Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dias de escuela por kirie chan

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

para los amantes del hard

las gracias a oda por los personajes y en especial por nuestro sexy Ace

Notas del capitulo:

holis algo de hard para subir los animos <3 <3 <3

Ace: esto no me gusta...

no me importa, tu solo trabaja <3

Ace: es el trabajo lo que me preocupa

deja que los fans decidan ¡¡a leer!!

 

-          Valla, has vuelto por aquí ¿eh? –

-          Así es, cuide de mi un rato Smoker-sensei –

 

Con las cortinas cerradas y la puerta asegurada, Smoker bajó sus pantalones mostrando su erecto miembro.

 

-          Vamos, ven –

-          Claro –

 

Ace comenzó a lamer el miembro de Smoker, lentamente con su lengua, la mano de Smoker se enlazó con sus negros cabellos y comenzó a marcarle el ritmo, rápido y profundo.

Unos momentos después, se encontraba con el miembro de Smoker introduciéndose en su entrada, reteniendo la voz para que los demás estudiantes no le encontraran. Smoker seguía sentado en su silla, contemplando como el chico subía y bajaba por su falo, con la cara sonrojada por el placer. Un par de vaivenes más y el chico se corrió en el vientre de Smoker. La contracción en su interior le provocó una dulce sensación a Smoker quien terminó en su interior.

Ace salió de encima de él y se limpió con unos pañuelos su entrada y su miembro, se colocó los pantalones y abotonó su camisa.

 

-          Deberías dejar de venir aquí solo porque estas aburrido –

-          Buu pero es que la enfermeria es el lugar más tranquilo, además, no es que usted se niegue sensei – le dijo con una sonrisa.

 

Ace salió de la enfermeria con una sonrisa, era cierto que solo iba con el enfermero por aburrimiento, pero era mejor que soportar las clases de Shanks. Le agradaba la brisa fresca de ese día, llevaba bastante tiempo pensando en lo que su hermano le había dicho:

 

-          ¡Voy a ir a tu instituto también! –

 

Por más que intentó cambiarle de opinión, el menor estaba decidido a estar junto a él, entonces el miedo volvía a su mente ¿Qué haría cuando pasara? ¿Cómo protegerlo? ¿Cómo evitar que se entere se su oscura vida? Hasta Sabo había desistido de intentarlo. El cielo visto desde la azotea se llevaba sus preguntas dejando solo sus temores, hasta que la nueva presencia se sentó a su lado.

 

-          ¿en qué piensas? – preguntó el rubio de ojos azules.

-          Sanji… mi hermano me llamó el otro día – dijo volviendo la vista al cielo – dijo que vendría a este internado –

-          Qué lindo de su parte –

-          ¡¿estás loco?! – dijo incorporándose violentamente con una visible crisis de nervios – ¡él es muy inocente! ¡Aun cree que los bebes los trae la cigüeña! ¿Cómo protejo una mente tan inocente en este lugar? – dijo señalando el patio del internado donde se veía unos cuantos chicos en dudosas actividades – además ¡para él soy un santo! ¡No puede saber que me acuesto con el que pague mejor! –

-          O el que haga tus tareas – dijo extendiendo la mano – ¿tienes cigarrillos? –

-          Si toma – dijo pasándole una cajetilla – ya chantajeé a todos los alumnos que saben de mi existencia y mi clara reputación –

-          ¿El chico de una noche? – dijo encendiendo un cigarrillo.

-          O unas cuantas para el que pague bien – dijo para sí – ¡pero ese no es el punto! Aun tengo muchas cosas que arreglar y mi cabeza es un lio – dijo dejándose caer sentado nuevamente al piso.

-          Bueno – dijo el rubio abrazándole por detrás – puedo relajarte un rato –

 

El pecoso se dejó envolver por sus brazos, el olor a tabaco les envolvió a ambos. Sanji posó sus labios en los del pecoso y le recostó lentamente en el frio piso de cemento, dejó su cigarrillo en el piso a medio consumir y se aflojó la corbata mientras el pecoso solo sonreía de lado y se dejaba hacer. Nadie era mejor en calmarlo que Sanji. El rubio por su parte lamía el cuello del pecoso mientras con sus manos desabotonaba todo a su paso, bajando lentamente con su lengua húmeda por el pecho del otro y llegó al lugar que ansiaba. Tomó el miembro entre sus manos, pasó su lengua lentamente para luego engullirlo hasta la base. Una y otra vez. Podía escuchar los sonidos provenientes de la boca del pecoso, provocándole un frenesí de querer acelerar el ritmo solo para escuchar más de su voz… pero se controló. Él no era de perder la cordura tan fácilmente, pero el bulto que amenazaba con hacer explotar sus pantalones no ayudaba en nada. El pie del pecoso en su entrepierna le hiso detener su labor para soltar un sonoro gemido, al mirarlo a los ojos sabía que es lo que quería. Desde el primer momento en que tocó su cuerpo supo que no podía resistirse a él. El pecoso puso más presión en su zona, masajeando el miembro aprisionado dentro de la tela y consiguiendo que el rubio se retorciera de placer, soltando esos musicales gemidos hasta que se detuvo. Jadeando, el rubio le dedicó una mirada, la saliva comenzaba a escurrirse por la comisura de su boca y bajaba hasta su cuello mientras se levantaba para bajar sus propios pantalones y subir sobre el pecoso que lo miraba satisfecho.

 

-          Vamos, sabes que hacer – fueron las palabras del pecoso mientras esperaba expectante.

 

Asintiendo, tomó con su mano el húmedo miembro del pelinegro y lo dirigió a su entrada y lentamente bajó introduciéndolo en su interior hasta su base. Se quedó quieto y jadeando mientras esperaba acostumbrarse a su tamaño pero el pecoso se levantó hasta la altura de su cara y lo besó.

 

-          Bien hecho – dijo finalizado el beso – ahora te daré un premio –

 

Dicho esto, tomó con su mano el miembro del rubio y comenzó a masajearlo rápidamente haciendo un poco de presión. La excitación le hacía perder el control, quería correrse lo antes posible por lo que comenzó a mover sus caderas en busca de conseguir esa sensación intensa y escalofriante que le producía el miembro en su interior al rozar aquella parte tan sensible dentro de su interior. Solo un par de minutos y pudo correrse en la mano del pelinegro quien descargó otro tanto en su interior. Quedaron un rato tendidos, mientras el rubio contempló el cigarro consumido que no había terminado.

Las tardes se volvían largas en un internado de varones pero hermosas y silenciosas. Ya estaban acostumbrados a encuentros de esta clase, espontáneos y consoladores para el pecoso pero quizás algo más para el rubio. Se vistieron en silencio y contemplaron el cielo, el pecoso estaba más tranquilo pero seguía pensando en su hermano. Estaba a punto de hablarle cuando una idea cruzó por la cabeza del pecoso.

 

-          ¡eso es! – exclamó – debo irme –

 

Y rápidamente bajó de la azotea en algún plan loco que cruzó su mente, dejando al rubio solo con la mirada perdida por donde se había marchado el pelinegro. Se quedó mirando el atardecer un poco más, sabía que Ace era una persona sin ataduras y si se daba cuenta de lo que sentía… su amistad peligraba y el pecoso se cerraría a él rápidamente. Golpeó la reja de protección y se mordió el labio, convenciéndose a sí mismo que todo estaría bien.

 

Mientras con Ace…

 

El pecoso corría por los pacillos hasta su destino, sabía que solo podía proteger a Luffy con el respaldo adecuado, solo alguien con poder podía salvar a su hermano del infierno lujurioso de ese lugar. Solo esa temible persona: el director.

 

-          Fufufufu – dijo con su temible sonrisa – bienvenido Portgas –

-          Hola director – dijo cerrando la puerta y quedándose ahí – tengo un favor que pedirle –

 

Y cerró la puerta con pestillo tras de si.

Notas finales:

aqui el fic para el hard muajajaja

recuerden comentar <3 <3 <3

visiten mis otros fics :D xaus


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).