Cardcaptor Misaki
III
¿Sensei?
A la mañana siguiente, Misaki hacía el desayuno como siempre mientras un sonrojo se asomaba en su cara al recordar las ‘cosas’ de la noche anterior. Usagi-san no había olvidado ‘el aniversario’, cenaron algo que el escritor había ordenado al igual que un ramo de rosas, esas que ahora adornaban la sala, y el resto de la noche… el recuerdo hizo que Misaki se sonrojara más, sacudiera su cabeza y se dijera que debería concentrarse en lo que estaba haciendo.
Minutos más tarde Usagi-san bajaba las escaleras, entraba a la cocina por una taza de café y aprovechaba que Misaki estaba distraído sirviendo los platos para abrazarlo por la espalda, besar su cuello y murmurar un ‘buenos días’ en el oído.
--¡Usagi-san! E-es-espera, ¿A caso no ves que estoy ocupado? –replicaba el castaño con el sonrojo casi permanente en su cara.
--Veo que estás mejor. –decía Usagi-san simulando molestia en el oído.
--¿Ha?... ¿Qué quieres decir Usagi-san? –preguntaba el castaño ya poniendo la mesa.
--Anoche, apenas terminamos y te desvaneciste. Por un momento me asusté creyendo que había sido muy rudo contigo pero vi que sólo dormías, así que antes de que te vallas a la universidad me repondrás…
--¡¿Qué?! No digas esas cosas en voz alta Usagi-san. –interrumpía el castaño tan rojo como un tomate.
--… ¿Entonces quieres que te las diga al oído? –sugería el peliplata.
--¡No!... ¡Agh! Usagi-san no digas nada, mejor desayuna y luego haces lo que tengas que hacer.
--Tomaré eso como un sí, ¿Ya terminaste? –decía el palipata poniéndose de pie.
--¡No! ¡No, no, no! Usagi-san, ¡No interpretes a tu conveniencia! –regañaba Misaki levantando los platos sucios.
Entre las negativas de Misaki y la insistencia de Usagi-san, ambos terminaron en el sillón de la sala ‘recuperando el tiempo perdido’ la noche anterior.
***En otro lugar***
En una habitación obscura, la luz del día se filtraba delicada por la rendija de una ventana sin cortina siendo la única fuente de luz en el enorme lugar que daba la sensación de vacío.
--A parecer tu poder sigue dormido, si no logras controlarlo… no será agradable. Abre los ojos, e tiempo ha iniciado su cuenta regresiva y si no te das prisa, tu anterior vida habrá sido en vano. –se escuchaba una voz grave, sabia y con melancolía.
--He notado movimiento, parece que ya se espació la noticia. –decía una voz aguda en el mismo recinto.
--Quizá es demasiado pronto. Si presionan las cosas, es probable que se eche a perder por lo que tanto se esforzó. –decía la voz grave de hace un momento.
--Si gusta, puedo interferir. –sugería la voz aguda.
--Dejemos que las cosas sucedan, el destino tiene sus trucos, solo esperemos que esta aceleración de eventos sean para bien. –decretaba el de la voz grave.
***Con Misaki***
Al ver la hora se alarmó, tenía menos de veinte minutos para llegar a clases. Se arregló la ropa y buscaba su mochila, se daba el tiempo para mandar de vez en cuando una mirada asesina a Usagi-san que fumaba de lo más tranquilo. Antes de salir, Usagi-san le ofreció llevarlo para que no llegara tarde, entre refunfuños de parte del castaño y de completa calma del peliplata llegaron a la Universidad.
--Misaki, llegaré tarde esta noche, cena sin mí. –decía el peliplata.
--¿Ha?... ¿Otra entrevista? –inquiría el castaño.
--Junta en el editorial, Aikawa vendrá por mí en tres horas, quieren hacer una película de mi anterior libro. –aclaraba Usagi-san.
--Mh, entonces llegarás muy tarde. –decía el castaño.
--No tanto, me escaparé en cuanto tenga la oportunidad…
--¡No te escapes, haz tu trabajo! –intervenía Misaki.
--… pero no quiero que me esperes para la cena, podría demorar un poco más. –continuaba el peliplata ignorando al castaño.
--¡Al menos escúchame!... Ahh, está bien. Entonces nos vemos en la noche. –decía Misaki resignado.
Tras una breve despedida, el peliplata se alejó en su deportivo rojo y el castaño entraba a las instalaciones de la universidad, en la entrada se topó nuevamente con el hombre del día anterior acompañado del otro peliplata que vio más tarde. Misaki iba a pasarlos pero la sonrisa y el saludo del peliplata lo detuvieron.
--Hola. –saldaba el paliplata con entusiasmo.
--… Hola… –medio saludaba Misaki, al ver que el castaño no le quitaba la vista de encima se puso nervioso, recordó el incidente y creyó que eso era lo que pensaba el otro castaño –etto, siento el incidente de ayer, tenía prisa y no me di cuenta que usted estaba en el camino y por eso terminé chocando con usted, en verdad lo siento.
--No tienes por qué disculparte… -contestó el castaño mayor.
--Takahashi Misaki. –completaba el castañito.
--Misaki-kun, un gusto conocerte, –dijo el peliplata con su amable sonrisa –mi nombre el Tsukishiro Yukito y él es Kinomoto Touya.
--Un gusto conocerlos, Tsukishiro-san, Kinomoto-san. –decía Misaki haciendo una reverencia.
--Asistes a esta Universidad, ¿Cierto? ¿Puedo saber en qué sección? –preguntaba Yukito.
--Hai, estoy en la sección de Economía. –respondía Misaki.
--¿Economía? Mmm, entonces no nos veremos muy seguido. –decía Yukito –Oye, Touya, ¿No estás a cargo de orientar a los alumnos de Economía? –preguntaba a su compañero.
--Cierto. –contestó.
“Valla, no creo que Kinomoto-san hable mucho… ¿Eh?”
--¡Kinomoto-sensei, siento no haberlo reconocido! –se volvía a disculpar Misaki.
--No te preocupes Misaki-kun, no hay problema alguno, ¿Verdad Touya? –el mencionado asintió –Yo soy asistente del profesor de Literatura, Kamijou-sensei y la verdad aun no sé a qué secciones él imparte clases. –decía Yukito.
--Kamijou-sensei… ¡Ha! Tsukishiro-sensei, lamento no haberlo reconocido, Kamijou-sensei imparte a Economía también. –se volvía a disculpar Misaki, otra vez.
--Hahaha, tranquilo Misaki-kun, la mayoría de los alumnos aún no nos conocen. Por cierto, creo que ya es un poco tarde, te acompañaré a tu salón para que el profesor que te toca no te regañe. –decía Yukito con su sonrisa sincera.
--¿Qué? No es posible, pero, si yo…
--Tranquilo Misaki-kun, fue nuestra culpa el que te entretuvieras, vamos, te acompañaremos como disculpa. –repetía Yukito.
--Hai, gracias Tsukishiro-sensei, Kinomoto-sensei. –decía Misaki, con algo de alivio.
--No hay problema Misaki-kun, eres muy divertido Misaki-kun, espero que nos llevemos bien dentro y fuera de la Universidad, ¿Qué dices? –proponía Yukito.
--Etto… claro, haré lo posible. –respondía Misaki.
--¿Mh?... ¿No es posible que nos llevemos bien Misaki-kun? –inquiría Yukito.
--No, no es eso. Creo que nos frecuentaremos más dentro de la Universidad que fuera. –decía Misaki un tanto forzado.
--¿Y eso a qué se debe? –preguntaba un poco preocupado el peliplata.
--Bueno, el dueño del lugar donde vivo es… algo estricto. Y además trabajo medio tiempo, no creo que podamos vernos con regularidad fuera de las instalaciones. –admitía Misaki.
Mientras Misaki pensaba en lo que Usagi-san podría hacer si se enterara que tenía dos ‘nuevos amigos’ que lo querían ver fuera de la Universidad no notó las miradas de preocupación que sus sensei intercambiaron.
--¿Mhm? ¡Ya es muy tarde! –gritaba Misaki, inició a correr hacia su salón de clase cuando fue detenido por Touya, lo miró sorprendido.
--Iremos contigo. –dijo.
--… Hai… –contestó Misaki. “Esta persona… da miedo… mucho miedo.”
--Touya, no asustes así a Misaki-kun, quizá se arrepienta de ser nuestro amigo. –regañaba con dulzura el peliplata.
El castaño mayor deshizo el agarre con el que detuvo a Misaki y miró a otro lado. Yukito tomó a Misaki de la mano y empezó a empujar a Touya hacia la entrada del edificio, uno iba mirando otro lado, otro iba sonriendo y el último, trataba de recuperarse del susto, esperaba que el dolor de su brazo no dejara un moretón o Usagi-san le pediría muchas explicaciones.
>>Continuará...