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La marca de los elegidos por aiakafuri

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Notas del fanfic:

Se me ocurrio hace unos días y al fin termine de escribir lo.

Esperó les guste.

 

Los personajes no me pertenecen

Notas del capitulo:

Esperó les.guste, es la primera vez.que trabajo con varias parejas.

Me gustaría aclarar el AoSaku y KiKasa, no me gusta el AoKise xD por ello junto esas parejas ewe

 

Disfruten lo...

Desde la antigüedad, cada cierta generación de niños nacían especiales. Ellos eran conocidos como "Los elegidos", 6 de estos niños especiales ("alfa") tenía habilidades únicas y se destacaban en algo. Mientras que sus contra partes (Omegas) eran débiles físicamente, pero ellos se encargaban de "controlar" el poder de los otros 6. Es decir, podían hacer que fuesen chicos "normales" y procrearan una familia propia con su destinado, sin importar el sexo de su Alfa.

Cada generación variaba, esta vez lo niños habían crecido destacándose en el básquet ball. Los elegidos alfas eran fáciles de reconocer (fuertes, imparables, ágiles, gran mentalidad) ellos eran conocidos como la Generación de los Milagros, pero dentro del equipo se encontraba un Omega. 

Ellos desconocían que eran elegidos, lo sabían hasta que la "Marca" aparecía y eso sólo significaba que ya habían cruzado su camino con su Alfa u Omega. Estás marcas eran idénticas en ambos, conformé se vieran la marca se hacía más visible. No podían negarse a la atracción, hasta los enemigos no podían resistirse al llamado de su pareja. No importaba el físico o estatus social, la atracción era única y jamás podría romperse.

Esto nos lleva a los actuales Elegidos... la luz y la sombra de Seirin.

Tiempo actual: Celebrado la Winter Cup.

Después de haber ganado el torneo y responder a las preguntas de la prensa se dirigieron a casa del pelirrojo y ordenaron comida a domicilio, ya que éste estaba exhausto para cocinar.

Todos fueron invitados (Seirin, Aomine, Sakurai y Momoi; Kise y Kasamatsu; Murasakibara y Himuro; Alex y Kagetora; Midorima y Takao. Y por increíble que pareciera, Rakuzan. Para celebrar también el regreso del antiguo Akashi Seijūrō.

Al entrar al departamento más de uno se asombró con la dimensión y lo limpio que se encontraba el lugar.

—¿Qué? Me gusta mantener limpia mi casa— dijo quitándose la mochila —Si desean bañarse en las 5 puertas del fondo están las recámaras con el baño y toallas— dijo y comenzó a jalar los sillones para dar más espacio. 

Kise rápidamente vio el sonido, encendió, conecto su celular y ambientó la fiesta.

Los chicos se esparcieron por la sala y algunas a ocupar los baños. Murasakibara y algunos de Seirin dejaron las compras en la cocina. En lo que llegaba la cena, Taiga y otros que cocinaban prepararon algún aperitivo rápido.





Miraba fijamente su luz, Kagami Taiga. Kagami le hacía sentir cosas que jamás había sentido. Se sentía atraído por el pelirrojo, como si ambos fuesen imanes llamándose. La marca que apareció cuándo conoció a Kagami ardía —Dios....arde. No entiendo por qué— pensaba mientras disimuladamente acomodaba la muñequera donde estaba su marca. Mitad sol, Mitad oscuridad.

Mordió sus labios para contener esas ganas de lanzarse a los brazos del pelirrojo —Ka.. Kagami—kun yo.

—Kuroko me gustas— dijo el pelirrojo completamente nervioso.

El pelo celeste le causaba sensaciones familiares pero mucho mejor y más excitantes. Siempre que entrenaban y jugaban tenía que contenerse para no lanzarse y atacar a su sombra. El aroma que éste desprendía lo volvía loco, y también estaba el hecho de que desde que lo conoció, cerca de su pelvis había aparecido un tipo de tatuaje o algo con forma de mitad sol y mitad sombra.

Tetsuya se sonrojo a no más poder, su corazón latía de forma descontrolada y la emoción crecía en el —yo.... Me gustas... También me gustas

Taiga sonrió y se aproximó al pelo celeste —¿Quieres ser mi novio?— preguntó de forma seductora.

—Sí— respondió entusiasmado.

Taiga llevó su mano a la mejilla blanca, le levantó un poco el mentó y besó de forma delicada esos labios rosados que tanto anhelaba.

—nghh~— gimoteo un poco Tetsuya ante el placer que sentía y más que eso su Tatuaje le quedaba. Así como también al pelirrojo.

—ouch— dijeron ambos. Al escuchar la queja de los labios ajeno, Tetsuya se descubrió el área de su muñequera mostrando la mitad sol y sombra completamente roja.

Taiga la observó, era idéntica a la suya. Apartó la mirada del pelo celeste y bajo su mano hasta su pantalón, descubriéndose el área de la pelvis y mostrando su marca a Tetsuya.

—Tú... También— murmuro muy sonrojado al ver la piel que le mostraba el pelirrojo y parte de su vello púbico.

—Sí. Apareció cuando llegué a Seirin— confesó sonrojado y subiendo su pantalón.

—La mía también— respondió sonrojado.

Taiga se dejó caer en piso y jaló al pelo celeste, quedando éste sentado en horcajadas sobre su regazo. Rápidamente atrajo el cuerpo de Tetsuya y comenzó a besar lo —I like you, Tetsuya— dijo juntando sus frentes y entrelazando sus manos.


Mientras eso sucedía en el balcón; en la sala, Kise Ryōta se encontraba bailando y sacudiendo sus caderas de forma seductora con Takao Kazunari.

Cierto pelinegro estaba furioso y siendo detenido por Imayoshi —¡Suelta me! Tengo que separarlos— dijo tratando de zafarse del agarre del otro pelinegro.

—No ganarás nada y Kise se molestará contigo. No sé qué te pasa, pero sé que lo odias. Si haces algo él se pondrá triste— dijo Imayoshi tratando de calmarlo, aunque realmente ya sabía los sentimientos de ambos pero eran tan tontos que no se daban cuenta.

—Yo no lo odió— respondió enojado. De pronto se aflojó el agarre y pateó a Kise en la primera oportunidad.

—¿Qué demonios?— grito furioso al sentir el golpe.

—Deja de bailar así. Sólo te ves asqueroso— dijo sin pensar.

Ryōta abrió completamente los ojos, él había estado bailando así para atraer lo pero nada funcionaba —Moo~ ¡Qué malo, sempai!— dijo con la voz completamente quebrada y al borde del llanto, dio la vuelta y se metió a la primera puerta que encontró. Era doloroso saber que Kasamatsu Yukio jamás lo vería como pareja. 

Yukio se había quedado petrificado al ver la mirada llena de dolor del rubio.

—Si serás Kasamatsu. Iré a reconfortar mi Ryōta— dijo Daiki dirigiéndose hacia donde el rubio. Esperaba que esas palabras ayudaran despertar al enano, sin darse cuenta de que un castaño lo observaban al borde del llanto y chocó manchándose la ropa.

Yukio empujó a un lado Daiki y se metió a la recámara. Estaba completamente oscura, se escuchaba el llanto de Ryōta desde una esquina de la habitación —Kise... Lo siento— dijo apenado al ver al rubio en ese estado.

Ryōta brico al escuchar a Yukio —No tienes que disculpar te, pues tienes razón, soy asqueroso, Kasamatsu— dijo limpiándose las lágrimas y con su tono de voz normal y no la infantil.

Yukio llevó la mano al corazón, Kise nunca lo había llamado por su apellido —No eres asqueroso, ni nada parecido... Eres muy guapo— dijo con sus mejillas sonrojadas.

Ryōta miró a Yukio, lo notó desviando la mirada y sonrojado. Su corazón comenzó la latir de forma descontrolada —¿Soy guapo?— cuestionó acercándose de forma seductora.

Yukio notó el tono de voz que le causó un escalofrío en la espalda, con sus mejillas sonrojadas y labios entre abiertos miró a Kise. Éste tenía una mirada única, ya la había visto cuando se quedaban solos. Tuvo la necesidad de salir de esa habitación, al girar el pomo de la puerta, ésta fue empujada y se escuchó claramente como le ponía seguro —¿Q—qué haces?— logró decir.

—¿Soy guapo... Yukio?— preguntó nuevamente de forma seductora y una mirada única, acercándose cada vez más a los labios del pelinegro.

Yukio se sintió desfallecer, sus piernas comenzaron a temblar y su corazón a latir rápidamente. Lamió sus labios por los nervios que tenía.

Ryōta lo notó y definió con pulgar el labio inferior del pelinegro —Y—U—K—I—O— dijo aproximándose a los labios de su sempai.

Yukio se aferró al a la chaqueta de Ryōta, y permitió el besó. Los labios entraron en contacto, el besó fue calmado y pausado. Ambos tenían los ojos cerrados y al separarse los abrieron —¿Por qué?— preguntó.

—Porqué te amo. Me gustas, siempre me has gustado— dijo tomándolo de las mejillas.

—Pero.... Eres modelo ¿Todas esas mujeres y Aomine?— preguntó al borde de las lágrimas.

— Esa es mi profesión, nunca he salido con ninguna de ella y menos con Aominecchi. Él es mi amigo y yo... Nunca he tenido novia o novio— dijo con sus mejillas sonrojadas.

—¡Imposible! Tú no...— no pudo terminar de hablar por qué Ryōta lo besó nuevamente.

—Es posible... Nunca he tenido pareja y ...sigo siendo virgen— dijo sonrojado.

Ha Yukio lo golpearon duro las palabras del rubio y de sonrojó a morir —I—idoota.

—Soy tú idiota— dijo riéndose.

—No eres mío— dijo enojado.

—Claro que sí. Lo soy desde que me salió esto— soltó a Yukio y comenzó a bajarse el pantalón. 

—¿Qué haces?— preguntó sonrojado al ver las acciones del rubio.

—Tú también la tienes— dijo mostrándole un lado de su cadera.

Yukio observó la marca, era idéntica a la de el: un hueso. A excepción que la suya estaba en su espalda baja —¿Cómo la...?

—Apareció cuando te miré por primera vez. Ardió mucho, la cubrí con un parche por las sesiones fotográficas— explicó. 

—Eso significa...— Ryōta lo volvió a besar.

—Significa que eres mío y yo, soy tuyo— dijo dejándole marcas visibles en el cuello.


—Ese par de tontos— dijo Daiki rascándose la cabeza.

—Son iguales o peor que tú, Aomine— dijo con una sonrisa siniestra causándole un escalofrío al moreno.

—Imayoshi— dijo sorprendido.

—Eres un idiota, apenas notas que estoy aquí—dijo riendo.

—Olvidado— dijo desinteresado —¿y Ryō?— preguntó al no notar al castaño.

—hmm... Buen pregunta, Sakurai ha de estar bañándose. Cuando estabas con "tú Ryōta" chocaron contra él y término empapado, creó que entró en la última habitación— dijo sonriendo.

Daiki se sintió nervioso al escuchar que Ryoō escuchó lo de "Mi Ryōta". Rápido se dirigió a la habitación que Imayoshi indicó y la cerró con seguro, escuchó la ducha y vio el bolso de ōen la cama. Esperó a que el castaño saliera del baño, mientras él se acostaba sobre la cama y se quitaba la chaqueta.

Una vez que dejó de llorar, apagó la ducha. Escuchar a Aomine decir que era SU Ryōta le rompió el corazón. Desde que había conocido al As, se había enamorado pérdida mente de él, pero éste estaba enamorado de Kuroko Tetsuya y ahora Kise Ryōta. Al lado de ellos, él no era nada.

Tomó una toalla, se secó y la envolvió alrededor de la cintura cubriendo esa marca sobre su pelvis, que había aparecido sin razón alguna desde que ingresó a Tōō. Salió de la habitación en busca de su ropa seca, al ver hacia la cama se encontró con esos ojos azules que tanto amaba —Aomine—san— susurro apenado.

Daiki observó el cuerpo del castaño, realmente tenía un bello cuerpo. Sus mejillas sonrojadas sólo le daban un toque adorable —Es Daiki... Ryō. Ya te lo he dicho— dijo con la voz excitada, pues quería ver que había debajo de aquella suave y blanca toalla.

—Si...Dai..Daiki—san— dijo apenado. La mirada que el moreno le estaba dando lo hacía estremecer y que su marca ardiera.

—Ven Ryō— ordenó enseñándole al castaño que él tenía en su posesión su único bóxer.

—Devuelve me lo, Daiki—san— dijo tratando de quitárselo.

—Te lo devuelvo si te subes sobre mí— ordenó excitado. Su amigo ya estaba listo para saltar sobre el castaño.

Dudó, pero realmente necesitaba su bóxer. Subió a la cama, se sentó sobre Daiki y trató de quitarle su bóxer.

Daiki gruñó, Ryō sin darse cuenta se estaba frotando sobre su miembro. El castaño intentaba quitarle el bóxer, pero como sus brazos eran más largo no alcanzaba —Daiki—san mi ropa— dijo con un puchero y sus mejillas sonrojadas.

Daiki se los entregó pero antes de que hiciera algo, colocó sus grandes manos sobre las caderas del castaño.

—D...daii..ki—san— susurro al sentir las caricias en su cadera.

—Ryoō... Me gustas— dijo con un leve sonrojó.

—¿Qué?— gritó tratando de pararse.

—Me gustas, te amo— dijo sosteniendo le la mejilla.

—Daiki—san...— susurro. Miró directamente a esos ojos azules y vio que decía la verdad —A...A mi también me gusta, Daiki—san— respondió completamente sonrojado. Daiki sonrió y jaló a Ryō sobre el para dar le su primer besó. Ryō respondió al besó, que conforme pasaban los minutos se hacían más apasionados y que causaban que su miembro despertara —Es—espere— logró decir.

—¿Qué sucede?— preguntó con el ceño fruncido.

—etto.. Yo.. Me vestiré— dijo cerrando sus piernas sobre Daiki para que no lo notara.

Daiki sonrió y dio un embestida, el castaño se sonrojó al sentir lo —A mi me pasa lo mismo, no te cubras. Te tocaré— dijo sentándose, comenzó a besar y deslizar sus manos hacia la parte baja del castaño —mghhh.

Daiki quitó la toalla y se quedó sin aliento. Ryō tenía la misma marca que él.




—Nee Shin—chan ¿Sigues molestó?— preguntó con un puchero.

—No— dijo alejándose del pelinegro.

—No seas así, Shin—chan. Sé que estabas celoso pero sólo tengo ojos para ti— dijo abrazándolo.

—Aleja—te, no me toques y no me llames así. Cuantas veces tengo que decirte que no me gusta que lo hagas— gritó llamando la atención de todos.

Kazunari se sonrojó por la mirada de todos, rápido se soltó del pelo verde —Sólo estaba jugando.... No te enojes, Sh...Midorima— dijo riéndose y alejándose de él. Entonces vio a su salvador —¡Miyaji—sempai!— dijo y se dirigió hacia el pelinegro.

—Takao— dijo Miyaji al ver que Takao estaba a punto de llorar —Ven, vamos a dar una vuelta— dijo sacándolo del departamento.

Shintarō apretó los puños cuando vio que Miyaji sacó a Kazunari del departamento.

—Sabes Mido—chin a veces no tienes que seguir todo lo que dice Oha—asa— dijo Atsuhi besando a Tatsuya.

—Aghh espera.. Atsuhi— gimió al sentir las grandes manos del pelo morado sobre sus glúteos. Desde que Atsuhi notó que ambos tenían la misma marca, se habían hecho novios.

El pelo verde salió del departamento y tomó el elevador. Camino cerca del departamento, escuchó el llanto de Kazunari y la voz de Miyaji.

—Sabes que Midorima no lo dijo en serio— dijo el pelinegro mayor.

—Es..es verdad... Él me odia— dijo llorando.

—Claro que no, es todo un tsundere— dijo sacudiéndole el cabello.

—Lo es... Pero de verdad me odia, viste lo que dijo frente a todos— dijo riéndose entre lágrimas.

—Pues ya no lo hagas, sólo aleja—te de Midorima— dijo abrazándolo.

—No puedo. Algo me atrae a Shin—chan— dijo llorando.

Miyaji notó al pelo verde a un lado de ellos y sonrió —Takao...— éste lo miró —Deja me ayudarte a olvidar a Midorima, deja me ganar me tú corazón— dijo acercándose a los labios del ojo de halcón

—Miyaji—sempai— dijo tratando de empujarlo. De pronto sintió unas brazos rodeándolo y ser jalado, busco al duelo de los brazos —Midorima...

—¡Takao es mío!— dijo con un aura amenazante.

Miyaji sonrió —¿Tuyo? Cuando todo lo que haces es lastimarlo y hacer lo llorar— dijo cruzándose de brazos —Me gusta Takao. Así que mantenerte alejado de él.

—No me alejaré, porqué yo lo amo— dijo con el ceño fruncido.

Miyaji sonrió —Te dije que él no te odiaba Takao. Nos vemos luego— dijo marchándose de regreso al departamento.

—Takao yo....— fue interrumpido por suaves y delicados labios.

—Te amo, Shin—chan— dijo sonriendo y al borde de las lágrimas.

Shintarō observó esa en hermosa sonrisa, rodeo la cintura del pelinegro y profundizó el besó. Su marca de cruz en la mano quemaba y pulsaba, había notado que sólo con Takao reaccionaba así. El pelinegro elevó sus manos al cuello del pelo verde y enterró sus manos profundizando el besó. Su marca tras su oreja ardía.


Observaba a todos reír y divertirse, ahora que estaba de regresó se sentía extrañó, y más, cuando Murasakibara le había como se había comportado en Teiko y Reo, en Rakuzan. Su otro yo, había hecho cosas terribles y se sintió peor cuando Daiki le dijo que estuvo apuntó de 'matar' al chihuahua (No entendía por qué Daiki le decía así a Furihata Kōki) y a Kagami Taiga. 

Ahora a eso le añadía su plática con su padre y entendió que éste aún no lo quería, quería doblegarlo nuevamente pero esta vez no se dejaría "Padre... Si quieres seguir manejado mi parte de la empresa ahora mandaré yo y haré lo que quiera. No vengas a comportarte como padre cuando nunca te importe como hijo" había dicho y colgó. 

Soltó un suspiro y se dirigió a la cocina por un vaso de agua. Al llegar noto qué había otra persona en la cocina y trataba de alcanzar por unos centímetros un vaso. Se detuvo tras el castaño y alcanzó el vaso.


Tenía sed y se dirigió a la cocina, trataba de alcanzar un vaso pero por unos centímetros no llegaba —Maldición, Kagami... Tenías que ser muy alto— pensó. De pronto vio como una mano blanca alcanzaba el vaso y se lo daba, lo tomó y volteó —Graci... Akashi—san— dijo retrocediendo y temblando.

Seijūrō observo al castaño y su corazón comenzó a latir rápidamente, y la marca que había descubierto en su pecho quemaba —¿Furihata Kōki?— preguntó mirando como temblaba el castaño —Parece un chihuahua— pensó y recordó a Daiki.

Kōki bajo la mirada y cuando escuchó salir su nombre de aquellos labios rosas sintió como su corazón latía de reforma incontrolable y su marca en la clavícula (entre el hombro y la parte final de la clavícula) quemaba —S—si— respondió con sus mejillas sonrojadas.

Esa reacción le pareció adorable y encantadora —¿Me tienes miedo, verdad?— preguntó acercándose más al castaño.

Kōki retrocedió por la cercanía y chocó contra la alacena —etto... Yo...— tenía ganas de llorar y sus piernas temblaban. 

—No lo tengas, yo no soy el anterior. Kuroko me dijo que les hablo de mi existencia— dijo acercándose más. Tenía las ganas de abrazar al castaño.

—¿U—usted es—es el primer Akashi?— pregunto con miedo.

—Sí, estoy de regreso. Mucho gusto Furihata—kun, soy Akashi Seijūrō— dijo sonriendo.

Kōki sintió su marca y sus mejillas arder —Mucho gusto— dijo con una reverencia que hizo chocar con el pecho del pelirrojo y ambos sintieron una corriente eléctrica. 

Por la cercanía, la camisa que traía Kōki se deslizó de lado y mostró la corona imperial que tenía de marca —¿De dónde sacaste eso?— preguntó Seijūrō al ver que era idéntica a la suya.

Kōki miro lo que veía el pelirrojo —Apareció al inició de la Winter Curp— respondió acomodándose la playera.

—A mi también— dijo Seijūrō y bajo el cuello de su playera mostrando su marca.

Se sonrojó por la exposición del pelirrojo y que ambos compartían la misma marca —¿Qué significa?— preguntó tímido.

—Significa que tú y yo estaremos juntos por siempre— dijo besándole la mejilla y entrelazando sus manos.

Kōki con sus mejillas sonrojadas, se aferró al agarré del pelirrojo —Me gusta el significado— dijo besando—le la mejilla. Ambos rieron, juntaron sus frentes y se dieron su primer besó.

 

Notas finales:

Gracias por leer, esperó sea de su agrado y esperó sus review ^^

 

"Arrepentido" lo cargare mañana


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