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The kitten maid por Lemonie

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Notas del fanfic:

Este fanfic es una traducción. El autor es InspiritKevin y el fanfic se encuentra aquí.

 

Nada de lo escrito aquí es de mi autoría.

Notas del capitulo:

Espero que hayan leído las advertencias porque de cierta forma es un poco fuerte considerando que son los siete chicos -orgía- que participan(?).

 

Bueno, lean bajo su propio riesgo <3

Había seis chicos millonarios que eran mejores amigos entre ellos. Sunggyu, el mayor, Dongwoo, Woohyun, Howon (Quien prefería que le llamaran Hoya), Sungyeol y Myungsoo, este último siendo el menor del grupo además del más pudiente no sólo por su dinero, sino que también por su encantadora y mortífera sonrisa y mirada, sin olvidar su notable talento con la guitarra.

 

Era un día especial. Myungsoo iba a dar una fiesta de soltero a pesar de que ninguno de ellos estuviese a punto de casarse, pero era el mejor nombre que podían darle.  Por otro lado, también era el día en el que finalmente dejaría que sus amigos entraran nuevamente a su casa después de unas cuantas semanas en las que les prohibió terminantemente acercarse. ¿La razón? Algo que pasó hace cuatro semanas atrás cuando Myungsoo estaba caminando alrededor de su recóndito jardín.

 

* * * * *

El día estaba radiante. La temperatura era de tan sólo 25 grados pero el viento hacía su aparición cada cierto tiempo con una fría brisa, provocando un clima bastante agradable. Cuando Myungsoo se devolvía a casa escuchó el sonido de unas hojas crujiendo que provenía de un arbusto que estaba, ahora que lo miraba con atención, hecho un completo desastre con ramas rotas y hojas por todos lados. Se acercó con curiosidad y ahí pudo ver a una misteriosa criatura que jamás había visto con anterioridad. Lo que parecía un chico se encontraba inconsciente sobre el suelo. Myungsoo estaba sorprendido de que un chico tan joven hubiese entrado a su jardín pero sus orejas sobre su cobrizo cabello y su cola eran algo que le tenían con la boca más que abierta. Lo que hacía esa situación más extraña, además, era que el chico se encontraba desnudo y con moretones por todo su cuerpo. Siendo la persona amable que era, Myungsoo tomó en sus brazos al misterioso desconocido y lo llevó hasta su casa. Al llegar, le dejó sobre el suave edredón de su habitación y se le quedó mirando. Para ser honesto, era atractivo. Ignorando los moretones, su piel era tan pálida como la nieve y bastante suave. Sus labios eran rosados y carnosos; su cuerpo era extremadamente delgado, dejando a la vista sus curvas. Tenía el cabello color cobre que era tan suave como la seda y sus mechones caían por el lado derecho de su rostro, enmarcando sus facciones.

 

De pronto, Myungsoo cayó en cuenta de algo, ¡Tenía orejas y cola de gato! ¿Qué clase de humano podría ser ese chico? Pensó que podría ser un disfraz por lo que se aventuró a acariciar sus orejas con cautela, dejando una caricia bastante ligera. Apartó su mano tan pronto como vio que la oreja se crispaba. Entonces es real, pensó y nuevamente acercó su mano para acariciar la oreja, disfrutando de la suavidad del pelaje esta vez. ¿Cómo habrá llegado?, ¿Y qué clase de criatura será? Eran las preguntas que se hacía el chico y que le mantuvieron tan ocupado que no se dio cuenta de la felina figura que se removía bajo el edredón. Pronto, quien había estado inconsciente dejó salir un leve gruñido, lo que llamó la atención de Myungsoo de inmediato. Le observó atentamente mientras el chico que parecía mitad felino habría sus ojos lentamente, como quien tiene pereza.

— Es bueno verte finalmente despierto —Dijo Myungsoo inseguro, sin saber cómo iniciar una conversación. El otro sólo le observó sin expresión alguna por unos momentos antes de responder.

 

— ¿D-Dónde estoy? Y… ¿Cómo llegué aquí? —Sus ojos comenzaron a verse más brillantes a causa de las lágrimas que amenazaban con salir; el pánico era evidente. Myungsoo le tranquilizó antes de ir al baño por un botiquín de primero auxilios. Cuando volvió, comenzó a tratar sus heridas mientras le explicaba cómo le había encontrado inconsciente en el jardín. Después de terminar el chico susurró un “gracias”, dedicándole una pequeña sonrisa al pelinegro—. Podría… ¿Podría decirme su nombre?

 

— Myungsoo. Kim Myungsoo. ¿Y el tuyo?

 

— Lee Sungjong— Y al escucharlo, Myungsoo se encargó de grabar ese nombre en su cabeza. Pensó que la voz de Sungjong era agradable de escuchar aunque un poco aguda para ser la de un hombre. De seguro aún estaba en su pubertad.

 

— Sungjong, ¿Me dirías cuántos años tienes?

 

— Todo es un poco borroso, pero creo que tengo 19 años —Respondió luego de haberlo pensado por unos momentos.

 

— ¿Recuerdas de dónde vienes? —Preguntó el pelinegro, regodeándose del pensamiento de ser mayor que el chico de cabello cobrizo.

 

— Como dije antes, no recuerdo muy bien, todo es muy difuso. Quizás estaba escapando de algunas personas que querían hacerme daño, eso es lo que podría decir —Fue lo que dijo Sungjong un tanto triste mientras miraba las cobijas y sus orejas se dejaban caer.

 

— ¿Tienes a dónde ir? —Preguntó Myungsoo y Sungjong sólo se encogió de hombros—. Bien, por mientras, ¿Te quieres quedar? —Y las orejas del chico nuevamente volvieron a crisparse, dejando en evidencia lo feliz que estaba.

 

— ¡¿De verdad?!

 

— Pero con una condición. Trabajarás como mi sirviente. A veces es difícil limpiar toda la casa solo y no quiero contratar a cualquier persona que se vea tentada a robar. Prometo que no será tan difícil— El menor lo pensó por unos momentos, contemplando la posibilidad de quedarse con ese amable desconocido—. Parece y se ve amable. Fue tan bueno como para tratar mis heridas y todo…—Pensó y por fin tomó una decisión. Se levantó de la cama y se abalanzó sobre Myungsoo, abrazándole, enredando sus brazos alrededor de su cuello. Y fue ahí cuando el menor se dio cuenta de que estaba desnudo. Un pequeño grito se escapó de su boca y se metió nuevamente bajo las cobijas mientras su rostro lucía un radiante color rojo sobre sus mejillas. Myungsoo sonrió de lado por lo que había acabado de sentir y ver.

 

Esto será interesante…

 

A medida que las semanas pasaron, ambos comenzaron a confiar el uno en el otro hasta convertirse en buenos amigos. Cualquiera podría decir que Sungjong podría haber desarrollado ciertos sentimientos hacia su amo, pero no lo admitiría. Le asustaba que su amo pudiese sentir otra cosa y le odiara. Luego de la primera semana, Sungjong estaba provocando al otro sin siquiera saberlo hasta que un día Myungsoo perdió los estribos y tuvo sexo con él.

 

Sus amigos estaban ansiosos por ir a su casa, pero Myungsoo quería mantener a Sungjong como un secreto durante un poco más de tiempo. Luego de un par de semanas, ya sentía que era hora de que su grupo de amigos conociera a su toy-boy.

 

* * * * *

 

— Sungjongie —Myungsoo llamó a su atractivo sirviente. Sungjong apareció ante sus ojos con el uniforme que había escogido con anterioridad—. Te ves precioso y bastante provocador —Susurró Myungsoo en una de las orejas de Sungjong cuando le abrazó por la espalda. El menor usaba un vestido corto de color negro con blanco que se acomodaba perfectamente a su curvilínea figura. Unas medias largas de color negro con listones blancos llegaban hasta un poco más arriba de sus rodillas mientras usaba unos tacones de ocho centímetros. Tenía unas mangas transparentes que dejaban a la vista sus delgados brazos mientras que en su cabeza había una diadema con listones blancos y detalles negros que se acomodaban perfectamente entre sus felinas orejas. El vestido era tremendamente corto para que su cola no le incomodara además de que dejara a la vista la ropa interior de encaje que Myungsoo le obligaba a usar. Myungsoo tenía un fetiche por los encajes.

 

Myungsoo comenzó a besarle apasionadamente antes de separarse y decirle que se asegurara de que todo estuviese listo y dispuesto para la fiesta. Antes de que Sungjong se apartara completamente, Myungsoo le dio una nalgada provocando que el menor temblara un poco mientras se alejaba. El mayor sonrió de lado mientras se miraba en el espejo y arreglaba su cabello antes de llamar a sus amigos para decirles que llegaran a eso de las seis. Esta fiesta no sería cualquier fiesta. Myungsoo quería que fuera memorable. Era como una fiesta para echar un polvo o más bien, una para echar un polvo sin compasión con su nueva adquisición.

 

— ¿Qué tal si calentamos un poco antes de que la fiesta comience? —Eran cerca de las cinco de la tarde cuando Myungsoo había llamado a Sungjong. El mayor susurraba en la oreja del contrario con un tono ronco mientras acariciaba su sensible cola. Sungjong apenas pudo asentir y guiar a su amo hasta la habitación. Agudos y fuertes gemidos se escucharon dentro de la casa por los siguientes 45 minutos.

 

* * * * *

 

Sungjong y Myungsoo estaban en el primer piso cuando el timbre sonó. El felino sirviente se apresuró a abrir la puerta y recibir a los invitados que, debía decir, no eran tan apuestos como su amo. Myungsoo ya le había hablado de cada uno de ellos y también le había mostrado cómo eran para que fuera más fácil servirles. Hoya, quien era el mejor amigo de Myungsoo, silbó con satisfacción ante la imagen del chico recibiéndoles en la puerta.

 

— Bienvenidos a la casa de L. Por favor, pasen —Sungjong les recibió educadamente mientras les invitaba a pasar. Los guio hasta la sala de estar en donde se encontraba Myungsoo y en donde comenzaría la diversión. Cerca de la cocina estaban la comida junto con las bebidas en las que se incluía desde cerveza hasta vodka y de ron hasta soda.

 

— ¡Bienvenidos chicos! —Dijo Myungsoo al saludar a los cinco chicos—. La comida está por allá cerca de la TV y todo lo demás está por este lado. La diversión comenzará pronto.

 

— No me molestaría tener un poco de eso, digo, de ese chico. Es una preciosura —Woohyun, siendo el playboy que era, decidió comentar primero. Observó a Sungjong relamiéndose los labios con cierta lujuria mientras el susodicho estaba buscando unas bebidas para el grupo de chicos. Se sonrojó cuando notó todas las miradas sobre su expuesto trasero. El chico volvió con las bebidas y las dejó sobre la mesa de centro.

 

— Por favor tomen asiento y relájense —Todos siguieron las indicaciones del más joven mientras mantenían una alegre conversación entre amigos que no se habían visto durante bastante tiempo, más bien, amigos que Myungsoo no había visto. Todos le interrogaron por lo que habría estado haciendo esas semanas y sin darse cuenta, ya eran cerca de las ocho de la tarde.

 

— ¡Hahaha! Esa fue buena L. Cuéntame más —Era Dongwoo quien se reía escandalosamente mientras conversaba con Myungsoo. En medio de su pequeño escándalo había derramado su bebida en la alfombra—. ¡Lo siento, lo limpiaré de inmediato!

 

— Yo me encargo, no se preocupe. Por favor, continúen con su charla —Sungjong intervino de inmediato para limpiar. Rápidamente fue a la cocina y tomó una botella de spray junto con una toalla para luego volver y limpiar. Se arrodilló y comenzó a limpiar, quedando lentamente a gatas con sus manos afirmadas sobre el suelo al igual que sus rodillas. Todas las miradas se posicionaron sobre él; su expuesto trasero,  caderas y su S-line. Cuando terminó de limpiar, Sungjong estaba a punto de levantarse cuando Sunggyu accidentalmente había pasado a tocar su cola lo que provocó que el chico dejara salir un pequeño gemido. Su cola realmente era sensible. Ese gemido fue lo que estimuló a los seis chicos presentes quienes se quedaron mirando fijamente al menor. Sungjong se sonrojó antes de levantarse y llevarse lo que había ocupado para limpiar a su lugar. Cuando volvió de la cocina, Myungsoo le llamó.

 

— Jongie, ven aquí —Siendo tan obediente como lo era siempre, el chico se acercó hasta el pelinegro quien palmeó un par de veces su regazo, indicándole a Sungjong que se sentara en ese lugar. Avergonzado se sentó sobre sus piernas mientras Myungsoo, a escondidas de su sirviente, escondía una píldora en su boca. Myungsoo se encargó de girar al chico y besarle bruscamente, introduciendo la píldora en la cavidad ajena. Sungjong se sujetó de la camisa de su amo mientras su cola se movía de un lado a otro. Sunggyu, Dongwoo, Woohyun, Hoya y Sungyeol miraban atentamente, sintiendo celos al no poder disfrutar de la boca de Sungjong. Todos comenzaron a sentir su entrepierna aprisionada contra sus ropas al escuchar al felino sirviente gimiendo. Cuando se separaron, un hilo de saliva conectaba sus bocas. El rosto de Sungjong estaba sonrojado y su respiración era entrecortada. Su cuerpo se sentía extraño y extremadamente caliente. Sus prendas le hicieron sentir sofocado mientras la temperatura subía cada vez más. Antes de que pudiera hacer otra cosa, su miembro había despertado, haciendo presión en contra de su ropa interior.

 

— Hora de que la fiesta comience —Anunció Myungsoo con un tono ronco. Miró a sus amigos, dándoles la señal para que sacaran las cosas que habían preparado antemano. Sungyeol sacó una caja y dentro de ella había todo tipo de juguetes para la noche, tanto anillos como cuerdas además de una cámara.

 

— M-Myungsoo… No me siento muy bien… —Jadeó Sungjong. Sentía un tremendo calor y su miembro dolía debido a lo despierto que estaba. Myungsoo sonrió ladino, satisfecho de ver cómo la píldora surtía efecto. Se aseguró de que sus amigos tuvieran todo listo y luego volvió su atención a su pequeño sirviente.

 

— Entonces, ¿Quieres que haga algo para ayudarte, Jong-ah? —Myungsoo le molestó, acariciando su cola con suavidad. El menor asintió repetidas veces, desesperado por esa sofocante sensación.

 

— P-Por favor —Susurró.

 

— Dime lo que quieres primero, Jongie. Si lo haces quizás pueda dártelo—Myungsoo continuó provocándole cada vez más mientras sus manos levantaban el vestido del menor y se abría paso para acariciar su miembro, notando lo excitado que estaba.

 

— Tu… Tu miembro —Dijo en voz baja.

 

— ¿Qué cosa? No pude escucharte —El pelinegro continuó provocando a su excitado sirviente.

 

— ¡Tu miembro, por favor!, ¡Lo necesito ahora! —Sungjong suplicó avergonzado de sus propias palabras y actitud en frente de las amistades de su amo.

 

— Así está mejor —Myungsoo sonrió con lascivia y antes de continuar, habló—: Dejemos que el juego comience. Woohyun, Sungyeol, ¿Está todo listo? —Ambos asintieron sonrientes y ansiosos—. Bien, haremos un poco de calentamiento. ¿Quién será el primero? — Hubo un momento de silencio antes de que se desatara una verdadera discusión entre todos. Mientras ellos peleaban, Myungsoo se encargó de desvestir a Sungjong, quitándole el vestido y los tacones, dejándole tan sólo con las medias y su ropa interior además de posicionarle sobre el suelo. Sintiendo como la temperatura subía, se quitó su propia camisa, revelando ese cuerpo que era tan del gusto de Sungjong. El menor dejó salir un jadeo cuando Myungsoo jaló de la parte de adelante de su ropa interior, apartándola un poco de modo que su miembro quedase libre y a la vista del mayor. Le masturbó y entretanto, con su otra mano se encargó de acariciar sus orejas, sabiendo que Sungjong adoraba que lo hicieran. Pareció ronronear por todos aquellos estímulos, lo cual provocó que aquella banda de chicos que antes había estado peleando, se quedara en silencio para deleitarse con los eróticos jadeos del menor. El pelinegro aprovechó un descuido para tomar una de esas dichosas píldoras y dejar unas cuantas a disposición de sus amigos que no dudaron ni un segundo en tomarlas. No demoró en retomar sus atenciones hacia su sirviente, con quien comenzó un fogoso beso, teniendo una batalla interminable entre sus lenguas. Sólo bastaron minutos para que las pastillas hicieran efecto y todos comenzaran a quitar sus prendas, acariciándose entre ellos, preparándose para lo que vendría.

 

El placer se sentía por todos lados. Dongwoo atendía la erección de Sungyeol así como este último lo hacía con la de Dongwoo. Todo se sentía extremadamente bien, en especial por los sonidos que Sungjong continuaba haciendo pero Dongwoo y Sungyeol estaban sumergidos en su propio mundo en esos momentos, gimiendo el uno para el otro, complaciéndose de la misma forma y aunque en realidad fueran ellos, en sus mentes quien le estaba complaciendo era el felino y atractivo sirviente.

 

— M-Myungsoo… Voy a… —Antes de que Sungjong pudiese terminar, Myungsoo movió su mano más rápido provocando que el menor arqueara su espalda mientas sujetaba la alfombra entre sus manos y dejaba salir un largo y fuerte gemido al mismo tiempo que su esencia se derramaba sobre la mano de su amo.  Todos miraron a Sungjong cuando se vino y todos sintieron como si tan sólo pudieran correrse de sólo mirarlo y escucharlo. Sungjong se mantuvo sobre la alfombra, recostado con el rostro sonrojado, los ojos cerrados y su respiración entrecortada; estaba esperando por el siguiente.

 

— Escucha lo que quieran hacer, ¿Está bien? Sé un buen chico —Pidió el pelinegro con un tono de voz dulce luego de besarle apasionadamente una vez más. Antes de apartarse, se encargó de colocarle un collar de cuero en el cuello, sólo para agregarle otro toque a su imagen que ya de por sí, era excitante.

 

— Myungsoo, ¿No te molesta si Gyu, Hoya y yo vamos al mismo tiempo, verdad? —Preguntó Woohyun. El susodicho sólo asintió y le hizo una seña con una de sus manos, diciéndoles que podían hacer lo que se les viniera en gana. Woohyun sonrió con malicia y se acercó al sirviente. Enfrente de Sungjong estaba Hoya quien ya se las había ingeniado para tener al menor haciéndole un oral. Hoya jadeaba por las constantes provocaciones del chico de cabello cobrizo quien delineaba su miembro con su lengua y, con sutileza, rozaba sus dientes con su erección. Howon se encargó de acariciar el cabello de Sungjong a modo de recompensa lo que le dio la oportunidad de escucharle ronronear y más que eso, sentir cierta vibración sobre su miembro. Antes de que pudiera correrse, Woohyun le apartó para introducir su palpitante entrepierna en la boca de Sungjong. El menor succionó su miembro como todo un experto debido a la “práctica” previa que había tenido con su amo. Con una de sus manos libres se encargó de tomar la erección de Hoya para masturbarle mientras su boca continuaba atendiendo la de Woohyun. Sunggyu, por otro lado, estaba detrás de Sungjong tanteando su entrada mientras dibujaba círculos con uno de sus dedos hasta que decidió hacer su intromisión sin ningún tipo de cuidado a lo que Sungjong respondió con un quejido de dolor, liberando el miembro de Woohyun al hacerlo. Para aliviar su dolor, Woohyun acarició sus orejas mientras Sunggyu se encargaba de su cola para tratar de despistarle al hacer un nuevo intento de dilatarle con sus dedos, comenzando con uno solo para luego ir añadiendo los siguientes pausadamente.

 

Algunas lágrimas cayeron de los ojos de Sungjong por el dolor. Movía su rostro de adelante hacia atrás mientras le hacía el oral a Woohyun y masturbaba a Hoya hasta que en cierto punto, ambos posicionaron sus erecciones dentro de la boca de Sungjong haciendo que se atragantara en primera instancia.  Aprovechándose de que el menor estaba ocupado, Sunggyu introdujo su miembro dentro del chico jadeando entretanto ese último gemía nuevamente por esa sorpresiva intromisión. Sin dejar que Sungjong se acostumbrara, Sunggyu perdió el control y comenzó a embestir rápidamente al menor.

 

Sintiendo que pronto se vendría, Hoya introdujo toda su longitud dentro de la boca del menor embistiéndole sin compasión. Sungjong pudo sentir claramente como la punta tocó su garganta y se mantuvo ahí cuando Howon se vino. Después de tomar un pequeño respiro, fue el turno de Woohyun quien tomó su cobrizo cabello con fuerza cuando su esencia inundó la boca del menor mientras jadeaba satisfecho. Cuando Woohyun salió de la boca del más joven, Hoya bajó hasta estar a su nivel y besarle, saboreando su propia semilla así como la de Woohyun en el proceso.

 

Sunggyu sintió que su entrepierna palpitaba al estar dentro del menor quien era bastante estrecho pero no por ello menos placentero. Deslizó su mano hasta rodear la definida cintura del menor y continuar su camino hasta su miembro para comenzar a estimularlo.

 

— ¡Ah! —Un gemido escapó de los carnosos labios de Sungjong debido a esa especie de doble placer.

 

— Tan cerca… —Dijo el mayor entre dientes. Sungjong se encargó de mover sus caderas de modo que las estocadas fuesen más profundas hasta que el menor se corrió sobre la alfombra y la mano del contrario. Sentir como el interior del sirviente se contraía fue suficiente para Sunggyu para inundar el interior del chico con su semilla luego de otra estocada más fuerte que las anteriores. El cuerpo del menor cayó sobre el suelo, sus brazos temblaban debido al placer y ya no podía sostener su cuerpo.

 

— Ah, ah, ah. Aún no estás listo—Afirmó Woohyun quien levantó a Sungjong para posicionarse abajo de él. Sin esperar o avisar, Woohyun invadió el interior del felino sirviente quien se quejó de inmediato, antes de sentir como su boca acogía el despierto miembro de Sunggyu nuevamente. El mayor echó su rostro hacia atrás mientras Sungjong no daba tregua y delineaba su erección con su hábil lengua para luego tan sólo succionarlo como su fuera una golosina. Sabiendo lo que Hoya querría hacer después, Sunggyu se encargó de acariciar las orejas del chico de cabello cobrizo mientras le halagaba diciendo lo bueno que era.

 

Hoya no demoró en arrodillarse para luego posicionarse enfrente del trasero de Sungjong que estaba ocupado con la entrepierna de Woohyun. Tomó la diminuta cintura del sirviente antes de introducir su miembro lentamente. Los ojos de Sungjong se abrieron de golpe y unas cuantas lágrimas escaparon de sus ojos.

 

— ¡Hey, hey, hey! ¡Con más cuidado! —Myungsoo advirtió preocupándose por cómo se debería sentir el menor después de esto. Luego de eso, su atención fue hacia la tv, en donde había grabaciones previas de él haciéndolo con Sungjong. Sungyeol y Dongwoo no sabían qué ver, si la tv o lo que estaba ocurriendo en vivo mientras continuaban estimulándose entre ellos luego de haberse corrido un par de veces antes, algo que se deducía con sólo mirar los rastros sobre sus cuerpos.

 

Por el momento Sungjong parecía ya no tener voz de tanto gemir mientras Hoya y Woohyun continuaban embistiéndole. Ambos jadeaban satisfechos por el calor de su interior además de la fricción que se producía entre sus miembros. Sunggyu continuaba entrando y saliendo de la boca del menor hasta que su semen se derramó en la cavidad bucal de Sungjong.

 

— Eres jodidamente increíble, Sungjong —Dijo Sunggyu, quien recibió una sonrisa por parte del chico que no tardó en echar su rostro hacia atrás por la placentera sensación que provocaban esos dos en su interior.

 

— Me vengo… — Gimió Woohyun. Hoya, quien estaba haciendo todo el trabajo, sentía que pronto se vendría por lo que comenzó a moverse más rápido, complaciendo a ambos chicos sin descanso en el proceso. Un par de embestidas bastaron para ver la abusada entrada de Sungjong inundada por la esencia de ambos chicos, la cual se derramó por sus muslos cuando ambos chicos salieron de su interior. Ambos se dieron el tiempo para besar los labios de Sungjong y acariciar su cabello una vez más para luego ir a descansar.

 

— ¡Por fin! —Exclamó Sungyeol al ponerse en pie para luego dirigirse hasta donde estaba Sungjong siendo perseguido en todo momento por Dongwoo. Sungjong continuaba estando sobre el piso con rastros de semen por todo el cuerpo. Su trasero estaba más que abusado y aún no había terminado. La droga aún tenía efecto en todos. Pronto el menor sintió como alguien tomaba su cuerpo y lo giraba. Ni siquiera podía abrir los ojos para ver qué estaba pasando, pero pudo notar que alguien había puesto un anillo vibrador en su entrepierna.

 

Sungyeol se había sentado en una de las sillas y había dejado a Sungjong sobre él. Acomodó su miembro y lo introdujo en su interior. Disfrutando cada centímetro, Sungyeol se deleitó por el estrecho interior de ese chico y una vez que le había dado un poco de tiempo para acostumbrarse, le pidió que comenzara a moverse.

 

Dongwoo, por otro lado, había tomado otra silla y se había parado sobre ella, de modo que Sungjong pudiera atender su problema con su boca. Obteniendo lo que quería, Sungjong había comenzado a acariciar su erección poco antes de meterla en su boca. No le tomó demasiado tiempo a Sungyeol para correrse considerando que ya lo había hecho unas tres veces mientras esperaba. Cuando sintió un hormigueo en su estómago, se apresuró a estimular la entrepierna del sirviente aprovechando que el anillo aún continuaba encendido. Sungjong no podía quitarlo, no había ninguna manera de que pudiera hacerlo. Gimió tan fuerte como pudo contrayendo sus paredes internas en el proceso, aquellas que aprisionaban a Sungyeol.

 

— Oh dios —Gimió el más alto al salir del interior del menor mientras le besaba antes de retirarse, dejándole a Dongwoo el resto. Dongwoo tumbó a Sungjong para que este último quedase con la espalda contra una de las sillas. Las torneadas piernas del menor estaban sobre los hombros del mayor mientras comenzaba a embestirle, buscando alcanzar su próstata lo más pronto posible. Tratando de complacer un poco más al menor, Dongwoo decidió acariciar la cola del chico, deleitándose de inmediato por la melodía que formaban todos sus gemidos. Pasados unos minutos, el mayor se inclinó hasta poder besar al contrario, notando como el ángulo de sus embestidas cambiaba y de una forma bastante leve, parecía haber alcanzado su próstata. Sungjong gimió sobre los carnosos labios del mayor mientras se aferraba a su cuello. Unas cuantas estocadas fueron suficientes para que el más bajo se corriera. Cuando salió de su interior, Dongwoo acarició sus orejas a modo de agradecimiento mientras le tranquilo sonido del ronroneo se dejaba escuchar.

 

Sungjong, más cansado que cualquiera luego de haberlo hecho con cinco chicos aún no se sentía completo. Sentía que no habían sido suficiente como para complacerle ya que sólo había una persona que sabía lo que le gustaba y esa era la persona que quería dentro de él aunque le hiciera parecer como una puta frente a los demás. Pero en esos momentos ya no tenía vergüenza. Quería a esa persona sólo para él y estaba planeando mostrar lo mucho que Myungsoo le importaba aun estando delante de sus amistades, aunque eso significada mostrar su lado más promiscuo.

 

— Jongie~ —Le llamó Myungsoo—. ¿Aún quieres o estás muy cansado? —Sungjong gateó hasta llegar a su amo, ayudándose con sus manos.

 

— Por favor… Te quiero a ti, Myungie… — Suplicó.

 

— No lo sé… —Myungsoo comenzó a provocarle, haciendo el intento de ver a Sungjong pidiendo por más y eso fue exactamente lo que el menor hizo. Sungjong estaba a gatas en el suelo  hasta que decidió afirmar su mentón en el suelo mientras que sus manos tomaban su propio trasero, el cual masajeó ante la mirada del mayor.

 

— Por favor… M-Myungsoo —Le miró con los ojos entrecerrados, la boca entreabierta y sus mejillas sonrojadas con su respiración entrecortada. Su cola se movía de un lado a otro, expectante por la sensación tan familiar de su amo en su interior complaciéndolo sin descanso. Myungsoo no pudo aguantar más. Luego de haber visto a sus amigos necesitaba sentir esa agradable sensación por sí mismo.

 

Myungsoo tomó a Sungjong desde la cintura y no esperó para dar una primera estocada todo esto mientras el menor continuaba masajeando su propio trasero, dejándole el camino completamente libre a su amo. El pelinegro no demoró en dar con su próstata provocando que el chico soltara el gemido más erótico de la noche. El rostro del menor continuaba contra la alfombra pero no le importaba, el placer que le daba el mayor era suficiente. La fuerza que Myungsoo colocaba en sus embestidas le hacían sentir increíble. L se apartó luego de un par de estocadas y se recostó sobre la alfombra esperando. Sungjong, por la experiencia previa que había tenido con él, se apresuró y se posicionó sobre el mayor, dejándose caer casi de golpe para luego moverse sin descanso de arriba abajo.  Siendo el responsable de llevar el ritmo esta vez, se vio interrumpido por un hormigueo bastante familiar lo que le llevó suplicar al pelinegro para que se lo quitara.

 

— Myungsoo… Por favor, puede… Ah, ¿Puedes quitarlo? —Tuvo problemas  para preguntar si gemir entre cada palabra. Myungsoo, quien no quería torturar a su amado sirviente, quitó el anillo y una vez más, cambió de posición tomando las piernas de Sungjong para dejarlas sobre sus hombros.

 

Los demás chicos que estaban descansando, no pudieron ignorar la vista que le ofrecían los menores del grupo. Sintieron sus miembros despertar nuevamente y se acercaron a la pareja mientras complacían por si solos mientras escuchaban la melodía que entonaban los gemidos del más joven.

 

— ¡Myungsoo! —Sungjong ya estaba terminando. Myungsoo tomó su miembro y lo estimuló rápidamente. El menor, sin poder aguantarlo más, derramó su esencia sobre su cuerpo y sobre el de su amo. Un jadeo lleno de lujuria se dejó escuchar y Woohyun, Hoya y Sungyeol se vinieron con ello, dejando que blanquecinas líneas se dibujaran sobre el esbelto cuerpo del sirviente de L. Myungsoo continuaba y su ritmo cada vez aumentaba más y más mientras sus dos compañeros restantes llegaban a su propio clímax entretanto su adorado chico gritaba su nombre sin vergüenza alguna, pidiendo, casi rogando por más.

 

Finalmente terminó dentro de Sungjong, gimiendo con su ronca voz su nombre mientras su semilla le inundaba y se derramaba por sus piernas. Luego de unos minutos, Sungjong se había quedado dormido profundamente, lo que le dio el tiempo al mayor para tomar al chico entre sus brazos y llevarlo a la habitación.

 

— Chicos, puedes dormir en la habitación para las visitas si no quieren ir a casa ahora. Buenas noches. Ah, y no olviden apagar la cámara —Myungsoo acomodó el cuerpo del chico entre sus brazos antes de seguir caminando a su habitación al mismo tiempo que acariciaba su cabello junto con sus orejas, lo que provocaba que Sungjong ronroneara aun estando dormido—. Te amo, y no te atrevas a olvidarlo —Dijo el pelinegro con cariño poco antes de besar sus labios y dejarlo sobre la cama para luego acostarse junto a él.

 

* * * * *

Sungjong se despertó al día siguiente sintiendo el dolor de haber sido tratado sin compasión el día anterior. Lentamente tomó asiento, cayendo en cuenta de que no estaba desnudo, sino que estaba usando una de las camisas de Myungsoo. Sonrió recordando al mayor diciendo “Te amo” la noche anterior. La puerta se abrió y su rostro de inmediato se giró para ver quién era, encontrándose con Myungsoo que traía consigo una bandeja con comida.

 

— Cariño, que bueno que estés despierto. Buenos días. ¿No estás herido, verdad?... Lo siento —Se disculpó el mayor.

 

— Buenos días, Myungsoo. Sólo duele un poc… Espera, ¿Me llamaste “cariño”? —Sungjong le miró sorprendido mientras un leve sonrojo coloreaba sus mejillas.

 

— Sí, cariño. Serás mío por siempre. Ahora eres mi novio, pero pronto serás mi esposo, no lo olvides— Dijo Myungsoo mientras reía al ver como la cola de Sungjong se movía de un lado a otro bajo las cobijas.

 

— Te amo — Dijo, escondiendo su rostro en su cuello al abrazarlo.

 

— Y yo a ti, Sungjongie — Y diciendo aquello, ambos sellaron los labios del otro en un beso lento y pausado.

Notas finales:

Si llegaron aquí, espero que no estén traumadas o algo (?). Por las que quedaron con algo, lo siento y por las que lo disfrutaron, son unas picaronas(?) <3

 

Gracias por leer /o/


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