En una convocatoria del séptimo universo se habían reunido varios dioses de diferentes posiciones, en esa reunión se estaba eligiendo al nuevo sucesor del 'Dios de la destrucción'. El anterior lamentablemente había fallecido por la vejez. Whis que siempre era el encargado de elegir un nuevo sucesor era por lo tanto inmortal, se sentía un tanto triste por su viejo alumno pero las cosas siempre pasan por algo.
"Esta vez debes de escoger a alguien digno del titulo, algo fresco y juvenil con pensamientos de la destrucción a todo lugar." Comento Vados, la asistente del dios del sexto universo. Ella constantemente siempre estaba con Whis, ya sea para una charla amistosa o algo parecido.
"¡Y yo tengo a la persona indicada!." Hablo una sombra misteriosa mientras abría la puerta de golpe llamando la atención de todos los presentes del lugar. "Es un poco torpe, pero creo que le funcionaria." Dijo Champa, el dios de la destrucción del sexto universo entrando al lugar hasta acercarse con su maestra.
"¿No estarás hablando de tu hermano menor o si?.." Pregunto la hermosa asistente girando la silla hasta ver a su aprendiz con claridad.
"Exactamente ese torpe. No creo que sobrepase mis poderes, pero quiero comprobar ver que tan lejos puede llegar con el mismo titulo que su hermano." Contesto riendo orgullosamente mientras se acomodaba su cinturón.
"Es demasiado joven aun.. Pero, ¿Que opinas al respecto, Whis?. Su hermano no es mala elección por así decirlo." Dijo Vados juntando sus manos hasta recargarlos en su barbilla viendo de reojo a Whis.
"Ya que tu me lo recomiendas, parece estar bastante bien." Whis mostró una cálida sonrisa viendo a Champa sacudiéndose de un lado a otro.
"No se diga más, vayamos con el torpe que seguramente debe de andar por ahí jugueteando como tonto." Dijo Champa poniendo sus brazos hacia atrás de su cabeza, camino hasta la puerta que la abrió de una patada casi derrumbandola, dejando a los presentes asustados.
Whis no conocía al hermano de Champa, pero a juzgar como el mayor hablaba de el parecía ser un auténtico destructor no tanto como el claro, pero no perdía nada comprobando lo que era capaz el menor. Salio de la sala de reuniones junto con la asistente del sexto universo, ella le comento que eran totalmente polo diferentes en tanto personalidad, eso a Whis lo ponía un tanto curioso. Viajaron a la velocidad de la luz hasta llegar al sexto universo al cabo de vario minutos después, llegaron a un planeta alejado donde era el hogar del pequeño.
"Señor Whis, le informó que este a una cierta distancia de ese tarado, el aroma que tiene puede contiagiarlo de algo muy atros y puede quedar totalmente atontado tal ves de por vida, aún no sabemos." Dijo poniéndose adelante de Whis con la manilla de la puerta a nada de abrirse. El mayor río por el comentario, mientras que su maestra azotó su bastón con fuerza en el suelo.
"¡Champa! ¡No seas maleducado y grosero con tu hermano!." Grito Vados, cambiando su rostro alegre a uno un tanto serio. Champa rápidamente se asustó y inclino su cabeza en forma de disculpa ante los dos maestros.
"Como sea, sólo le digo." Dijo Champa abriendo la puerta, en eso el dios entro al interior de la casa llevándose una enorme sorpresa.
Vados y Whis, al igual que Champa entraron al hogar quedando asombrados. Adentro estaba una adorable criatura lamiéndose sus manos cubiertas de alimentos y estaba desnudo al igual sucio de diversas comidas en su pecho. El menor dejo un camino de comida por todo el salón tanto en el suelo como en la pared. Champa abrió sus ojos de furia y de su mano apareció una pequeña bola morada apuntó de arrojarla al pequeño, pero Vados lo detuvo a tiempo.
"¿Que haz hecho, idiota?. ¡Mamá se enojara!." Grito caminando hacia su hermano señalándole cada parte del lugar. "¿Y que demonios es eso que esta pegado en la pared?.." Miro una cosa verdosa sumamente pegajosa, mostrándose repugnado por eso.
"Calmado, Champa. Es un niño." Se acerco Whis tomando al menor entre sus brazos que estaba sollozando por los comentarios de su hermano. El chiquillo sujeto las ropas de Whis y escondió su rostro en el, comenzando a llorar. El asistente lo movía lentamente para calmarlo.
"No se preocupe, Joven Champa." Vados con ayuda de su poder, hizo quedar sumamente limpio el lugar, eso incluía al pequeño, dándole unos pañales. El dios giro su cabeza enojado y se acercó hacia su maestra de brazos cruzados.
"Debemos irnos, Vados." La asistente asintió su cabeza con felicidad mientras lo veía. Champa caminaba hacia la puerta, hasta que volteo a mirar a Whis y su hermano que estos ya se le encontraba una conexión. "Su nombre es Beerus.. Te lo encargo mucho." Dijo saliéndose del hogar junto con su maestra.
Whis quedo asombrado al notar tal reacción de Champa que solamente pudo sonreír viendo a Beerus, que este se lamia su dedo ya un tanto calmado. El mayor decidió bajarlo de sus brazos y sacudió su fina túnica.
"Joven Beerus... Es un gusto conocerlo, a partir de ahora usted sera el nuevo sucesor del dios de la destrucción del séptimo universo, por lo tanto usted ya no vivirá aquí." Dijo Whis aclarando su garganta viendo a Beerus un tanto espantado. "Mi nombre es Whis, yo seré el que lo entrene y supervise en todo el tiempo." Se inclino ante el con una sonrisa.
"¿Dios de la destrucción?.." Hablo el pequeño mientras miraba hacia el techo, en eso comenzó a reír. "¡Será divertido!." Movió sus largas orejas con felicidad. "¿Madre lo sabe?.." Pregunto con inocencia.
"Se le notificara, pero después de todo ella también es una diosa de la destrucción, al igual que el resto de su familia. Me imagino que usted ha heredado el abrumador poder que ellos." Contesto acariciando la cabeza del menor.
"No lo se, mi hermano una vez me entreno pero dijo que era tarado en ese tipo de cosas, por lo que deje de entrenar. Madre dice que es peligroso para mi." Beerus miro hacia Whis un tanto confundido. "Pero usted parece un hombre fuerte, así podre ser igual de poderosos que ellos, ¿Verdad?." Pregunto ronroneando, dándole una enorme sonrisa resaltandole unos pequeños colmillos. Whis simplemente asintió con su cabeza devolviéndole aquella sonrisa.