Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La obra de las estaciones por ninnae

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola traigo una serie de 4 drabbles, lo escribí para un evento el foro de Saint Seiya Yaoi "Camino al Subforo", espero le guste la pareja de Kanon y Mu.

Notas del capitulo:

Saint Seiya ni sus persaonajes me pertenecen, son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada.

 

Si les gusto pueden comentar sus opiniones, Saludos.

Primer Acto: Sonrisa Otoñal

 

Niño he de admitir que eres una rareza, jamás pensé que alguien como tú, tan pasivo, sereno y calmo fuesen a llamar mi atención, pero es algo que no puedo evitar, como hada de las estaciones me has hechizado, hoy revoloteas entre los arboles teñidos de rojo, mientras tu cabellera lavanda siempre atada en un débil amarre es removida por la sutil brisa de otoño, ¿cómo comenzó?, no lo recuerdo, solo sé que tu rostro empezó a hacerse presente en mis días, te metiste al interior de mi piel e invadiste mis pensamientos. No he llegado a una conclusión resolutiva de lo que realmente siento por ti, podría ser deseo, atracción o simplemente la palabra que por tantos años he evitado pronunciar y que resuena con fuerza en mí.

 

Solo una salida al pueblo, nada planeado, todo fue improvisado, yo estaba de paso y tu ibas de salida, ambos coincidimos en el momento y lugar más oportuno. Me miraste con esos jades tan intensos y misteriosos, cedí sin contrariarte, estoy seguro que si me pidieras lo imposible daría mi vida por cumplir tus caprichos, pero como no sabes de aquellos trucos de malicia en tu corazón jamás pronunciarías algo como eso. Tu sonrisa ante el mundo, otra faceta que me llama de ti, vas por el pueblo sonriendo a cada escena que te llega al corazón, niños jugando, personas riendo. Para mí no son más que escenas cotidianas, pero tú le das un valor aún más grande, aprecias la vida y luchas por mantenerla, a veces me gustaría ser tan noble como tú, pero con mis pecados y mi forma de ser jamás alcanzaré algo como eso.

 

—Kanon —me llamas, estamos frente a uno de los muchos bosques cercanos al pueblo, veo tu mirada, reflejan una maravilla que me veo imposibilitado de percatar, pues mi verdadera atención solo esta puesta en ti y en cada una de tus expresiones. Te sonrió grandemente, gesto poco común, mi hermano dice que la convivencia que mantengo contigo me está cambiando, y en esta ocasión concuerdo con él, no sé si me has hecho más humano, solo sé que amo tu sonrisa entre estas hojas otoñales.

 

~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~.~

 

Segundo Acto: Invierno Inclemente

 

¡Demonios!, no recordaba que los inviernos en Grecia fueran tan inclementes y furiosos, el cielo ruge y la lluvia arrecía, despreciable la hora en la que fui encargado para cumplir con los mandatos del Patriarca en el pueblo, es obvio que él quería evitar esta tormenta y terminé yo siendo el chivo expiatorio. No volveré a llegar temprano a las reuniones.

 

Suspiro con alivio, a lo lejos veo el inicio del camino de las doce casas, pronto podré llegar a Géminis y portar algo seco, y tomar algo caliente.

 

—¡Oh dioses! —al llegar a Aries escucho tu voz preocupada, soy un río andante, como el peor de los intrusos mojo en demasía los suelos de tu templo, pero eso no parece importarte, corres a mi encuentro con tu rostro alarmado.

 

—No es nada Aries —mi voz es seca, pero a ti no parece importarte, te has acostumbrado a mi manera de ser, solo me sonríes dulcemente. Algo en mi interior se ha removido, siento mis mejillas arder, solo espero que el estar empapado no me haya provocado un resfriado, eso sería lo último que necesitaría.

 

—¿Es que acaso no sabes que sirven los paraguas? —el tono de regaño de Mu no me pasa desapercibido, solo enarco una ceja y bufo por el comentario, es la única persona que puede tomar esa postura conmigo sin temer una represalia.

 

—Hace un viento del demonio haya afuera, no me hubiera servido de nada —le refuto a modo de excusa, aunque no tuviera necesidad de hacerlo, le contesto.

 

—¿Qué haré contigo Kanon? —Mu suspira mientras sopesa alguna idea.

 

—Estoy bien —le suelto, intento emprender nuevamente el caminar, pero Mu me regaña nuevamente.

 

—¡Ni se te ocurra salir de mi templo hasta que ésta tormenta haya parado!

 

—Pero… —iba a hablar, pero ese carnero testarudo es imposible de contradecir.

 

—Nada, ahora ve a sacarte esa ropa mojada, la ropa que dejaste la ocasión pasada todavía está ahí así que no tendrás problemas.

 

Suspiro, es cierto, no es la primera vez que me quedo en Aries, y es algo que se me está haciendo costumbre, no sé si es por el templo o por el mismo custodio, pero Aries se ha convertido en mi segundo hogar.

 

Llego a "mi habitación", busco mi ropa, y procedo a sacarme la que traigo puesta. Tiemblo de frío, solo ahora me doy cuenta de las bajas temperaturas. Con el torso desnudo siento fuertemente unas manos cálidas aferrarse a mi abdomen y cintura. Es Mu, su esencia lo delata.

 

—Eres un descuidado, ¿Qué haré contigo? —no contesto, me pierdo en el calor que Mu me proporciona y es que su presencia se ha hecho fundamental en mi vida, y ahora puedo decir que más que atracción lo que siento podría ser parecido al cariño, inclusive algo más. El invierno puede ser frío, pero al lado del lemuriano puedo encontrar el abrigo que necesito.

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).