo de un azul intenso y mi cabello era tan rubio como siempre aunque ahora lo llevaba un poco más largo pero no tanto como mi padre. En cuanto a mi personalidad... pues continuaba haciendo algunas gamberradas pero no tanto como antes, seguía teniendo mi carácter alegre y social y logré sorprender a mucha gente que me insultaba cuando era un niño porque ahora era más fuerte, era un buen ninja y había conseguido que algunos compañeros y aldeanos me reconocieran. Ahora tenía buenos amigos en los que confiaba y ellos confiaban en mí, incluso alguna chica se había fijado en mí aunque... aún había muchas personas que me seguían mirando con miedo y odio y, eso aún me dolía porque nunca entendí el motivo de esas miradas.


Dejé de mirarme en el espejo y salí de mi habitación con algo en mis manos y vestido sólo con mi ropa interior. Llegué al cuarto de baño y, como me imaginé, Sasuke estaba dentro duchándose. Sabía que se trataba de él por dos razones: la primera era que siempre se metía antes que yo, nunca había cambiado su costumbre de no respetar los turnos y, segundo, mi padre ya estaba en la oficina e Itachi estaba en una misión.


Usé el alambre que tenía en la mano para abrir el cerrojo desde fuera con mucho cuidado y me colé en el interior. Me acerqué con sigilo hacia la ducha mientras me quitaba mis calzoncillos y sin que el teme se diera cuenta me metí con él. Observé la blanca piel de su amplia espalda y fui bajando mi vista hasta llegar a su apretado trasero. Me dieron una ganas enormes de estrujarlo entre mis manos, el teme también había crecido y se había vuelto más fuerte y eso se notaba en ese cuerpo que me volvía loco. Pegué mi cuerpo al suyo pasando mis manos por su cintura y Sasuke se sobresaltó.


- Maldita sea, Naruto. ¿Cuándo vas a dejar de colarte cada vez que me ducho? ¿Cuándo vas a parar con tus malditas bromas? - me gritó cabreado tratando de deshacerse de mi agarre.


- Sabes que no puedo evitarlo, me excitas demasiado – le susurré en el oído mientras bajaba mi mano para acariciar su miembro.


En todos esos años, no había logrado que Sasuke me creyera cuando le decía que me gustaba, así que decidí aprovecharme de la situación. Si pensaba que todo era una broma, usaría eso a mi favor para acariciarle todas las veces que quisiera, ya que mis sentimientos no le llegaban al menos tendría la oportunidad de tocarle y fastidiarle. Como había dicho, seguía con mis gamberradas pero las había centrado en una única persona.


- Joder, para ya. Sabes que no me gusta que hagas este tipo de cosas, somos hermanos – me dijo molesto.


- Pues tu polla me está diciendo todo lo contrario – le comenté sonriendo al notar que su miembro había comenzado a ponerse duro.


- Es algo físico, si me la tocan al final acabo excitándome y más a nuestra edad que tenemos las hormonas revolucionadas – se excusó.


- Entonces tendré que aprovecharme de tus hormonas.


Besé su cuello mientras restregaba mi pene contra su cuerpo y movía mi mano sobre su miembro. Me centré con mi otra mano en acariciarle su fuerte torso con suavidad hasta llegar a uno de sus pezones y lo pellizqué logrando sacar un pequeño jadeo de Sasuke. Sonreí feliz sobre su cuello y creo que él lo notó porque de inmediato quitó mi mano de su entrepierna y salió hecho una furia de la ducha. Se enrolló una toalla en su cintura para taparse pero aún podía notarse su excitación a través de ella.


- Joder – maldijo furioso – Deja de una maldita vez tus bromas, no sé cómo te puedes divertir haciéndole estas cosas a tu propio hermano.


- Ya me conoces, molestarte es mi pasatiempo favorito – le dije desde el interior de la ducha con una sonrisa arrogante. Se me habían pegado algunas costumbres de ese teme.


Sasuke salió enfadado de allí dejándome solo. En cuanto se marchó mi sonrisa cambió a una de tristeza. Ya no sabía cómo hacer que mis sentimientos alcanzasen a Sasuke, sé que no ayudaba que hubiese empezado a hacerle creer que le tocaba para molestarle pero fue la única solución que vi en su momento y ahora era un poco tarde para cambiarlo. Sasuke ya no sólo me gustaba... me había enamorado de él. Me había enamorado de aquel arrogante, frío y vengativo Uchiha que solamente me veía como a su hermanito pequeño que le fastidiaba cada vez que podía.


Me dispuse a terminar de ducharme pero seguía excitado así que me masturbé hasta que me corrí y mi miembro volvió a su tamaño normal, entonces me lavé y salí de allí hacia mi cuarto con una toalla alrededor de mi cintura. Una vez dentro, me vestí con mi habitual pantalón naranja y mi chaqueta del mismo color con la parte superior negra, me coloqué mi porta-shuriken en la parte trasera del pantalón, enganchado al borde y metí algunas armas pequeñas en él. Cuando estuve listo, cogí mi mochila, salí de allí y fui hacia la puerta principal de la casa donde me encontré con Sasuke que me estaba esperando.


- Eres muy lento, dobe – me dijo. Parecía que se le había pasado el cabreo o... lo disimulaba muy bien.


- He tenido que ocuparme del calentón que me has dejado – le respondí mientras salíamos.


- Tsk – fue el sonido que salió de la boca del teme mientras apartaba la mirada.


- Además, no importa si llegamos un poco tarde, sabes que Kakashi nunca es puntual – comenté.


Después de terminar la academia, nos habían asignado a Kakashi como profesor y líder de nuestro grupo. Sasuke y yo formábamos parte de él junto a Sakura, la presidenta del club de fans del teme o más bien debería decir de acosadoras, porque era lo que parecían. Sasuke seguía siendo tan popular como en la academia o puede que incluso más porque el muy maldito estaba mucho más guapo ahora y chicas que ni siquiera habían estado con nosotros en la academia le perseguían también.


Caminamos en silencio hasta llegar al punto de encuentro y allí solamente se encontraba Sakura, quien al vernos corrió hacia nosotros y saludó de forma coqueta a Sasuke pasando completamente de mí.


- Hola a ti también, Sakura – le dije con sarcasmo y ella sólo me miró con molestia.


Aunque nos llevábamos mejor que cuando éramos críos porque como compañeros de equipo confiábamos los unos en los otros, no habíamos conseguido ser buenos amigos. Supongo que ella siempre me vería como el payaso y el débil de la clase y yo por mi parte, no podía establecer una amistad con la chica que acosaba a la persona que amaba. Me era imposible, cada vez que la veía acercarse a Sasuke y fingía rozarle sin querer, me ponía celoso... no podía evitarlo.


Me apoyé en la barandilla del puente y me dispuse a esperar a Kakashi que como siempre llegaría tarde y pondría alguna excusa estúpida para su retraso. Mientras tanto, Sakura se había enganchado del brazo de Sasuke y éste no la había apartado, así que los fulminé con la mirada. No entendía por qué a veces el teme dejaba que Sakura se acercase a él. ¿Es que acaso le gustaba? Ese pensamiento me dolió porque sabía que ella tendría más posibilidades que yo, ella era una chica y yo era sólo el hermanito de Sasuke, como a él le gustaba recordarme. Me llevé una mano a mi cara y cerré los ojos con fuerza intentando evitar que las lágrimas salieran de ellos. Por suerte, Kakashi apareció en ese momento, centrando la atención en él.


- Llegas tarde – le gritó Sakura.


- Es que me encontré a una anciana en el camino y... - comenzó a excusarse Kakashi.


- No nos vengas con cuentos – le interrumpió Sakura.


- De acuerdo, como no quieres oír lo que pasa en mi interesante vida, será mejor que nos pongamos en marcha.


Salimos de la aldea y nos dirigimos hacia un pueblo que estaba a varios días de camino de aquí pero con nuestra velocidad llegaríamos en la noche. Íbamos saltando por las ramas de los árboles cuando oí el sonido de algo afilado cortando el aire y antes de que pudiera darme cuenta, varios kunais salieron de la nada hacia nosotros. Saqué mi propio kunai y paré los que venían en mi dirección en el aire. Me detuve en una de las ramas para comprobar cómo estaban los demás y vi que Kakashi estaba en el árbol frente al que yo me encontraba con su arma también en mano y unas ramas más abajo estaba Sasuke con Sakura en brazos. Supuse que la había apartado para que no recibiera el impacto de los kunais y aquello me cabreó, mis celos estaban empezando a salir y eso no era bueno en el campo de batalla así que respiré profundamente para tranquilizarme.


De repente, varios enemigos aparecieron ante nosotros. Nos superaban en número así que creé varios clones para igualarles, no sabíamos aún cuán fuertes eran. Era curioso la de vueltas que daba la vida... yo que antes no podía crear ni una sola copia y ahora podía crear miles al mismo tiempo. Gracias al entrenamiento que llevé a cabo con Jiraiya cuando estuvo una temporada en la villa, ahora era capaz de controlar mejor mi chakra.


Entre mis clones y mis compañeros de equipo, conseguimos librarnos de aquellos ninjas. Al final resultó que no eran demasiado fuertes y lo único que pretendían era robarnos. Lástima para ellos, se equivocaron al elegir sus víctimas. Kakashi los dejó atados en uno de los árboles y envió a uno de sus perros ninja de vuelta a Konoha para que alguien viniese a por aquellos delincuentes ya que nosotros debíamos seguir con nuestra misión.


A la noche llegamos por fin a aquel pueblo que nos había contratado y fuimos directos a hablar con la persona a cargo. Tras discutir los detalles de la misión, nos indicaron que tenían varias habitaciones preparadas en la posada para nosotros donde poder descansar esa noche. Sakura y Kakashi tenían cada uno su propia habitación mientras que Sasuke y yo teníamos que compartirla y aquello me pareció perfecto, podría meterle mano mientras dormíamos.


Después de tomar un baño y cenar, todos nos fuimos a nuestras habitaciones. Sasuke entró el primero y yo le seguí. Nos cambiamos la ropa, nos pusimos unos yukatas que habían dejado para dormir, apagamos las luces y nos metimos cada uno en su futón. Al cabo de varios minutos, salí de mi futón y me metí en el de Sasuke abrazándole por la cintura.


- Joder, Naruto, no empieces – se quejó en voz baja.


- No estoy haciendo nada. ¿Es que no puedo abrazar a un miembro de mi familia? - le pregunté con diversión.


- Te conozco y sé que vas a comenzar a molestarme. Ahora no es el momento ni el lugar.


- Pues yo creo que es el momento y el lugar perfecto, tiene su morbo que nos puedan pillar – le dije antes de morder suavemente su cuello.


Sasuke se revolvió intentando separarse de mí pero se quedó quieto cuando sostuve su pene en  mi mano.


- Naruto – me dijo entre dientes con tono de advertencia pero yo le ignoré.


Me alejé un poco de él sin soltar su longitud para abrir mi yukata y dejar libre mi miembro. Comencé a masajear el pene de Sasuke intentando que despertase a la vez que acariciaba el mío que ya estaba medio erecto. Poco a poco conseguí que el de Sasuke se pusiera duro, subí y bajé mi mano por toda su intimidad a pesar de los intentos de Sasuke por liberar su miembro de mi mano.


- Naruto... para ya – dijo con voz entrecortada.


- ¿Por qué? Si... lo estás disfrutando – le contesté aguantando mis jadeos.


En ningún momento había dejado de prestar atención a mi propio miembro. Me masturbaba al mismo tiempo que le daba placer a Sasuke. Solté un momento mi intimidad para subir el yukata de Sasuke dejando su trasero expuesto y volví a agarrar mi pene para pasar la punta entre sus nalgas sintiendo que Sasuke se tensaba.


- ¿Qué cojones haces? - me preguntó intentando no chillar para que no nos descubriesen mientras se alejaba y se sentaba en el futón con su yukata medio abierto dejando ver su miembro erecto.


- Sasuke – le dije mirándole con deseo – Tengamos sexo.


- ¿Estás loco? Ni de coña voy a dejar que me la  metas – dijo alzando la voz pero sin llegar a gritar.


Me incorporé para desnudarme ante la mirada incrédula de Sasuke y me puse a cuatro patas colocando mi trasero hacia él.


- Está bien, te dejo ser el activo por esta vez. ¿Te apetece follar ahora? - le pregunté girando mi cabeza para poder verle.


Sasuke se levantó enfadado, cogió su ropa y se vistió a gran velocidad para salir de la habitación dejándome en aquella vergonzosa posición. Me quedé impactado por la rápida reacción del teme. Había huido sin insultarme como solía hacerlo y eso me preocupó. Quise salir tras él pero tenía un problema entre las piernas así que intenté pensar en algo desagradable para que se me bajase la erección. En cuanto lo conseguí, imité a Sasuke cogiendo mi ropa y poniéndomela. Salí de la habitación y miré por las zonas cercanas buscando a Sasuke pero no lo veía por ninguna parte. Decidí mirar por las zonas comunes por si se había ido hasta allí pero cuando iba por uno de los pasillos algo me llamó la atención. Me giré para observar con detenimiento y, a lo lejos cerca de un patio interior que había en la posada, vi a Sakura que abrazaba sonrojada a Sasuke. ¿Por qué le estaba abrazando? ¿Y por qué Sasuke se dejaba tocar y no la alejaba? Es cierto que el teme no le estaba correspondiendo al abrazo pues tenía sus brazos a cada lado de su cuerpo pero aún así no rompía aquel contacto.


Les miré por varios minutos en los que ninguno de los dos se movió de su posición y aquello me indicó que ahí pasaba algo que yo no sabía. Agaché mi cabeza dolido, no aguantaba más ver aquella escena así que me di media vuelta y regresé por donde había venido hasta llegar a la habitación que compartía con Sasuke. Entré en ella, volví a ponerme el yukata y me acosté en mi futón para intentar dormir, pero fue imposible. No se me quitaba de la cabeza esa imagen de Sasuke y Sakura juntos, esa vez sí me permití dejar que las lágrimas que se habían acumulado en mis ojos salieran mojando la almohada.


Lloré en silencio durante largo rato pero cuando escuché unos pasos que se dirigían hacia aquí, me limpié todo rastro y me aguanté las ganas de seguir llorando. Sabía que sería Sasuke y no quería que me viese así aunque me hubiese tapado hasta la cabeza porque seguramente se pensaría que sería otra de mis actuaciones como él decía. Cuando entró, me hice el dormido y le escuché desvestirse, ponerse su ropa para dormir y meterse en su futón. El resto de la noche me quedé en mi lado de la habitación sin volver a molestarle. Estuve varias horas despierto hasta bien entrada la madrugada, cuando el sueño por fin me venció.


Por la mañana cuando me desperté, estaba solo en la habitación. Sasuke ya se había levantado y seguramente habría ido a desayunar con los demás. Me puse mi ropa habitual y salí para reunirme con ellos. Como supuse allí estaban los tres comiendo y me uní a ellos en completo silencio. Tras acabar, nos fuimos a llevar a cabo nuestra misión que duró todo el día y después de finalizarla con éxito, volvimos a la posada. Allí fui a asearme en los baños públicos que tenían seguido de Sakura que se metió en la parte reservada para mujeres.


Durante todo el rato que estuve dentro enjabonándome y relajándome en el agua pude sentir una mirada sobre mí pero no me giré en ningún momento para averiguar de quién se trataba. Pero cuando ya me había vestido y estaba dispuesto a salir, un brazo agarrando el mío me detuvo.


- ¿Estás bien, dobe? - oí la voz preocupada de Sasuke.


Me giré para encararle y le miré fingiendo una sonrisa.


- No te preocupes, a tu hermanito no le pasa nada – le contesté soltándome del agarre y caminando al exterior.


No sé qué cara puso Sasuke ni tampoco me importó en ese momento. Me sentía dolido por lo que  había visto la noche anterior y necesitaba un poco de tiempo para recuperarme y volver a ser el de siempre. Que supiese que no tenía posibilidades con él, no significaba que me fuese a rendir fácilmente, sólo necesitaba un poco de tiempo muerto. Fui a cenar algo ligero y después me dirigí a mi habitación para dormir donde ya estaba Sasuke metido en su futón. Aquella noche le dejé tranquilo y no intenté tocarle, lo cual seguramente desconcertaría aún más al teme pero no tenía ánimos para hacer nada.


A la mañana siguiente, recogimos nuestras cosas y realizamos el camino de vuelta a la villa llegando allí por la noche. Una vez dentro, me despedí de los demás y me adelanté dejando a Sasuke con Sakura, la cual estaba hablando con él. Al llegar a casa, saludé a mi padre y a Itachi y me fui a mi habitación excusándome con que estaba muy cansado y que en la mañana hablaríamos. Noté sus miradas extrañadas y con un deje de preocupación sobre mí antes de marcharme a mi cuarto pero me dio igual, lo único que deseaba en ese momento era dormir y no pensar en nada más.


Me acosté en la cama y miré el cielo estrellado cuando alguien tocó a la puerta de mi habitación, era mi padre que venía preocupado aunque como siempre… traía su amplia sonrisa.


- ¿Puedo pasar? – me preguntó y le di acceso.


Mi padre entró cerrando la puerta tras él y acercándose a mi cama se sentó en ella acariciando mi cabello con dulzura. Sé que estaba preocupado por mi comportamiento, podía sentirlo.


- Desde que has llegado de la misión te noto algo distante – me dijo - ¿Seguro que es sólo cansancio?


- ¿Por qué la gente me odia? – le pregunté y él se tensó durante un momento.


- No te odian, es sólo que… no han visto aún lo gran persona que eres, pero yo sé que un día… lo verán – me dijo sonriendo – Créeme, un día se arrepentirán de no haberte conocido antes, cielo.


- Todos me comparan contigo, pero yo no soy tan bueno como tú.


- Lo serás, yo tampoco empecé siendo un genio, ¿sabes? Eso se lo dejé a Itachi – me dijo con una gran sonrisa – en serio cariño, lo verás. Tu madre era una persona muy bondadosa y fuerte, has sacado su carácter y sé… que has sacado mis habilidades. Yo mismo te ayudaré a perfeccionar el Rasengan que empezó a enseñarte Jiraiya y te enseñaré el Jutsu del Dios Trueno volador. ¿Te parece bien? – me preguntó y sonreí.


- Sí, quiero aprenderlo – le dije.


- Entonces… mañana entrenaremos. – Mi padre se encaminó hacia la puerta y entonces cayó en algo – por cierto… mañana por la noche Itachi y yo tenemos un asunto que atender con los ANBU, seguramente la reunión se alargará bastante así que… no le des mucha guerra a tu hermano, pórtate bien.


- ¿Nos vas a contratar un niñero? – le pregunté molesto.


- No… Sasuke se quedará de niñero – me dijo sonriendo – es el mayor así que le daré la responsabilidad a él, pero quiero que tú me prometas que te portarás bien y no discutiréis.


- Te lo prometo – le dije.


- Te quiero – me dijo mi padre – ahora voy a darle las buenas noches a tu hermano, descansa.


Mi padre cerró la puerta y yo lo único que pude susurrar para mí sin que nadie lo escuchase fue un “no es mi hermano”. Pensé en cómo se tomaría esto mi padre o Itachi… Supongo que no muy bien y es que para ellos Sasuke era como mi hermano pero no lo era, él era el hermano pequeño de Itachi y estaba un poco cansado de que siempre me tratasen de esa forma, yo amaba a Sasuke, no podía verlo como un familiar.


Me dormí y a la mañana siguiente cuando desperté, bajé a desayunar antes de marcharme a entrenar con mi padre. Itachi y Sasuke aún no se habían despertado cuando me marché, pero casi mejor de esa forma… necesitaba tiempo para pensar en todo lo que me pasaba con Sasuke. Sé que hoy tenía la noche entera a solas con él en casa. ¿Debía de aprovecharla y tratar de seducirle? ¿Debería contarle que le amaba en serio y que todo lo que él pensaba que era para molestarle era auténtico? No estaba seguro, pero pensaría en ello mientras entrenaba con mi padre.


 


Sasuke Uchiha POV


 


No había podido dormir nada esta noche y es que en parte sentía remordimientos por lo sucedido con Naruto, no sé qué le ocurría, pero estaba muy raro. No me había esperado para volver juntos a casa como siempre hacía, ni me había dirigido palabra alguna durante todo el camino desde la posada hasta la villa, había estado serio y distante, no era propio de él.


Pensé que cuando llegase a casa tendría una seria charla con él y trataría de descubrir si algo le había sentado mal, pero cuando llegué todo esperanzado, Minato y mi hermano me comentaron que se había marchado a dormir. Me sentía un poco mal por todo esto pero es que no entendía qué le ocurría a Naruto, siempre andaba molestándome y ahora de golpe… empezaba a ignorarme.


Esa mañana me levanté muy tarde, pero creo que fue debido a que conseguí coger el sueño demasiado tarde. Me sentía cansado y cuando bajé a desayunar, allí estaba mi hermano ya despierto preparándome el desayuno. Sé que esta noche tenían reunión con los ANBU, Minato me lo había contado anoche y yo sólo pensaba en que al estar a solas con Naruto quizá podríamos hablar de lo que le ocurría para distanciarse e ignorarme.


- ¿Dónde está Naruto? – le pregunté sentándome en la mesa tomando mi vaso de leche.


- Se ha ido con su padre a entrenar.


- Ya veo – le dije.


- ¿Estás bien? – me preguntó al ver mi seriedad.


- Sí


Desde luego Naruto me ignoraba y me esquivaba, hoy se marchaba todo el día fuera para no verme y eso me tenía un poco cabreado. Aproveché para ir a entrenar también un poco y cuando llegué, descansé leyendo un libro hasta que Minato entró por la puerta y Naruto me miró agachando su cabeza y subiendo las escaleras hacia su cuarto. Yo me quedé allí con el libro en la mano viendo cómo Itachi y Minato se arreglaban para marcharse a esa reunión ANBU, seguramente se pasarían toda la noche allí.


Cuando se marcharon Naruto no bajó de su cuarto a despedirse, llevaba ya mucho rato por ahí arriba él solo, no sé qué diablos estaría haciendo pero no le di importancia. Subí cuando se marcharon Minato y mi hermano sólo para asegurarme de que estaba bien, al fin y al cabo… yo era el mayor y tenía que cuidar de Naruto. Llegué hasta la puerta de su habitación y toqué a ella, pero no obtuve respuesta.


- ¿Naruto? – pregunté – vamos… ábreme, tengo que hablar contigo – él no contestó – Venga Naruto, por favor, ya estamos solos, ábreme y hablemos de lo que ocurre – al ver que no contestaba resoplé frustrado – iré a ducharme – le dije con la esperanza de que hiciera como siempre… venir a meterse en la ducha conmigo.


Me fui al cuarto de baño y esta vez… hasta le puse las cosas fáciles, ni siquiera le cerré el pestillo para que no tuviera que abrirlo con el alambre. Me desvestí y abrí el grifo entrando dentro. Empecé a ducharme, a enjabonarme bien pero no dejaba de mirar por el espejo por si la puerta se abría. Creo que añoraba que Naruto entrase y es que tenía un gran problema… creo que me gustaba Naruto, desde hacía ya años, desde que había empezado a manosearme y a provocarme, pero tenía que controlarme, era mi hermano, no podía hacer esto, así que como Naruto no paraba… a mí me tocaba ser el que aguantase estas malditas hormonas para evitar follármelo allí mismo, pero él no dejaba de provocarme y a veces, mi autocontrol fallaba. Cuando esto pasaba era aún peor, porque al disfrutar de él Naruto pensaba que me gustaba, que no le alejaba ni le apartaba porque me excitaba y era cierto, pero entonces tenía que mentalizarme en que era mi hermano para poder moverme y marcharme de allí. ¿Cómo era posible que sintiera algo por mi hermanito? Estaba enfermo y aquí estaba ahora bajando mis defensas… dejándole la puerta abierta deseando que entrase y cogiera mi miembro entre sus manos mientras restregaba y frotaba su miembro entre mis nalgas excitándome.


Naruto no entró en ningún momento y cuando salí con la fina toalla en mi cintura me di cuenta de que la puerta de su habitación seguía cerrada. Creo que estaba muy enfadado conmigo por algo que no sabía muy bien. Miré entristecido la puerta de su habitación y me acerqué hasta ella apoyando una de mis manos en la robusta puerta.


- Naruto… por favor, háblame – le supliqué y eso no era propio de mí – Vamos… llevo una toalla muy pequeña y prometo quitármela frente a ti si sales y hablas conmigo – le dije como último recurso – dejaré que me molestes lo que quieras – pero nada, no me hizo caso y frustrado me fui hacia mi cuarto.


Llegué a mi habitación abriendo la puerta pero cuando fui a darle a la luz, no encendía. ¡Menudo día para que encima se fundiese mi bombilla! Luego la cambiaría, ahora mismo estaba tan cansado que sólo quería tumbarme en la cama y descansar. Cerré la puerta tras de mí y busqué a ciegas la cama hasta que encontré el borde y me tiré encima sintiendo que caía sobre algo duro, esto no era mi colchón y toqué a ciegas hasta que mis manos se encontraron con un bulto enorme que tuve que palpar para asegurarme de qué era.


Busqué la luz de la mesilla y cuando la encendí me di cuenta de que estaba encima de Naruto. El muy idiota se había tumbado en mi cama desnudo boca arriba y se había atado las manos al cabecero de la cama. Se sonrojó cuando encendí la luz y se vio desnudo frente a mí en esa pose, pero no dejó su maldita locura.


- ¿Te gusto más así, teme? ¿Todo disponible? – me preguntó con una voz tremendamente seductora y traté de levantarme cuando sus piernas se enrollaron en mi cintura con fuerza evitándolo y volviendo a tirarme encima de él mientras movía su cintura rozando su miembro contra el mío – Hazme el amor, Sasuke, seré todo tuyo, dejaré que me hagas lo que quieras, jugaré a lo que quieras pero por favor… hazme caso por una vez – me pidió y yo estaba demasiado sonrojado, demasiado excitado al verlo así.


- Joder, Naruto, que eres mi hermanito – le dije intentando levantarme.


- No es cierto.


- Suéltame Naruto, no podemos hacer esto.


- ¿El qué? – dijo frotándose aún más con mi miembro hasta que gimió - ¿Vas a dejarme con esta excitación, teme? – me preguntó – por favor… sólo un poco, tócame un poco.


- He dicho que no, Naruto – le dije levantándome de golpe rompiendo el agarre de sus piernas y desatando sus manos con el kunai de la mesilla.


Ya tenía sus manos sueltas cuando se abalanzó sobre mi cuello besándome con fuerza. Del impulso me tiró al suelo cayendo sentado mientras él seguía besándome colando su lengua en mi boca. Era la primera vez que besaba o que me besaban con profundidad y no pude evitar excitarme, Naruto me excitaba mucho pero a la vez… sabía que esto estaba mal, tenía que apartarle, tenía que hacerlo pero en cambio mi mano estaba en su nuca presionándole más contra mí mientras era yo quien ahora colaba mi lengua en su boca jugando con su lengua.


- Sigue, Sasuke – dijo con sus ojos cerrados cuando me separé – sigue besándome, por favor – comentó mientras una lágrima caía de su ojo derecho – te deseo, no es un juego, por favor…


En aquel momento me di cuenta del daño que le estaba haciendo, me di cuenta de que si esto no era un juego no podía estar haciendo esto, Naruto debía olvidarse de mí, de estos sentimientos, éramos hermanos, tenía que dejar que me fuera y agaché la cabeza ocultando el dolor que iba a lanzarle con mis palabras.


- Vete de mi cuarto, Naruto – le dije – ya he tenido suficiente de ti, eres mi hermano y eso no cambiará nunca.


- Pero… sé que ese beso te gustaba, déjame estar contigo.


- No eres suficiente para mí, Naruto – le dije mintiendo, esto me dolería más a mí que a él, pero no podía ser.


- Aprenderé, mejoraré, haré lo que quieras Sasuke, sólo tengo que mejorar, seré el que más placer te dé, te lo prometo – dijo desesperado.


- No puedes Naruto, me gustan las mujeres.


- Me transformaré en mujer, puedo hacerlo con mi técnica.


- He dicho que no, Naruto – le grité y él se levantó de encima de mí con lentitud entristecido.


Se fue hacia la puerta de mi habitación y al mirar en la mesilla me di cuenta de que allí estaba la bombilla de mi habitación, Naruto la habría quitado para dejarme sin luz, lo tenía todo planeado para que me acostase con él.


- ¿Has encontrado a tu persona importante, Sasuke? – me preguntó de golpe llorando.


- Sí – le mentí.


- Eres un mentiroso.


- ¿Por qué dices eso?


- Porque dijiste que le entregarías ese mugriento anillo que salió en la caja de cereales a la persona más importante en tu vida, pero aún lo guardas.


- ¿Has registrado mis cosas? Te recuerdo que tú no querías aquel anillo, es algo mío, Naruto – le dije enfadado – no tienes derecho a tocar mis cosas ni a rebuscar en mis cajones.


- Es para Sakura, ¿verdad? ¿Vas a dárselo a ella?


- Sí – le mentí y él abrió inmensamente los ojos ante mi aclaración mientras se ponía su pantalón, fue entonces cuando me enseñó el anillo en su mano.


- Entonces ven a recuperarlo si vas a dárselo – me retó metiéndoselo en sus pantalones con su miembro.


- ¿Pero qué haces? – le pregunté – sácatelo.


- ¿Quieres que me saque el pene ahora, Sasuke? – me dijo sonriendo con prepotencia – méteme mano si tienes lo que hay que tener entre las piernas – me retó de nuevo – vamos…


Cabreado como estaba plaqué contra Naruto derribándolo al suelo y la toalla se me cayó en algún momento por el camino pero me dio igual. Me coloqué encima de Naruto que luchaba contra mis manos tratando de evitar que fuera a su pantalón a recuperar el anillo pero al final conseguí meter la mano izquierda y buscando el anillo tropecé con sus huevos y su miembro rozándolo tantas veces mientras lo buscaba que Naruto empezó a gemir quedándose quieto.


Encontré finalmente el anillo cerca de su entrada, se había quedado enganchado con un hilo de su pantalón y moví mis dedos tratando de desengancharlo pero no pude evitar al escuchar a Naruto jadear, mover mi dedo corazón hacia su entrada colándolo un poco por él, creo que me había gustado escucharle gemir y quería seguir oyéndole mientras buscaba el anillo.


Miré su rostro, estaba completamente rojo, con los ojos cerrados y gimiendo sintiendo mi dedo entrando levemente en él. Yo fingía buscar el anillo mientras aprovechaba un poco esa excusa para darle algo de placer. El anillo se desenganchó de golpe, pero al ver a Naruto en esta posición tan indefenso y doblegado ante el placer, no quería sacar la mano. Incrusté el anillo en mi dedo anular y fingiendo que seguía buscándolo con mi mano toqué sus huevos apretándolos levemente dejando mi dedo corazón aún dentro de él.


- Sas…Sasuke – escuché que me llamaba.


- Dame el anillo, Naruto – le dije fingiendo que lo buscaba.


- No sé… dónde está – me dijo – pero si sigues así yo…


Cogí con la mano su miembro masajeándolo de arriba hacia abajo, masturbándole levemente y creo que esto ya no había forma de fingirlo. ¿Cómo iba a estar buscando el anillo entre su prepucio? No podía estar ahí, eso era obvio pero Naruto jadeaba rojo como un tomate, arqueaba su espalda y yo me sentía triunfante por sacarle todos aquellos gemidos hasta que de golpe se corrió en mi mano y me di cuenta de que… ¡Había masturbado a mi hermanito! Me había dejado llevar por mis hormonas y ahora me sentía terriblemente mal. ¿Qué narices me pasaba? ¿Cómo había podido hacer esto? Tenía que fingir, no me quedaba de otra.


- Joder, Naruto, qué asco. ¿Cómo has podido correrte en mi mano? – le grité sacando la mano de su pantalón de golpe mientras él se incorpora.


- Lo siento, Sasuke – me dijo disculpándose – lo lamento.


- Lárgate ya de mi habitación.


- Déjame hacer algo para compensarte esto, por favor – me dijo sonrojado y a punto de llorar – lo siento de verdad, yo no quería correrme en ti.


- Lárgate, joder – le grité enfadado y se marchó de mi habitación llorando, yo miré mi mano llena de su semen y con el anillo en mi dedo.


Salí a lavarme la mano y me fijé que Naruto había vuelto a encerrarse en su habitación. Me sentí muy culpable por todo esto. Estaba claro que sentía algo por mi hermano, le quería y no podía negarlo, el anillo no había podido dárselo a nadie y es que sería una estupidez pero… él era mi persona importante, se lo habría dado a él pero  no podía, quizá por eso jamás lo había sacado de mi mesilla, si no podía ser para él, no sé si podría dárselo a alguien más. Minato me mataría si se enteraba de esto, de que así cuidaba a mi hermanito, me sentí el ser más despreciable del mundo. Me había enamorado de mi hermano pero le hacía daño una y otra vez porque no podía estar con él, este amor era un imposible.


Lloré en el baño encerrado durante casi veinte minutos, lloré por cómo me sentía, por el daño que le habían hecho mis palabras pero ya no sabía qué hacer. ¿Cómo iba a estar con él? No podía estarlo. Cuando me recuperé un poco salí del baño y me fui a la habitación durmiéndome enseguida.


Esa noche tuve un sueño rarísimo, soñé que Naruto entraba por la noche en mi habitación y apartando las mantas, bajaba mi pantalón y sacaba mi miembro empezando a jugar con él, a lamerlo con sensualidad y suavidad. Gemí al notar cómo succionaba mis huevos y los lamía con insistencia para luego subir su lengua desde la base de mi miembro hasta la punta metiéndose todo mi pene en su boca, subiendo y bajando sobre él, estrujándolo con su boca y yo no podía dejar de pensar que me estaba follando su boca, eso me excitaba muchísimo y moví mi cadera hacia arriba y hacia abajo entrando y saliendo de su boca, cogiendo su cabello con mi mano indicándole el ritmo que me gustaba a mí.


Sé que era un enfermo por estar soñando estas guarradas con mi hermano, pero es que intentar controlarme… haber estado tantos años tratando de controlarme para no hacerle mío allí mismo… pasaban factura, no podía seguir conteniéndome y mi mente soñaba con él, no podía dejar de soñar con él. Gemí como un loco, estaba desesperado por correrme.


- Sigue – le supliqué – sigue Naru… voy a correrme.


Siguió un poco más colocando su mano en mi abdomen que ahora tenía espasmos de placer mientras yo agarraba con más fuerza su cabello y me corría en su boca viendo cómo se lo intentaba tragar todo y lamía mi miembro con lujuria limpiándolo entero para luego subirse encima de mí dándome pequeños besos por mi abdomen hasta llegar a mi boca y besarme con pasión metiendo su lengua en mi boca. Disfruté de su sabor, en realidad… supongo que del mío mezclado con el suyo propio.


- Naruto – le susurré sintiendo cómo se sentaba encima de mi miembro y gemía rozándose contra mi miembro y entonces me di cuenta… esto no era un sueño.


Me incorporé de repente y Naruto perdió el equilibrio cayendo al suelo quejándose por el golpe.


- Ay – se quejó – qué bruto eres.


- Joder, Naruto. ¿Qué estás haciendo?


- Disculparme por lo de antes – me dijo – yo… te lo debía.


- Márchate – le dije.


- Pero… te estaba gustando, susurraste mi nombre – me dijo.


- Lárgate maldita sea. ¿Cómo tengo que decirte que eres mi hermano?


- No eres mi hermano, maldito imbécil – me gritó él a mí – eres el hermano de Itachi, no eres nada mío.


- Mi hermano está casado con tu padre, eres como mi hermano.


- Pero no es cierto, no eres mi hermano – me gritó – quiero estar contigo Sasuke, te amo a ti y puedo ver que tú también sientes algo por mi.


- Márchate – le dije cogiéndolo del brazo y sacándolo fuera de mi cuarto mandándolo al suyo.


Aquella noche… ya no volví a ver a Naruto por aquí, por fin me dejó dormir aunque yo no podía quitarme de la cabeza que me había corrido en la boca de mi hermano, no dejaba de darle vueltas a eso y miré en mi mano aún el anillo que me habría gustado darle a él. Me dolía verlo, me dolía hacerle esto a Naruto pero no podríamos estar juntos.


 


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