Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Enamorado de Minato Namikaze por Fullbuster

[Reviews - 60]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Naruto Uzumaki POV


 


Me fui a mi habitación cuando Sasuke me tiró de la suya. ¿Para qué mentir? Estaba muy deprimido, yo sólo quería disculparme con él, habría hecho lo que fuera por él, siempre haría lo que fuera, sólo le necesitaba a él para ser feliz, pero siempre me negaba una y otra vez, me rechazaba y cada vez que lo hacía mi corazón se rompía un poco más, creo que ya no aguantaba más, lo tenía deshecho, no podía pisotearlo más, no podía rompérmelo más. Mi terquedad me llevó hasta aquí, años y años persiguiéndole y para nada, para conseguir que me humillase, que me rebajase hasta límites insospechados sin conseguir nada, él jamás me amaría, jamás dejaría de verme como a su hermano.


Entré en mi habitación y cerré la puerta tras de mí dejando mi espalda resbalar por la puerta hasta que caí sentado en el suelo llorando a lágrima viva. Había sido un necio, me había engañado a mí mismo pensando que algún día sería suficiente para él, pero yo sólo era su pequeño hermanito el molesto, nada más.


Sé que había estado mal correrme en su mano pero sentía tanta excitación cada vez que estaba cerca de él, me sentía tan completo cuando tan sólo era capaz de regalarme una mirada, su gesto más simple era todo un mundo para mí, me gustaba cuando me hacía caso, cuando se preocupaba por mí y me había sentido muy celoso cuando dijo que aquel anillo se lo regalaría a Sakura, me habría gustado que hubiera dicho que era para mí pero… ¿A quién quería engañar? Yo nunca estaría a su altura, ese anillo jamás llevaría mi nombre, no podía ser posible.


Ahora mismo no quería ver a Sasuke, tenía y quería esquivarle, no estaba dispuesto a volver a verle la cara, no sabía cómo mirarle después de esto. Nunca había llegado tan lejos con él. Sé que a veces me había pasado, que había masajeado su miembro hasta en clase pero… no pasé de ahí, de tocar su abdomen, su trasero, de restregar mi miembro con el suyo por encima de la ropa interior o de tocar su miembro pero hoy… hoy me había corrido en su mano enfadándole y encima… para disculparme pensé que sería bueno que él pudiera hacer lo mismo, es decir… pagar con la misma moneda, permitir que se corriera en mí. Era la primera vez que le ofrecía mi boca pero lo hice.


Quizá Sasuke estuviera soñando, pero cuando pronunció mi nombre en sueños me hice ilusiones y me esperancé de que quizá fuera conmigo con quien soñase, de que pensase que era yo quien le daba ese placer, pero debí confundirme porque cuando se corrió en mi boca y se despertó en el momento en que intenté hacer algo más con él… me lanzó al suelo más enfadado que nunca. Me sacó a empujones de su habitación y entendí… que me había pasado. No volvería a pasar esto, no volvería a verle, no tenía cara ahora para poder mirarle a los ojos, me sentía avergonzado.


Se había follado mi boca, yo me tragué todo lo que pude de su semen para evitar que se manchase y él… me despreció. ¿Cómo debía mirarle ahora a la cara? No podía, cada vez que nos mirásemos recordaríamos ese tenso momento, esa vergonzante situación y sabía… que ahora nuestra relación había cambiado por completo.


Mi padre llegó muy tarde, lo escuché llegar y aunque no hicieron mucho ruido… al haberme quedado dormido contra la puerta aún sentado en el suelo me hizo despertarme. Me di cuenta de que seguía en la misma posición en la que me había quedado, seguramente Sasuke estaría durmiendo plácidamente en su cama y yo era el único idiota que seguía aquí sintiéndome imbécil. Me limpié las lágrimas y miré por la ventana, estaba amaneciendo y aunque debería sentirme feliz… me sentía patético, un nuevo día… un nuevo día sin Sasuke o en este caso… más lejos de lo que podía estar de él, cada día que pasaba me sentía más y más lejos. Yo jamás estaría a su altura, él jamás sería mío.


Abrí la puerta y tanto Itachi como mi padre me vieron caminar por el pasillo. Se quedaron paralizados sin entender qué hacía casi a las seis de la mañana despierto, pero es que esto iba a ser lo máximo que iba a poder dormir.


- ¿Naruto? – preguntó Itachi - ¿Qué te ocurre? Tienes los ojos hinchados.


- No me encuentro bien – le mentí o al menos fue una media mentira.


- ¿Estás enfermo? ¿Quieres que llame a un médico? – preguntó mi padre preocupado viniendo a paso rápido hacia mí y tocando mi frente – estás ardiendo, Naruto.


- Yo… - la verdad es que sí me encontraba un poco mareado – tengo sueño – le dije desplomándome en sus brazos y aunque oía cómo me llamaban no podía abrir los ojos ni contestarles, las fuerzas me abandonaban.


Noté que alguien me cogía en brazos, ni siquiera podía diferenciar si era Itachi o mi padre, lo que si sentí es cómo Minato llamaba a Sasuke despertándole y comentándole que me llevaban al hospital de inmediato. No recuerdo más de todo aquello, sólo que tenía mucho sueño, demasiado y que el que me llevaba en brazos… era cálido y acogedor, por el olor era posible que fuera Itachi.


Desperté en el hospital y por la ventana se veía el sol, tenían que haber pasado horas desde que estaba en casa. Miré la vía en mi brazo y me sentía débil, me costaba mantener los ojos abiertos, no tenía fuerzas ni para moverme pero sí notaba que había un peso sobre mi abdomen y al mirar levemente como pude, me encontré el rostro de Sasuke sobre mí. Estaba dormido, debía de estar muy cansado. Su mano estaba cogiendo la mía con fuerza y creo que estaba preocupado pero yo intenté deshacerme de su contacto por la vergüenza que tenía de lo que había pasado aquella noche, de la vergüenza por la humillación y el rechazo que me había hecho pasar.


Miré su rostro una vez más y me sonrojé, era tan guapo, me importaba tanto Sasuke que dolía. Por la ventana que daba al pasillo encontré a mi padre junto a Itachi que le cogía la mano con fuerza mientras hablaban con un médico, pero los dos relajaron de golpe su semblante preocupado, creo que eso eran buenas noticias. Sasuke se movió de golpe sintiendo cómo intentaba apartar mi mano de él y sonrojado, cerré los ojos de golpe y me mantuve quieto, no me sentía aún capaz de poder hablar con él después de lo ocurrido, tenía que evitarlo, así que me hice el dormido.


- ¿Naru? – preguntó Sasuke medio dormido aún por haber sentido mi mano, pero yo no respondí – Naruto por favor… despiértate – me pidió pero yo no lo hice.


En aquel momento escuché la puerta y mi padre entró junto con Itachi, lo supe por cómo llamaron a Sasuke.


- ¿Qué ocurrió anoche? – le preguntó Itachi – Tenías que vigilar que estuviera bien.


- Lo estaba… hasta que… - se calló de golpe – hasta que lo mandé a su habitación, os lo prometo. Él… entró en mi habitación de golpe para… molestarme como siempre y yo le mandé a su habitación, no creí que estuviera enfermo ni nada parecido, estaba bien cuando le vi. Lo siento – se disculpaba y creo que estaba llorando – debí cuidarle mejor, es mi hermanito, debí preocuparme de que estuviera bien, lo siento.


- Ven aquí – le dijo su hermano abrazándole.


- Se pondrá bien, Sasuke – le dijo mi padre de golpe – al parecer ha dormido con la ventana abierta y hoy ha hecho mucho frío, es un resfriado, le subió la fiebre y está bajo de defensas, nada más, se pondrá bien con medicación. ¿No tenías hoy una misión con Kakashi? – le preguntaron.


- Sí, pero con Naruto así… les he dicho que no podía ir – le comentó Sasuke – prefería quedarme con él.


- Vete ya, anda – le dijo Itachi – está bien. Vete a entrenar un rato con Kakashi, sé que quería enseñarte algo nuevo.


- Vale – le dijo Sasuke marchándose antes de sentir cómo acariciaba mi mano y la soltaba finalmente para irse.


Abrí los ojos cuando se marchó Sasuke aunque esperé unos minutos para asegurarme de que ni mi padre ni Itachi irían corriendo a buscarle para que viniera a verme. No quería ver a Sasuke, sé que le dolía y que estaba preocupado, pero yo no podía verle en este momento, ¿Qué pensaría de mí después de haberse follado mi boca anoche? ¿Que era un pervertido? Eso sería como poco.


- ¿Naruto? ¿Estás bien? – preguntó mi padre preocupado al verme abrir los ojos.


- Sí – le dije.


- Bien, iré a por tus cosas y nos iremos a casa, el médico dijo que te daría el alta en cuanto despertases. No vuelvas a dormir con la ventana abierta ni en malas posiciones.


- Lo siento – me disculpé – fue una noche extraña.


- ¿Molestaste a tu hermano otra vez?


- Algo así – le dije sin darle importancia – fue mi culpa dejar la ventana abierta, lo siento. Sasuke no tuvo la culpa, no la toméis con él, por favor.


- No la hemos tomado con él. Venga, necesitas descansar, aún estás muy débil.


Me llevaron a casa y me hicieron tomarme las medicaciones que me mandó el médico, eran asquerosas pero no tenía más remedio. Mi padre tuvo que marcharse a la oficina por un problema urgente, él no quería desprenderse de mi lado pero al final no tuvo más remedio que ir. Fue Itachi quien se quedó a mi lado.


Me aburría mucho de estar en casa y quise salir a dar un paseo, sé que estaba débil y que no podría hacer habilidades en un tiempo pero… sólo sería un paseo por la villa, nada más. Itachi no dejaría que me fuera pero cuando se quedó dormido del cansancio por la reunión de anoche, aproveché para escaparme. ¡Hasta salí por la puerta y ni se enteró! Estaba muy cansado.


Paseé por el clan Namikaze, como siempre había gente que no me dirigía ni la palabra, algo que nunca pude entender. ¿Por qué la gente me miraba como si fuera un demonio o algo peor? No lo sabía. Me deprimía un poco y cuando salí del clan llegando al centro de la villa me encontré con mi compañera de equipo, Sakura.


Quise pasar de largo, ella sólo tenía ojos para Sasuke y ya me había quedado claro que yo no le importaba pero cuando me di la vuelta para no tener que cruzármela, ella se giró y me hizo señales para que fuera allí a sentarme en el bar donde se estaba tomando algo. Había otro vaso a parte del suyo en la mesa y sospeché que podría ser de Sasuke, hoy tenían entrenamiento, quizá habían quedado después de él. Intenté irme pero su insistencia llamándome al final hizo que me acercase.


- Buenos días, Sakura – le dije mostrando una sonrisa o intentándolo.


- Siéntate un rato con nosotros – me dijo con amabilidad.


- Yo… no puedo, debería volver a casa.


- Sí, tu hermano me estaba contando que no has pasado una buena noche. Siéntate un rato por favor, luego podrías irte con Sasuke a casa, no es aconsejable que vayas solo estando enfermo.


- Vale – le dije al final sentándome.


- ¿Qué quieres tomar? Iré a la barra a pedirlo.


- Un zumo – le comenté - ¿Dónde está Sasuke?


- Ha ido un segundo al baño, enseguida saldrá. Aún había mucha cola – comentó con una sonrisa acercándose a la barra a pedir algo.


Me quedé allí solo y veía al fondo en el interior del local cómo Sakura pedía mi zumo al camarero. Miré hacia la calle cuando escuché a un compañero de la academia que venía hacia mí, la verdad es que no lo veía desde la academia y eso eran unos años.


- Vaya… Naruto. Qué sorpresa encontrarte por aquí – dijo Kiba sentándose en el lugar donde antes estaba Sakura - ¿Qué haces tan solo?


- Nada, tomar algo, pero me iba enseguida.


- ¿Tomar algo con tu hermanito? – me preguntó con cierto toque de ironía en su voz.


- No – le dije.


- Mejor para mí, porque me gustaría hacerte olvidar a tu hermano – dijo de golpe abalanzándose sobre mí y besándome con fuerza.


Intenté apartarme pero aún estaba débil y no pude hacer mucho. Cogió mi brazo derecho colocándolo a mi espalda obligándome a levantarme y me empujó el pecho con fuerza contra la mesa estampando mi cara en la tabla de madera.


- Suéltame – le grité intentando quitármelo de encima, pero no podía.


- Naruto… relájate y disfruta, esto te gustará, al fin y al cabo… tú eres el pervertido que tocaba a su hermano en clase, ¿verdad? ¿Qué le hacías exactamente? Quiero que me lo hagas a mí también. ¿Le hacías algo como esto? – preguntó metiendo su mano bajo mi pantalón tocando mi miembro y me mordí el labio para no jadear.


Sus amigos estaban allí riéndose e incitándole a seguir mientras yo trataba inútilmente de apartarlo de mí. ¿Cómo sabía él lo de mi hermano? ¿Cómo podía saber lo que le hacía en la academia? ¿Cómo podía saber que amaba a Sasuke? No lo entendía. Las lágrimas querían salir de mis ojos cuando su mano cogió mis huevos con fuerza y su dedo empezó a buscar mi entrada.


- P-para – le pedí susurrando.


- Disfruta Naruto… esto no es nada con lo que te espera. ¿Por qué Sasuke Uchiha es el único que puede disfrutar de tus perversiones? Yo también quiero Naruto, déjame que meta mi polla en ti, te gustará más que la de ese Uchiha. ¿O es porque no tiene el morbo que si te follase tu hermano?


- No es mi hermano – le grité – no es mi hermano y tampoco ha intentado nunca abusar de mí. Él no es como tú.


- Tienes una bocaza enorme Naruto, quizá deba callártela – dijo mientras escuchaba cómo se bajaba la bragueta y tuve miedo de que quisiera meterme su miembro en mi boca.


Cerré los ojos sabiendo lo que vendría, yo sólo quería irme de allí, yo sólo quería ser de Sasuke. ¿Por qué nadie me ayudaba? ¿Era porque todos me tenían miedo? Entre todas aquellas risas que gritaban que me cerrase la boca con su polla escuché a Sakura gritarle que me soltase y abrí los ojos al momento viendo cómo sacaba su kunai en dirección a Kiba.


- Suéltale ahora.


- Vamos, Sakura… sólo era una broma – le dijo.


- No es una broma, es una humillación y es mi compañero y mi amigo, no vas a tocarle, aléjate de él ahora mismo.


- Lárgate de aquí pequeña zorra y deja que disfrute de mi juguete – dijo de golpe pegándole una bofetada que la tiró al suelo.


- Sakura – grité yo viéndola en el suelo quejándose del golpe pero se levantó corriendo en dirección al baño llamando a mi hermano.


- Kiba, larguémonos – dijo uno de sus compañeros – ya te has divertido un poco con él, vámonos antes de que venga el Uchiha – le decía.


- Déjame, ¿no ves que me lo estoy pasando bien? Ese Uchiha se cree el mejor, pero su juguetito será mío.


Grité cuando sentí cómo metía su dedo en mi interior mientras seguía masajeándome y me hice sangre en el labio tratando de no gemir, mis gemidos sólo serían para una persona y ésa era Sasuke. Dejé de sentir su mano y escuché un fuerte golpe. Cuando dejé de sentir el peso de Kiba sobre mí me incorporé un poco para ver qué ocurría, la gente del lugar que miraban la escena y se reían se desplomaron al suelo todas juntas y vi a Sasuke frente a mí con el sharingan activado, creo que los había metido en alguna ilusión desplomándolos. Kiba estaba en el suelo asustado viendo a Sasuke enfadado.


- ¿Tú eres el idiota que se ha atrevido a ponerle la mano encima a mi hermano? – preguntó enfadado y vi a Sakura a mi lado que había ido a buscarle para ayudarme.


- No volverá a pasar, Sasuke – le dijo Kiba.


- Claro que no volverá a pasar, porque tú no tendrás manos para volver a tocarle – le dijo y escuché cómo gritaba Kiba.


Creo que estaba en alguna ilusión y Sasuke lo estaba mutilando en ella, porque aquellos gritos eran desgarradores. Yo estaba tenso, demasiado, nunca había visto a Sasuke tan enfadado como ahora y me daba un poco de miedo.


- ¿Cómo te atreves a tocarle? – preguntó con la voz en grito cogiéndolo de la camiseta y pegándole un puñetazo que lo hizo sangrar.


- Sasuke… - le susurré – para, por favor.


- No vuelvas a acercarte a él o la próxima vez no me contendré – le advirtió pero sabiendo que Sasuke se giraría hacia mí, salí corriendo de allí, no estaba preparado para enfrentarle, no después de lo de anoche y después de haberle visto tan fuera de sí con todo esto.


Corrí y no dejé de correr aunque Sakura me llamó y trató de detenerme, creo que Sasuke también se giró a ver cómo me marchaba de allí. Bastante humillado estaba ya como para encima tener que haber aguantado a Kiba y que tuviera que venir Sasuke a defenderme. Sé que estaba enfermo aún y que no tenía apenas fuerza pero… Sasuke era quien tenía que haberme defendido después de que él también me humillase ayer. ¿Por qué defenderme? Podía haber dejado que me humillasen, eso es lo que mejor se le daba a mi “hermano”. Jamás me había referido a él como “hermano” pero si es cómo quería que le viera… empezaría a hacerlo, a partir de ahora… Sasuke Uchiha sería sólo eso, un familiar.


Tanto correr, llegué hasta el Ichiraku Ramen y mi estómago rugió, siempre me había gustado el ramen que hacían en este lugar, me encantaba pero hoy no llevaba dinero. Iba a marcharme cuando un ninja encapuchado con una larga capa me habló de golpe y me detuve.


- Ey, chico… te pago un cuenco de ramen si me haces compañía un rato.


- No, gracias – le dije desconfiando.


- Sólo es hablar un rato. Hace mucho que viajo solo y me apetece un poco de conversación. Siéntate por favor.


Al final accedí y me senté a su lado. Aquel misterioso hombre me invitó como prometió a un cuenco de ramen y sé que nada malo podía pasarme porque estaba lleno de ninjas de Konoha y yo era el hijo del Hokage, no harían nada en mi contra, todos esos ninja me protegerían.


Empecé a comer y el hombre estuvo preguntándome cosas sin importancia de la villa a las que yo estuve contestando como pude mientras comía mi cuenco. Aquel hombre parecía haber estado viajando mucho y a veces traté de mirar bajo su capucha pero sólo vi un ojo fijo en el cuenco que comía.


- ¿Por qué tienes esa cara tan triste? – me preguntó de golpe.


- Supongo que porque las cosas nunca salen como uno espera.


- Eso es cierto… las cosas nunca salen como uno espera – me aseguró – yo una vez tuve un gran poder, pero lo perdí, una persona me lo arrebató.


- Debía de ser un ninja poderoso.


- Lo era – me dijo girándose hacia mí – tenía los ojos azules como tú, pero todo eso quedó en el pasado. Ahora sólo soy un ninja que se dedica a visitar otras villas y disfrutar de la vida.


- Ya veo.


- Quizá yo también habría podido irme de aquí un tiempo, respirar aire nuevo – le comenté – eso habría estado bien para olvidar.


- ¿Olvidar es lo que buscas? ¿Olvidar algo?


- A alguien más bien – le comenté – supongo que olvidar a todos, total… en esta villa nadie parece quererme del todo.


- Eso debe ser por el gran demonio que metieron dentro de ti – me dijo y me extrañé.


- ¿El qué? – pregunté.


- ¿No te lo contó el Hokage? – preguntó sorprendido – hace años… él encerró a uno de los demonios más poderosos en ti, bueno… la mitad en ti, la mitad en él. La gente te huye porque piensan que eres sólo un niño que no podrá controlar ese poder – dijo colocando su mano en mi cuello y sentí calor, sentía mucho calor y entonces la aparté levantándome.


- Mientes – le grité – el Hokage es mi padre, él no haría algo así.


- ¿Es tu padre? – preguntó sorprendido – entonces creo que tienes muchas cosas que hablar con él, ¿no crees? Te ha estado mintiendo todos estos años, tú no eres un chico normal y corriente, eres el portador del Kyuubi.


Cogí mi chaqueta y salí de allí corriendo, tenía que hablar con mi padre de esto, tenía que buscar explicaciones a todo esto. ¿Por qué todos me traicionaban? ¿Por qué no me contaban la verdad?


 


Minato Namikaze POV


 


Ya había solucionado el problema por el que me habían llamado con urgencia, el cual me forzó a dejar a mi hijo enfermo en casa con Itachi, y ahora me habían liado para que hiciera todo el papeleo. Mis ojos se movían una y otra vez sobre la misma línea del papel que tenía entre mis manos, no sabía cuántas veces había leído lo mismo pero es que no me podía concentrar, estaba demasiado preocupado por Naruto y por la reunión de anoche.


 


Flashback


 


Tras salir de casa junto con Itachi dejando a mis hijos allí, nos dirigimos al cuartel general de los ANBU ya que allí tendría lugar la reunión. El tema era de gran importancia así que seguramente nos llevaría toda la noche.


Naruto me preguntó anoche por qué algunas personas de la villa le odian y le mentí – le comenté con un tono de culpabilidad a Itachi mientras caminábamos – No fui capaz de hablarle del Kyuubi... ¿Crees que hice bien? - le pregunté preocupado.


Sí, Minato – me respondió – No creo que fuese el mejor momento para contárselo, anoche parecía estar un poco deprimido y es posible que si le hubieses contado la verdad, se hubiese puesto peor. Habrá que encontrar un momento mejor para decírselo.


¿Acaso hay un buen  momento para soltar que encerré la mitad de un demonio dentro de un bebé? - le contesté afligido – Me va a odiar por haberlo hecho y por habérselo ocultado durante tantos años... ni siquiera le conté toda la verdad sobre la muerte de su madre.


No te va a odiar, es tu hijo y te quiere – me dijo mirándome a los ojos – se enfadará, no te lo voy a negar pero estoy seguro que se dará cuenta de que todo lo que has hecho ha sido para protegerle. Acabará por comprenderlo así que no te preocupes más.


Me detuvo un momento para poder besarme de forma tan dulce que no pude evitar temblar entre sus brazos. A pesar de todo el tiempo que llevábamos juntos, Itachi aún era capaz de conseguir que reaccionara así ante sus besos y sus caricias. En todos estos años mis sentimientos hacia él no se habían enfriado lo más mínimo, sino todo lo contrario, se habían intensificado. Cada día que pasaba le amaba más y más.


Tienes razón, debo dejar de preocuparme ahora, cuando llegue el momento se lo explicaré y asumiré las consecuencias – le dije tras separar nuestros labios.


Reanudamos el camino, no podíamos llegar tarde ya que era un asunto importante por lo que no teníamos tiempo que perder. A los pocos minutos, llegamos hasta el cuartel y entramos en él, caminamos por algunos pasillos hasta llegar a una habitación con varios ninjas escoltando la entrada. Era una sala especial protegida para que nadie pudiera escuchar lo que se discutía en su interior y que ninguna información saliese de allí. Los guardias usaron varios sellos especiales para abrirnos la puerta y una vez hecho, entré seguido de Itachi.


Hokage-sama – saludaron todos los presentes poniéndose de pie y haciendo una reverencia en cuanto me vieron pasar por la puerta.


Sentaos, por favor – les indiqué mientras Itachi y yo tomábamos asiento – Bien, será mejor ir directos al tema que nos concierne... ¿dónde está Danzo? - pregunté sin rodeos.


No lo sabemos, Hokage-sama. La última vez que tuvimos contacto visual con el objetivo estaba escondido en una cueva a las afueras de un pueblo cercano a Konoha – me contestó uno de los ANBU encargados de su vigilancia.


Desde que entró en ella, estuvimos observando la entrada durante tres días por si salía pero en ningún momento lo hizo, por lo que empezamos a sospechar que algo había pasado. El objetivo no había estado ahí antes y no llevaba víveres para aguantar tanto tiempo sin salir a por comida – me informó otro de los ANBU seleccionados para la misión.


¿Comprobasteis que no hubiera otra forma de salir de aquel sitio? - les cuestioné.


Sí, Hokage-sama. En cuanto le vimos entrar en aquella cueva, nos aseguramos de que no había otra salida – me volvió a responder el primer ANBU.


Tras esos tres días, decidimos inspeccionar el interior de la cueva sin que el objetivo nos pudiese descubrir pero cuando revisamos cada rincón de aquel lugar, no había ni rastro de él. Nos cercioramos de que no se nos hubiese escapado ningún detalle, Hokage-sama, pero no sabemos cómo pudo escapar de allí sin que lo notásemos – terminó de explicarme un tercer ANBU.


Me quedé en silencio pensando cómo pudo haber pasado aquello. Me preocupaba que le hubiésemos perdido la pista a Danzo en un lugar no muy lejano de la villa pero sobre todo, me preocupaba la fecha... quedaba muy poco para el cumpleaños de Naruto. ¿Estaría relacionado o sería solamente una casualidad? No estaba seguro pero me inquietaba mucho todo aquello, en todos esos años Danzo no había tenido intención de vengarse de nosotros como juró cuando le exiliamos... Entonces, ¿por qué justo ahora desaparecía? ¿Pretendería vengarse de mí yendo tras Naruto justo en el día más doloroso y feliz al  mismo tiempo para mí? ¿Cuando perdí a Kushina y nació mi querido hijo?


Me llevé mis manos a mi sien para masajearla mientras cerraba los ojos. Tenía un mal presentimiento con todo aquello... no quería volver a perder a alguien importante en mi vida, no iba a dejar que Danzo se atreviese a poner un dedo encima de alguien de mi familia. Si llegaba a atreverse... esta vez no tendría misericordia con él. Abrí los ojos decidido, iba a encontrarle sin importar lo que me costase, iba a proteger a mis hijos y a mi esposo. Sentí una mano sobre mi pierna y supe que era la de Itachi intentando darme su apoyo, le miré un poco más tranquilo y le sonreí en señal de agradecimiento. Pude ver preocupación en sus ojos aunque no sabía si era por mi estado o porque él había llegado a la misma conclusión que yo.


Iremos de inmediato al lugar donde fue visto la última vez, volveremos a revisar ese lugar. Debemos encontrar alguna pista de por qué eligió esa cueva en concreto, cómo salió de allí sin ser visto y dónde puede encontrarse en este momento – les dije mientras me levantaba de mi asiento.


Pero, Hokage-sama es peligroso que usted salga de la villa de repente, podría sufrir un ataque por el camino – rebatió uno de los ninjas presentes.


Tú lo has dicho, soy el Hokage y por lo tanto soy fuerte, sé defenderme pero también para eso estáis vosotros, la élite, confío en que si estoy en peligro vosotros me protegeréis si yo no puedo hacerlo – le contesté – Así que en marcha.


Sí, Hokage-sama – respondieron imitando mi gesto y poniéndose de pie.


Enseñadme el camino – les ordené.


Salimos de aquella sala hasta el exterior del cuartel general de los ANBU y nos pusimos en marcha hacia fuera de la villa. Los ninjas asignados a la vigilancia de Danzo iban los primeros, yo iba detrás con Itachi a mi  lado y otro pequeño grupo de ANBU iba tras nosotros protegiéndome en todo momento de un posible ataque. Tardamos unas horas en llegar hasta aquel lugar y en cuanto lo hicimos, otro ninja asignado a la vigilancia de Danzo salió a nuestro encuentro sorprendido, supongo que no esperaba verme por allí y menos a esas horas. Él se había quedado vigilando el lugar por si acaso Danzo volvía a aparecer y regresaba.


Hokage-sama – me saludó haciendo una reverencia.


No hace falta tantas formalidades – le dije amable - ¿Ha habido alguna novedad? - le pregunté.


No, señor. Nadie ha pasado por aquí en las últimas horas, todo ha estado muy tranquilo – me contestó.


Está bien, vosotros dos quedaos con él vigilando el exterior – les ordené a dos de los ninjas que nos acompañaron – el resto vendréis conmigo.


Todos asintieron y bajamos al suelo para entrar con cautela al interior de la cueva. Los ninjas que iban delante crearon un poco de fuego para iluminar el camino. Observé a Itachi que había activado su sharingan, supongo que para ver si había alguna pista escondida que un ojo normal no pudiera captar. Revisamos cada rincón de aquel sitio palpando las paredes por si había alguna salida secreta, observando si había algún sello e incluso comprobamos que no hubiese algún túnel escondido en el suelo, pero no pudimos encontrar nada que nos indicase qué había pasado allí o cómo Danzo había logrado escapar sin pasar por la única salida que había.


¿Has visto algo fuera de lo normal con tu sharingan? - le pregunté a Itachi mientras nos dirigíamos a la salida.


No, no he notado nada extraño. No sé cómo salió de este lugar sin ser detectado – me respondió preocupado.


Será mejor que volvamos a Konoha, debemos trazar un plan. Tenemos que encontrarle y reforzar las defensas de la aldea por si decide atacar.


¿Y cómo podría hacerlo? Le sellamos su capacidad para moldear chakra – me dijo Itachi.


No lo sé, pero prefiero no correr el riesgo de subestimarle y poner en peligro a todos los habitantes... no voy a dejar que haga daño a mi familia.


Regresamos a la aldea en completo silencio. Sabía que le habíamos borrado la información importante sobre Konoha y que no era capaz de usar su chakra pero aún así no podía quitarme esta sensación de que algo malo iba a pasar y que Danzo estaba detrás de todo aquello. Tras llegar de nuevo a la villa, estuvimos varias horas más barajando diferentes estrategias para localizarle y proteger a la aldea al mismo tiempo. No sabíamos si de verdad atacaría o no pero debíamos estar preparados.


 


Fin del flashback


 


Aún no teníamos información sobre el paradero actual de Danzo y eso me preocupaba. Mi intuición me decía que algo estaba planeando y que pensaba llevarlo a cabo en el aniversario de la muerte de Kushina y el nacimiento de Naruto, pero no sabía el qué y aquello me inquietaba mucho. Seguí intentando concentrarme en todo aquel papeleo que tenía delante, leyendo la misma línea una y otra vez pero algo me distrajo. Abrí mis ojos asustados cuando de repente sentí un poderoso chakra en la villa. Lo reconocí al instante pero.... no podía ser... ¡era imposible! Salí rápidamente de mi despacho y me dirigí hacia donde estaba concentrado ese chakra.


 


Sasuke Uchiha POV


 


Estaba saliendo del baño cuando escuché fuertes carcajadas venir del restaurante y pensé que debía haber pasado algo muy gracioso como para que todo el mundo estuviese así aunque no tenía ni idea de lo que podría tratarse, pero cuando vi a Sakura corriendo hacia mí diciendo el nombre de Naruto, supe enseguida que aquellas risas eran por él, algo le estaban haciendo a mi hermano. Salí corriendo para llegar hasta donde estaba Naruto, apartando a la gente de mi camino y cuando llegué me quedé paralizado por un momento.


Ese Inuzuka que iba con nosotros a la academia le tenía sometido contra la mesa, humillándolo y con su mano dentro de sus pantalones. ¡Estaba metiendo mano a Naruto! Le estaba tocando, estaba acariciando su piel y parecía que estaba introduciendo sus dedos en su entrada y no lo iba a permitir. ¡Él no tenía ningún derecho de hacer aquello!


Reaccioné enseguida apartando a Kiba de Naruto con un fuerte empujón y tirándolo al suelo con tal fuerza que el golpe resonó por todo el lugar. Miré a toda la gente que había en el bar y activé mi sharingan metiéndolos en una ilusión que no iban a disfrutar para nada. Volví a centrar mi mirada en ese imbécil que temblaba de miedo al observarme tan cabreado.


- ¿Tú eres el idiota que se ha atrevido a ponerle la mano encima a mi hermano? - le pregunté furioso camuflando mis celos.


- No volverá a pasar, Sasuke – me contestó asustado.


- Claro que no volverá a pasar, porque tú no tendrás manos para volver a tocarle – le dije antes de meterle en una ilusión donde le arrancaba cada uno de sus dedos con mis propias manos intensificando el dolor que sentía.


Kiba gritó de forma desgarradora, el dolor que le estaba haciendo sentir era horrible pero así aprendería a no poner sus manos encima de lo que no le pertenecía.


- ¿Cómo te atreves a tocarle? – pregunté gritando mientras le cogía de la camiseta pegándole un puñetazo que le hizo sangrar.


- Sasuke… - oí que Naruto susurraba – para, por favor.


- No vuelvas a acercarte a él o la próxima vez no me contendré – le amenacé muy cabreado.


Me giré para ver cómo estaba Naruto pero cuando lo hice, sólo pude ver su espalda mientras salía corriendo de aquel lugar. Sakura trató de detenerle saliendo tras él mientras le llamaba pero Naruto no se detuvo en ningún momento. Fui tras ellos también y alcancé pronto a Sakura, ambos perseguimos a Naruto durante varios minutos hasta que nos dio esquinazo y le perdimos de vista. Para estar aún convaleciente, corría muy rápido. Al final tuvimos que parar ya que no sabíamos dónde se había metido.


¿Por qué huía de mí? Sé que debía sentirse avergonzado por lo que acababa de ocurrir, le habían humillado pero... entonces caí... Se trataba de mí, yo también era el problema. Debía sentirse dolido y humillado por la forma en que le había tratado la noche anterior, por lo que le había dicho y la forma en que le había echado de mi cuarto. Me llevé una mano frustrado a mi cara, estaba cabreado con ese estúpido del clan Inuzuka pero lo estaba aún más conmigo mismo. Sentí una mano más pequeña posarse sobre la mía apartándola y vi a Sakura frente a mí con cara de preocupación.


- ¿Qué te ha pasado ahí dentro? Estabas como loco, fuera de control. Dabas miedo... - me dijo Sakura.


Agaché mi mirada afligido sin contestarle. Me había dejado llevar por los celos y eso no estaba bien, Naruto era mi hermano pero es que no podía soportar que alguien más le tocase.


- ¿Está relacionado con nuestra charla de aquella vez en la posada? - me preguntó comprensiva.


 


Flashback


 


Como cada vez que podía, Naruto estaba metiéndome mano mientras estábamos tumbados en nuestros futones. Intenté detenerle varias veces sin éxito aunque creo que realmente no intentaba pararle con todas mis fuerzas y es que tenía un gran dilema... Me gustaba cuando Naruto me tocaba, me excitaba que me prestase ese tipo de atención pero al mismo tiempo me sentía mal porque éramos familia, él era mi hermano pequeño y no debería estar haciendo esto con él. De repente, me tensé mucho cuando sentí que restregaba la punta de su pene entre mi trasero, Naruto no podía tener intención de llegar tan lejos, ¿no? No podía querer metérmela ahí mismo, ¿cierto?


Me aparté de él con brusquedad y le pregunté qué cojones le pasaba, Naruto me respondió que quería que tuviésemos sexo y aunque me tentó la idea, me negué diciéndole que no iba a dejar que me la metiese. Pero lo que nunca esperé ver fue a Naruto desnudarse frente a mí y colocándose a cuatro patas exponiéndome su trasero de aquello forma. Estuve a punto de lanzarme hacia él y aceptar su propuesta de tener sexo pero recordé que se trataba de mi hermano el que estaba frente a mí de aquella manera, entonces me cabreé conmigo mismo por haber estado a punto de perder mi autocontrol. Me levanté cogiendo mi ropa para vestirme y cuando estuve listo, salí de allí dejando a Naruto en aquella posición.


Iba caminando por los pasillos de aquella posada, sin saber muy bien adónde dirigirme, sólo necesitaba alejarme de la habitación y de aquella tentación que era Naruto para mí. De repente, me encontré con Sakura que estaba sentada admirando las vistas del patio interior. Ella se giró hacia mí, supongo que al escuchar mis pasos, y me miró sorprendida cuando se dio cuenta de que se trataba de mí.


Sasuke-kun – pronunció mi nombre mientras se levantaba y se aproximaba hasta mí – Quería darte las gracias por haberme ayudado cuanto nos atacaron aquellos bandidos.


No hace falta que me agradezcas nada, estamos en el mismo equipo y debemos cuidarnos los unos a los otros – le respondí.


Sakura se abalanzó sobre mí y me abrazó fuertemente viendo que se ponía colorada al instante al notar que había chocado con cierta dureza en mi cuerpo y es que... aún no se me había bajado del todo la excitación. Iba a apartarla cuando sentí la presencia de Naruto a mi espalda y no sé por qué pero decidí no hacerlo. Ya había notado que a mi hermanito no le gustaba cuando estaba cerca de Sakura y creí que de esa forma se molestaría y no volvería a intentar que follásemos esa noche cuando regresara a nuestra habitación.


Pensé que se marcharía enseguida enfadado pero se quedó allí mirándonos durante varios minutos, por lo que tuve que aguantar en aquella posición todo ese tiempo. Por suerte mi erección ya había terminado de bajarse así que la situación ya no resultaba tan incómoda como al principio, al menos para mí porque estaba seguro que Sakura había disfrutado de aquella inesperada sorpresa. Por fin Naruto se marchó y en cuanto estuve seguro que se había alejado lo suficiente, coloqué mis manos sobre los hombros de Sakura y la aparté de mí.


¿Por qué no me has apartado antes? - me preguntó Sakura – Normalmente lo habrías hecho y ahora tenías más motivo para hacerlo – dijo colorada al referirse a mi erección.


Necesitaba hacerlo – le contesté tras pensar una respuesta que no fuese comprometida.


¿Ha sido por Naruto? - preguntó acertando de lleno y me sorprendió que lo hiciese – Yo también he notado que nos estaba mirando. ¿Os ha pasado algo?


Yo... - no supe qué decirle y aparté la mirada.


¿Él...? - comenzó a hablar pero parecía que le costaba soltar la pregunta que tenía en mente - ¿Él es la razón por la que estabas excitado?


Abrí los ojos sorprendido por haber sido pillado y creo que me puse un poco colorado porque sentí calor en mi rostro, así que intenté esconder mi sonrojo agachando la cabeza para que mi pelo lo tapara.


Ya me había dado cuenta que me miraba mal cada vez que estaba cerca de ti pero pensé que sería porque no le caía bien o porque quería que le prestase atención a él también, pero ahora me doy cuenta de que estaba celoso de mí... él siente algo por ti... – continuó hablando impresionada - ¿Tú sientes lo mismo por él?


No supe qué contestar a aquella pregunta o más bien... sí sabía la respuesta pero no quería admitirlo y mucho menos en voz alta. Me dejé caer al suelo y me apoyé en una de las vigas de madera del patio llevando una mano a mis ojos. Sentí que Sakura se agachaba frente a mí y apartaba mi mano obligándome a mirarla.


Lo siento – se disculpó y no entendía por qué lo hacía.


¿Por qué? - le pregunté.


No sabía que os queríais de esa manera y sin saberlo me he metido entre vosotros.


Nosotros no... yo no... - balbuceaba y era la primera vez que lo hacía. No era típico de mí estar de aquella forma, con la guardia baja, desarmado e indefenso emocionalmente.


Puede que no haya nada entre vosotros pero ahora veo muy claro que os queréis...


Es mi hermano, claro que le quiero – la interrumpí tratando de camuflar mis verdaderos sentimientos.


Sabes el tipo de amor al que me refiero, Sasuke – me dijo sonriendo.


Lo sé... - susurré derrotado – pero aunque fuese así no podría ser, está mal... es mi hermano.


Tengo entendido que no sois hermanos biológicos, por lo que no hay nada de malo que tengas esos sentimientos por Naruto.


Yo no tengo...


No deberías seguir mintiéndote a ti mismo – me interrumpió – Veo los motivos por los que te impides admitir lo que sientes por él pero deberías darte cuenta que son excusas, no sé a qué tienes miedo porque sabes que Naruto siente lo mismo por ti.


No, para él se trata de una broma, es una de las formas que tiene para molestarme.


¿Estás seguro? Porque no lo parece – me dijo no muy convencida de mis palabras.


Estoy seguro, me lo ha admitido varias veces – le contesté un poco decaído.


Entonces esa es la razón por la que no quieres admitir que sientes algo por Naruto.


No, no siento nada por él... además somos familia, no podemos... ¿qué dirían nuestros padres? No puede ser, es mi hermano pequeño... - decía confundido más para mí que para ella.


Sasuke-kun – me llamó Sakura colocando su mano sobre la mía – No deberías preocuparte de eso, no sois realmente hermanos y siempre puedes hablar con tus padres sobre ello y explicárselo pero... el primer paso es que admitas lo que sientes y el segundo que hables con Naruto.


Me quedé meditando sus palabras, no sabía qué pensar o qué hacer. En el fondo sabía lo que sentía por Naruto pero no lo admitiría fácilmente. Me levanté y comencé a caminar hacia la habitación que compartía con mi hermano pero me detuve antes para desearle buenas noches a mi compañera y murmurar un 'gracias'. Aunque ahora estuviese más confuso, le agradecía que me hubiese escuchado.


Al entrar en mi habitación, vi a Naruto durmiendo en su futón, por lo que me relajé al saber que mi truco había funcionado y que esa noche podría dormir tranquilo, pero lo que no me esperé es que no volviera a molestarme ni a intentar tocarme lo que duró la misión, estuvo ignorándome todo el tiempo... incluso se marchó a casa sin mí cuando Sakura me retuvo para decirme que pensase bien en mis sentimientos y hablase con él. Su indiferencia me dolió tanto que al final no tuve más remedio que admitir que estaba enamorado del ruidoso y cabezota pervertido de Naruto, había logrado grabarse en lo más hondo de mi corazón.


 


Fin del flashback


 


- Sí – le respondí a Sakura – Tenías razón, no quería admitir que me gustaba Naruto pero por fin lo hice y... cuando he visto a Kiba hacerle eso... me he dejado llevar por mis celos. No puedo soportar que otra persona le toque.


- ¿Has hablado con él? - me preguntó.


- No, no puedo decirle lo que siento – dije apesadumbrado – somos familia, es imposible...


- Eres un cabezota, ¿vas a perderlo por algo así? No sois hermanos de sangre – me dijo tomando mi rostro entre sus manos para mirarme a los ojos – Mira cómo te has puesto con Kiba, ¿crees que podrás soportar cuando se enamore de otra persona y los veas juntos? ¿Podrás aguantar pensar que alguien más le bese o le toque como lo ha hecho Kiba?


Me quedé callado pero sabía perfectamente la respuesta... no soportaría algo así.


- ¿Y qué hago? No puedo hacerles esto a Minato ni a Itachi... está mal.


Sentí los brazos de Sakura rodearme y acabé correspondiendo su abrazo, me sentía perdido, no sabía qué hacer con estos sentimientos.


- Estoy enamorado de mi hermano – dije en voz baja.


- Lo sé y debes decírselo antes de que sea demasiado tarde y después debéis hablar con vuestros padres... estoy convencida de que os entenderán.


- Gra... - estaba a punto de agradecerle su ayuda cuando sentí un extraño y siniestro chakra detrás de mí.


Me separé de Sakura y vi sorpresa y miedo reflejado en su rostro. Me giré para saber qué es lo que estaba viendo y comprobar de dónde procedía aquel poderoso chakra. Mis ojos y mi boca se abrieron del asombro, era imposible lo que estaba viendo...


- ¿Pero qué demonios...? - murmuré atónito.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).