SARÒ LA TUA FORZA
~ M.Tw ~
I
POV NARUTO
Miraba como los labios de Sakura se movían frente a mí, seguramente seguía hablando sobre ese supuesto chico de último año que, según ella, le pidió una cita… Sé que, como su mejor amigo, debería prestarle atención, pero hace unos quince minutos me perdí en la trama. La verdad estaba desconcentrado y no es que mi capacidad de atención fuera de las mejores, pero hoy me siento especialmente distraído… O más bien, creo que mi atención está en otra parte.
Hace exactamente una semana, un chico de mi salón no asiste a clase… Y nadie parece notarlo.
Él es bastante tranquilo y nunca lo he visto hablando con nadie. Llegó este año al instituto y desde el principio fue muy reservado; se sienta en el último asiento junto a la ventana y siempre que lo miro -pues llama mucho mi atención- está leyendo un libro diferente… Es un chico muy listo, tiene el mejor promedio del salón, pero no tiene amigos. Siento que lo excluyen de alguna forma, por su manera de ser e incluso, de vestir… En el instituto no exigen que usemos uniforme, asique vamos como nos plazca… Él siempre va de negro, a veces con playeras de bandas musicales bastante conocidas del género metal o punk, o quizás con chaquetas de cuero negro y zapatos del mismo material… Ese es su estilo, callado, serio, tranquilo, un poquito antisocial, enigmático… Atrayente.
Me encantaría conocer más de ese chico, ser su amigo… Y sepan que lo he intentado, pero cuando le hablo, solo me mira en silencio y luego se pone sus audífonos ignorándome… Todo un teme arrogante.
Pero como sea. Él nunca falta a clase, de hecho nunca había faltado antes, y aunque a los demás no les importe su ausencia, a mí me parece extraño y preocupante que haya faltado toda la semana, considerando que hoy sea viernes y…
_ ¡NARUTO!
Casi me da un infarto.
_ ¿Por qué me gritas así, Sakura chan? – le dije a mi amiga, con una mano en el pecho dramáticamente, creo que noto que no le tomaba atención.
_ ¡Llevo media hora hablándote y tú, mal amigo, no me escuchas! – me reclama enojada.
_ Lo siento… - le dije, sin sentirlo realmente. Ella alzó los hombros restándole importancia y yo, sin poder evitarlo, decidí preguntarle- Sakura chan… ¿No te parece extraño que Sasuke no viniera a clase en toda la semana?
_ ¿Quién? – me preguntó, yo me sorprendí y le señale al fondo del salón.
_ Sasuke, el chico que se sienta allá al final.
_ ¿El emo? – preguntó ella con una mueca, yo fruncí el ceño sin poder evitarlo, no me gusta cuando a las personas le ponen apodos, y por alguna razón, me molesta más cuando van dirigidos a él. Ella continuó- Pues no lo había notado, como siempre esta callado – hizo un gesto con la mano restándole importancia- Es como si fuera invisible. Pero qué más da, mejor para nosotros… No está él con su ropita rara, y su ruidosa música. La verdad, ahora que lo dices, el ambiente es mucho más liviano sin ese antisocial aquí – finalizó sonriendo.
… ¿Enserio tengo esta clase de amiga tan desagradable?
_ Que pesada eres, Sakura – fue lo único que le dije, antes de cambiarme de asiento, esta vez dándole la espalda. Ella jadeó sorprendida, indignada e incómoda por mi reacción. Quizás fui grosero con ella pero no me gustó que le faltara el respeto a Sasuke, cuando es obvio que ni siquiera lo conoce.
Luego de eso el profesor llegó al salón, tarde para variar. La clase se me hizo eterna, matemáticas, como detesto las matemáticas. No hablé con Sakura en toda la clase, y no pensaba hacerlo en todo el día, realmente me decepcionó su actitud. Al final de la hora, el profesor Kakashi empezó a tomar la asistencia y nuevamente, cuando la lista llegó a Sasuke, no hubo respuesta… Yo suspiré, me preocupaba sin razón y no podía evitarlo.
_ Kakashi sensei, espere – le pedí, cuando todos ya se hubiesen ido a sus casas; porque era viernes y solo teníamos cinco horas de clase.
_ La clase termino, Naru… -me recuerda con una sonrisa.
Yo sonreí, era la costumbre que se me hizo cuando se convirtió en mi profesor…
_ Lo sé, Oto chan – respondí sacándole la lengua infantilmente- Bueno, quería preguntarte algo…
_ ¿Qué paso? ¿Peleaste con Sakura san? Te vi muy distraído hoy, no quise decirte nada en clase…
_ No, lo de Sakura no tiene nada que ver- bufé- Es sobre otra persona.
_ Otra persona… - repitió mi papi lentamente, luego entrecerró los ojos con una sonrisita muy de las suyas- ¿Sasuke kun?
_ Sí, él – respondí, no me sorprendió que adivinara porque en casa a veces hablaba de él sin darme cuenta… es que enserio ese chico tiene toda mi atención, es como un misterio para mí y necesito descubrir todo de él. Continué- Es que… me tiene preocupado – reconocí.
Mi Oto chan asintió lentamente, comprendiendo. Volvimos a entrar en el salón, él se sentó en la silla de profesor y yo sobre una mesa frente a su escritorio.
_ ¿Por qué te tiene preocupado?
_ Bueno – rasqué mi nuca levemente, como siempre hacia cuando estaba nervioso- Es que hace una semana él no viene a clase, y nadie parece notarlo… Es preocupante, él nunca falta y, lo sé, no somos amigos ni nada, pero ¡vamos! ¿Y si está enfermo o algo? Se supone que todos somos un solo curso y nadie parece preocuparse por él.
_… - Mi papi suspiró, luego habló – Tranquilo Naru… Mira, si él ha faltado toda esta semana es porque… - titubeó entre continuar o no- Bueno, tiene sus razones, pero tranquilo, está bien, sé que te preocupas por el…
_ ¿Qué ibas a decir? – Claro que noté cuando no quiso decirme esa razón- ¿Tú lo sabes? ¿Está enfermo? –le pregunté.
_ No, no está enfermo… No puedo decirte, lo sabes, no es información que a mí me corresponda decirle a nadie- eso me preocupo más, porque si no estaba enfermo entonces era un tema importante como para mantenerlo en secreto de esa forma.
_ Papi dime… -me puse de pie frente a él- Sabes que yo quiero ser su amigo, y si puedo ayudarlo en algo, quizás sea mi oportunidad para acercarme a él…- pero lo que dije no pareció causar efecto.
_ Naruto, no lo hagas difícil… - murmuró, con su mano sobre mi mejilla y su cara preocupada- Enserio no puedo decir nada, no me corresponde.
_…- Resoplé a punto de rendirme, hasta que una idea surgió en mi mente- ¿A qué hora llega hoy papá a la casa?
_ A las siete como siempre… Aunque tal vez llegue antes, sabes que los viernes salimos a cenar fuera –respondió, un poco confundido por mi pregunta.
_ Tengo aproximadamente… -puse los ojos chinitos sacando cuentas- ¡Cinco horas! –exclamé sonriendo, y colgando mi mochila sobre mi hombro derecho.
_ ¿Cinco horas para qué? –preguntó mi papi, también poniéndose de pie.
_ Luego te explico – respondí besando rápidamente su mejilla- Vuelvo a casa antes de las seis, lo prometo – besé esta vez su otra mejilla, sin permitirle procesar lo que dije - ¡Te quiero! – exclamé mientras corría a la salida del salón.
Corrí escaleras abajo hasta llegar a la primera planta del instituto; una vez abajo me permití tomar un poco de aire antes de continuar mi carrera, esta vez, hacia la oficina de la directora.
_ ¡Oba chan! –grité, incluso antes de entrar completamente en la oficina.
_ ¡¿Cuántas veces te he dicho que no entres de esa forma?, pareces una bestia! –me regaño ella, alterada.
_ Lo siento, lo siento- Me disculpé rápido, luego me acerque a ella, con un puchero en mis labios y la carita más tierna que pude poner- Necesito un mega favor – le dije, poniendo mis manos frente a ella en actitud de súplica.
_ No tengo dinero.
_ No es eso…
_ No puedo ayudarte si vas a reprobar una materia.
_ ¡Eso tampoco!
_ ¿Estrellaste el auto de tu padre otra vez? Porque si lo hiciste…-me miró reprendedora, sin dejarme hablar. Como vió que me quede callado con una ceja arqueada, resopló y al final pregunto- Esta bien, ¿Qué quieres?
_ ¿Me das la ficha de información de un chico de mi salón, por favor? – pregunté con mi mejor sonrisa.
_ ¿Qué? ¿Para qué?
_ Necesito saber dónde es que vive – respondí sinceramente
_ ¿No es más sencillo preguntarle personalmente? Es decir, si es tu amigo, debería al menos decirte donde…
_ No somos amigos – le interrumpí- Vamos, Oba chan. Dame la ficha, no tardaré nada, solo veo donde vive y me voy.
_ ¿Para qué quieres saber dónde vive si ni siquiera son amigos? – cuestionó ella, seriamente.
_ Es… ¡Es para un trabajo! –Se me ocurrió de pronto, para evitar tantas vueltas- Es que me pusieron en equipo con esa persona, pero como falto hoy… Necesito saber dónde vive para hacer la tarea – fue lo más convincente que se me ocurrió.
_ ¿Y por qué no lo llamas por celular? Todo el mundo tiene celular hoy en día.
¿Por qué no me da la información y ya? Que frustrante.
_ Yo no tengo celular…- levantó una ceja- Es que mi perro se lo comió – agregué, esperando que lo creyera, y debería, porque es cierto.
_ ¿Enserio? – Sonrió de medio lado- No me digas… ¿Por qué no le dices a Minato que te compre otro?
_ Porque… - resople rendido, lo mejor sería contarle la verdad, y así lo hice- …Entonces eso es lo que pasa- finalice luego de explicarle lo que ocurría.
_ No sabía que te llevaras bien con Uchiha Sasuke…
_ Y no nos llevamos abuela, digo, a mí me encantaría ser su amigo… pero él es tan cerrado al mundo… y no me deja acercarme a él.
_ ¿Aun así crees que es buena idea ir así, de improviso, a su casa? ¿No crees que sería muy raro para él? Considerando que no son amigos… y de hecho no hablan…
_ Sé que es raro… pero no puedo evitarlo, me preocupa. Y si a nadie le importa como esté, pues a mí sí – estaba determinado- Hablé con mi papi y no me quiso contar el porqué de su ausencia – y por la cara que puso mi abuela, sé que ella también estaba al tanto- Veo que también tu sabes… No te voy a preguntar, tranquila, pero por favor… Dime donde vive
_ Naruto… Él puede ser algo delicado… No seas imprudente…
_ Por favor – volví a poner mis manos en señal de súplica- Por favor, oba chan, no aré nada estúpido ni imprudente, lo prometo – ella parecía pensarlo- Porfavoooor – empecé a dar brinquitos en mi lugar, algo demasiado infantil a mis 17 años, pero era mi abuela, y yo su único nieto, podía ser todo lo infantil que quisiese frente a ella.
_ Quédate quieto, mocoso- espetó ella con el ceño fruncido, yo intensifique más mi puchero, sabiendo que estaba a punto de rendirse, solo unos segundos más y…- Está bien, tu ganas.
_ ¡Síiii! – exclamé emocionado. Ella bufó y luego, aun no muy convencida, escribió una dirección en un trozo de papel; yo me extrañé ¿Acaso sabia la dirección de memoria? Mejor no preguntar. Recibí el papel y luego besé su frente efusivamente, apretando sus mejillas con mis manos- ¡Muack! ¡Eres la mejor, Oba chan! –medio grité, a punto de salir corriendo de la oficina.
_ ¡Espera! – Vociferó ella, deteniéndome, yo solo la miré- Enserio, Naruto… No hagas nada imprudente – aquello parecía una advertencia, aunque su cara denotaba preocupación.
_ Lo prometo, solo quiero acercarme a él – respondí, ella asintió antes de hacer un ademán con la mano como diciendo “Vamos, lárgate ya”; obedecí.