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Mi despreciable y amado demonio por FujoShi4Ever

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Notas del capitulo:

Hoooolas holitas!!! En mi país es el día de la amistad, del amor y de todas esas cosas

Así que les traje por fin el final de este fic *llora a mares*

Me encantó escribirlo y disfrutar con ustedes!

Espero que les guste....Está así bien larguito nomas para que lo disfruten!

1827Forever1827 va para ti hehe...Como te dije en el review sí usé con gusto algunos puntos de tu sugerencia..la cual por cierto agradezco mucho. Así como también agradezco a todas las personitas que me leen y que me dejaron review como: Metamophorsis, dabacos123, Witch Mix, cyan y elykaulitz

 

Sin más.. A leer!

Tsuna despertó como todos los días, asqueado con ese lugar y con tener nuevamente que bailar para complacer a esos viejos pervertidos y encima darles sexo. Jamás en su vida había visto un solo yen de su “trabajo”, el muy maldito de Checker Face se lo quedaba todo y lo invertía en nueva mercancía. El castaño miraba con pena a los nuevos en ese horrible lugar temblando, asustados, buscando a sus padres. Por un momento ellos le recodaban a él mismo cuando tenía tanto miedo de lo que podría pasarle, sólo quería estar con su madre.

Ohh su madre, apenas podía recordar el rostro de su amada madre solo recordaba sus cabellos castaños y en su memoria estaba borrosa la sonrisa que ella poseía. Su padre era un caso peor, no recordaba casi nada de su progenitor, le quedaba el horrible recuerdo de su cuerpo cayendo por los disparos de aquellos sujetos. Los extrañaba tanto, a veces se preguntaba qué hubiese sido de su vida si nada de eso  hubiera pasado…Iría a la escuela, tendría amigos y quizá una novia pero todo eso eran fantasías que murieron el día en el que lo quebraron por dentro cuando ese malnacido de Checker Face le arrebató su inocencia no bastándole con ya haberle quitado a su familia.

¿Cuánto había pasado ya?

Tanto tiempo a la merced de ese cerdo y en esa prisión, estaba tan sumido en sus pensamientos que se sobresaltó al ver como los matones de su “jefe” lo arrastraban hacia la tarima principal, le pusieron unas cadenas solo por si acaso ya que su conducta era tan rebelde que mejor era estar precavidos.

-Monos andantes ¿qué significa esto?

-Cállate puta, hoy viene alguien importante y busca comprar algo que lo satisfaga. Tú estás entre los mejores por eso estás aquí.

-Genial –murmuró el castaño con el ceño fruncido-

**********************

Hibari Kyoya dueño de la cadena de empresas hoteleras Hibari , se encontraba de camino al lugar donde podría encontrar un candidato para que fuera su “novio” ya que le iban más los hombres, las herbívoras se rompían fácilmente y pedían mucho. Todo para que su padre Alaude dejara de joderlo con eso de que ya debía sentar cabeza y formar su propia familia. Claro como el muy ya tenía a su otro padre herbívoro Giotto, ahora le exigía que tuviera una pareja lo más pronto posible.

Kusakabe Tetsuya la fiel mano derecha de Hibari conducía el magnífico vehículo negro hacia ese lugar. Todo estaba preparado Checker Face le recibió con una sonrisa cínica cosa que molestó al pelinegro pero nada podía hacer, sería un hipócrita si le recriminara porqué tenía un lugar de prostitución cuando él mismo iba a comprar a uno de esos chicos. Era la forma más fácil de hacerlo  y con suerte para el que comprara luego de que sus padres lo dejaran en paz le daría su libertad, sin preguntar ni nada por el estilo.

Checker Face le condujo hacia la tarima principal donde yacían muchos jóvenes temblorosos y desnudos siendo mostrados como si fueran carne a Kyoya que los miraba de arriba hacia abajo, eran muy frágiles, demasiado miedosos y no podría tratar con personas así, él no era de sentimentalismos, todo en su vida eran negocios y punto. Pero de la nada lo vio, un muchacho castaño con la mirada fiera combatiendo con la suya e incluso tenía la peculiaridad de estar encadenado a diferencia de los otros que estaban sin las cadenas.

-Ese de allá –lo señaló- ¿Cuánto por ese?

-Señor, debo advertirle….Este espécimen jamás ha sido domado-dijo Checker Face-

-Lo quiero-dijo sonriendo ladinamente-

-Pero…señor tengo muchos otros que podrían interesarle

Kyoya frunció el ceño y miró mal a Checker Face

-Dije que lo quiero. No me importa cuanto tenga que pagar…Deme a ese

-Oi yo no soy un objeto, idiota –dijo el castaño desafiando a ese demonio pelinegro que lo miraba como si fuera un muñeco en oferta-

-¡Ja! Tienes agallas herbívoro, eso me gusta –respondió son superioridad Kyoya-

-Compórtate –dijo Checker Face y lo abofeteó pero Tsuna no se quedó atrás lo pateó y le escupió en la cara-

-Cerdo-dijo con odio total-

Checker Face se disponía a maltratar al castaño pero fue detenido por el brazo de Hibari Kyoya que le pidió que no lastimara a lo que era suyo. Ambos se fueron a la oficina del mayor y discutieron precios entonces Kyoya salió triunfante, ordenó a Kusakabe que trajera al herbívoro para poder irse de ese apestoso lugar.

Los dos matones de Checker Face fueron a por Tsuna que estaba en su habitación poniéndose ropa decente, lo agarraron y lo llevaron nuevamente frente a ese demonio. Antes de que se fuera Checker Face le susurró:

-Adiós putita. Agradece que este imbécil te está comprando sino serías mi puta personal para toda la vida-dicho eso le lamió la oreja pero no vio venir la contundente patada hacia sus genitales de parte de Tsuna-

-¡Púdrete en el infierno, maldito cerdo!-gritó Tsuna a todo pulmón-

-Maldito…-dijo su captor desde el suelo-

-Es suficiente herbívoro, ya no provoques más desastres –dijo con tono severo el pelinegro-

-Jódete no eres mi madre y no tengo porqué obedecerte-dijo malhumorado el castaño casi queriendo matar al más alto con la mirada-

Hibari Kyoya no era una persona paciente y aquel herbívoro le estaba tocando las pelotas ni bien lo había visto. Kusakabe ya estaba sudando la gota gorda al ver a su jefe crear una poderosa y tétrica aura negra a su alrededor, sentía que se avecinaba el terror le temblaban hasta las canillas pero vio como ese castaño ni se inmutó con la escena, más bien competía con su jefe con sus ojos chocolate que también reflejaban enojo.

-Kusakabe Tetsuya llévate a este herbívoro…Pero ¡YA! –estalló Kyoya-

-S-sí Jefe –respondió su subordinado que de inmediato cargó al castaño al auto aunque fue todo un dilema ya que el chico se removía y pataleaba-

El viaje hasta la enorme y costosísima mansión al estilo japonés de Hibari fue todo un calvario porque Kyoya estaba que ya asesinaba a Tsuna porque este no dejó de patalear ni tratar de escaparse durante todo el camino. De un momento a otro el castaño se puso a gritar haciendo que el pelinegro perdiera los estribos, estaba  a punto de propinarle un buen golpe pero Kusakabe le informó que ya habían llegado. Hibari cargó a Tsuna hasta la mansión entre patadas y puñetazos amablemente ofrecidos por el castaño, lo soltó como si fuera un costal de papas en la sala de la planta inferior de su hogar.

-Hey tú pequeño herbívoro ¿tienes nombre? –preguntó Hibari-

-No te incumbe, idiota –le escupió con saña Tsuna-

-Bueno putita me vas diciendo tu nombre porque ya me tocaste los cojones desde que te saqué de tu castillito donde le abrías las piernas a cualquiera. No me obligues a tratarte mal-dijo el pelinegro ya casi perdiendo su paciencia-

-Hmph qué más te da, todos son iguales –dijo enfadado el castaño-

-Será después…al fin y al cabo eres solo una triste y simple puta –dijo Kyoya ya cansado-

-Nada te hace mejor que yo infeliz. ¡Eres un hipócrita al decirme eso después de haberme comprado!

-Silencio pequeña perra- dicho eso le propinó un golpe en la cara que mandó al suelo al pequeño castaño, ya se iba cuando escuchó esa palabra que le enfureció por completo-

-Marica-le espetó el castaño desde el suelo-

-¡Repítelo si te atreves zorra! –dijo ya completamente cabreado Kyoya-

-MA-RI-CA-dijo sonriendo-

Kyoya lo tomó del cuello casi ahogándolo pero aún así la sonrisa de autosuficiencia del castaño no se iba, continuaba desafiándole.

-¿Te das cuenta de quien soy? De que puedo matarte si me da la gana…

-Cof Me da igual puto imbécil Cof Nada…de lo que hagas o digas me hará daño. Yo ya estoy roto por dentro –de nuevo sonrió pero esta vez melancólicamente-

Hibari lo soltó de inmediato, se calmó y pensó con más entereza sin guiarse por sus instintos que casi le hacían matar a ese chico. Por un momento pudo ver a través de esos ojos un sufrimiento inimaginable que hizo que se le erizara el cuerpo entero, llamó a Kusakabe para que llevara al muchacho a su habitación para que se instalara, se aseara y demás cosas.

Tsunayoshi se fue intrigado por como ese hombre lo había soltado y de inmediato se calmó e hizo que lo llevaran a esa lujosa y costosa habitación. El tipo que lo había llevado le explicó que esa habitación era suya, que podía hacer lo que quisiera en ella pero que no hiciera ninguna estupidez como tratar de huir.

-Sé que piensa que Kyo-san es una mala persona pero no lo es. Confíe en él le necesitamos, tan pronto como todo termine…Usted será libre-le dijo Kusakabe y se retiró-

-¿Confiar? Está loco, me compra y quiere que confíe en él –murmuró el castaño viendo como el sol se ocultaba y daba paso a la noche-

Tsuna decidió esperar y disfrutar mientras tanto de esa habitación, tomó un baño caliente se lavó y enjuagó tranquilamente con agua limpia sin prisas. Después salió envuelto en una toalla, buscó en el armario algo de ropa encontrando unas cuantas camisetas y pantalones que más o menos le quedaban ya que él era muy pequeño, luego de cambiarse decidió tomar una siesta en aquella amplia y cómoda cama que parecía llamarlo a gritos.

Pasaron unas horas, ya daban exactamente las nueve de la noche cuando Tsuna despertó y en su puerta estaba Kusakabe informándole que la cena estaba lista. Ambos bajaron hasta el comedor finamente decorado con diseños japoneses, allí los esperaba Kyoya con su semblante serio mientras tecleaba en su laptop con unos lentes que le hacían ver más sofisticado y sensual.

-Kyo-san aquí está el muchacho –dijo mientras le enseñaba a Tsuna donde debía sentarse-

-Puedes retirarte Kusakabe –ordenó el pelinegro- Tú ahora me dirás tu nombre

-No quiero –dijo con simpleza-

-Escucha, soy Hibari Kyoya uno de los hombre más ricos de este país y quiero proponerte un trato-dijo viéndolo fijamente-

-No me interesa

-Mira mis padres quieren conocer a un novio o novia mío ya que dicen que solo estoy enfocado en los negocios y he dejado mi vida sentimental en el olvido. Francamente me vale una mierda esas cosas pero esos viejos no descansaran hasta que vean a un prospecto digno de mí, te escogí para eso, quiero que finjas tener algo conmigo y que convenzamos a esos viejos idiotas. Yo gano estar tranquilo y con mi vida normal, tú serás libre no me deberás nada y cuando digo nada es nada, no pienses que me interesas físicamente. Para eso te compré y como sé que tu vida no ha sido fácil o supongo eso, te daré dinero suficiente para que sobrevivas por tu cuenta al menos por un mes. Lo que hagas después es tu problema, yo no te buscaré ni te pediré absolutamente nada porque no necesito más de ti. ¿Qué dices?

-No me creas idiota…Nadie hace favores gratis. No me creo nada tu cuento de que no me harás nada, todos quieren algo

-¿Estás tonto o qué? Te he dicho que tu servicio para mí es convencer a mis padres de que tenemos algo y punto. Mira…tranquilamente puedo devolverte a la pocilga donde te encontrabas –vio como Tsuna se tensaba- Acepta mi oferta y puedes estar tranquilo no me interesas ni física ni emocionalmente. Esto es sólo un negocio

-Quiero garantías de todo lo que dices. La mitad del dinero ahora y haré lo que pidas-dijo Tsuna con determinación, esa era su gran oportunidad de ser finalmente libre y si este imbécil se quería propasar por lo menos tendría con qué sostenerse-

-Hecho –dijo Kyoya fijando su vista nuevamente en su laptop y con una orden sencilla hizo que Kusakabe le entregara a Tsuna 250.000 ¥ -

El castaño recibió estupefacto el maletín con dicha cantidad pero pronto recobró la compostura al estar cerca de lo que aun consideraba su enemigo. Agarró el maletín con recelo y vio a Kyoya reírse por su conducta.

-Son tuyos, a mí no me hacen falta –dijo el pelinegro sin mirarlo-

Pronto la cena se les sirvió y Tsuna casi se desmaya ahí mismo por el increíble sabor de la comida pero de nuevo volvió a disimular con su máscara de indiferencia aunque se terminó todo lo que le habían puesto en el plato. Se disponía a marcharse cuando la voz masculina le detuvo

-No me has dicho tu nombre

-Sawada Tsunayoshi –dijo refunfuñando-

-Una cosa más, te llevaré a algunos eventos elegantes y no quiero que hagas el ridículo

-¿QUÉ HAS DICHO MALDITO? –estalló el castaño-

-Que vas a tomar clases de etiqueta y protocolo HERVÍBORO. ¡AHORA FUERA DE MI VISTA!

-¡CON GUSTO…HIJO DE PAPI Y MAMI! –dijo triunfante el castaño al ver como el mayor se alteraba visiblemente y se disponía a atacarlo-

-¡Kamikorouse!

No supo de donde el pelinegro había sacado unas tonfas y rápidamente se lanzó al ataque mientras que Tsuna evadía con una agilidad y precisión desconocidas incluso para él mismo. Siguieron así causando destrozos por todo el comedor hasta que Tsuna le dio un puñetazo a Kyoya en la cara y sabe Dios como hizo que terminara en el piso con tonfas en mano.

-Idiota no te atrevas a creerte superior a mí de nuevo. Recuerda que necesitas de mí-dicho eso tomó su maletín con su dinero y se largó a su habitación-

Hibari estaba furioso consigo mismo y con ese herbívoro salvaje al que había llevado a su casa, el hombre no se equivocó al decirle que jamás había sido domado pero eso cambiaría…Lo domaría como que se llamaba Hibari Kyoya, a él nadie lo insulta y mucho menos osa desafiarlo.

***********************

Al día siguiente el castaño fue despertado brutalmente por cierto pelinegro que le había echado un balde de agua fría para que se levantara.

-Arriba herbívoro. Tus clases comienzan ahora-dijo con una sonrisa sádica-

-Hijo de…-se reprimió Tsuna- Pensé que contratarías gente para estas porquerías

-Le vas bajando al tonito y mejor usas un lenguaje adecuado o te morderé hasta la muerte-le amenazó-

-Ohh sí, funcionó muy bien la última vez ¿recuerdas? –dijo con una sonrisa burlona el castaño-

-Como sea mueve tu trasero a la sala allí están tus profesores. Cuando llegue en la noche quiero ver avances pequeño herbívoro. Hoy es tu día de prueba para ver si me sirves o no-dijo eso y se marchó junto a Kusakabe que le esperaba en la puerta-

Toda la mañana se la pasó entre clases de cómo debía pararse y guardar bien la postura ya que solía encorvarse de vez en cuando, más de una vez recibió un varillazo de parte de su ruda profesora de etiqueta que no tuvo piedad con él. Luego le enseñaron a comportarse en la mesa, uso de cubiertos, vajilla, copas y un sinfín de cosas que a regañadientes el castaño guardó en su memoria. Posteriormente en la clase más difícil de todas le dieron un listado con palabras más refinadas que debía utilizar y luego vino lo peor porque le estaban obligando a expresarse facialmente de forma correcta, llevaban casi toda la tarde intentando que el castaño hiciera aunque sea una mueca de sonrisa decente que pareciera amable y de “enamorado” ya que se buscaba que fuera mínimamente creíble. Cuando al fin lograron algo más o  menos normal se llevaron al castaño a comprar ropa de todo tipo, a su medida, ropa costosísima y elegante, todos trajes finos con detalles exuberantes.

Kyoya llegó a su mansión esperando ver los avances de ese herbívoro salvaje, se duchó y enfundó en uno de sus trajes más elegantes de color negro, ajustado a su perfecto cuerpo esbelto y alto, sin exagerar en la musculatura ni rayando en la delgadez…Justo el punto medio que lo hacía jodidamente irresistible. Bajó las escaleras buscando al herbívoro pero no lo encontró hasta que una peculiar voz le hizo voltear hacia el comedor

-Oi estúpido demonio. ¿Esto es suficiente verdad? –dijo el castaño aburrido pero estaba completamente diferente su cabello estaba cuidadosamente peinado, además se veía más sedoso, estaba ligeramente maquillado un poco de polvo que apenas si se le notaba un poco de rubor en sus mejillas y estaba en un traje elegantísimo de color blanco-

Kyoya se quedó sin habla al ver a tan bella criatura frente a él, estaba tan embobado que no vio venir la patada voladora hacia su rostro que a pocos segundos cuando ya estaba rozando su cara le detuvo.

-Te pusiste imbécil y pues a ver si reaccionabas –dijo el castaño encogiéndose de hombros-

-No está mal, pasaras supongo. Solo espero que no cometas alguna estupidez-dijo Kyoya volviendo a ser él mismo, pero en qué carajos estaba pensando…que se veía ¿lindo? No, eso era un negocio y ya-

***********************

La fiesta se desarrollaba en uno de los hoteles  de los que Hibari era dueño, era un lugar inundado de la clase social alta y fina de todo Japón. Tsuna no se sintió intimidado ya que varios de esos imbéciles que se las daban de finos y elegantes eran unos pervertidos que terminaban en el establecimiento de Checker Face babeándose por niños.

El castaño supo comportarse fingiendo como aquellas personas al lado de Hibari que ya lo había presentado como su novio oficial entonces todo el mundo le halagó por su belleza y les felicitaron a ambos por tan hermosa relación. Sawada ya estaba aburrido de ese lugar hasta que sitió como alguien tocaba su hombro, ya iba a lanzar una maldición cuando vio de quien se trataba

-¡Oka-san!-gritó de felicidad al ver a Mukuro que le sonreía y pronto los dos se abrazaron-

-Mi Tsunayoshi…No me digas ¿al fin encontraste a quién amar?

-Qué va…El demonio ese de Hibari me compró y ahora le hago un favor por mi libertad

-¿Tú haciendo favores?

-Sí, soy su “novio” –musitó con asco- Dijo que después de convencer a sus padres me dejaría tranquilo. De hecho pensaba contactarte para ver si puedo quedarme contigo claro sin andar de estorbo con tu malvavisco.

-Por supuesto mi pequeño –le sonrió con ternura y volvió a abrazarlo-

-Suficiente…oka-san-dijo Tsuna entre risas ya que solo con Mukuro se dejaba tocar de esa forma-

Kyoya estaba muy metido en una charla con sus socios pero pronto dejó de prestar atención porque vio como el herbívoro salvaje ahora sonreía dulcemente con un desconocido. Se retiró amablemente y se fue a enfrentar a ese otro personaje con peinado de piña

-Tsunayoshi ¿nos presentas?-dijo con tono un tanto celoso el pelinegro-

-Oh aquí estás –dijo enfadado el castaño- Es mi oka-san Mukuro, él y mis amigos fueron mi único consuelo en mi prisión.

-Oya…Hibari Kyoya más te vale cuidar de Tsunayoshi aunque ya te habrás dado cuenta que no cualquiera puede tratar con él –dijo en tono maternal celoso posesivo Mukuro-

-Lo noté sí-dijo Kyoya mientras que entre ambos se estaba formando un aura peligrosa de pelea que por suerte un peliblanco detuvo al llegar y besar a su pareja. Ahí fue cuando Byakuran le explicó a Hibari quien era Mukuro y porqué Tsuna le tenía absoluta confianza-

La fiesta concluyó sin más problemas, Tsuna y Mukuro quedaron en verse y contactarse cuando todo acabara entre el castaño y Hibari. Los dos susodichos llegaron a la enorme mansión pero Kyoya aún seguía molesto por ver como esa piña lograba que el herbívoro se aplacara un poco.

-Herbívoro pronto veremos a mis padres. Prepárate-le dijo cuando vio que Tsuna subía las escaleras-

-Jódete estúpido demonio…Yo me voy a dormir –le dio la espalda y se marchó-

Aquella noche de lunes, uno de ellos no podía dormir al estar inquieto por lo que el castaño provocaba dentro de él mientras que Tsuna solo anhelaba su libertad y alejarse lo más que pudiera de ese sujeto. A la mañana siguiente Hibari se quedó en casa a observar las lecciones de Tsuna y reía al ver como le reprendían por no hablar correctamente o por su postura, más de una vez se tuvieron que detener las clases porque Tsuna harto de que el pelinegro se riera corría a atacarlo y Hibari no dudaba en darle pelea, los dos parecían niños peleándose a cada segundo por cualquier estupidez que cometiera el otro.  Así pasaban los días y aunque Tsuna todavía era arisco con Kyoya, le divertía molestarlo a veces incluso para llamar su atención lo hacia ni que decir con Hibari que buscaba cualquier pretexto para escapar de la oficina e ir a “vigilar al herbívoro”. Se trataban con más confianza pero Tsuna no lo bajaba de estúpido Hibari y él de “herbívoro salvaje” o de vez en cuando “Tsunayoshi”, se podría decir que tenían alguna clase de extraña amistad.

En uno de esos días en que asistían a otra fiesta elegante Tsuna fue casi atacado por uno de esos viejos pervertidos que con ayuda de otros cinco tipos más lo estaban acorralando, el castaño con su fiereza usual les dio pelea pero lograron someterle a golpes. Kyoya lo buscaba por toda la fiesta hasta que por fin dio con él y enfureció al ver como lo estaban golpeando, con sus propias manos golpeó a cada uno de esos sujetos incluso al viejo y no le importó que este fuera socio de una de sus empresas. Tsuna estaba recostado en la pared pero tenía varios moratones y su cuerpo estaba cobrando factura ya que le dolía mucho, después de diez mil insultos hacia Hibari de reclamo por haberlo “salvado” cuando él podía hacerlo solo, se dejó ayudar por el pelinegro que le cargó estilo princesa y se lo llevó a casa.

Estuvo unos días en reposo, de vez en cuando Hibari aparecía por su habitación y él mismo le aplicaba las cremas para que sanaran los moratones aunque Tsuna lo pateara repetidas veces o lo insultara, el pelinegro no desistía. Cuando se iba a la oficina, el castaño aunque lo negara a muerte a veces extrañaba ver la figura esbelta de Hibari recargada en su puerta sonriéndole con autosuficiencia o cuando le ponía la crema.

Después de que concluyera un almuerzo al que lo había llevado Kyoya, el cielo se desmoronó y les atacó la lluvia. Todos corrían desesperados hacia sus autos para poder protegerse de la lluvia que pronto trajo truenos con ella, los dos no fueron la excepción pero Tsuna al estar corriendo con esos zapatos elegantes resbaló y casi se cae estrepitosamente sino es por Hibari que lo agarra antes de que caiga…Por primera vez en su vida Tsuna siente la cara roja al ver tan de cerca los ojos azul metálico que tiene el estúpido demonio, Kyoya cree que su corazón va a salirse de su pecho al ver la carita sonrojada del herbívoro salvaje. Ambos regresan a casa y no dicen ni una sola palabra, están confundidos…en sus cabezas retumba esos segundos en que se miraron fijamente y ambos corazones latieron desenfrenados, pero intentan autoconvencerse de que no ha sido nada Solo es un negocio, solo un negocio.

*****************

-Ha llegado el gran día herbívoro. Nos vamos a las aguas termales para ver a los viejos –le comunicó Hibari al castaño unos días después del incidente lluvioso- Creo que ya tienes suficiente práctica.

-Oi estúpido Hibari ¿qué vas a decir después de que todo termine? –dijo en un arrebato Tsuna intentando no parecer nervioso-

-¿Mm? Pues diré que terminamos por razones personales y cada quien siguió su camino, sin dramas ni nada. Ahora deja de cuestionarme y prepárate, te quiero en 20 minutos en el auto. Kusakabe nos espera.

Tsuna se alistó rápidamente y bajó para subir al auto, Hibari muy amablemente le abrió la puerta para que ingresara. El viaje fue silencioso ya que ambos iban perdidos en su propio mundo con sus cavilaciones, andaban tan en lo suyo que se sorprendieron cuando Kusakabe les informó que ya habían llegado.

En la entrada les esperaban un rubio sonriente con los cabellos igual de desordenados como Tsuna y otro rubio platinado con enorme parecido a Hibari, la misma mirada seria y fiera.

-¡Hola Hibari-kun! –gritaba el rubio mientras agitaba su mano fervientemente. Hibari solo levantó su mano como señal de saludo-

-Pfff y dices que tú eres hijo de ese hombre-dijo Tsuna no aguantando la risa. Pero pronto se le fue cuando vio como el hombre rubio corría hacia él con los brazos abiertos, se espantó ya que estaba invadiendo su espacio personal y le dio una patada ante la mirada atónita de los dos Hibari –

-Itte…-dijo el rubio en el piso con unas lagrimillas en sus ojos- ¡ALAUDE! –gritó con todas sus fuerzas y su pareja fue corriendo a ayudarle, mientras que Giotto lloraba en su pecho y entre sollozos decía que el novio de su hijito no lo quería y que quería morir-

Tsuna estaba nervioso y a la misma vez espantado, es que sencillamente no toleraba que los hombres se le acercaran tanto, menos aún de buenas a primeras con el demonio de Hibari tenía un poco de confianza pero ese sujeto aunque parecía amable se le lanzó sin más por lo que no pudo reprimir su naturaleza salvaje.

-Lo-lo siento…Es que no me gusta que invadan mi espacio personal –dijo intentando arreglar la situación-

-Eso te pasa por lanzado Giotto –murmuró Kyoya un tanto enfadado y puso su mano en el hombro de Tsuna para darle apoyo-

-Pasemos –dijo Alaude caminando con Giotto que ya se encontraba mucho mejor-

Habían llegado justo a la hora del almuerzo, por lo que compartieron una comida sin muchos disturbios pero sí llena de preguntas por parte de los padres de Kyoya, respondieron a todo con simpleza sin exagerar. Después Giotto le dio un recorrido a Tsuna por todo el onsen propiedad suya y de su pareja, esta vez manteniendo su distancia, luego por molestar a su hijo le mostró a Tsuna todas las fotos de bebé de Kyoya, el castaño estalló en risas al ver como Giotto lo vestía y las poses ridículas en las que estaba, cabe decir que el pelinegro enfureció y casi mata a su padre, de no ser por Alaude que nuevamente estaba consolando a su rubio favorito.

Pasaron dos días entre risas y golpes de todos lados, pero casi siempre Giotto fue el afectado por revelar secretos vergonzosos de Hibari, como vídeos cuando era niño jugando con sus peluches y en diferentes situaciones hasta tomando un baño.  Llegó el tercer día y Giotto ofreció a Tsuna entrar a las aguas ya que con tanto alboroto no hubo tiempo de hacerlo, el castaño accedió mientras que Kyoya y Alaude se fueron al dojo a entrenar pasando tiempo de calidad entre padre e hijo (más bien a competir y sacarse la mugre)

Tsuna estaba un poco incómodo por estar a solas con Giotto pero el rubio de alguna manera le inspiraba confianza así que dejo de sentir aquel sentimiento y disfrutó de la paz  y tranquilidad que le ofrecían las aguas termales.

-Tsunayoshi-kun ¿qué te pasó allí? –le señaló una marca que estaba en su hombro derecho-

-Esto…uhm me lastime cuando era pequeño –mentía, era una de las marcas que Checker Face le había dejado cuando lo violó siendo un niño-

Giotto se puso serio y eso asustó a Tsuna, pensando que había echado todo a perder, que el demonio lo mataría, que no tendría su libertad pero todo se fue cuando el rubio le dijo:

-No es necesario mentir-le dijo con una sonrisa-

-Yo…yo no-dijo Tsuna bastante tenso-

-Yo sé cómo se hacen esas marcas –le expresó con una sonrisa melancólica, entonces se volteo y Tsuna casi se desploma, en las espalda de Giotto había una marca más terrorífica que la suya, parecía que le habían marcado como se hace con el ganado, era un símbolo extraño circular y al parecer una “I” dentro del círculo- Fue hace mucho…cuando era joven, era su objeto más preciado por eso “I” de primero, del número uno y de lo mejor que había.

-Usted… debió sufrir mucho-dijo Tsuna casi al borde de las lágrimas, Giotto se puso de frente y el secó las lágrimas-

-Sí pero él…llegó a salvarme-murmuró nostálgico esbozando una sonrisa-

-¿Alaude-san?

-Síp –dijo ya más entusiasmado el rubio- Aunque costó entendernos, siempre venía a visitarme pero yo sinceramente le odiaba, hacía de todo para alejarlo pero él nunca se rindió. Me enamoré de él entonces él me liberó, soy feliz con él y tengo un hijo precioso –concluyó con una sonrisa- Cuida bien de Kyoya ¿sí? Sé que es difícil, aun no entiendo bien que hay entre ustedes pero…Date la oportunidad Tsunayoshi-kun, he visto como lo miras –le guiñó el ojo y salió-

-¿Eh? Giotto-san yo no…

-Ara ya es hora de la cena. Hazme un favor Tsunayoshi-kun, ve y busca a Kyoya al dojo después de cambiarte. Le avisas que la cena estará dentro de poco

El rubio se fue y dejo a Tsuna más confundido, ¿él y el demonio juntos? No…mala idea. Salió y se cambió, esperaba encontrar a Alaude y Kyoya entrenando pero grande fue su sorpresa al ver a su demonio solo, sin camiseta con el cuerpo perlado en sudor, su cabello se pegaba finamente a su frente dándole un aire sensual. En definitiva estaba guapísimo, Tsuna se quedó viendo desde afuera como se movía elegantemente pero a la vez con fiereza, pronto cesaron los movimientos y el pelinegro fue a por una botella de agua, estaba bebiendo de ella y el castaño observaba como algunas gotas se resbalaban haciendo un recorrido hasta los abdominales bien formados del hombre. Se reprendió mentalmente y se dispuso a entrar

-Oi estúpido Hibari, Giotto-san dice que la cena ya va a estar –dijo un tanto nervioso pero otra vez cayó estúpidamente y se encontraba admirando ese cuerpo-

-Está  bien herbívoro salvaje –le respondió el pelinegro pero se dio cuenta que el otro ni le había escuchado entonces sonrió- ¿Te gusta lo que ves? –dijo y se acercó más a él. Tsuna reaccionó y retrocedió pero chocó una de las paredes entonces Hibari le acorraló aun con la botella en su mano- Responde

-No digas idioteces estúpido demonio…Cómo podrías gustarme tú –murmuró sonrojado evadiendo la mirada del pelinegro-

-Pruébalo, repite eso pero mirándome a los ojos

Tsuna levantó la mirada pero no pudo evitar temblar al ver esos ojos azul metálico que lo observaban fijamente mientras que la cercanía de Hibari aumentaba.

-Yo..no…-empezó a respirar agitado-

-No lo aguanto más –dijo Hibari y tiró la botella de agua-

Quitó la distancia entre ambos cuerpos y besó a Tsuna con desesperación mezclada con anhelo. Se sentía como en el cielo al probar esos labios seductores, dulces y demasiado adictivos, tomó el rostro de Tsunayoshi entre sus manos delicadamente mientras seguía besándolo pronto bajó una de sus manos a la cintura del castaño para pegarlo más a su cuerpo. Tsuna estaba perdido entre un mar de sentimientos que ahora le invadían, pero los labios de su demonio se sentían tan bien, era su primer beso y él era el único al que había dejado que lo besara. Se separaron por un momento para tomar aire y en ambas miradas estaba latente el deseo, Kyoya retomó el beso, esta vez introduciendo su lengua en la cavidad del castaño

-Mhn….ah –gimió Tsuna al sentir esa lengua maestra jugando con la suya, en una increíble danza sincronizada, era como si estuvieran hechos el uno para el otro para encajar perfectamente con sus cuerpos y bocas-

-Herbívoro…yo-dijo Kyoya sensualmente buscando decirle lo que sentía por él. Pero de la nada uno de los sirvientes les llamó para la cena y Tsuna salió corriendo, mientras que Hibari maldecía por la interrupción.

***************

La cena estuvo un tanto tensa por lo que había sucedido entre Kyoya y Tsuna que apenas si tocaron la comida. Hibari les dijo a sus padres que ya debían volver a la ciudad porque dejó varios pendientes en su oficina, la pareja accedió. Por lo que esa misma noche ambos empacaron, ya se encontraban en la salida y estaban despidiéndose cuando Giotto volvió a susurrarle que se diera una oportunidad, Kyoya y Alaude se despidieron al estilo macho super cool con un apretón de manos.

-Hacen excelente pareja. Tsunayoshi cuida bien de este idiota –dijo Alaude y le sonrió así como Giotto-

Tsuna solo asintió, el auto los esperaba Giotto seguía agitando su mano y gritando que les fuera bien pero que volvieran pronto. El camino a casa estuvo tal y como el viaje de ida, silencio sepucral, Kusakabe notaba como su jefe estaba en un debate mental demasiado grande por lo que decidió no interferir, llegaron a la enorme mansión en la mañana. Cada uno fue a tratar de dormir un poco, Tsuna despertó y le informaron que Hibari había ido a trabajar pero llegaría en la noche. Toda la tarde el castaño meditó sobre qué hacer y finalmente tomó su decisión.

-Herbívoro salvaje ¿dónde estás?- decía Kyoya buscando a su herbívoro. Estaba decidido a confesarle sus sentimientos hasta que vio una  al castaño sentado en la mesa del comedor-

-Estúpido demonio aquí termina todo. Ahí está la ropa que me compraste, es tuya así que te la devuelvo, no necesito tu dinero. Iré con oka-san y allí estaré bien.-dijo Tsuna con las bolsas de ropa y el maletín en el piso ofreciéndoselos a Hibari-

-¿Realmente es lo que quieres? –dijo el pelinegro mirándolo fijamente-

-Sí-respondió seco el castaño que había sacado fuerzas de quien sabe donde para no desmoronarse delante de su demonio-

-Bien, pero hicimos un trato. Llévate el dinero…y la ropa es tuya. No te preocupes no tienes que devolvérmela-dijo y se levantó encaminándose a su habitación- Suerte –le dijo cuando subía las escaleras- Si quieres que Kusakabe te lleve, solo díselo.

-No es necesario, gracias-dijo el castaño, tomó las bolsas junto con el maletín y se marchó-

El sonido de la puerta fue devastador para el pelinegro que en ese mismo instante golpeó con su puño el barandal de las escaleras, haciéndose daño en el proceso. Tsuna salió de la enorme mansión, ya desde la calle miró una vez más aquella casa en la que pasó los mejores momentos de su vida.

-Adiós mi despreciable y amado demonio –dijo mientras sus ojos chocolate derramaban lágrimas-

Tsuna siguió caminando, unas calles más allá había un teléfono público entonces llamó a Mukuro

-Oka-san-decía entre sollozos- No pude…me enamoré de él y no pude quedarme –decía mientras lloraba-

-Tsunayoshi tranquilízate, dime dónde estás. –dijo un preocupado Mukuro-

-Estoy….en –en ese momento Mukuro escuchó unos golpes al otro lado de la línea-

-¡Tsunayoshi!¡Responde!-gritó el peli índigo-

-¡NO! ¡SUELTÉNME! – fue lo último que escuchó Mukuro entonces corrió con Byakuran a decirle que su amigo lo necesitaba-

Tsuna estaba con cinco hombres alrededor de él que lo sujetaban con fuerza y la peor de sus pesadillas se hizo realidad, Checker Face estaba allí.

-No creíste que te iba a dejar ir tan fácil….mi pequeño trofeo –dijo con una sonrisa y se llevaron a Tsuna-

Hibari estaba desesperado, amaba al herbívoro salvaje así que tomó uno de sus autos y se encaminó a buscarlo pero se sorprendió al ver las bolsas de ropa tiradas en una esquina cerca de su casa y el teléfono descolgado. Inmediatamente volvió a su casa, solicitó una videoconferencia con sus aliados y aunque no lo dijera a menudo, sus amigos.

-Cavallone, Gesso , Arcobaleno, Yamamoto vamos a morder a la muerte a unos tipos. Se han llevado a Tsunayoshi y su verdugo es el mismo que lo fue para sus parejas –cada uno de los hombres se tensó, estaban con una mirada de odio absoluto- ¿Cuento con ustedes?

-¡Sí! –dijeron los cuatros hombres-

-Los veo en el establecimiento de Checker Face. Llamen a la policía pero solo después de que saquemos a Tsunayoshi y a todos esos jóvenes de ahí.

**********************

De vuelta en su prisión, Tsuna había sido llevado a la sala insonorizada de nuevo despertó con terror al verse en ese horrible lugar de nuevo. De la nada el dueño de todo su sufrimiento entró y le miró con ese deseo que tanto le daba asco, tembló al sentirse indefenso de nuevo.

-Vaya si es mi putita favorita –dijo con una sonrisa-

-Déjame ya no te pertenezco –dijo el castaño-

 

-Te equivocas, siempre me vas a pertenecer. Te dejé jugar con Hibari a la casita para que vieras que nadie te puede amar y para romperte las veces que desee –le expresó con un tono maniático-

-¡No! ¡Sueltame…ya déjame tranquilo! –gritó el castaño al sentir aquellas sucias manos que volvían a acariciarlo-

Afuera de la sala los cinco hombres estaban destrozando el lugar y golpeando a quien se les pusiera en el camino. Reborn y Takeshi se hallaban evacuando a los niños y jóvenes mientras que Byakuran, Dino y Kyoya remataban a quienes interfirieran. A punta de insultos y varios golpes Hibari logró que le dijeran dónde estaba Tsuna así que corrió en su búsqueda.

-¡Silencio puta! Te voy a coger de nuevo para que sepas quien manda –estaba desvitiendo a Tsuna mientras este se removía-

-¡No! ¡KYOYA, SÁLVAME! –gritó derramando lágrimas-

Justo en ese momento Hibari derribó la puerta, enfureció al ver como Face casi lograba su cometido, con tonfas en mano empezaron una pelea pero el hombre mayor le disparó en el brazo a Hibari mientras Tsuna intentaba liberarse de las ataduras, finalmente lo hizo. Hibari le propinó unos cuantos golpes a Checker Face y lo dejó en el suelo.

-Tsunayoshi ¿estás bien? –dijo acercándose y abrazando al castaño-

-Él lo iba a hacer de nuevo –sollozaba refugiándose en el pecho del pelinegro-

-Todo está bien ahora –le susurró pero el castaño se desvaneció en sus brazos

 Tomó a Checker Face y lo subió a la mesa de metal, lo ataron bien para que no pudiera escapar. Cuando despertó, el sujeto gritaba como loco buscando soltarse pero Hibari lo golpeó de nuevo liberando su furia.

-Mátenme de una vez o entréguenme a la policía –decía-

-No…tú mereces una muerte lenta y dolorosa –dijo Kyoya que ya no estaba solo con él estaban Byakuran, Reborn, Dino y Takeshi. Tsuna había quedado inconsciente por las muchas emociones que le invadieron, estaba recostado en una de las paredes dentro de la sala. Los cinco hombres miraron a Checker Face con desprecio. Dino y Reborn le cortaron las manos con las que infringió tanto dolor, Byakuran y Takeshi atacaron su espalda sádicamente tal y como él había hecho tantas veces y Hibari cortó su miembro con uno de los cuchillos que Checker Face poseía. Por último los cinco hombres tomaron un encendedor y le prendieron fuego al sujeto que atormentó la vida de miles y ahora se retorcía y gritaba entre el fuego.

Kyoya tomó a Tsuna en brazos  y todos estaban saliendo de aquella sala, con la mirada borrosa Tsuna distinguió a su captor y verdugo ardiendo mientras gritaba así como todo el lugar que había sido prisión estaba en llamas, desmoronándose para nunca más volver a erguirse ni herir a más gente.

-¿Se acabó? –preguntó a Kyoya-

-Sí, Tsunayoshi. Todo se acabó

********************

Dos semanas después nuestro castaño estaba recuperado, se encontraba en la mansión de Hibari. Los dos hablaron de su pasado y Tsuna le contó todo, aun con miedo pensó que Hibari no lo aceptaría pero el pelinegro lo abrazo.

-Gracias por contármelo Tsunayoshi. Siempre estaré contigo y ¿sabes porqué? –el castaño negó-

-Te amo Tsunayoshi –dijo el pelinegro besando la frente de Tsuna que ahora lloraba pero ya no de tristeza sino de felicidad-

-También Te amo…Hibari-san –dijo sonriendo-

-Dime Kyoya –le dijo con ternura el pelinegro dándole un beso fugaz en los labios-

-Te amo Kyoya –dijo con su voz suave el castaño-

Hibari no lo resistió por lo que atrapó a Tsuna en un beso cargado de amor y pasión, el atardecer con los rayos de sol naranjas se colaban por la ventana de la habitación, haciendo que Tsuna se viera más hermoso. Kyoya seguía con el beso mientras que una de sus manos viajaba a la cintura del castaño, pronto metió su lengua jugando con la contraria, envueltas en una danza sensual que acarreaba gemidos sublimes de Tsuna hacia Hibari que estaba fascinado con lo magnífico que era su herbívoro salvaje.

El pelinegro dejó de atender la boca de Tsuna y bajó por su cuello repartiendo ligeros besos pero de pronto el castaño se removió inquieto debajo de él.

-No..no –murmuraba asustado el castaño por los fantasmas de su pasado-

-Tsunayoshi mírame –pidió el azabache- ¿Tienes miedo de mí?

-No…no lo tengo –dijo Tsuna perdiéndose en las orbes azules de su amado-

-Correcto…entonces todo lo que tienes que hacer es confiar en mí-dijo cerca de su boca-

Hibari levantó la playera que traía Tsuna mientras acariciaba su fino abdomen causándole al castaño pequeños espasmos de placer, las manos suaves de Kyoya subieron hasta uno de los pezones del castaño, entonces con dos de sus dedos empezó a acariciarlos

-Nghh –gimió Tsuna-

-Eres mío Tsunayoshi –dijo con la voz ronca llena de placer- Sólo yo puedo quitarte la respiración con mis besos – de inmediato besó nuevamente a Tsuna tomando su rostro con una mano, juntando sus lenguas y separándose pero con fino hilillo de saliva entre los dos- Sólo yo puedo marcar tu cuerpo –mordió su cuello sensualmente y luego lamió en la zona, Tsuna pensó que dolería como en el pasado pero lejos de ello, fue maravilloso-

Tsuna apartó lentamente a Hibari y se quitó su playera, ante la mirada atento del mayor que observaba su cuerpo extasiado

-Si eres tú, entonces hazme el amor y borra todas las marcas del pasado-dijo Tsuna con un fuerte sonrojo en sus mejillas pero con decisión en la mirada-

Kyoya asintió y se lanzó con el castaño a la cama, volvió a besarlo con más confianza metiendo su lengua luego bajó y lamió el cuello de Tsuna robándole unos cuantos suspiros al más pequeño. Siguió su recorrido por el pecho de su castaño, enfocándose en sus pezones lamiéndolos y posteriormente succionando mientras que Tsuna arqueaba su espalda

-¿Se siente bien? –mordió uno de sus pezones-

-Ngh..ahh sí no pares Kyoh…ya –gimió el castaño-

El pelinegro detuvo sus acciones ante una mirada de enojo de su castaño, pero lo hizo por una buena causa se quitó la camisa que ya le estorbaba dándole una excelente vista a Tsuna de su cuerpo bien formado. Tomó una de las manos del castaño y le hizo tocar su fuerte pecho bajando por sus abdominales, Tsuna estaba sonrojado y sentía como su miembro iba creciendo entre sus pantalones. Hibari lo notó entonces recostó a Tsuna de nuevo

-Hay que atenderte ahí abajo –dijo relamiéndose mientras retiraba los pantalones del castaño, dejándole ver el miembro erguido de su pequeño herbívoro los bóxers salieron casi volando y ahora Tsuna estaba completamente desnudo ante Hibari que no paraba de halagarlo – Eres hermoso Tsunayoshi

Tomó el miembro de su pareja masajeándolo lentamente y Tsuna agarraba las sábanas, siguió con sus manos acariciando desde la punta hasta la base en un vaivén tortuoso probando terreno con su amado

-M-más rápido…Kyoya –dijo Tsuna y Hibari sonrió-

Se metió el miembro de Tsuna a la boca, logrando que el castaño gimiera sonoramente masajeaba los testículos mientras con su boca desempeñaba con maestría un vaivén rápido y sensual que estaba volviendo loco a Tsuna, sentía que el cuerpo le quemaba pero quería sentir más de ese calor entonces Hibari lo notó y aceleró el ritmo de su boca así como de su mano

-K-kyo..yaah m-me vengo ahhh

El castaño se corrió abundantemente en la boca de Hibari que gustoso se tragó toda la esencia de su pequeño

-¡No te tragues eso! –chilló Tsuna avergonzado-

-Delicioso –dijo Hibari y le robó otro beso apasionado-

Tsuna le empujó y aun con su nerviosismo logró sacarle los pantalones a Hibari que le miró impresionado pero se dejó hacer entonces Tsuna en un acto malditamente sensual bajó los boxers de Kyoya con su boca, haciendo que el miembro del mismo se irguiera y endureciera más.

-Quiero compensar a Kyoya –dijo Tsuna –

De un solo movimiento Tsuna empezó a lamer el grande miembro que poseía su demonio, la mía por los lados luego con su lengua hacía movimientos circulares en la punta, todavía no se animaba a tragárselo

-Tsunayoshi…con la boca, usa la boca –Tsuna se sonrojó más si es que se podía y obedeció-

Introdujo el miembro de Hibari a su boca, entoces tal y como vio como el pelinegro hizo empezó a bajar y subir pero en lo que hacía aquello su lengua jugueteaba con las paredes de ese miembro, Kyoya sentía que se iba a venir en cualquier momento así que retiró delicademente a su herbívoro

-¿No te gustó? –dijo desilusionado el castaño-

-Me encantó pero si sigues así terminaré pronto y no quiero venirme aquí –le dijo señalando su boca, Tsuna comprendió y esta vez fue él quien atrapó a Hibari en un beso fogoso, lamía el cuello del pelinegro, acariciaba su espalda y sus fuertes pectorales-

Hibari volvió a posicionarse encima de Tsuna entonces le mostró tres dedos que el castaño lamió entrecerrando los ojos, provocando mucho más a Kyoya, por lo que decidió vengarse, elevó las caderas del castaño y empezó a lamer aquella zona tan íntima de Tsuna que empezó a gemir de nuevo, considerando que ya estaba lo suficientemente húmedo se dispuso a meter el primer dedo

-Esto puede doler amor…Pero estarás bien –le dijo-

Introdujo el primer dedo y Tsuna se tensó bastante, entonces Hibari para calmarlo daba besos en su cuello y le susurraba palabras de amor que lo tranquilizaran. Después metió otro pero Tsuna no se calmaba y estaba queriendo llorar

-Me duele sácalos –pedía entre sollozos-

-Shs..confía en mí. Se sentirá bien en un momento –con su mano libre tomó el miembro del castaño y empezó a masturbarlo, resultó bien porque ahora el castaño estaba más relajado-

Kyoya empezó a mover sus dedos como si fueran tijeras dentro de Tsuna sin dejar de atender su miembro.

-Ah…se..siente bien nhh ahh

-Te lo dije –sonrió Kyoya y lo besó, en el transcurso metió el tercer dedo que ahora ya estaban haciendo delirar de placer a su herbívoro-

-M-más profundo…-pedía entre gemidos obscenos, no podía creer que estaba en esa situación pero siendo Hibari quien le tocaba no podía evitarlo-

El pelinegro siguió con su tarea hasta que tocó un punto en especial que hizo que Tsuna gritara de placer

-AHHH…¡ahí de nuevo! –ordenó y Hibari obedeció pero ya no aguantaba más, la entrada de Tsuna ya estaba lo suficientemente dilatada y casi lista para recibirlo. Sacó sus dedos recibiendo una mirada asesina de su castaño pero sonrió-

-Entraré ahora Tsunayoshi –dijo con la voz nublada por el placer-

Enfiló su duro y grande miembro hacia la entrada de Tsuna que le miraba expectante con un poco de miedo pero no hizo nada para escapar o evitarlo. Hibari entró de una sola estocada hasta lo más profundo que pudo

-Mhnn Tsunayoshi…estás tan estrecho Ahh se siente tan bien

-AHHH –gritó Tsuna de dolor al sentir como entró Hibari-

-Tranquilo Tsunayoshi…no me moveré hasta que estés listo –le dijo y buscó sus labios nuevamente para que se calmara y aceptara la intromisión de su miembro, lamió los pezones de Tsuna y los succionó. La habitación se llenaba de gemidos de nuevo-

-Hazlo…muévete –dijo Tsuna respirando agitadamente-

Hibari empezó a moverse lentamente buscando que Tsuna se acostumbrara, al escuchar los gemidos de su castaño, las embestidas fueron más rápidas , acariciaba los muslos de Tsuna mientras seguía embistiendo

-Ohh Tsunayoshi…me encantas –decía con su voz ronca-

-Ah…Kyoya mhnn ¡ahí! –dijo cuando sintió que su demonio tocaba otra vez ese punto que hacía que todo su cuerpo temblara de placer-

-Hmp es aquí –dijo triunfante por haber encontrado el punto que haría que Tsuna viera las estrellas-

Kyoya salió de Tsuna y tomó una de sus piernas llevándola hasta su hombro, el castaño estaba sudoroso pero se veía precioso, una vez listo le embistió de nuevo esta vez  yendo más profundo y tocando el punto infinito de placer de Tsuna que gemía desesperadamente. Todo su cuerpo estaba ardiendo, era como estar cayendo en un infierno de placer absoluto siendo dominado por aquel demonio sensual que parecía devorarle con la mirada, sus gemidos roncos y sensuales, los movimientos de aquel cuerpo…Todo hacía que Tsuna se sumergiera en los más profundos abismos del placer.

-Kyo..ya ahh más rápido…Tócame más ¡soy tuyo!

-Sí Tsunayoshi…mío…ahh

Aceleró el ritmo de sus embestidas sintiendo que pronto llegaría al clímax, con una de sus manos tomó el miembro de Tsuna y empezó a masturbarlo rápidamente casi al ritmo de sus estocadas certeras que hacían gemir a su herbívoro.

-Kyo..yaah no aguanto m-ás ¡Me vengo!

-Yo..también Tsunayoshi

El castaño se corrió entre ambos abdómenes y Kyoya solo necesitó unas cuantas embestidas más  para correrse dentro de las paredes de Tsuna que lo apretaron deliciosamente y le proporcionaron el mejor orgasmo de toda su vida. Ambos respiraban agitados y cansados, Hibari salió de Tsuna con delicadeza, se recostó a su lado tapándolo con las sabanas, acunando a Tsuna en sus fuertes brazos.

-Te amo Kyoya –fue lo último que susurró el castaño antes de caer dormido-

-Yo Te amo más Tsunayoshi –le dio un beso en la frente y cayó en los brazos de Morfeo junto a su amado-

*************************

Tres meses después, luego de un noviazgo oficial y demasiadas noches de pasión les llegó la noticia. Tsuna estaba embarazado Hibari no cabía en más de felicidad, al fin podría formar una familia con el hombre que tanto amaba. Resulta que Tsuna era un doncel, uno de los secretos que solo sus padres conocieron y también la razón principal de la obsesión insana de Checker Face hacia él además del conflicto con su padre.

Entonces como el bebé ya venía en camino, ambos decidieron unirse en matrimonio. Fue una fiesta despampanante cortesía de Giotto que ahora mimaba el castaño hasta en el más mínimo capricho. Los amigos de Tsuna estuvieron allí para brindarle apoyo y darle las felicitaciones, Mukuro estaba sumamente feliz de que su Tsunayoshi hubiera encontrado el amor y que ahora sellara ese amor para siempre, no hasta que la muerte los separe…Porque él y Kyoya eran almas que jamás dejarían de amarse incluso después de la muerte.

Todos bailaban al son de la música romántica después de la ceremonia, Mukuro sonreía junto a Byakuran que le daba besos, Dino le susurraba en italiano las más bellas palabras de amor a su Enma que le miraba dulcemente. Gokudera discutía con su beisbolista favorito pero este solo se reía y le robaba besos que hacían sonrojar y sonreír al peliplata. Se veía también a un Lambo extremadamente feliz bailando al lado de Reborn, quien en ese momento le avisaba que su compromiso no esperaría más, se casaban en un mes. La noticia fue genial para todos que estaban felices por el menor de ellos y lo estaban mucho más al ver sonreír a Tsuna con Kyoya, su amigo al fin era libre de todas las ataduras del pasado, podría ser feliz junto al hombre que amaba.

*********

5 años después

Un pequeño niño pelinegro con ojos chocolate corría por toda la mansión, siendo perseguido por Kusakabe que no lograba alcanzarlo.

-¡No me alcanzarás!-gritaba burlándose del pobre hombre que corría tras él hasta que chocó con algo más bien alguien-

- Hibari Haruka quieto, un día de estos vas a matar de un paro cardiaco a tu tío –decía un castaño de ojos chocolate, con la misma figura pero los rasgos faciales ya más maduros-

-Pero…¡oka-san! –replicaba el niño-

-Tsunayoshi-sama que bien que usted está aquí…Si no lo estuviera, seguiría corriendo tras este niño –decía un cansado Kusakabe-

-Puede retirarte Kusakabe, yo me encargo de este diablillo –decía tomando las mejillas de su hijo y pellizcandolas-

-Oka-san no hagas eso –hacía el berrinche el pelinegro-

-Está bien Haruka –dijo el castaño abrazando a su hijo-

Justo en ese momento llegaba su padre Hibari Kyoya, con su porte elegante y fiero usual. Su pequeño hijo saltó de los brazos de su madre para correr a abrazarlo.

-¡Oto-san! –gritaba feliz el niño-

-Mi Haruka crece más cada día y se vuelve más fuerte –dijo besando la frente de su hijo-

-¡Sip! Un día seré tan guapo como mamá y fuerte como papá

-Hijo…mamá también es muy fuerte. Deberías ver esas patadas voladoras que me daba hace unos años –decía riendo mientras recordaba aquellos días-

-Moo…Kyoya no le digas esas cosas a Haruka-dijo su castaño y le dio un beso-

-¡Haruka ve a cambiarte! ¡Papá y mamá te llevarán a comer helado!-dijo entusiasmado Kyoya-

-¡Sí…helado! –el pequeño salió corriendo nuevamente hacia su dormitorio dejando a los mayores-

Tsuna miraba por la ventana como sol se ponía en el atardecer, con su particular brillo naranja. Estaba tan agradecido por tener a Kyoya en su vida y a su pequeño Haruka. Pronto fue abrazado por su esposo

-¿Qué tienes Tsunayoshi?

-Nada, solo estoy feliz de tenerte a ti y a Haruka-dijo sonriendo y dándose la vuelta para quedar de frente con su esposo-

-Siempre estaré contigo mi amado Tsunayoshi. Te amo

-Te amo con todo mi ser Kyoya…a ti y a nuestro pequeño

Ambos compartieron un dulce beso, que transmitía todo el amor que sentían el uno por el otro. Haruka se les unió y ambos lo abrazaron, besando la frente del niño, fruto del inmenso amor que se tenían. Tsuna al verlos sintió como le invadía la felicidad de tener a su propia familia, de poder cuidarla, disfrutarla y protegerla.

Todo gracias a ese demonio despreciable en un principio, pero ahora muy amado que le hizo libre

Notas finales:

Buaaa fue super lindo escribirlo! No sé si quedo muy cursi o romanticon pero a mi me gusto!

Espero que a ustedes también mis queridas lectoras y lectores :3

Quiero dar un super agradecimiento especial a 1827Forever1827 que me dio su sugerencia y apoyó al fic..En serio muchas gracias. Oh y espero que te haya gustado el lemon

Entonces no sé.. dejen un review (?) xD Ya saben no van a morir ni asesinan a nadie haha 

¡Feliz día de la amistad!

Nos estamos leyendo! :3


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