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Aokigahara por yuyitochan109

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Estamos estupefactos ante el macabro hallazgo pensabamos que Jaejoong saldría huyendo pero el nuevamente no muestra reacción alguna.  Tras observar con mayor detenimiento notamos que el primer esqueleto no es el único, de reojo vamos viendo despojos de otros cuerpos humanos.

 

Ya hemos perdido la cuenta del tiempo que llevamos  por este tétrico lugar. Nos preguntamos si estamos andando en círculos o si vamos por el lugar correcto  mas él no parece querer salir de este infierno. Mientras continuamos siguiéndolo aparece ante nosotros, entre los arbustos, algo que parece una tienda de campaña o una especie de  refugio montado con plásticos y cartones. Nos acercamos para ver que es, quizás en el súmmum de lo macabro a alguien se le ha ocurrido pasar unos días de acampada en este lugar tan terrorífico.

 

 

 

Jaejoong también parece sentir curiosidad, lo vemos  introducir su cabeza en el interior de la extraña carpa y lo imitamos. Sin embargo, lo que  encontramos es todavía peor que los huesos esparcidos  con los que nos habíamos topado hace unos instantes… un cuerpo medio momificado descansa en el interior entre ropas sucias y pestilentes. 

 

Si fuésemos humanos lo más probable es que vomitásemos como Jaejoong lo hace ahora.

 

 

 

Jaejoong parece haberse recuperado  y se aleja del pestilente espectáculo cuando a  lo lejos  creemos divisar a alguien. Pero al acercarnos notamos algo extraño, esta persona  está inmóvil…

 

 

 

 Es una joven mujer colgada de lo que parece una bufanda. El cuerpo se encuentra en estado de descomposición; sin embargo, la piel aún se mantiene pegada a sus huesos, la concavidad de los ojos son solamente dos agujeros cubiertos de material amarillento y sus cabellos no son más que una maraña de pelos en donde pululan un centenar de moscas.

 

Entonces lo recordamos, estamos en Aokigahara, el bosque de los suicidas.

 

La idea nos hace reaccionar y buscamos a Jaejoong con la mirada, él se encuentra sumergido en sus pensamientos y continúa deambulando por el bosque. Finalmente se detiene frente a un enorme árbol con raíces sobresalientes, es el más grande de nuestro campo de visión. Lo contempla interesado y luego de unos minutos logra subir a él, esto se nos hace extraño pues el joven pelinegro nunca ha gustado de actividades físicas que demanden suciedad y esfuerzo.

 

Ahora está sentado en una de las ramas más próximas a la cima, sus ropas se encuentran sucias y rasgadas y su piel muestra rasguños por la aspereza de la corteza.  Cierra los ojos y se deja bañar por la luz de la luna y  el canto de Aokigahara.

 

Ha pasado casi una hora desde que lo vimos en la misma posición y el parece absorbido por el aura de muerte que rodea el lugar. Finalmente reacciona y abre la mochila que ha traído consigo entonces los vemos sacar su preciada navaja de plata. Creemos intuir lo que va a hacer a continuación y nuestros presentimientos no fueron en vano.

 

La luna parece haberse teñido de carmesí y un frio viento recorre el bosque mientras la sangre fluye por los brazos de Jaejoong; sin embargo, los cortes que presenciamos son más profundos  que  los anteriores y gotas espesas empiezan a caer  hasta la raíz torcida del gran árbol. Jaejoong sonríe y mira al estrellado cielo con los ojos cerrados.

 

Nos alarmamos, su piel está sumamente pálida y su respiración es más errática. Jaejoong sonríe una vez más para finalmente  dejar su cuerpo perder el conocimiento. Vemos su cuerpo perder equilibrio y precipitarse al vacío.  Queremos sostenerlo y detenerse su aparatosa caída pero no podemos. No estamos permitidos a interferir. No podemos evitarlo y dejamos escapar un grito. Hemos roto reglas aunque tal vez haya valido la pena.

 

Vemos a un joven alto y de contextura más fornida que Jaejoong, él parece habernos escuchado. Dudamos al ser eso imposible. Lo vemos correr y sostener su cuerpo antes que este impacte con el  suelo. El joven moreno se muestra atónito al contemplar al hermoso joven que yace en sus brazos.

 

Lo vemos perdido en su ensoñación, nadie podría culparlo, Jaejoong luce frágil y la vez hermoso. Su piel está más pálida de lo habitual y sus mechones caen por su rostro. Finalmente lo vemos reaccionar al sentir las gotas de sangre manchar su ropa. Toca su pulso y suspira con alivio, él todavía vive. De repente sentimos su mirada fija en nuestra dirección y esboza una sonrisa y con un asentimiento enrumba sus pasos por un sendero que parece conocer de memoria.

 

Estamos confundidos. Es imposible que ese joven nos haya visto. Nosotros aun no podemos revelarnos a ojos humanos, aun no estamos listos.

 

 Decidimos ignorar nuestras dudas y seguimos al joven moreno. Él ha llegado a una pequeña casa que se ubica en un extremo del bosque. Deposita el cuerpo de Jaejoong sobre la pequeña cama y busca el maletín de primeros auxilios. Lo vemos susurrar algunas palabras y nos centramos en escuchar lo que dice.

 

 

 

--Maldición, toda mi vida me he arrepentido de este puto trabajo pero  tal vez Changmin  tenga razón y aquí  pueda encontrar las respuestas que necesito- Esto último lo dijo mirando en nuestra dirección.  No nos inmutamos sino sentimos más curiosidad por el joven que sutura con una habilidad increíble los brazos de Jaejoong.

 

--Este muchacho es hermoso— murmura mientras limpia el rostro pálido con una toalla húmeda—Me pregunto que lo habrá motivado a intentar suicidarse y puede que ustedes los sepan—continuo como si conversara con nosotros.

 

  Ahora lo vemos disponerse  a poner más leña en lo que parece una chimenea, nos dedicamos entonces a observar  el lugar en donde estamos. Es una pequeña casa de una sola habitación; posee una vieja estantería, una mesa, una cocina portátil de dos hornillas, un ropero que parece fundirse con la madera de la pared, un perchero donde vemos colgar dos chamarras y sospechamos que una no pertenece al joven moreno y por último la cama donde yace Jaejoong.

 

 Nos acercamos a la mesa y vemos apilados libros y numerosos periódicos pasados, los últimos están dispersos por toda la mesa y al leer lo que dice en ellos, notamos que  ciertas noticias  están encerradas en círculos con un chillido marcador rojo. Si lees con mayores minuciosidades  podrás notar que estas tienen un patrón común.

Noticias de suicidios.

Fotos crudas. 

Aokigahara.

 

“Makoto Watanabe, joven de 18 se suicida en el bosque maldito tras haber reprobado su examen de ingreso a la universidad Todai”

 

 

“Autoridades de la prefectura de Tokio no pueden frenar la ola de suicidios en Aokigahara, pese a ello se ha contratado a personal psiquiátrico y a vigilantes para persuadir a posibles suicidas que ronden el bosque”

 

 

“Estudio hechos por la universidad de Tohoku revelan gran magnetismo paranormal en tenebrosa parte del monte Fuji”

 

 

“Jóvenes siquiatras impiden cinco suicidios en una semana. Jung Yunho y Shim Changmin pese a no ser japoneses de nacimiento se habrían graduado con honores de la Todai y habrían escogido trabajar en Aokigahara por un proyecto de tesis”

 

“Policía se niega a recoger cuerpos de suicidas y autoridades respaldan a oficiales”

 

 

 Junto a estos periódicos se podía observar fotografías instantáneas tomadas presuntamente por el joven que ahora vemos calentar ramen en una vieja cacerola.  Volvemos nuestra atención a las fotografías y caemos en cuenta que hay más de ellas pero no precisamente en la mesa sino pegadas en el techo  que da a la pequeña cama. Nos preguntamos entonces ¿Qué joven desearía ver fotografías espeluznantes antes de dormir? Por lo visto Yunho es más extraño de lo que pensamos.

Notas finales:

Otro capitulo mas, actualize rapido, aunque solo hubo un comentario TOT

Cualquien comentario, opinion o piedrazo en la caja de abajo 

sayooo n.n


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