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Aokigahara por yuyitochan109

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Notas del fanfic:

Hola! Aqui mi primera publicación por aca. 

 

El reloj marca las  12 de la noche  y la luna todavía cobija a los dispersos habitantes de Tokio. No notamos diferencia entre esta gran metrópoli y tantas otras que visitamos, otra típica zona céntrica donde abundan los carteles luminosos y los estridentes sonidos. Observamos gente saliendo y entrando a nigh clubs, una pareja tímida entrado a un love hotel, otras más descaradas en cada callejón y finalmente algunas apurando el paso  por alcanzar el último tren.

 

Decidimos seguir  y llegamos a la zona residencial, nos acercamos a la enorme mansión, es hermosa y de un blanco imponente. Su estructura es moderna, deducimos que fue construida por algún arquitecto vanguardista; sin embargo, no brilla ni una luz en ella. Poco a poco nos adentramos en la gigantesca construcción. En la primera planta el personal duerme pero a lo lejos escuchamos sonidos propios de la pasión humana, avanzamos y comprobamos nuestras sospechas, en aquel cuarto de servicio yacen una mucama y un criado, los vemos pero no sentimos nada.

 

Ignoramos lo presenciado y ascendemos a la segunda planta, buscando al muchacho hermoso de piel blanca, cabellos  sedosos y ojos profundos a quien hemos estado observando durante días o tal vez meses. Lo vemos, está sentado frente al balcón de su habitación. Viste solo  un camisón blanco y  el frio viento esparce sus  cabellos. Su mirada está perdida, ausente, simplemente vacía. 

 

Notamos entonces una botella y una copa de vino hecha añicos en el alfombrado suelo; de repente él parece reaccionar, se levanta y abre una gaveta de donde extrae una navaja. La mira y  luego de unos segundos dirige sus pasos nuevamente al balcón. Lo vemos hacer entonces lo que se ha convertido en un ritual para él, descubre su brazo y profiere un corte , vemos entonces, una expresión, está asustado y vuelve a hacer un nuevo corte pero él no siente nada, se rinde y mira la luna mientras deja correr la sangre por sus muñecas.

 

La imagen ante nosotros es sobrecogedora; una extraña criatura, sangre y la luna llena. No sabemos por qué este joven ha llamado nuestra atención, tal vez sea por lo surrealista que hay en él. Queremos ayudarle pero simplemente no estamos permitidos de intervenir.

 

Un auto se estaciona en la puerta de la mansión y el joven parece notarlo, cierra el gran ventanal y se acuesta en su mullida cama; no obstante, no parece preocuparle sus heridas y las ignora. Cierra los ojos pero no duerme, lo sabemos desde hace semanas simplemente no sueña

 

El reloj marca las 5 de la mañana y el cuerpo del joven reacciono por inercia. Viste unos ligeros pantalones, una cazadora descolorida y unas zapatillas  deportivas. Lo vemos enrumbar sus pasos hacia un Tokio que aún no duerme. El clima es frio, llueve intensamente y ni un alma quisiera asomar por las calles pero a él no parece no importarle. Corre, respira y corre. Sus ropas se han pegado y el frio se cola hasta sus huesos mas él no se detiene ni parece pensar en hacerlo. 

 

Kim Jaejoong es un ser atípico a veces pensamos que no pertenece a esta realidad y él cree lo mismo. Lo hemos visto en innumerables situaciones y podemos afirmar que el no siente nada. Jaejoong ha intentado sentir todo tipo de sensaciones: pasión, alegría, esperanza. Siempre ha sido así ¿Cómo lo sabemos?  Fácil, Jaejoong es del tipo de personas que no acaban de comprender las cosas hasta que las ponen  en  escrito.

 

Él no es un santo, en sus intentos por despertar alguna emoción ha hecho infinidad de cosas. Producto de ello son cada una de sus manías. Una de ellas es correr cuando el clima se muestra más agreste, tal como lo vemos en estos momentos; otra es tomar alcohol y medicamentos hasta perder la conciencia y la última es jugar con su navaja de plata. Si no nos crees mira sus brazos, muñecas, abdomen y los innumerables medicamentos en su gaveta.

 

El reloj marca las seis de la tarde y tras deambular por las calles, Jaejoong ha decidido volver a la enorme mansión. Lo que ve no lo sorprende, su madre follando en medio del enorme salón, pasa de largo, no le interesa y lo más probable es que su padre haga lo mismo. Mientras él se baña vemos su celular vibrar y creemos que es una invitación a salir como tantas que recibe. Algo pasa en la planta baja, escuchamos gritos y vidrios romperse, Jaejoong también lo oye y parece disponerse a salir. Estamos seguros que no ira a una de esas desenfrenadas fiestas pues ha cogido una mochila y en ella llena su billetera, una toalla, su cuaderno de apuntes y su inseparable navaja de plata.

 

Nadie en la enorme mansión parece darse cuenta de la  ausencia  de Jaejoong o si es que lo han notado no les ha interesado. Vemos caminar a Jaejoong hacia la estación de buses, se detiene y compra un boleto hacia el monte Fuji.  Luego de esperar unos minutos estamos en el bus, observamos a nuestro alrededor y la mayoría son turistas, todos ellos se ven emocionados.

 

 El reloj marca las 10 de la noche. El bus ha llegado a su destino, todos enrumban hacia el mirador desde donde se ve una vista panorámica de Tokio, todos excepto Jaejoong.

 

Él se aleja del resto y toma un sendero opuesto al de los demás. Lo seguimos y poco a poco nos vamos adentrando en el espeso bosque que puebla todas las laderas del monte Fuji.  

 

El monte Fuji es hermoso y en la noche se convierte en un lugar encantado; frondosos árboles con raíces sobresalientes, luciérnagas volando y la luna es su esplendor. Todo se ve limpio, no vemos ni una botella o papel, tal vez esto se debe a la meticulosidad del pueblo japonés y su excesivo orden.   Luego de caminar por una hora, vemos a  Jaejoong detenerse frente a un letrero  que reza: “Tu vida es valiosa y te ha sido otorgada por tus padres. Por favor, piensa en ellos, en tus hermanos e hijos. Por favor, busca ayuda y no atravieses este lugar solo”.

 

Por un momento estamos confundidos y asumimos que este letrero se debe  a lo mucho que les gusta aconsejar a los  japoneses. Ampliamos nuestro campo de visión y observamos que ciertas partes del bosque están cerradas con cinta policial e incluso en algunos lugares hay carteles que prohíben el paso. Suponemos que es para la conservación del bosque, para que la gente no salga de los pequeños senderos y moleste a la fauna o ensucie más de la cuenta el paraje. Continuamos nuestro camino con la vista puesta en Jaejoong quien no parece inmutarse ante lo antes visto.

 

 Al continuar  pensamos que  la gente no es muy cuidadosa por aquí, lo cual se nos hace extraño. A medida que nos vamos adentrando en el bosque nos vamos encontrando montones de desperdicios en los bordes del camino o entre los matorrales; zapatillas y todo tipo de prendas se encuentran tirados por doquier, papeles, objetos personales y, sobre todo, muchos envoltorios de medicamentos… esto es un poco raro.

 

Ya llevamos más de media hora por el lúgubre sendero y los ánimos de Jaejoong  no parecen decaer,  no notamos nerviosismo en él ni parece tener intenciones de  acelerar el paso. Simplemente camina en silencio observando el extraño escenario  como si ya habría planificado venir. De la nada Jaejoong se queda observando algo a su derecha, en un pequeño claro, nos acercamos con curiosidad para ver qué es lo que ha detenido sus pasos…Ante nosotros están los restos de una persona. 

 

 

Notas finales:

Bueno esta idea loca me vino luego de ver un articulo sobre este bosque japonés que como dije SI existe kekekekk y tambien luego de leer a uno de mis escritores favoritos Haruki Murakami !

Comentarios, dudas ,tomatazos en la cajita de abajo n.n


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