Capítulo No. 14
23 de Diciembre.
-Doiha… despierta…
-… mghr…- gruñó Hyde. Removiéndose en su lugar.
-Vamos… Doiha, despierta…- insistió Tetsuya, remeciéndolo un poco. Sonriendo al verlo apretar los ojos, negándose a abrirlos cual niño pequeño.
La noche anterior habían vuelto juntos a su departamento, el que compartían desde hacía tiempo y al que Hyde se negaba volver después de su última gira.
Habían pasado la noche haciendo el amor. Necesitaban recuperar el tiempo perdido, después de todo.
Así que Hyde aún se encontraba desnudo, envuelto en las sabanas, y Tetsuya lo sabía, y lo miraba como si fuera capaz de ver a través de ellas. Sonrió al recordar todo lo que habían hecho en esa cama.
Vagó su mirada por el cuerpo de Hyde, observándolo a detalle, las ojeras bajo sus ojos, las marcas de besos en su pecho y espalda, y los pequeños moretones en sus muslos… volvió a sonreír al notarlos. Jamás le pareció más hermoso... Hyde lo regañaría cuando notara las marcas.
No pudo contenerse más y comenzó a acariciar cada una de las marcas, pasando las yemas de sus dedos.
-Buenos días, Tet-chan…- susurró aún con los ojos cerrados. Riendo suavemente al sentir ahora los labios de Tetsuya sobre su espalda.
-Buenos días, Doiha…
Hyde se estiró, destensando todos los músculos de su cuerpo, y aprovechó para acercar a Tetsuya y robarle un beso.
-Será mejor que te levantes, hay mucho qué hacer el día de hoy…- le pidió al momento que le besaba de nuevo.
-No te preocupes, Tetchan, ya ordené todo el licor que necesitamos…- Hyde rió con simpleza, un gesto muy típico de él y que a Tetsuya le generó una calidez que le recorrió el pecho.
*******
Pasaban cincuenta minutos después de las diez de la noche, Hyde estaba sentado en el sofá de la sala, cruzado de brazos repiqueando con el pie derecho constantemente. Claramente estaba molesto; ninguno de sus compañeros, además de Tetsuya, había llegado.
-Hyde, ¿qué te parece si cenamos? Es tarde y la verdad no creo que los chicos vengan- preguntó Tetsuya desde la cocina.
-No. Esperaremos un poco más. Cenaremos todos juntos o no cenaremos.- sentenció notablemente molesto.
Tetsuya negó un poco divertido por la actitud tan infantil de Hyde. Regresó a la cocina y cubrió los platillos.
`Cuando sintió el olor a cigarrillo, puso los ojos en blanco y caminó hacía la sala de nuevo, pensaba regañar a Hyde cuando el timbre sonó.
-Yuki, creí que no vendrías, pasa.- Yukihiro le sonrió a modo de respuesta. Cruzó la puerta y, sin poder evitarlo, buscó con la mirada a Ken. No lo encontró.
-¡¿Por qué demonios llegas tan tarde?!- fue el saludo que recibió de parte de Hyde.
-Perdón, Haido, es que tuve una entrevista con… con los de la disquera, ya saben… Oigan, ¿Ken aún no ha llegado?
Hyde y Tetsuya compartieron una mirada de suspicacia.
-No, supongo que no vendrá…- respondió Tetsuya sin malicia.
Yukihiro simplemente bajó la mirada un poco decepcionado.
-¡Te juro que si el imbécil no viene, voy a castrarlo y después a matarlo!
-Hyde…- le dijo en tono de advertencia.
-De acuerdo, sólo lo castro…
-¡Haido!
-Bueno, bueno, sólo lo mato y ya…
Yukihiro rio suavemente, El bajista simplemente negó resignado.
El bajista volvió a la cocina y cuando regresó, lo hizo con varias botellas de cervezas. Le tendió una a cada uno, tomó una para él y el resto las dejó en la mesa de centro.
-¿Viste a Ken ayer?- le preguntó Hyde a Yukihiro.
-S-sí…- respondió sorprendido el baterista. Estaba consciente de que sus amigos sabían lo que pasaba con Ken, pero, sinceramente, esperaba que no le hicieran preguntas al respecto. –Hablamos pero…
-¿Te dijo si pensaba venir?- le interrumpió el vocalista. –Tal vez tuvo otra de sus citas, ¿no crees Tetchan?
-Tal vez…- respondió simplemente el bajista.
-No, no me dijo nada.- fue todo lo que respondió el baterista. Se llevó a botella a la boca y, literalmente, se pegó de ella. Si no conociera a Hyde juraría que lo estaba torturando.
Luego de un rato, cerca de la media noche, el timbre volvió a sonar. Los chicos, que se encontraban aún en la sala compartiendo copas y recuerdos, se miraron extrañados.
Tetsuya se levantó y fue a atender la puerta.
-Lo siento, hermano, se me hizo algo tarde…
Era la voz inconfundible del guitarrista. Yukihiro, al escucharlo, sintió un repentino nerviosismo. Y Hyde, al ver la actitud del baterista, sonrió divertido.
-No te preocupes, lo importante es que viniste.- respondió Tetsuya. Aún estaban en el pasillo.
-¡Kitamura, llegas tarde, idiota!- fue el recibimiento de su amigo.
-Enano del demonio, ya sé que no puedes vivir sin mí.- le devolvió el saludo el guitarrista. Sonriente como siempre. Pero esa sonrisa aminoró al ver al baterista. –Hola, Yuki.
-¿Cómo estás, Ken?- apenas le dirigió la mirada.
-¿Y ya se acabaron el alcohol?
-Aún no, eso te toca a ti…
Ken comenzó a buscar en la cocina las cervezas, tomó un par y las llevó con él hasta la sala, se sentó al lado de Hyde y comenzaron a hablar sobre tonterías.
Ahora sí, la fiesta comenzó.
-Oye, Ken, ¿podemos hablar?- Yukiho se acercó al guitarrista, aprovechando que Hyde y Tetsuya estaban ocupados, intentando hacer funcionar el reproductor.
-Tú dirás…
-Sólo quería decirte, que… que, entre Momo y yo, no hay nada.
“¿Qué?” pensó el guitarrista extrañado.-Gracias por aclarármelo…- “¿A qué viene esto ahora?”
-Yo sólo quería que lo supieras…
-De acuerdo. Gracias.- Ken se dio la vuelta e intentó alejarse pero la mano del baterista lo detuvo.
-Escucha, acerca de lo que dije ayer, yo… no quise decir eso…
-No tienes por que esforzarte tanto, Yuki. De verdad, te entiendo.
Yukihiro quiso decirle que no, que no le entendía. Quiso decirle tantas cosas, pero hablar no era su fuerte, expresarse con palabras nunca había sido lo suyo… seguía pensativo cuando sintió la mano del guitarrista jalarle de la manga.
-Oye… Eso no significa que me dé por vencido contigo… lo pensé mucho anoche, y voy a demostrarte que voy enserio, Yuki.
Yukihiro lo miró sorprendido. La mirada decidida de Ken irradiaba una fuerza tal que lo hizo estremecerse.
Tenía tantas ganas de besarlo…
El baterista abrió la boca para responder, aunque no estaba seguro qué diría, pero el sonido estruendoso de la música se lo impidió.
Hyde y Tetsuya regresaron, Ken se acercó a ellos, dejando al baterista confundido y extasiado por partes iguales. Un par de minutos después él también se unió a sus compañeros.
-Estás muy feliz, Yuki…- Hyde lo miró sospechoso. Yukihiro sonreía inconscientemente, y Ken también lo notó.
-Bueno, estamos celebrando, ¿no?- levantó su botella y bebió un poco, intentando ocultar el sonrojo que las miradas de sus amigos, por no decir que la de Ken, le ocasionaban.
-Además, mañana es noche buena…- le secundó Ken. –Hoy estamos aquí, todos juntos, unidos, ¿no? Hay cervezas, comida y música, Qué más podemos pedir…
Ken había mirado a Yukihiro en todo momento. El baterista sonrió suavemente, un sentimiento cálido anidó en su pecho.
“Maldición”, era hora de aceptarlo, se había enamorado de Ken. “¿Y si él habla enserio? ¿Por qué no darse una oportunidad? ¿A qué le temes tanto, Awaji?”
No, necesitaba pensar, ordenar sus ideas. Necesitaba tiempo.
“¿Más tiempo?” Se burló una pequeña vocecilla en su cabeza.
*******
La presentación en el programa de la cadena Asahi fue todo un éxito. Como era usual, durante la entrevista, Hyde contestó cualquier tontería que se le venía a la mente, cada vez que el presentador intentaba averiguar sobre la vida amorosa de cada uno.
Tetsuya sudó frío. Ken reía divertidísimo ante la cara que su líder ponía, y la forma en que Yukihiro se hacía el desentendido.
Luego de esto, L’arc en Ciel tuvo que asistir a varias conferencias de prensa, anunciando su regreso. Debieron asistir a varias reuniones con los ejecutivos de la compañía. Aunque de las reuniones más pesadas se encargaba solamente Tetsuya.
El mes de febrero lo habían tomado para terminar con algunos pendientes de sus proyectos en solitario, en especial Hyde y Yukihiro, que tenían algunas apariciones en programas y entrevistas con sus grupos, Vamps y Acid Android, respectivamente.
Con tanto trabajo, Ken y Yukihiro se habían olvidado un poco de todos sus “problemas”. Las cosas entre ellos se habían relajado notablemente. Todo parecía normal, otra vez.
Y así pasaron otro par de meses…