Cardcaptor Misaki
II
…¿Cartas?
En el camino a casa, Misaki estuvo silencioso luego de haber regañado a Usagi-san por el haber llamado tanto la atención fuera de la Universidad ante lo que el peliplata solo miraba el camino por el que conducía, sin haber obtenido respuesta, Misaki recordó al sujeto que le sonreía a la salida, el parecido con Usagi-san era sorprendente, sin embargo, no pudo evitar hacer comparaciones, Usagi-san era… Usagi-san… “valla descubrimiento…” pensaba desanimado el castaño.
--¿Qué ocurre? –cuestionó Usagi-san, el silencio de su Misaki lo estaba inquietando.
--¿Ha?... etto… Usagi-san, ¿Por qué pusiste uno de tus libros en mi mochila? –preguntó el castaño al recordar ese asunto, el decirle a Usagi-san que estaba pensando en un joven podría ocasionarle problemas… no quería estar todo adolorido desde el inicio del ciclo escolar.
--¿Qué libro? –indagaba el peliplata –No he tocado tus cosas y porqué esconder un libro cuando puedo dártelo personalmente.
--Mh…
***En otro lugar***
--¿Estás seguro? –preguntaban al otro lado de una conversación telefónica.
--Muy seguro, ambos lo vimos esta mañana además, el libro desapareció. –decía un castaño por el teléfono mientras un peliplata lo miraba con dulzura.
--… -solo había silencio del otro lado de la línea.
--Si no me crees es asunto tuyo, ya cumplí con avisarte. –dijo el castaño antes de colgar y soltar un suspiro pesado.
--Pudiste ser un poco más amable, Touya. –susurraba el peliplata mientras pasaba sus finos dedos entre los cabellos del castaño tratando de aliviar la tensión en él.
--Yukito… dime, ¿Cómo le digo esto a mi padre? –suplicaba el castaño perdido en los ojos grises de su amado.
--Touya… tranquilo, todo estará bien. –aseguraba el peliplata.
--No te alejes de mí… puedo enfrentar todo sólo si estas a mi lado Yukito. –decía el castaño con seriedad, acariciaba el rostro del peliplata con delicadeza.
--No iré a ningún lado Touya, siempre estaré aquí. –aseguraba el peliplata para luego abrazar al hombre frente a él.
***Con Misaki***
--Contesta Misaki, ¿Qué libro? –inquiría Usagi-san.
--Verás, Usagi-san, esta mañana… encontré un este libro entre mis cosas –decía el castaño mientras buscaba entre sus cosas el libro de bordes dorados –no lo conocí y creí que se trataba de una de tus novelas BL aunque fue extraño, el diseño y el que tenga una pequeña cerradura. ¡Aquí está!
Enfrascado en su búsqueda el castaño no notó que el auto ya estaba estacionado en su lugar habitual, ahí en el estacionamiento del complejo residencial en que vivían tanto él como Usagi-san. Fue hasta que el peliplata le arrebató el libro de las manos que ante el susto de que el conductor se distrajera que notó la falta de movimiento.
--¡Usagi-san, pudiste haberme dicho que ya habíamos llegado!... realmente me asusté… -susurró lo último el castañito.
--¿Quién es ‘Sakura’? –preguntaba el peliplata después de haber observado el libro.
--¿Y cómo voy a saberlo?... Usagi-san, te estoy diciendo que ese libro apareció en mis cosas esta mañana… fue extraño, lo único que pensé es que podría pertenecerte. –dijo Misaki.
--Por la cerradura podría ser una clase de diario, trata de recordar un lugar donde lo hayas tomado por error o alguna otra manera en la que haya llegado a tu mochila. –sugirió el peliplata antes de entregar el libro a Misaki y salir del auto.
--…“Cierto, para abrir este libro o diario o lo que sea se necesita una llave… no creo que con sólo desear que se abra esto se… valla… a…”… ¡¿Ha?! Esto se, esto se-se-se se abrió ¿Y ahora qué hago? Si es un diario no debo verlo… aunque podría encontrar alguna dirección… ¡No! No, qué estoy pensado… yo…
--Misaki, te estoy esperando. –la voz de Usagi-san asustó al castaño, en su sobresalto el libro cayó de sus manos esparciendo su contenido –¿Qué sucede?
--Nada, nada, no sucede nada… sólo me asustaste… y, mira, se me cayó el libro. –al tratar de levantarlo, Misaki notó las hojas falsas, trató de levantar el dudoso libro y unas cartas alargadas se esparcieron por el auto –¿Mh?... ¿Cartas?
Misaki vio el símbolo que estaban en la parte de las cartas, era el mismo símbolo que estaba en la contraportada del ‘libro’: figuras del sol, la luna y una estrella. Al levantar las cartas y al ponerlas dentro del ‘libro’, el castaño notó que había nombres junto con figuras extrañas, unas muy lindas y otras un tanto diferentes en la parte frontal de las extraña cartas… lo que siempre tuvo a la vista y que todas las cartas compartían era que en la base de cada una, bajo el ‘nombre de la carta’, estaba escrito el nombre de SAKURA.
--Misaki. –llamaba el peliplata.
--Ya voy. –contestaba Misaki asegurándose que no faltara alguna carta por guardar.
El castaño salió de auto y subió junto con el peliplata a su ‘hogar’, ya se encargaría de encontrar a la dueña de tan singular libro.
>>Continuará...