Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mariano por Gunji Ironfrost

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

*Sopla el micrófono dos veces* -Antes que nada…. Cuanta audiencia…. Que loco esta esto ¿no creen  gente bella?  xD Bueno solo quería decir que espero que disfruten este tercer one shot en la serie “Más que un OneShot” (pprrff) y que sepan que pronto estará la segunda parte de Maldito diario titulado *redobles de tambores* Maldito diario dos* cual probablemente contendrá algunas insinuaciones, al igual que este este mismo “Mariano” y de “Angelical”

Se despierta sintiéndose mareado y oprimido, no recuerda que sucedió ayer, solo que su padres no estarían por la noche, se siente aprisionado contra su cama que está muy desordenada, siente las sabanas enrolladas en sus pies, y ve las frazadas desparramadas en un lado, solo una fina manta y el peso del cuerpo de alguna loca, no podía ser, que haya sido su primera vez y no lo recordara, encima con una desconocida, bastante plana al parecer, ve le larga melena anaranjada y no puede evitar posarle una mano encima, entierra sus dedos en las finas hebras y sonríe, al menos se baña, no puede recordar ninguna de sus compañeras con cabello anaranjado, pero le da igual, mejor si no tiene que verla en el colegio.

Y se pregunta cómo habrá sido el sexo por primera vez, se avergüenza un poco e intenta no pensar más en ello no quería tener ningún incidente, intenta salir debajo del cuerpo ajeno sintiendo algo extraño, pero una puntada en la parte baja lo detiene, suelta un sonoro jadeo y cierra los ojos frunciendo el ceño, ¿qué demonios era ese dolor? La persona sobre él se remueve y lo abraza un poco más fuerte, pegando su rostro cubierto por su cabello contra su miembro por encima de las mantas lo cual lo aun así lo incomoda bastante, pero no dura mucho ya que la muchacha a su parecer está despertando, suelta un suspiro y levanta un poco la cabeza inspeccionando sobre que está acotado, y él no sabe que esperar, si un grito o un simple saludo y tampoco sabe cómo manejar la situación.

De pronto sus ojos se cruzan con los ajenos y se queda pasmado.

-Buenos días…- aquella voz enteramente varonil resuena en su mente y entiende que esa persona junto a él no es una muchacha plana, su mundo de pronto lo deja de cabeza.

-Buen… buen… buen… - se queda como un disco rayado, el muchacho lo mira aún encima suyo suelta un resoplido y se incorpora sentándose al borde de la cama- ¿quién eres?- susurra desesperado y el muchacho suelta el pantalón que había tomado del suelo incrédulo.

-Soy Mariano… tu compañero de clase…- susurra con un dejo de tristeza y él se queda atónito, ¿Mariano? Intenta hacer memoria pero su cabeza le punza,  y no sabe que decir, le apena ser tan imbécil con Mariano, pero no lo recuerda y duda… quizás también era su primera vez, quizás… se entregó a él y… pero si era a él al que le dolía el maldito trasero.

-¡¿Que me hiciste?!- le grita de repente y Mariano lo queda mirando con una pizca de angustia y otra de desazón.

-Nada Ezequiel, no te hice nada- le asegura molesto y sacude su pantalón pasando una pierna sin siquiera molestarse en ponerse sus interiores.

-Pero me duele el trasero, tú me violaste- le increpó molesto y horrorizado, mirando exagerado hacia los lados en busca de su celular.

-Claro que no, tú te acercaste borracho a mí y caíste con el trasero por las escaleras, cuando te ayudé a llegar a la cama no quisiste soltarme- le explico muy seguro.

-Nunca haría algo así, eres un chico- arremetió

-sí, y estabas muy borracho Ezequiel-

-¿Y por qué estamos desnudos?- pregunto algo confundido.

-Eso sí que no lo sé- Respondió levantándose ya calzado y colgando su camisa al hombro, Ezequiel lo mira por unos minutos y luego se percata de que Mariano ya se ha dado cuenta por lo que desvía la mirada, lo ve marcharse por la puerta y se levanta apurado tapando sus partes íntimas con las sabanas. Lo sigue por el comedor y se detiene junto a él frente a puerta principal y no sabe que decir, Mariano se da vuelta y lo mira.

-¿Dónde irás ahora?- pregunta Ezequiel sintiéndose un imbécil. Mariano alzo los hombros.

-A casa, falta unas horas para entrar al colegio-

-¿vives lejos?- volvió a preguntas sin saber porque.

- Un poco- respondió mirándolo incomprendido, Ezequiel dudo estaba haciendo sentir incomodo a Mariano- Nos vemos en clases- termino diciendo Mariano asintió y salió serrando la puerta tras de sí…

Se dio la vuelta algo dolorido y sintió de repente un líquido tibio bajar por su pierna y volteo atónito hacia la puerta principal… su casa era de una sola planta…

-No hay escaleras-

Aturdido se dirige al baño, allí se sienta bajo la lluvia de la ducha con dificultad y piensa, intenta recordar pero solo viene a su mente la jarra de jugo, seria a lo que se aferraría durante toda la fiesta, su primera fiesta, su camino hacia la aceptación, no entiende mucho que paso, pero le duele todo y eso le dice lo suficiente, decide levantarse y apoyando una de sus manos en la pared decide inspeccionar el estado de su cavidad… anal, y se avergüenza tanto… tanto.

Siente un cosquilleo en su estómago, se siente avergonzado, su interior parece irritado, introduce su dedo índice de apoco y se pregunta hasta donde llegaría la lesión en aquella zona tan inapropiada, y se siete extraño, siente su intromisión algo incomoda pero sigue adentrándose en sí mismo, un suspiro de lastimero se escapa de sus labios, pero realmente no les está doliendo, es la vergüenza de no sentir repudio por lo que está sintiendo lo que le molesta.

Y comienza a masajear la zona retirando su índice y adentrándolo con insistencia, es cuando suelta el primer gemino que se altera y sale de la ducha apresurado. Y no quiere pensar, no quiere. Se viste algo lento y se marcha al colegio.

Llega tarde, no sabe porque, saluda a la profesora y se dispone a sentarse pero inmediatamente  es enviado a buscar a sus compañeros a la biblioteca, se siente incómodo de repente y no se percata del motivo, termina de acomodar sus cosas en el banco y va a buscar a sus compañeros, sube cada  escalera y marcha cansado hasta el fondo del pasillo, entra a la biblioteca, allí reina el silencio, un silencio que solo se quiebra por el choque de dos cuerpos desnudos, y retrocede y sale corriendo por el largo corredor.

Cuando llega al curso la profesora solo lo queda mirando se encuentra sonrojado.

-Aún están acomodando los libros, la bibliotecaria no está- le miente descaradamente, y no puede evitar inspeccionar cada banco para saber que muchacha y que muchacho faltaban pero sus ojos se detienes en una cabellera anaranjada, y mira atónito, si estaba en su mismo curso, Mariano alza la vista y el desvía la mirada sentándose en su lugar.  

¿Por qué nunca lo había visto?

Al volver al recreo es invitado a una fiesta que se hará ese mismo lunes y sonríe satisfecho, las felicitaciones no tardan en llegar por la suya, aunque ay reclamos por su temprana ausencia y unos codazos que lo incomodan haciendo que le suban los nervios.

Se sienta en su asiento  escucha a su profesora reclamarle algunas cosas a uno de sus compañero y luego a este salir, no entiende pero cuando la profesora pide si alguien puede acompañarlo él se levanta, pero una pesada mano lo empuja a su haciendo.

-Yo iré- dice con enojo Martín y realmente preferiría no cuestionarlo, aquella mirada de asesino serial y rostro de ex convicto lo intimidan lo suficiente, ni hablar de su estatura. Él no es muy bajo, pero Martín es descomunal, acomoda su cabello negro hacia el costado y piensa que se pondrá en la noche, aunque su atención se torna involuntariamente a Abigail que le habla muy de cerca a Mariano apoyada en su banco. Quiere lanzarse encima dela castaña y acudirle un poco las ideas a ver si deja de ser un poco zorra, pero la profesora se lo impide.

-¿Irías a ver si los chicos están bien?- Le pregunta y Ezequiel asiente, mira la hora en su teléfono y se da cuenta que realmente ha pasado un tiempo desde que se fueron, cuando entra a los baños el silencio es absoluto, y se pregunta si realmente estarían allí sus compañeros.

-Chicos, la profe pregunta si está todo bien- habla para cerciorarse si estaban allí, y de pronto sale Martin de los baños y se impresiona un poco. Al fin huye despavorido, Parece que el más grande esta algo molesto asique pretende no cruzarse en su camino.

 

                                 

La fiesta no es nada distinto a la suya, tiene música fuerte personas borrachas y mucho descontrol, pasea por el lugar evitando que lo choquen que lo salpique y que lo pisen, necesita tomar algo que no contenta alcohol, se dirige a la cocina y allí encuentra a Mindi.

-¿Que hay pequeñín?- Le saluda  a lo que Ezequiel hace un gesto alzando la cabeza.

-¿Qué hay?- le responde y pasa por su lado, Mindi suelta una risilla que no comprende y allí dentro de la cocina se encuentra con Abigail acorralando a Mariano contra la pared quien se ve bastante gustoso de besarla. No dice nada, abre la heladera toma una botella de agua y dando un portazo se dispone a retirarse y dale privacidad a la “parejita”.

Escucha a Mariano llamarlo, y le parece absurdo asique decide marcharse, no quiere estar allí, paso una mañana muy incómoda por culpa de ese idiota y no quería ahora que creyera que le debía explicaciones de nada, había abusado de él y lo había dejado pasar. No necesitaba nada más que alejarse.

 

 

Comenzó a caminar sin rumbo, sin saber dónde ir, su casa no era una opción, no tenía ganas de volver, tenía que aprovechar la ausencia de sus padres. Maldito Mariano. Un golpe fuerte en la espalda lo hizo hacer unos cuantos pasos hacia adelante

-¡¡Quee!!- grito molesto dándose la vuelta… Maldito Mariano.

-Sígueme- fue lo único que le dijo y cruzo a la casa de enfrente, Ezequiel dudo, Mariano volteo a verlo y esos ojos color ámbar le impidieron resistirse, cruzo la calle y caminaron un par  más en aquella dirección hasta llegar a una casa de dos plantas color blanca y amarillo claro muy bonita- Pasa- vuelve a hablarle pero Ezequiel niega.

-¿Y tus padres?- Pregunta incomodo-¿No se molestaran?-

-No, vivo solo- le contesta Ezequiel entra mirando la decoración del lugar.

-¿Y no haces fiestas?- pregunta a lo que Mariano niega.

-No soy de esas cosas- Le comenta mientras prende las luces.

-¿A no?-

-Pasa, ven, no lo creo, solo he ido a dos- le contesta haciéndole señas de que se acerque.

-igual que yo-Se sorprende Ezequiel a la vez que suben la escalera.

-Es porque solo voy a las que estas tu- le confiesa mirándolo de reojo, Ezequiel rueda los ojos

-¿Eso funciono con Abigail?- Le escupe en el rostro soltando un suspiro.

-Abigail es una zorra-

-Bien que te gusta ¿no?- Ezequiel resopla.

-Claro que no celoso, ella me acorralo con Mindi-

-A donde me llevas Mariano, solo quiero ir a casa- se queda, en el momento que el de cabellos largos empuja una puerta, Ezequiel mira el interior que aparenta ser la habitación de mariano, y pasa saliva ahora algo nervioso- Lindo- alcanza a decir cuando el de cabellos anaranjados lo acorrala contra el marco, besa sus labios pero el corre el rostro por lo que sigue en su cuello haciéndole pequeñas marcas-no, Mariano, no- se queja a la vez que este se saca la camisa. Al final sucumbe, busca aquellos labios intrigado y se admira por su sabor, acaricia el torso ajeno algo incómodo, siente cada musculo marcado bajo la suave piel, y se le acelera el corazón, el siguiente paso inquiere desnudarse por completo y no puede dudar porque se encuentra tan encendido que no pue resistirse, y se siguen besando sintiendo sus cuerpos desnudos rosarse y sus manos acariciarse, es cuando una de las manos de Mariano se posa en su trasero que se alarma… mucho y lo empuja- Me voy le dice y comienza a juntar su ropa.

-¿Porque?- pregunta desentendido Mariano.

-No soy de esos- le dice mientras se pone su pantalón.

-Pero si anoche te ha gustado tanto Eze no seas así de obstinado- Mariano se dio vuelta furioso- estaba alcoholizado y tú me violaste-

-¡¡No!! Tú me violaste- le grita Mariano.

-No digas idioteces Mariano-

-No digo idioteces Ezequiel, yo estaba muy placido durmiendo en tu cama, porque no tenía el valor de acercarme a ti y tú te me subiste encima, desperté con una erección y tu frotando tu trasero contra mí, y si eso es violación, si reaccionar positivamente a una situación así es haberte violado, entonces sí, me disculpo y que me lleven preso, pero por favor dame solo esta noche- Ezequiel quedo atónito, y por más que intentase no podía, no podía.

-No sé, si es verdad lo que dices porque no recuerdo nada Mariano y si fuese verdad, realmente no sé qué pudo haberme pasado porque no es algo que me pueda gustar, lo lamento, me gustas- dijo señalando completo en su desnudes-pero, no-

Mariano lo miro y sintió un pequeño pesar pero no pudo evitar besarlo, lo beso como antes, succiono sus labios y bajo hacia su cuello, no dejaría pasar su oportunidad de estar con Ezequiel, acaricio su pecho y sus abdominales apenas marcada y se separó de él.

-Si no puedo tomarte…- le dijo dando unos pasos adentrándose en la habitación-… hazlo tú- termino de decir apoyándose contra una pared.

Ezequiel se quedó pasmado ante tal ofrecimiento y tal imagen, el piso se movió bajo sus pies y sintió una urgente necesidad de poseer a Mariano, se acercó con lentitud contemplándolo a medida que baja sus pantalones y no sabe bien que hacer, él ya está listo… más que listo, pero sabe que no será tan sencillo para Mariano, se le acerca y se pega a su espalda lo abraza con fuerza sintiendo su cuerpo contra el suyo, la suave piel de Mariano el dulce aroma de su cuerpo, y duda… está indeciso y eso se hace notar por lo cual el pelirrojo se voltea y tomándole de la mano lo lleva hasta su cama acostándolo allí boca arriba, Mariano se sube a horcajadas sobre él y comienza a lamerse los dedos mirando  con lujuria a Ezequiel   quien comienza a ruborizarse e intenta desviar la mirada, pero el pelirrojo le sostiene el rostro con su otra mano para que vea lo que seguía a continuación, Mariano comienza a prepararse a sí mismo, soltando gemidos y jadeos, que erizan la piel de Ezequiel y ponen su cuerpo a mil, Mariano de acerca a su rostro y lame sus labios, luego los muerde y comienza a besarlo con lujuria mientras posiciona el miembro de Ezequiel en su entrada y comienza a bajar sobre el, un jadeo ahogado muere en los labios del morocho cuando se encuentra completamente adentro de Mariano, quien lentamente comienza a subir y bajar iniciando un vaivén que le permite sentir el miembro de Ezequiel abriéndose paso en su interior, contrae sus paredes y se deleita con el gemido que el morocho suelta a la vez que intenta envestirlo con más rapidez para cortar con la tortura de Mariano, lo enviste a la vez que se incorpora un poco para lamer las tetillas del pelirrojo que gime y sonríe a cada estocada extasiado, mas cuando el pene de Ezequiel rosa su próstata y lo hace delirar, el morocho resopla entre jadeos y comienza a masturbar al pelirrojo que lo está enloqueciendo con cada sonido que sale de esos labios carnosos, y el calor abrazador de su interior que lo envuelve transportándolo al paraíso, y no sabe si esta alucinando pero siente como todo el mundo se frena y solo puede escuchar a Mariano, solo puede sentir su cuerpo, y se siente falto de aire y siente como el fin se avecina como espasmos que le hacen temblar las piernas y apretar los dedos de sus pies a la vez que masturba con más violencia a Mariano que gime y gime mientras muerde su cuello, y puede sentirlo, intenta salir del pelirrojo pero este se lo impide moviéndose con más violencia sobre él contrayendo las paredes de su entrada aprisionando el miembro de Ezequiel quien libera derrotado toda su esencia dentro del pelirrojo a la vez que este baña sus torsos acompañándose en un ronco y gutural gemido.

Sus cuerpos hierven, sus corazones siguen acelerados y tumbados uno al lado del otro, se miran a los ojos mientras intentan recuperar algo de aire y piensas si de reverían decir algo en ese momento, o ya era demasiado tarde… o ya era completamente innecesario.

-Te amo- suelta entre suspiros Mariano

-¿Enserio?- pregunta Ezequiel con los ojos como platos.

-Claro- le responde asintiendo Mariano.

-¿Eso funciona con Abigail?- Pregunta sarcástico a lo que Mariano frunce el ceño y él ríe dándose la vuelta sintiendo los rallos de luz que se cuelan por las rendijas de las persianas chocar en su espalda-Yo igual- Devuelve escondiendo una sonrisa alegre en la almohada.

Notas finales:

Bueno gente bella les agradezco que hayan leído, no olviden dejarme su comentario, me ayudan mucho a corregir mis errores e inflar mi ego :3 los amo, un beso, no estamos leyendo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).