Oppa faltan solo faltan unos pocos días para que regreses a tu vida de idol, ¿Cómo te sientes?
Incluso aunque suene como una pregunta hecho por un reportero de algún noticiero matutino, esta cuestión ya la he escucho un sin número de veces en los últimos días.
Quizás suena egocéntrico al ser yo quien lo dice pero no puedo evitar mencionarlo pues estas simples palabras causan un torbellino de emociones tan grande dentro de mí que incluso yo mismo me lo pregunto todas las mañanas desde la primera vez que las escuche de una fan extranjera que vino a Corea a conocer la isla Jeju y, de paso, Mouse Rabbit y a mi.
¿Qué que siento cuando pienso en lo cercana que esta la fecha en la que por fin dejare de ser un soldado y me convertiré de nuevo en cantante?, ¿cuáles son mis sentimientos de solo pensar que pronto volveré a cantar frente a una gran multitud?, ¿cómo paso los pocos días que me quedan de “vacaciones” antes de volver a la ajetreada vida de un idol?
Creo que, aunque estas son preguntas importantes y provocan estragos emocionales dentro de mi; cúmulos de sentimientos que van desde una emoción desmesurada hasta un miedo profundo que corre por mi cuerpo hasta hacerlo estremecer. Aun así, algo falta en ellas.
Todas hablan de mi vida como idol, de cómo me sentiré al volver a ese estilo de vida lleno de “estrellas” y giras y entrevistas y, de cierta forma, problemas y chismes.
Eso, por lo menos para mí, no es lo más importante.
Si, es algo que viene con el paquete del trabajo que desempeño. Pero más que ser un idol, me considero un cantante.
No soy alguien a quien ver hacia arriba, aun siendo esa la perspectiva que quizás la mayoría tiene de mi, más bien alguien que disfruta de la música; alguien que puede hacer lo que más ama en el mundo como trabajo; que tiene la bendición de vivir de lo que adora y que ha conseguido con orgullo hacerse de seguidores que lo aman y que, por mi parte, yo les amo igual y estoy agradecido por todo el cariño y apoyo que me dan.
Algunos piensan que las fotografías que subo a mis redes sociales son una tapadera de mi vida real, que solo las subo para impedir que ELF piense que tengo una amante o que “me porto mal”.
Sin embargo todo lo que subo es real, es mi vida, y al sentirme tan lejos de todo durante mi ausencia no pude evitar aumentar la cantidad de imágenes que salían de mi celular para después entrar a la red.
Quería que mis fans aun estuvieran en contacto conmigo aunque fuera de esa forma, quería que supieran que estaba bien y que era feliz.
Sabía que, de nuevo y aunque se siga escuchando egocéntrico, algunas –y algunos- me extrañarían tanto que quizás se sentirían tristes por no verme más a lo largo de los 2 años siguientes después de mi entrada al ejercito.
Así que no quería dejarlos tanto tiempo solos y para, qué negarlo, yo también extrañaba tanto a ELF que necesitaba saber de ellos de alguna forma.
Así que si, el saber que volveré a ser un idol me remueve el estomago y me hace feliz en cierta medida, pero saber que volveré a hacer lo que amo y con la que gente que amo me hace un más feliz y mis emociones fluyen con más fuerza, provocándome incluso lagrimas de solo pensarlo.
Pero eso no es todo, pues hay algo más que me mantuvo despierto durante estos últimos días de receso.
Me refiero a él, ese chico que se gano mi corazón hace ya algunos años y que aun no sé cuando llegara el limite donde este amor tan grande dejara de crecer, pues solo eso ha hecho con el paso del tiempo.
Volver a verlo a él frente a mí en el escenario, volver a tomar su mano frente a todos, volver a unir nuestras voces en los coros de nuestras canciones mientras nos miramos confidentes sin que nadie lo sepa.
Ese es mi verdadero y más profundo deseo.
¿Qué si no lo vi durante todo este tiempo? Claro que sí, me moriría si no.
Me llamaba todos los días en las noches y yo lo hacía en las mañanas y cada vez que su agenda nos lo permitía nos juntábamos en algún lugar para charlar o pasar a otros encuentros mas íntimos.
Entonces, ¿Por qué deseaba tanto verlo?
Simple, una cosa era hacerlo a escondidas de todo y todos, en nuestro propio mundo y de vez en cuando, pero otra era hacerlo frente a todas las personas que amábamos.
Para ambos era como si les estuviéramos confesando entre dientes lo que teníamos, el fuerte lazo que nos unía, a todas las personas que nos adoraban y que nosotros queríamos por igual.
Si bien no lo podíamos hacer directamente, pues podría causarnos enormes problemas a todos, no solo a nosotros; hacerlo entre líneas era, de alguna forma, una confesión secreta que esperábamos que todos entendieran.
Quizás es un poco complicado de entender, pero ¿qué es más importante que compartir tu felicidad con tus seres queridos?, las personas le cuentan a sus familiares sobre sus relaciones pasan a ser serias porque quieren que estén enterados de que has encontrado a la persona indicada, que la amas y que deseas que la reconozcan como tal; quieres, de cierta forma, que se sientan felices por ti. Eso es exactamente lo que sentimos los dos.
Demostrar nuestro cariño ante todos, pensar que, de alguna forma, no les estamos ocultando nada porque de ser así parecería que lo que hacemos está mal; que es asqueroso o denigrante y no es así, todo lo contrario.
Él y yo nos amamos tanto que no podemos evitarlo, incluso uno de nuestros más grandes deseos es poder llegar al día en que no tengamos que ocultarlo para nada y gritarlo a todo el mundo, esperando ansiosos sus felicitaciones y palabras de apoyo.
Pero no todo en esta vida es color rosa, no todo es perfecto, por lo que debemos optar por demostrarlo poco a poco, esperando que ELF y SJ noten las pequeñas pistas que vamos dejando en el camino.
Volver a estar a su lado en un escenario es salir de las sombras de nuevo, ponerme de pie junto a él orgulloso de saber que él es la persona que amo y que él piensa lo mismo de mi.
Es así como ahora que entrando a su departamento y viéndolo sentado en su sofá con una gran sonrisa en su rostro no puedo evitar correr y besarlo, dejando todo el equipaje que traía conmigo para ese fin de semana abandonado en la puerta de entrada.
Era el primer fin de semana en el que sabía que al día siguiente no tendría que levantarme temprano en la madrugada para ir a mi servicio, si no que debía hacerlo para ir a los estudios de la SM a grabar y más tarde a ensayar con la persona que amo y para los que adoro.
Y mientras lo besaba y él me correspondía, con sus brazos en mi cintura y los míos en su cuello mientras mis manos acariciaban su cabello, solo podía imaginarme en un escenario a su lado cantando a su ritmo mientras las personas que mas queríamos estaban a nuestro alrededor felices por mi por haber vuelto y yo aun más porque me dieron la oportunidad de hacerlo.
“Te amo gordo Cho”
“te extrañe, mini-hands*”