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Begin Again por thealmightyk

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Notas del fanfic:

De la serie 1989.

Begin Again.- Comenzar otra vez. 

 

Notas del capitulo:

Taylor Swift.- Begin Again sub español

Begin Again
Por: K

 

 

 

 

 

KiBum respira profundamente frente al espejo y le echa un vistazo a su cuerpo. Está demasiado pálido. Sus labios están demasiado resecos. Su cabello castaño está demasiado despeinado y su ropa, a las doce de la tarde, sigue siendo el pantalón deportivo con una mancha de cloro detrás y la camiseta dos tallas más grande con lo que durmió la noche anterior. Al menos las ojeras ya no están, él piensa, pero eso no hace que se sienta mejor.

KiBum ha tomado una decisión esa misma mañana luego del desayuno, y es que después de ocho meses, saldrá con alguien solo por primera vez a un lugar que no sea el teatro. Sin Nicole, sin JinKi, sin Namu (quien ha sido el de la idea de una cita a ciegas), sin su madre o su hermana. Solo él.

Él sabe que su apariencia no es la mejor y por eso siguió aplazando el momento desde las ocho de la mañana (hora en que tomó su decisión) hasta ese momento, pero también sabe que no puede seguir de esa manera. Tiene que salir al mundo. Tiene que volver a ser él.

KiBum sonríe al espejo y reafirma su decisión.

 

Su hermana, quien ha estado preocupada por él, fue a visitarlo el domingo y dejó en su casa un regalo especial. KiBum se da cuenta en esos momentos, en los que baja por la bolsa (que lleva en el mismo sitio casi los tres días), de lo que hay adentro, y no es nada más que algunos cosméticos y productos para el cabello. KiBum vuelve a sonreír y pone manos a la obra.

Se dirige hacia su habitación y saca de su closet una caja con decoraciones navideñas que tiene desde los quince años. Fue un regalo de su madre que actualmente usa para guardar recuerdos, como sus CDs y casetes o los talones de las entradas de los musicales a los cuales ha ido con JinKi. Toma de ahí para  colocar en el reproductor, después se dirige hacia el baño con la música sonando en todo el departamento.

A KiBum siempre le ha gustado tinturarse el cabello él mismo, y con la práctica que posee, hace que decolorarlo y teñirlo parezca cosa fácil. Ya que se tiene que lavar el cabello, aprovecha para lavarse el cuerpo también y usa una de esas sales aromáticas que Nicole le trajo de su viaje a París. Utiliza una base y se maquilla (hábito de actor) un poco el rostro sólo para no verse tan demacrado, y ya que está entrando en confianza, se delinea un poco en los párpados.

Se sorprende cuando ya con su elección de ropa, que consiste en unos jeans ajustados y una cazadora negra (sobre una camisa larga blanca) a juego con un fedora de ala ancha sobre su cabeza, ya no queda nada del KiBum de en la mañana. Observa su cabello rojo y los aretes de los oídos que decidió volver a usar y sonríe algo amargo porque a MinHo nunca le gustó que se tiñera el cabello de colores fantasía, tampoco las perforaciones.

Intenta emocionarse cuando You’ve got a friend de James Taylor suena, pero recuerda también que a MinHo no le gustaba esa canción (ninguna de las que escuchaba, de hecho) porque no ‘entendía la letra’.

Pero a él , a él sí le gusta todo eso.

 

KiBum camina hacia la puerta del departamento, después de haber apagado el reproductor, con su Messenger bag colgada al hombro y las llaves del auto en las manos, y por mera inercia, se echa un vistazo en el pequeño espejo colgado en la puerta, donde hay un pos-it amarillo fosforescente pegado en la esquina con la leyenda “¡¡CITA A CIEGAS!! Miércoles a las 7:00 en Galerías. Si no vas, KiBum, olvídate de mí. Atte: Tu Namu”.

KiBum sale de la casa y niega con una sonrisa para sí, feliz de tener personas que se preocupen tanto por él, mientras conecta una vídeo-llamada con Nam.

La llamada es contestada justo en el momento en el que llama al ascensor y se ve obligado a reír ante la mirada atónita del que, en la universidad, fue su compañero de habitación.

“Oh, KiBum, ¡no lo puedo creer!”, exclama sonriendo. Luce contento, lo que hace que Kim se sienta con más confianza. “¡Te ves increíble! Despiértame, maldito; despiértame”.

“Es todo real, Namu”, responde KiBum observando cómo las puertas se abren frente a él. Entra sin más y presiona el botón de recepción.

“¿Entonces irás?”, KiBum asiente y la sonrisa de WooHyun se hace más grande. “Es un alivio, temía que dejaras plantado al hombre. Es un buen chico. Tiene una voz preciosa, ya verás.”

 

 

 

.

Son las 7:10 cuando KiBum entra a Galerías, una de sus cafeterías 24/7 preferidas en la ciudad y, acostumbrado a esperar, supone que su cita demorará, por lo que se dirige a la barra. Está a punto de leer la carta aun de pie (mera formalidad, porque la sabe de memoria) cuando una voz bastante agradable llama su atención:

“Disculpa, eres KiBum, ¿verdad?”.

Baja la carta y lo puede ver a su lado. Es un hombre de estatura media (tal vez más bajo), piel morena, sonrisa brillante y un espléndido color fantasía en el cabello. No sabe si es blanco o gris, pero le gusta. También decide que le gusta la manera en la que lo ve. No puede hacer otra cosa más que asentir.

“Oh, ¡genial!”, exclama y su sonrisa se hace aún más grande.

El peliblanco le indica el lugar en el que estaba sentado y se adelanta para sacar la silla antes de que KiBum se siente, entonces él lo hace, se sienta y piensa que será difícil comenzar una conversación pero ni siquiera ha abierto la boca cuando el hombre ya tomó asiento frente a él y ha comenzado a hablar nuevamente:

“Sinceramente estaba algo asustado. Woo me dijo que quizás no vendrías, pero me llamó confirmando hace unos minutos, así que te he estado esperando, pero soy muy paranoico, a las 7:05 creí que te habías arrepentido otra vez”.

JongHyun ríe y KiBum siente comodidad. Sencillamente, el que le ofreciera la silla y hablara de esa manera, para KiBum es genial.

JongHyun probablemente no lo sabe.

Pero el . Lo sabe.

“Entonces tu nombre es…”

“Oh, sí. Soy JongHyun. Kim JongHyun. Me gusta tu cabello por cierto, luce muy bien ti. Bueno, creo que todo luciría bien ti”.

KiBum no puede evitar sonreír y desvía la mirada avergonzado, cubriendo su boca con la mano derecha.

A JongHyun ese gesto le parece adorable y no quiere evitar echar la cabeza hacia atrás para dejar escapar una carcajada. A KiBum le parece como la risa de un niño pequeño, así que ríe también.

 

 

Han pasado dos horas cuando KiBum pide su tercer café y un pastelillo. JongHyun le ha sugerido el mokkaccino así que ese ha sido su pedido. JongHyun vuelve a reír cuando el mesero se retira.

“Lo siento”, murmura KiBum entre risas, “Pero de verdad, ¿tu cabello es teñido o es la edad?”

JongHyun vuelve a estallar en carcajadas y tiene que cubrir su boca cuando las personas cercanas les dedican miradas curiosas.

“¡De verdad que eres muy gracioso, KiBum!”, decide JongHyun, y le es inevitable pensar que es extraño porque MinHo nunca creyó que fuera gracioso, y si lo creyó nunca se lo dijo. “De todos modos nunca conocí a alguien que tuviera tantos ‘records’ de James Taylor como yo.”

“A mí papá le gustaba”, comenta con simpleza, sintiéndose feliz de ser ese alguien.

“Oh, le gustaba, ¿acaso el murió? O sólo ya no le gusta”.

A pesar de la naturaleza del comentario, KiBum lo recibe con comodidad. JongHyun tiene esa habilidad, y gracias a que no deja de sonreír, siente la confianza suficiente como para comentar el tema.

“Él falleció cuando yo tenía diecisiete”, asiente, “era el mejor”.

“Ah, eso es lindo. Yo nunca me llevé bien con mi papá”, confiesa el moreno, “pero mi mamá es tema a parte. Ella sí que es la mejor, es grandiosa. Estoy seguro que le encantarías, cuando te la presente lo sabrás”.

KiBum se siente avergonzado al pensar en que eso significa que JongHyun quiere volver a verlo y que aun más, quiere que su relación sea más cercana, tanto como para presentarle a su madre. Eso, sin querer, hace que de repente se ponga muy tímido, porque no sabe si él también quiere eso, pero algo le dice que no quiere que esa sea la única vez que lo vea.

“Ey, por qué tan tímido de repente”.

JongHyun nota su cambio de inmediato y toma su mano derecha por sobre la mesa, esbozando una sonrisa radiante y observándole con ese brillo lindo que hay en sus ojos, y eso le hace confirmarlo, quiere verlo otra vez; muchas veces.

“Es que tú… ¿de verdad quieres presentarme a tu mamá?”

JongHyun arquea una ceja y no parece comprender hasta algunos segundos después, cuando desvía la mirada y en esta ocasión es él el avergonzado. Sus mejillas rojas lo delatan.

“Oh, creo que pensé en voz alta”, murmura, y contrario a lo que KiBum cree que hará, ahora toma ambas manos entre las suyas, volviendo a mirarlo, “Lo siento. Tan sólo pensé… en que sería increíble intentarlo contigo”.

KiBum baja la mirada, con las mejillas rojas también y aprieta las manos de JongHyun.

“Supongo que sí…”

Y JongHyun vuelve a reír, como un niño.

 

 

 

 

.

Son las dos de la madrugada, la calle es sólo iluminada por algunas farolas con mucha distancia entre ellas y KiBum  con JongHyun están caminando por la cuadra hasta el lugar en donde dejó el auto estacionado.

KiBum está a punto de decirlo, que quiere volver a verlo, intentarlo, porque no puede ignorar ese golpeteo intenso de su corazón, porque no puede ignorar lo que sintió cuando JongHyun le dedicó un abrazó allí dentro, pero el peliblanco comienza a hablar de películas que solía ver con su familia cada navidad cuando era niño, mencionando que está relativamente cerca. KiBum no quiere tener que hablar de lo desastrosa que fue su última navidad, pero en ese momento JongHyun agrega que de igual forma el pasado es pasado, y que cuando él viva con alguien, quiere recrear esos momentos felices.

Entonces se detienen frente al auto de KiBum y éste se recarga torpemente sobre la portezuela del piloto, JongHyun frente a él, le sonríe.

“Eso sonó justo igual a lo de presentarte a mi madre, ¿verdad?”, pregunta, y KiBum asiente. Ambos ríen pues como unos niños pequeños. KiBum decide que eso le gusta.

JongHyun se acerca un poco más y KiBum se pega por completo a la portezuela, pero eso no detiene al moreno, quien se acerca más, y más, y más, hasta que sus labios se unen. JongHyun lo está besando y KiBum siente su corazón latir desbocado, y si esa esa no es su respuesta, no sabe cuál sí lo es, así que cierra los ojos y le corresponde, apoyando sus manos en sus hombros mientras sus labios se mueven contra los suyos de manera lenta y cariñosa, casi tímida.

Se pregunta por qué en la primera cita que tuvo con MinHo no se besaron siendo que se conocieron incluso antes. Se pregunta por qué con MinHo no sintió que el corazón se le iba a salir de la boca y que se moriría si tan sólo pensaba en separarse, en dejar de besarlo.

A KiBum le molesta pensar en MinHo en esos momentos, porque gracias a él, es que ha pasado los últimos ocho meses pensando en que todo lo que hace el amor es comenzar, romper, quemarse y terminar. Pero ese miércoles en ese café, ve cómo [el amor] comienza otra vez. 

Notas finales:

Gracias por leer <3

Les recomiendo escuchar You've got a friend de James Taylor. Ese hombre es un amor en sus canciones <3 


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