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Al recibír su primer beso, luego de ser dañado por el gran danés de su vecina, quién le dijo que no ocurriría nada cuando le preguntó si podía jugar con el animal. Pero ocurrió. Wonwoo no podía dejar de pensar en el hijo de ella; porque desde que se encontraron en el jardín de la gran casa de los Kim, él tirado con raspaduras en sus mejillas y el otro en cuclillas frente a él observándolo llorar, había quedado totalmente conmocionado cuando sintió algo suave acariciar sus dolorosas heridas y luego apoyarse sobre sus secos labios.
Desde ese día, quedó completamente cautivado...
Y con el destino de un corazón roto millones de veces, porque ambos crecieron como mejores amigos, y como se esperaba, Kim Mingyu, justamente, se transformó en el rompe corazones del instituto. Él tampoco se quedaba atrás, pero no era atrevido como el menor, solo... era apuesto para las chicas, pero no le interesaba congeniar con ellas.
Siempre que iba a buscarlo a su salón para almorzar juntos, con una sonrisa forzada, esperaba que terminara su flirteó descontrolado con alguna chiquilla regalada. Ese tipo de féminas no faltaban. Luego, alrededor de diez minutos después, sentía un toque en su hombro, volteaba, y otorgaba su mejor sonrisa al chico.
Jamás intentó exhibir sus sentimientos al menor, era obvio, por doloroso que se sintiera, que saldría lastimado. Prefería sufrir en silencio y sin situaciones embarazosas.
Pero cuando el más alto le sonríe con esa sonrisa tan particular que posee, y sacude su cabello con una mirada indescifrable pero llena de ternura, no puede acallar sus latidos y tiene miedo que su corazón lo delate. Por eso, se asegura de hacerle notar que es su Hyung y no puede tratarlo como un chiquillo, ganándose un bufido del chico.
—Pero soy más alto que usted, hyung. ¿Eso no tiene algún beneficio? —pregunta y Woo quiere reír porque el otro forma un puchero con sus labios que lo hace lucir adorable.
—No —responde finalmente con una pizca de diversión en su tono—. ¿Hoy nos acompañaras al cine? —pregunta mientras comienza a caminar hacia la cafetería con el menor siguiendo sus pasos. Cuando no recibe respuesta, baja la cabeza y sonríe—. Supongo que tu silencio no otorga.
—Lo siento Woonie, pero Yujin me dejo pasar a la siguiente fase y no puedo desperdiciar este tipo de oportunidad. Ambos somos hombres, supongo que entiendes.
Wonwoo no lo entiende, hubiera querido, pero no lo hace. Solo siente que su corazón está desapareciendo de su sistema mientras en su rostro se dibuja una sonrisa para que el chico no note su incomodidad.
—Sí, entiendo —miente y ambos entran a la cafetería donde divisan a Soonyoung y Jihoon, el último golpeando al otro porque, seguramente, recibió una broma referente a su estatura.
—Hyung ve a sentarte, yo hago fila —dice Mingyu y Wonwoo quiere besar sus pies. En serio, no se sentía con ganas de quedarse parado ahí mientras la gruñona cocinera tiraba un poco de puré como si fuera excremento sobre su plato. Era asqueroso, pero su madre no había podido cocinarle un almuerzo decente porque debía llegar temprano a su trabajo.
—Gracias Mingyu-ah —agradece antes de ir a sentarse junto a los chicos.
Cuando llega a la mesa, sorpresivamente está en silencio, Jihoon está distraído con algo en su celular y Soonyoung está leyendo un folleto de algo que parece ser una Academia de Baile.
—Hola chicos —saluda, siendo vagamente respondido. Entonces levanta una mano y golpea ambas cabezas a la vez—. No me ignoren.
—¡Auch! —gimen en conjunto mientras Wonwoo se acomoda junto al más bajo y se pone a observar a Mingyu quien está a punto de dormirse en la fila. Es totalmente divertido, porque parece un papel siendo azotado por el viento, balanceándose de un lado a otro hasta que despierta y sacude su cabeza.
—Vas a gastar a Mingyu si lo sigues mirando —escucha la voz de Jihoon y se ruboriza alejando su mirada del menor—. Debes conocer a otras personas Woonie, ese grandulón es un buen amigo, pero tu corazón terminara consumiéndose como granos de arena si sigues esperando algo más. Como te aprecio mucho, no quiero que ocurra eso contigo.
Él sabe que tiene razón, pero no es tan fácil cuando llevas casi doce años de esa manera. Es complicado cambiar de un día para el otro.
—Supongo que sí...
—Siempre me contestas con lo mismo y mírate ahora —dice—. Soonyoung, opina algo al respecto.
—Opino que Wonwoo debe dejar de babosear por el mujeriego de Mingyu y buscar a alguien que lo merezca. Como Seungcheol y tú, ¿no los viste Woonie? Parecen una bola de algodón andante.
—No digas esas cosas, solo somos amigos.
El menor quiere reír por la escena, pero en ese momento, llega Mingyu haciendo equilibrio para que las bandejas no acabaran en el suelo.
—Hola Jihoon hyung y Soonyoung hyung, ¿de qué hablaban? —pregunta acomodándose a un lado de Woo.
Ambos mayores se miran y sonríen incómodos— Decíamos que Woonie debería comenzar a salir con alguien —responden y el menor forma una 'o' con sus labios.
—Eso está bien hyung. Eres popular entre las chicas, me sorprende que no lo aproveches —le dice—. Si quieres, puedo conseguirte una.
—No es necesario —responde con una sonrisa. Entonces los otros dos chicos se dan cuenta que había algo de lo que Mingyu no era consciente. Pero ese no era su asunto, al parecer Wonwoo aún no se sentía preparado para confesar su latente homosexualidad.
Pero no hay tiempo para cavilar más sobre ese tema, porque al segundo, un ruidoso dúo se acerca a su mesa y los saluda acomodándose uno en cada extremo de la mesa.
—La Biblia dice que jamás habrá paz. Creamos en ella —dice Jihoon.
—La Biblia nunca dice eso —oye y lleva a su mirada hacia el chico ojeroso—. No me mires así Jihoon.
—Me sorprende de ti, Jisoo —dice y este levanta las manos a la defensiva.
—Seungkwan está culpándome de algo que no hice. No puedo quedarme callado.
Todos observan al chico de cara redonda y este apunta a Jisoo—Se burló de mi inglés.
—¡No me burle! Solo... me dio risa la cara del profesor... parecía un asesinato.
Todos ríen y al rato el ambiente se consume casi en silencio, volviendo a la normalidad. Jisoo con su expresión serena de siempre y Seungkwan aún quejándose. El tema de Wonwoo, olvidado para su suerte.
—Hoy llega mi primo de Los Angeles —informa Jisoo y todos lo miran—. Su nombre es Hansol, vendrá a este colegio.
—Genial, otro más.