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DONDE HUBO FUEGO... por crystalwall

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Notas del capitulo:

Hola, les traigo el capítulo nuevo en donde se ven algunas cosas que no se sabían en el capítulo anterior, vemos a Hyoga también y muchas cosas más, espero que les guste 

Capítulo 2.- Decisiones

 

Seiya estaba en el hospital y era tarde en la noche, él vivía agradecido a su hermana porque se quedaba con sus hijos cuando él tenía turno en la noche, el día estuvo frío y por eso ahora helaba, o por lo menos eso sentía el castaño que estaba en uno de los pasillos frente a una máquina de café

- Recuerda que me debías uno – Seiya saltó porque estaba concentrado pensando en todo y en nada cuando escuchó aquella varonil voz en su oreja

- Kanon… dioses… casi me da un infarto – el castaño se apoyó a la pared y se llevó una mano al pecho, era en serio que su corazón se saltó un latido

- No seas exagerado, me vas a pagar mi café?

- Claro… lo quieres con azúcar o sin azúcar?

- Sin azúcar, y cómo ha estado tu día?, cómo va la oreja de tu hijo?, no ha venido para que lo vea – el peliazul se arrimó a la pared y se cruzó de brazos al preguntar esto

- Ohhh… está bien, ya lo vi yo en casa, le limpié la herida y la infección ya cedió, su oreja ya está normal, muchas gracias por atenderlo por cierto, aunque me dijo que quiere que lo lleve al local de tatuajes de tu hermano y me enseñó una calavera que quiere hacerse en el brazo – dijo Seiya al entregarle su café a Kanon que lo tomó y le dio un sorbito, ese era el peor café del mundo, pero eso no era lo importante

- Se bajó el dibujo de Internet?

- No… la dibujó el mismo, es muy hábil ahí donde lo vez y dibuja hermoso

- Y vas a dejar que se tatúe?

- No lo puedo amarrar para que no lo haga, así que pensé en llevarlo al local de tu hermano para que vea como hacen los tatuajes, luego lo llevo donde Aioria para que vea como se remueven los tatuajes, y si después de eso quiere hacérselo, pues lo acompaño y tomo su mano mientras se lo hacen, qué mas puedo hacer? – Seiya no estaba muy de acuerdo con lo que su hijo quería hacer, pero no podía oponerse, a la final lo haría con o sin su consentimiento, de esta manera por lo menos él lo acompañaría y se aseguraría de que su hijo estuviera a salvo, en un buen lugar en el que no correría riesgo de que se cruce por su vida una aguja infectada o algo peor

- Eres buen padre – dijo Kanon con un suspiro y una pequeña sonrisa, a él le parecían sumamente graciosas las crisis existenciales que Seiya tenía por y con sus hijos

- No lo sé, uno hace lo que puede – Seiya se encogió de hombros y sonrió

- Tu amas a tus hijos, cuando hablas de ellos se te ilumina el rostro, y el otro día que estuvieron aquí pude ver por mi mismo que tus hijos te aman, no muchos adolescentes de 14 años aguantan todo lo que le dijiste y le hiciste a tu hijo, él tomó tu mano mientras yo lo inyecté, te buscaba con los ojos mientras yo le curaba, estaba tenso pero aflojó el cuerpo cuando lo abrazaste y le acariciaste los cabellos, y tu hijo pequeño no podría ser mas pegado a ti, tus hijos te aman

- Es que son mis pollitos, así se mueran de las iras cuando les digo así

- Pollitos?

- Pues si… es algo… así les he dicho siempre – Seiya se volvió a encoger de hombros y sonrió, pero esta vez su sonrisa era un poco triste, Kanon lo notó pero no dijo nada de eso, mas bien dijo:

- Y cómo va tu cuello?, te sigue doliendo?

- Un poco… estoy estresado, no es nada – respondió Seiya llevándose una mano al cuello y moviendo suavemente su cabeza de una lado a lado

- Ven… yo tengo la cura para eso

- No no no, y si nos llaman?

- Tienes tu teléfono y tu beeper encendidos, no?

- Si…

- Entonces no hay problema, ven… solo será un momento

- Eso no es cierto y lo sabes

 

Kanon tomó a Seiya del brazo y caminaron por los pasillos hasta que llegaron a una de las habitaciones del piso que estaban adecuadas para que los médicos de turno durmieran un ratito si tenían tiempo u oportunidad, el peliazul abrió la puerta y se asomó, no había nadie así que entró, jaló a Seiya para que entre y cerró la puerta tras de si, arrinconó al castaño contra la puerta y le plantó un apasionado beso que fue plenamente correspondido, al castaño le encantaban los besos de su peliazul amante

- Seguro que no te van a llamar?, no me puedes dejar a medias – dijo Seiya entre besos, Kanon reclamó su cuello con los labios y se estremecía al sentir las manos de su amante en su azulada cabellera

- No… tenemos tiempo, dejé encargado de todo a Sorrento, no te preocupes chiquito

- Genial…

 

Seiya se separó un poco de su amante y se sacó la camisa azul que estaba puesto, se sacó las zapatillas y se desanudó el cordón que sujetaba sus pantalones, Kanon estaba haciendo lo propio y en pocos momentos ambos estaban desnudos acomodados en la pequeña cama de la habitación

- No no no, te quiero arriba, me encanta ver cómo te mueves – dijo Kanon recostándose sobre su espalda y acomodando a Seiya que quedó sentado en sus caderas

- Pervertido…

- No te quejes que te gusta

- Eso si… pásame el lubricante, si lo trajiste verdad?

- Claro que si, con quien crees que tratas? – el peliazul se incorporó y luego de palmotear el trasero de Seiya, tomó sus pantalones del suelo y sacó un condón y un tubito de lubricante, Seiya los tomó y recostó a Kanon que se dejó hacer, miró a Seiya abrir el condón y ponerlo en su endurecido miembro, aplicó lubricante y luego se agachó para besarlo en los labios mientras lo frotaba deliciosamente, Kanon tenía las manos en el redondito trasero del castaño, el que se estremeció cuando sintió como un lubricado dedo se abría paso en su intimidad

 

A Kanon le encantaba hacer el amor con Seiya, ellos habían sido amigos por años, desde que Seiya entró a trabajar en el hospital, en ese tiempo aún estaba casado y era muy feliz con su vida y su matrimonio, Kanon también estaba casado en esa época, y fue su matrimonio el que se derrumbó primero, su esposa lo dejó por otro hombre y eso lo destrozó, fue precisamente Seiya el que le había ayudado a salir del hoyo en el que cayó, por eso cuando unos años después el matrimonio de Seiya se fue al diablo por razones muy parecidas, fue Kanon el que fue su apoyo

 

Su relación había sido amistosa hasta hacía un par de meses nada más, ellos habían ido a un congreso en Okinawa, esa noche se encontraron en el lobby del hotel al que llegaron y fueron a tomar unos tragos, una cosa llevó a la otra y ambos terminaron en la cama de la habitación de Seiya haciendo el amor como si no hubiera mañana, desde ese día su relación cambió, ahora estaban involucrados pero no necesariamente estaban dentro de una relación amorosa propiamente dicha, eran amigos con derecho, eso había dicho Kanon, y a Seiya le parecía muy bien, él no quería complicar su vida o cambiar la dinámica de su hogar por sus hijos, ellos eran amantes y nadie sabía de su relación, bueno… Sorrento lo sabía, él cubría a Kanon pero eso estaba bien, las cosas estaban funcionando bien para ellos en ese punto

 

- Me encanta como te mueves – dijo Kanon mientras acariciaba suavemente los muslos de Seiya

- Lo sé… te gusta… esto? – Seiya se agachó un poco y besó a su amante en los labios sin dejar de mover sus caderas, esto era delicioso, Seiya lo apretaba como los dioses, su piel era suave y sus manos lo recorrían entero, Kanon se incorporó un poco para poder sostener a su amante de las nalgas y ayudarlo a subir y bajar, Seiya gimió y echó su cabeza hacia atrás lo que Kanon aprovechó para besar su cuello

- Más despacio… eso es… rico…

- Kanon… ya casi… ya llego…

- Aguanta un poco… mmm…

 

Kanon tomó a Seiya de la cintura y lo levantó para recostarlo en la cama sobre su espalda, se acomodó entre sus piernas y lo penetró nuevamente, el castaño se arqueó en la cama y se mordió los labios, los movimientos de cadera del peliazul eran lentos y profundos, Seiya estaba viendo estrellas en ese punto y llegó a su momento máximo con un hondo gemido de satisfacción.  Kanon llegó a la cumbre del placer unos pocos momentos después y se desplomó sobre Seiya que lo recibió en sus brazos y se besaron con pasión

- Quería preguntarte algo, vi mal o tu ex esposo estuvo por aquí el martes? – preguntó Kanon que en ese momento tenía apoyada la cabeza en el pecho de su amante que le estaba acariciando los cabellos

- Si vino – respondió Seiya sin dejar de acariciar a Kanon

- A qué vino?

- Quiere que trate a su esposo, al parecer no pueden tener hijos y… su actual médico me recomendó y… pues a eso vino Ikky – respondió Seiya pero se notó claramente molestia en su tono de voz

- Y lo vas a hacer? – Kanon se incorporó para poder ver a su amante a los ojos, Seiya suspiró y flexionó la pierna, dejó caer su mano sobre su pecho y se encogió de hombros al responder

- No lo sé, Ikky no ha vuelto a mi consulta, así que no se si quiera que trate a su esposo o no, mi precio al parecer fue muy alto para él – esto dijo Seiya y ahora en verdad se notó que estaba molesto

- Cuál es tu precio? – preguntó Kanon interesado, Seiya tenía un sueldo fijo en el hospital, como era uno de los médicos cirujanos especialistas ganaba muy bien, el castaño hacía muchos tratamientos de fertilidad pro bono, el dinero no era algo que le preocupara porque con su sueldo vivía bien y podía mantener a sus hijos sin problemas, ganaría el triple si iniciara su propia consulta, pero esos planes estaban a largo plazo, Kanon quería abrir una clínica especializada y privada, en estos momentos estaba en planes de conseguir los financiamientos necesarios y todas esas cosas, y si lo lograba hacer, Seiya se iría con él, eso ellos ya lo habían hablado, pero por el momento ambos trabajaban en el Hospital

- Le dije que si quería que yo atendiera a la cosa esa que tiene por esposo, yo quería que él le dedicara más tiempo a sus hijos

- Eso le pediste?

- Si… mis hijos están bien, yo no dejo que les falte nada pero… resienten la ausencia de Ikky,  yo los amo y estoy pendiente de todo pero eso a veces no es suficiente, tu sabes lo que es para la autoestima de los niños el amor de un padre, o la falta de ello, me duele que Ikky los haya abandonado, Tak es mucho más vocal al respecto porque ya es más grande y se da perfecta cuenta de cómo son las cosas, yo nunca les he hablado mal a mis hijos de su padre pero eso no impide que ellos saquen sus propias conclusiones, yo quiero a Ikky presente en la vida de mis hijos, es su otro padre a fin de cuentas

- Wow… eres generoso con eso

- No, no lo soy, soy práctico, si por algún motivo yo me enfermo o me muero o me accidento, quiero que mis hijos tengan a donde volver, yo sé que ellos no están solos en el mundo porque tendrían a mi hermana, pero ella no debería ser responsable por ellos porque tienen otro padre así haya estado ausente estos últimos dos años, porque el primer año de la separación si le duró el amor por ellos, pero ya luego se fue alejando hasta llegar al punto en el que estamos ahora

- Y cuál punto es ese?

- Ikky no había visto a sus hijos en seis meses hasta que se chocó con ellos en mi oficina, en ese punto estamos ahora – dijo Seiya y se mostró triste al respecto, Kanon sabía que Seiya ya no amaba a Ikky, pero si amaba a sus hijos y se moría de las iras al verlos sufrir y extrañar a su ausente padre

- Eso yo no entiendo, yo no podría dejar de lado a mis hijos, son mis hijos – dijo Kanon acariciando la mejilla de su amante que sonrió divertido al decir:

- Tú no tienes hijos Kanon

- No… pero si los tuviera no los podría dejar de lado, son míos

- Eso es bueno saberlo – Seiya se incorporó un poco y besó a Kanon en los labios, el peliazul lo besó de vuelta y se estaba acomodando de mejor manera sobre Seiya cuando un teléfono sonó, el castaño suspiró y se estiró para tomar su teléfono y verlo, frunció el ceño y gruño, Kanon tomó el teléfono y vio que lo estaban llamando

- No quiero que te vayas – dijo Kanon recostándose de mejor manera en la cama, él no quería irse tampoco, quería dormir un ratito por lo menos

- Yo no quiero irme tampoco, tu eres abrigadito y afuera está haciendo un frío del diablo – Seiya besó a Kanon una vez más pero se incorporó y empezó a juntar su ropa para vestirse

- Te mantengo caliente, solo por eso me quieres?

- Claro que no tonto, te uso para el sexo – Seiya se puso de pie y le guiñó un ojo a su amante que sonrió también, el castaño se puso los pantalones, las medias y se sentó en la cama para ponerse los zapatos, Kanon se incorporó y lo abrazó, Seiya se volteó y lo volvió a besar, estas últimas semanas ellos se besaban mucho más, antes no necesariamente lo hacían pero ahora si, las cosas estaban cambiando al parecer, eso a Kanon le gustaba mucho, Seiya tenía sus dudas

- Sabes, me gustó conocer a tus hijos, aunque siento que los conozco porque tú hablas mucho de ellos, me parecieron simpáticos, no exageraste cuando hablas de ellos

- Es que son mi mundo, son mis pollitos

- Si… pero no deberían representar o ser todo tu mundo, deberías estar consciente de que los hijos son pasajeros y así podrías expandir tu mundo un poquito y dar cabida a otras personas

- Kanon… - Seiya se puso algo incómodo, esta no era la primera vez que Kanon se lo decía

- No te estoy presionando, solo piénsalo y tómame en cuenta, eso es todo lo que te estoy diciendo

- Ok., ya me voy… nos vemos luego?

- Claro, todavía me debes un café

- Ok.,

 

***

Ikky estaba despierto y de pie en el comedor de su casa mirando el amanecer, la luz del sol se colaba de una forma maravillosa en su estancia, el peliazul tenía un jarro de café en sus manos y un dejo de cansancio en el rostro, la noche anterior no había podido dormir es nada

- Qué haces aquí?, vuelve a la cama – Ikky se volteó y vio a su esposo caminar descalzo hacia él, Hyoga estaba envuelto en una manta y tenía cara de sueño

- No puedo dormir y no quería despertarte, tu vuelve a la cama – Ikky abrazó a su rubio y le besó la frente, Hyoga se acurrucó en su pecho y suspiró

- No quiero volver si tú no estás a mi lado, que tomas?

- Café… quieres un poco?

- No, el médico dijo que no debería tomar nada con cafeína, aunque ya no sé ni para que me preocupo de lo que ese médico diga, debería hacerme a la idea de que no voy a poder darte hijos y dedicarme a comer todo lo que yo quiera – Hyoga sonó muy triste cuando dijo esto, Ikky suspiró y lo abrazó de mejor manera apretándolo contra su pecho

- No todo está perdido amor

- No… yo no quiero ir donde tu ex para que me atienda, eso si que no, primero muerto – Hyoga sonó muy molesto al decir esto e Ikky simplemente suspiró, esa discusión la habían tenido varias veces esa semana

- Ya hemos hablado de esto Hyoga, el hospital general tiene solamente dos especialistas en fertilidad, Seiya es el más joven pero es el que tiene un mayor porcentaje de éxito, además es cirujano especializado y según tu médico, tú tienes problemas en la matriz y necesitas una cirugía, el otro especialista no tiene el mismo número de horas de cirugía que Seiya, además es él precisamente el médico que nos recomendaron

- Pero…

- Mira, si no lo quieres hacer pues no lo hacemos, pero si vamos a seguir intentándolo tenemos que ir con Seiya – dijo Ikky por enésima vez esa semana, él ya estaba cansado de discutir por lo mismo

- Quiero una nueva opinión  - respondió Hyoga tercamente

- Tenemos tres opiniones en diferentes clínicas y todos coinciden que es Seiya el especialista que tenemos que ver, no te lo dije antes pero… yo ya hablé con él

- Hablaste con él a mis espaldas? – Hyoga se mostró ofendidísimo al enterarse de ello

- No, lo hice de manera previsiva, él es un médico en demanda y quería saber si tiene posibilidad de hacernos una cita, amor… esta es nuestra última oportunidad y no la quiero desaprovechar yendo donde un médico cualquiera que nos dirá lo mismo que nos dijeron los otros, quiero ir donde alguien que nos va a decir la verdad, que te va a revisar completamente y nos dará su opinión profesional, quiero alguien en quien confiar y que no solo quiera sacarnos dinero, entiendes?

- Y tú le confiarías mi salud a ese… a Seiya?

- Si, yo le confiaría mi vida a Seiya, él nunca me engañaría si sabe lo importante que es esto para mí, para nosotros, además no sé por qué lo resientes tanto si él no ha hecho nada en tu contra, él no me hizo problema cuando le pedí el divorcio, no me ha peleado el dinero que por ley le corresponde, no me ha negado acceso a mis hijos, él se ha portado a la altura en esta situación, y tú lo resientes, eres injusto con él y no se lo merece

- Es que tú lo defiendes, si él es tan perfecto, por qué no te quedaste con él? – reclamó Hyoga con rabia, a él le reventaba que Ikky defendiera a su ex, le daba la impresión de que Ikky aún sentía algo por Seiya aunque siempre se lo negaba

- Eso no es lo que estoy diciendo Hyoga, yo te amo a ti, lo que tenía con Seiya se acabó, por favor amor… es en serio cuando te digo que ya no quiero discutir por esto, si vamos a hacer este tratamiento debes prometerme a mí y a ti mismo que permanecerás tranquilo, que no te alterarás, que ya no le buscarás problema a Seiya porque él no te lo está buscando a ti

- Pero es que Ikky…

- No hay peros Hyoga, tu eres mi esposo, Seiya es mi pasado, será importante para mi porque es el padre de mis hijos pero entre él y yo, ya nunca más habrá nada, de esto ya hemos hablado hasta el cansancio, ya no sé de qué manera hacer que me entiendas

- Él te ama – afirmó Hyoga tercamente, pero Ikky le puso las manos en los hombros y dijo en un tono tranquilo:

- No, él ya no me ama, él ha hecho su vida así como yo he hecho la mía

- Entonces por qué no se ha vuelto a casar?

- No lo sé, no se lo he preguntado – Ikky se encogió de hombros cuando dijo esto, como si no fuera importante o el tema no hubiera salido en sus conversaciones, lo cual era bastante cierto, Ikky no preguntaba y Seiya no le había contado nada al respecto, ellos hablaban principalmente por y de sus hijos, no hablaban nunca de sus vidas sentimentales o relaciones maritales, hasta esta última vez que Ikky fue a contarle sus problemas de concepción

- Es porque te está esperando, él te quiere de vuelta  - porfió Hyoga molesto

- No… él no me quiere de vuelta, y así las cosas fueran así, eso no tiene nada que ver conmigo, yo te amo a ti, es tan simple como eso

- Pero Ikky…

- No, ya no mas Hyoga, ya no más, no quiero hablar de esto nunca más, Seiya ya no representa nada en mi vida, y si no fuera por esta situación te juro que nunca más lo volvería a ver, pero las cosas están como están y él es el especialista que debemos ver, así que… sacamos una cita con él?

- No

- Ok., es tu decisión, solo piensa que estás botando nuestro futuro al caño por temores sin fundamento que viven en el pasado, pero está en tus manos

- No pongas toda la responsabilidad de esto en mí, eso no es justo

- Pues así es como están las cosas, yo ya no quiero ir de médico en médico, tenemos la solución en nuestras manos, si no vamos donde el mejor pues no tiene sentido seguir como gitanos errantes de un lado a otro

- Entonces si no es Seiya… ya no es nadie?, ya no lo quieres intentar?

- Si, si no es Seiya… no es nadie, tu me preocupas Hyoga, no estoy ciego y me doy perfecta cuenta de cómo te afectan estos tratamientos, la vida que estamos llevando ya no es vida, yo te amo pero… esta situación debe acabar, todos los médicos nos han dicho que Seiya es el mejor, así que me niego a seguir tonteando de médico en médico

- Pero Ikky…

- Es tu decisión

 

El peliazul le dio un beso a su esposo y caminó hasta su habitación, se desnudó y entró en la ducha, se sentía cansado y fastidiado, esta no era la vida que había esperado cuando lo dejó todo por Hyoga, el agua caliente si lo ayudaba a relajarse pero al parecer ese no iba a ser el caso esa mañana, en eso estaba Ikky cuando la puerta de vidrio se abrió y su desnudo esposo entró a la ducha y lo abrazó por la espalda

- Odio discutir contigo – dijo Hyoga besando la espalda de Ikky que suspiró, aflojó el cuerpo y se volteó para abrazar apropiadamente a su rubio

- Entonces no discutas conmigo

- Ok., qué te parece esto?, yo haré lo que tu quieras, si quieres que Seiya sea nuestro médico pues lo será, pero me tienes que apoyar en esto, yo quiero tener un hijo, quiero darte un hijo, eso… no me lo puedes negar Ikky – Hyoga miraba a su esposo a los ojos mientras hablaba, el peliazul sonrió y levantó el mentón de su rubio para depositar un suave beso en su boca

- Está bien, yo no quiero negarte nada, solo me preocupa tu salud, me preocupa lo que el someterte a todos esos tratamientos puede haber causado en ti, todo este tiempo has tenido cambios de humor que asustan, te he visto muy deprimido y eso me parte el alma, yo no quiero verte triste, es mucho pedir?

- Quiero un hijo Ikky, quiero un hijo, siempre he querido formar una familia, ha sido mi sueño de toda la vida y no me puedo rendir solo porque hay baches en el camino, lo entiendes, verdad? – Hyoga sonaba muy triste pero determinado con esto, ya lo habían hablado muchas veces y la posición de Hyoga nunca había cambiado, él quería hijos, era tan simple como eso

- Ok., pero debemos estar abiertos a la idea de que tal vez no lo podamos tener, debemos empezar a hacernos a la idea de que tal vez esto nunca pase para nosotros, y podremos empezar a pensar en otras opciones

- Qué otras opciones?

- Madre sustituta, padre incubador sustituto, podemos adoptar un niño, Hyoga… debemos ser flexibles, eso es todo, lo pensarás?

- Tengo opción?

- No, no tenemos más opciones en esto amor, hemos agotado todos los recursos que hemos tenido a disposición, ahora es el momento de decidir

- Ok., probemos con Seiya, y si las cosas no funcionan pues… hablaremos de las otras cosas que me dijiste hace rato, suena bien?

- Si, suena muy bien

- Pero ahora bésame, ámame, como solo tú sabes hacerlo

 

Hyoga rodeó el cuello de su esposo con los brazos y lo besó con pasión en los labios, Ikky lo abrazó y juntó sus cuerpos bajo el agua caliente, hacía algunas semanas que ellos no habían hecho el amor, como estaban el sus tratamientos y cosas, su vida sexual se había reducido a simples actos dedicados exclusivamente para concebir, Ikky odiaba totalmente los horarios que le habían impuesto para tener sexo con  Hyoga con la finalidad de que conciba, los tratamientos hormonales usualmente eran así, ellos tenían sexo por necesidades médicas, eso le quitaba todo el romance y la pasión al asunto, lo volvía mecánico y casi una obligación, la espontaneidad se había ido por el caño, Ikky ya no lo aguantaba.

 

Pero esa mañana fue diferente, esa mañana hicieron el amor realmente, en su cama matrimonial se amaron, se entregaron el uno al otro con pasión, Hyoga gemía y arañaba la espalda de su esposo que se movía en su interior, Ikky tenía los ojos cerrados y besaba el blanco cuello de Hyoga, lo acariciaba con propiedad llevándolo a la cima del placer

 

Cuando todo acabó, ambos estaban acostados y se acariciaban ausentemente, Ikky estaba apoyando su cabeza en el pecho de su esposo, estaba distraído escuchando el latir de su corazón y pensaba, pensaba en lo que no debería estar pensando, estaba recordando un época en la que todo era más fácil, una época en la que las preocupaciones no lo asediaban, una época en la que era feliz… e inevitablemente unos ojos cafés que solían mirarlo con amor y deseo inundaron sus pensamientos, recordaba una piel canela que solía enloquecerlo, recordaba unas manos suaves que le daban los mejores masajes y unos carnosos labios que lo llevaban al cielo con un beso

- En que piensas? – preguntó Hyoga mientras acariciaba el azul cabello de su esposo, el que se incorporó un poco y le sonrió antes de besar sus labios y responder:

- En nada amor, en nada…

 

Esa misma tarde Ikky llamó a Seiya para sacar una cita, su castaño ex esposo le dijo que lo más pronto que los podía atender era en dos días, y que el partido de futbol de Ryu era el domingo en la mañana, estaban iniciando la liga y eso tenía muy emocionado al niño, Ikky prometió llevar botellitas de agua para todos y luego de despedirse colgó el teléfono, suspiró…

- Seiya… dioses… por qué no pudiste engordar siquiera???

 

Notas finales:

Chan chan chan... y ahora?, qué pasará???

Seiya será el médico de Hyoga?, Hyoga podrá tener hijos?, qué pasará con Ikky y sus hijos?, qué pasará con Ikky y Seiya?, y Kanon?????

No se pueden perder los capítulos que vienen, hay muchos enredos muy divertidos, nos vemos el viernes en el capítulo nuevo, saludos, bye 


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