Sajad le observo dentro de esa jaula.
Un bebé de las tierras oscuras era una buena inversión... Recién sacado de su madre por lo que su tierna edad le dejaba ver. De seguro aún pedía teta... Aquello podría solucionarse.
-¿Cuánto por el Fanalis? - Pregunto Sajad al obeso hombre que negociaba con una mujer, sobre algo que ni le importaba saber.
-60 kha sus.
-Es demasiado - Se escandalizo Sajad.- Es un bebé.
-Por lo mismo. Podrá hacer de él lo que quiera. Será fuerte, es su raza.
-¿Y si se muere?
-Entonces le habrá dejado de dar alimento por dos semana y le habrá quitado el agua otra más.... Los Fanalis son bestias que pueden resistir mucho. Y como veo usted es un cliente razonable, sé que no le matará. ¿Hay trato?
-No...
-Una lástima.- Admitió el comerciante. Pero no dejaría ir al mocoso por menos de lo que pedía.
Sajad hizo una señal con la mano.
Inmediatamente dos mujeres fueron directo al Fanalis, una levanto la jaula y la otra, con espada en mano: cortó la cadena que le daba seguridad al tratante de esclavos de que su bebé no fuera a ser robado.
Antes de que el escandaloso hombre hiciera algo, un enorme sujeto, le cerro el camino, cuidando de sus compañeras.
-Sajad... Le hubieras dicho que eras el hombre para el cual trabaja... Seguro que te lo hubiera regalado de buen modo. - Le reprendió Kannar... El mejor amigo de Sajad - Que cosita tan dulce. - Dijo Kannar con el bebé en brazos. - Un Fanalis... Seguro que hacemos dinero...¿O lo quieres como guardaespaldas? Te recuerdo que ya tenemos a esos tres.
-Dile a Jazmin que le amamante... Seguro que se deja. - Le dijo, sabedor de que Jazmin estaría aún triste por la perdida de su hijo.- y manda al médico a que me diga edad, peso, enfermedades, lo que sea que pueda sacarle al mocoso... Quiero estar enterado. No puedo vender mala mercancía.
El viejo médico les aseguro que el pequeño no estaba enfermo y que el hambre se le iría pronto.
El bebé al que nadie se preocupaba por ponerle nombre, era tratado con delicadeza... Jazmin lo acunaba con frecuencia antes de regresarlo a la jaula que le correspondía. Dentro de poco, la jaula le quedaría pequeña.
-Ya se pone en pie - Dijo Kannar viendo al pequeño Fanalis sujetarse de los barrotes, la roja cabeza estaba cerca de chocar contra el metal.- Esta creciendo muy rápido. -Dijo a modo de reclamo a Sajad, dejando en claro que no pensaba dejar al enano de esa manera.
-Le pondremos en otra jaula apenas entremos a la ciudad, tranquilo, tampoco quiero que no crezca... Hay que ponerlo en un buen ambiente. Nunca he visto a Fanalis enanos y este no será la acepción. Tenemos que cruzar el desierto primero. Será un viaje peligroso. Escuche que hay una tormenta amenazando por el oeste y si no nos apuramos, podemos quedar atrapados en ella.- Le explico Sajad. Kannar puso cara de circunstancias.
Las tormentas de arena eran la sentencia segura para cualquiera que tuviera un contratiempo.
En algunas ocasiones no bastaba con echarse pecho tierra y cubrirse con una gruesa manta, pues nunca se sabría si el peso de la arena se convertiría en una tumba.
Pero en medio de esa tormenta, la mejor en la que Sajad había estado y en su euforia, daba ordenes para que la caravana soportara los embistes de la arena... Y en ellos, entre los muchos movimientos y reparos, la jaula del niño se vio arrojada.
Kannar la alcanzo a ver.
-¡El Fanalis!. - Grito Kannar - ¡El Fanalis! - Volvió a gritar.
Meda, que era el que estaba mas cerca, hizo sonar las cadenas de sus pies antes de ir a tratar de rescatar al mocoso que era arrastrado por la tormenta. Aun no alcanzaba a descifrar como era que la cadena se había roto.
El pequeño lloraba al golpearse contra los barrotes repetidamente, al no poder abrir sus ojitos y al dolerle la boca por tanta arena que le entraba.
-¡Sajad, perderemos a los dos! - Le dijo Kannar a Sajad cuando vio a Meda hundirse en un foso... Jazmine espero el gesto afirmativo de su amo para ir por alguno de ellos dos. - ¡Sajad!
-Jazmine, trae a Meda... El Fanalis ya esta muy lejos de mi mano.
-¡Sajad!
-Ni te muevas, Kannar - Le amenazo - Entre un Fanalis que no me costo nada, a ti o a ellos, me quedo con vosotros. El mocoso puede morirse y ya. No me hagas decir más.
-Es un niño.
-correcto. Un mocoso Fanalis que para estas alturas ya a de estar muerto, en cambio, Meda aun tiene que estar luchando sin poder respirar dentro de ese foso, luchando por su vida.- Kannar asintió, sabiendo lo que Sajad le decía, aceptándolo como única respuesta verdadera. - Jazmine dime si necesitas ayuda para traer de vuelta a Meda.
Kannar no pudo evitar mirar hacia atrás cuando la tormenta calmo y Sajad les puso en marcha al mercado nuevo, en el que planeaba hacer negocios con los señores de Torreon de Aguasnegras.
-Ojala estés bien, chico.
Aunque Kannar lo sabia... Con la misma certeza con la que Sajad apretaba los puños sobre el mapa que les guiaba: el niño estaba dentro de una jaula, sin la llave, en el desierto y sin comida o agua.... De estar vivo, moriría en poco.
-Kannar... No me hagas sentir más miserable. - Suplico Sajad.