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Dr. Lee. Su paciente ha llegado (SHINee) por PPBKAI

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Notas del fanfic:

Este fan fic está basado en integrantes del grupo SHINee. Advertencia: Contiene Lemmon.

Notas del capitulo:

Capitulo unico.

TITULO: Dr. Lee. Su paciente ha llegado

AUTOR: PPBKAI

La sala de espera de un consultorio. Como es de esperarse, las paredes son blancas, silloncitos verde agua, un escritorio con 2 teléfonos y una señora mayor que es la amable recepcionista.

Hay 2 pacientes esperando, ambos con la cara clavada en una aburrida revista vieja ¿Por qué leen noticias de hace dos años? Ah si, por que no quieren hablar con nadie.

La recepcionista llama a uno de los pacientes, un señor de unos 60 años de andar pesado. Refunfuñando camina al consultorio. En eso va llegando el último paciente de la tarde, un joven guapo, alto, de piel morena. Educado saluda, la amable asistente le responde con una amplia sonrisa y lo invita a tomar asiento.

En menos de un minuto regresa la asistente con un formato en la mano:

---¿Es su primer consulta con el Dr. Lee?

---Si.--. Responde algo avergonzado

---Entonces debe llenar esta forma para abrir su expediente.

El paciente toma muy amable la tablita y la pluma para empezar a contestar.

Lo primero es muy fácil, nombre, edad, dirección, teléfono, tipo de sangre y alergias. Simple, todo el mundo responde eso. Pero conforme va avanzando las preguntas se hacen mas privadas: inicio de actividades sexuales, molestias recientes, numero de parejas, Enfermedades de transmisión sexual (…)

---Disculpe.---. Tímido llama la atención de la recepcionista.---. ¿Debo responder “estas” preguntas?

---Oh, si gusta no.---. Respiro tranquilo.---. Esas las responderá dentro del consultorio.----. Casi quiso aventarse por la ventana. Prefiere entregarle su formato a medio llenar.

Salió el señor mayor, una gruesa voz le daba algunas indicaciones. Pasó demasiado rápido. Se agachó para no ver al doctor. No pasaron ni dos minutos y llamaron al otro paciente.

---Señorita, ¿Irá a tardar mucho?.---. Pregunta serio

---Unos 20 minutos, o un poco menos. No se tarda

---Gracias.---. Demonios, ese era su pretexto perfecto para salir corriendo de ahí. Nadie lo obligaba. Estaba por su voluntad pero, la vergüenza lo mataba.

Los minutos pasaron mas rápido de lo que el deseaba. Otra vez la voz fuerte y amable despidiendo al paciente. Seguro es un doctor de unos cuarenta y tantos años. Se oye muy joven. Sintió un vacío en su estómago.

---Choi Minho.---. Lo llamó la recepcionista.---. Adelante por favor.

Las piernas le temblaron. Apenas si pudo caminar sin tambalearse. Le ceden el paso al pequeño consultorio. También es blanco, un gran librero al fondo lleno de libros, fotos y…adornos de animalitos. Luego el escritorio, robusto pero algo viejo, con una computadora, los clásicos esquemas 3D de algunas partes del cuerpo, y mas adornos de animalitos tiernos y ojones, sobre todo ranas, pollitos, conejitos, perritos y zorritos.

---Pase por favor.---. Minho brincó en su lugar al escuchar esa fuerte voz muy cerca, a su lado. ¡Qué joven era! Mas o menos de su edad, pensó tendría mas de cuarenta. Un poco mas bajo, cabello corto color castaño claro, ojos y nariz pequeña, unos labios carnosos esbozando una gran sonrisa y piel de porcelana. Muy atractivo. Opuesto a lo que hubiera esperado.---. Soy el Dr. Lee Jinki..---. Hizo una doble reverencia muy educada.---. Tome asiento.---. Los 2 se sientan frente a frente. El doctor descansa sus manos sobre el escritorio y entrelaza sus dedos.---. Dígame, ¿En qué puedo servirle?

---Eh, verá. Yo…uff…pues…yo….---. Nervioso ve que el doctor toma su formulario y lo hojea.

---Siempre venir a visitar a un urólogo o un proctólogo es difícil ¿No?.---. Le habla muy relajado para darle confianza.

---Mucho.----. Se ruboriza. No sabe si es por estar en el consultorio o por la enorme sonrisa del doctor

---Vamos, no hay de qué preocuparse. Piense que las damas deben consultar a un ginecólogo desde que son muy jovencitas y para ellas es mucho mas difícil. ¿Por qué no empezamos con lo mas sencillo?  Su consulta ¿Es para urólogo o proctólogo?

---Ambas.---. Responde bajito

---Oh…mmm bieeeen. Pues ha venido al lugar correcto. Yo tengo ambas especialidades.----. Aunque tuvo que aguantar la risa por su respuesta de “ambas”. Es muy raro que alguien requiera las 2 consultas. Tal vez deba cobrarle doble (piensa con malicia). ¿Por qué no empezamos por sus síntomas?

---Esta bien.---. Se pone muy rojo.----. Tengo algo de ardor y comezón

---¿En dónde?.---. Debía preguntar tomando en cuenta que iba a “ambas”. Toma su expediente para empezar a llenar

---Al frente.

---En su miembro

---Sssi..si. ahí

---No sienta vergüenza. Estamos en un consultorio médico. Todo tiene su nombre y yo no me asustaré por que llame cada cosa como debe ser.----. Le parece dulce que este tan nervioso.

---Esta bien. Ufff. Pues tengo ardor, comezón y coloración roja en…todo…en todo mi miembro. Un poco de inflamación en la cabeza.

---¿Desde cuando comenzó?

---Hace 2 semanas.

---¿Ha tomado algún medicamento? O aunque no sea medicamento, ¿Se ha aplicado o tomado algo?

---No

---Su expediente dice que no está tomando ningún medicamento.

---No.

---Podemos descartar una alergia por medicamento. Muy bien. Por favor, pase y descúbrase la zona afectada para revisarlo.---. Le muestra que debe pasar a una pequeña sección separada por un biombo de tela azul cielo.

---Este…¿Ya?

---Si. Ya.---. Aunque se ve lindo con su indecisión, le parece un poco exasperante. Consulta a un médico para que lo revise ¿No? Debe dejarse revisar. Pero lo ve tan nervioso que decide entretenerlo un poco. Para el es normal ver hombres desnudos pero comprende que para el chico no es normal estar mostrando “sus partes” a un desconocido aunque sea un doctor.---. Esta bien. Por que no primero me habla de sus otras molestias ¿Le parece?

---Si.---. Se siente aliviado de aplazar un poco el momento. Regresan al escritorio.

---A ver. Dígame. ¿Cuáles son las molestias que quiere consultarle “al proctólogo”?

---Pues…verá. Es un poco mas difícil que lo anterior. A veces siento un poco de dolor durante la noche. Como una irritación.

---¿En la porción final?

---¡No! No. Mucho más adentro. Es un dolor que no puedo definir. No muy fuerte pero es constante. No se… ¿Cómo un fuego labial?

---Uh. ¿Algún otro síntoma? ¿Sangrado tal vez?

---No. Solo ese dolor. Desde hace mas de un mes.

---No debió esperar tanto. Lo importante es que ya está aquí. Bueno pues, ahora si debemos pasar a la revisión. Pero como dice que su molestia es interna, le pediré se ponga la bata azul que encontrará doblada sobre la camilla. En un momento regreso.

---Si doctor.

Respiró profundo. Eso no le gustaba. Se sentía incómodo. Nunca había consultado a un “médico de caballeros” ¿Pero quién le manda a meterse en problemas? Ahora se siente mal y tiene miedo sea alguna “enfermedad incómoda”.

Se quita sus prendas y se pone la molesta batita inútil. Transparente y abierta de atrás. Pero bueno, algo que le ayude a ocultar su desnudez.

Escucha que el médico regresa. Se sienta al borde de la camilla. Lo ve entrar con una charolita con instrumental, se asusta.

---No se preocupe, jaja. Como es el último paciente del día estoy recogiendo el instrumental, no utilizaré “todo” con usted… OK, veo que ya está listo. Por favor.---. Le señala su entrepierna para que descubra la bata. Aunque se sorprendió al descubrir que el chico se desnudó por completo, solo debía retirar lo de la parte inferior.

Minho respira hondo y sube la bata como si fuera una falda. El doctor no puede evitar suspirar al ver que el chico sube y sube su bata pero nunca llega al final, ¡Qué largas son sus piernas!

Por fin una sombra se deja ver y el paciente se detiene. El médico toma la bata y termina de levantarla. Ahí encuentra un tierno y firme miembro, en verdad está enrojecido, pero parece muy sano.

---Debo tomarlo para revisarlo.----. Ve que el chico solo asiente con la cabeza por que tiene la vista desviada a otro punto. El médico toca el miembro y casi brinca con lo cálido que es ¡Olvidó sus guantes de latex! Los guantes son indispensables para cada una de las revisiones. Casi gasta lo mismo en guantes que en la renta del consultorio, pero, pero, pero… ese chico…y su miembro, se ve bastante sano, por lo visto no es ninguna enfermedad, solo una severa irritación. Es riesgoso, pero decide no ponerse sus guantes y seguir revisando haciendo contacto directo con su suave piel.

Por un momento logra concentrarse en su trabajo y no en las largas y fuertes piernas del joven. Lo toca. Lo restira, jala de los pliegues. Decide jalar una silla para acomodarse y quedar a la altura perfecta.

---¿Duele si hago esto?.---. Le da un ligero tirón hacia arriba

---No

---Presionaré la cabeza para ver que no salga ningún liquido..----. Con sus dedos hace algunas presiones en la punta del miembro, este de inmediato se pone algo duro y nota que el paciente se tensa.----. Todo se ve muy bien. No hay secreciones ni sangrados.---. Los testículos se veían totalmente sanos pero, también requieren revisión ¿no?.----. ¿Molesta si presiono así?

---No.---. Está muy rojo. Los dedos del doctor son muy suaves y le acarician con maestría.

---Esto es una irritación muy severa ¿Seguro que no se ha puesto nada en esta zona?

---Mmmmm…¿Becarios y meseros?

---¡Jajajaja! No creo que sean los becarios ni los meseros los causantes de esto.---. Sintió una punzada en su bajo vientre.---. Intentaré algo mas.

Se retira unos momentos y va a su gaveta. Minho se reprende a sí mismo por haber dicho algo tan imprudente ¿qué pensará de el? Ve regresar al galeno con un medicamento en la mano.

---Le voy a pedir que se recueste. Aplicaré una pomada para ver la reacción de su piel. Si siente cualquier clase de molestia, por favor indíquelo

---Si.

El médico se pone una gran porción de un bálsamo en la mano. Duda un momento en lo que hará, sonríe de lado, es una pequeña travesura. Armándose de valor empieza a aplicar el bálsamo en todo el miembro. Le agrada sentir el estremecimiento del chico, vaya que es muy sensible. De inmediato se puso mucho mas duro. Se sentía tan bien ese miembro creciendo en su mano.

Con algo de atrevimiento, la otra mano la puso en la pierna de Minho “Para apoyarse mejor”, lo que en realidad deseaba era sentir su firme piel. El paciente brincó al sentir esa mano en su pierna. Cerró los ojos, se sentía avergonzado de estar disfrutando tanto  de ese relajante masaje.

---¿Puedo preguntarle algo doctor?

---Claro.---. Sigue embelesado en su trabajo. Siempre lo consulta gente mayor que ya tiene mil problemas para ir a orinar. Es la primera vez que le toca un paciente tan joven, y sobre todo, tan atractivo. Aunque sigue repitiéndose en su mente “es trabajo, es trabajo”.

---¿Cómo es que tiene las 2 especialidades? Urólogo y proctólogo. Ambas requieren de mucho tiempo.

---Mi papá es urólogo, asi que desde muy pequeño estoy metido en esto. A los 15 me hacía pasar por alguien mayor para que me dejaran hacer algunas practicas en el hospital donde trabajaba mi papá. Así que cuando ya tuve edad de entrar a la escuela de medicina, ya sabía casi todo. Así que no me era nada difícil tomar juntas ambas especialidades por que de urología ya casi sabía todo, y si tenía una duda, mi papá me ayudaba. Por eso decidí tomar también proctólogo por que al final, son muy similares.---. Para ese momento el miembro del chico ya estaba muy levantado

----Ah, ah…aaah---.jadea.---.perdón doctor yo….----. No pudo contener un quejido

---No se preocupe, es muy normal, el cuerpo reacciona.---. No se detiene, le gusta ver que empieza a salir un poquito de liquido, apenas una gotita aperlada.----. Tengo algunos pacientitos que incluso llegan al final cuando les tengo que poner una sonda. Muy bien.---. De golpe se detiene dejando al chico jadeante, aprieta sus labios para intentar no suplicar. A Minho le parece tan malévolo que lo haya dejado en ese estado. Es doloroso. Y todavía se atreve a mirarlo con esa gran y hermosa sonrisa.----. Veo que está completamente sano, no tiene de qué preocuparse. Lo que le apliqué solo es una crema humectante, afortunadamente no hay estrías en la piel que puedan causar una irritación. Solo voy a pedirle que ya no aplique perfume en esta zona, es lo que le causó la irritación.---. Minho lo mira sorprendido.---. Lo noté desde el momento en que me acerqué.---. Ambos se sonrojaron.---. Los perfumes tienen un alto contenido de alcohol, y su piel es demasiado suave. No lo necesita. En todo caso aplique en la parte interna del muslo pero no vaporice directo en la zona ¿OK?

---Si doctor.---. Se moría de vergüenza. Aunque se sentía aliviado que no hubieran sido los becarios y meseros que se ha puesto últimamente. Es que ambos pueden ser tan lindos.

----Ahora, voy a pedirle se ponga boca abajo por favor.---. El paciente duda, pero finalmente se gira dejando al descubierto su tostada espalda, delgada y fuerte, sus larguísimas piernas y unos pequeños y firmes glúteos.

El medico de nuevo tuvo un debate mental: usar o no usar los guantes. ¡Dios! Es que ese cuerpo era tan hermoso. No había nada que no fuera perfecto. Decidió tomar el riesgo y no usaría los guantes. Con firmeza le separa ligeramente las piernas.

----Vamos a revisar el otro caso. Este será un poco mas incomodo que lo anterior por que, como me indicó, su molestia es interna, por lo que la revisión será un tanto…errr.. invasiva. Seré muy cuidadoso, e iré diciéndole paso a paso lo que haremos. Si siente molestia me dice, sobre todo si es dolor, no debe haber dolor.

---Esta bien doctor.

---Hace un momento noté que usted es un tanto… sensible. No se preocupe, es normal. Si en este procedimiento se siente un tanto “ansioso” no se incomode. Yo lo comprenderé ¿Entendido?

---Si doctor.----. Hunde la cara en la camilla. Quiere que se lo trague la tierra. Notó que usa mucho perfume. Lo endureció al grado de casi hacerlo estallar en su mano y encima notó que es “muy sensible”. No quiere saber lo que le pasará ahora que hará el siguiente trabajo y el con su miembro palpitante suplicando atención. ¡Es un médico por dios! Y como el dijo, a los pacientes les pasa todo el tiempo, pero es tan vergonzoso. Y encima, tiene que ser tan atractivo, con esa madura y melosa voz sensual hasta la médula pero con cara de niño inocente. No lo tolera, desearía fuera desagradable y con mal aliento para aborrecerlo y no sentir nada con sus manos, ¡Pero no puede!.

---Voy primero a aplicar lubricante, puede estar un poco frio. Después debo aflojar un poco su entrada para trabajar. Lo haré muy lento para no lastimarlo. Es en esta parte donde puede tener “ciertas reacciones”. No se preocupe, “Estamos solos”.---. Esto último hizo temblar a Minho en su lugar

El galeno normal como en todas sus consultas, toma su gran frasco de lubricante y pone una generosa cantidad en sus dedos, pero después voltea y encuentra al atractivo desconocido boca abajo, con sus piernas entre abiertas. Trae sus manos sin guantes, aun está a tiempo de recapacitar pero, no puede. Quiere conocer la intimidad de ese chico. Sabe que su trabajo es muy delicado, debe ser extremadamente profesional y delicado con sus pacientes por la intimidad que maneja. Pero ese chico, le recuerda a las ranitas ojonas que tanto le gusta coleccionar. Tímido pero pícaro (puesto que se pone becarios y meseros). Decide darse el gusto. Faltará a su juramento de profesionalismo e invadirá con gusto la intimidad de su paciente.

Con cuidado pone sus manos en los suaves glúteos y los separa. Ahí está esa pequeña entrada que se sabe observada y se contrae. En cuanto pone su dedo con lubricante, el chico da un salto que casi llega al techo. Primero masajea por encima para que se vaya relajando un poco.

El momento ha llegado, hace un poco de presión para introducir su dedo. Siente la resistencia, pero el es experto en vencerla y gracias al lubricante, se fue hasta adentro sin ningún problema.

Minho lanzo un fuerte suspiro, le encantó cómo se sintió. Sintió que le dio 2 palmaditas en su espalda baja como diciéndole que no se preocupara.

---Voy a introducir uno mas,

El doctor con maestría introduce el segundo dedo sin causarle el mas mínimo dolor al paciente, solo una deliciosa sensación de relajación. Los mueve con suavidad y firmeza y en cuestión de segundos esa entrada está elástica como una liga.

---Este es un punto muy importante. Necesito que usted me vaya guiando hasta donde tiene su molestia. Debe decirme “derecha, izquierda” hasta que la encontremos, y debe decirme exacto lo que sienta

---Si…es…mas adentro

----Muy bien.----. Empuja mas sus dedos, le encanta.---. ¿Estoy cerca?

---No, es a la derecha, pero aun mas adentro.

---Empujaré mas fuerte.---. Gustoso mete sus dedos hasta donde le es posible y los mueve sintiendo una fuerte contracción que lo aprisiona.

---Perdón.---. Minho se disculpa por el atrevimiento

---No, no se preocupe, al contario, así me ayuda mas. Estos espasmos hacen que su interior sea mas sensible y yo pueda trabajar mejor. Así que no los detenga, al contrario…así, asi es…perfecto.---. Le empieza a acariciar la espalda.----. Muy bien… ¡Es fuerte! Solo siento como jala mis dedos hacia adentro…oh, otra mas ¿Ahora si estamos cerca?

---No. Es mas adentro.---. Minho responde con la cara hundida en la almohadilla. Esta disfrutando mucho pero en realidad, la molestia es mas adentro.

---Bien, uff. Introduciré uno mas. Necesito que se relaje por que lo abriré bastante.---. Ambos temblaron.---. Si con esto aun no llego, entonces tendré que usar el instrumental

---¡Noo!

---Primero vamos a intentarlo. No se asuste. Cuando me refiero a usar el instrumental no hablo de que dolerá, al contrario, tal vez hasta sea mas cómodo para usted

---No. No quiero. Me da miedo.---. Se comporta como un adorable niño.

---Jajaja. Vayamos por pasos. Lo intentaremos asi y después consideramos lo del instrumental. Aquí voy.

Pone aun mas lubricante. Sabe que sus dedos son algo gruesos. Empieza a introducir ahora 3 falanges. Entran como seda en su cuerpo. El mismo doctor soltó un suspiro que no pasó inadvertido para el paciente. Los mueve acariciándolo con ternura.

---¿Duele?.----. Minho niega con la cabeza.----. ¿Estoy cerca?

---Algo. Pero aun falta un poco.----. Siente como le introduce los dedos un tanto violento.---. Cerca. Ahh.----. Otra contracción tan fuerte que le sacó el aire.---. Perdón

---Ya le dije que no se disculpe. Es perfecto. Mientras mas contracciones tenga, mas me ayuda.---. En realidad eso no es cierto, pero le encanta ver al chico disfrutar.

---Es vergonzoso. Usted esta del otro lado

----¿Y si imaginara que yo soy uno de los becarios que mencionó?.---. Esto erizó a Minho.---. O acaso ¿Soy tan mayor?

----Es que. Me da mucha vergüenza que se de cuenta del estado tan vulnerable en que estoy.

----¿Esto le da vergüenza? Le contaré algo realmente vergonzoso para que se tranquilice y no crea que por que estoy “del otro lado” no lo comprendo: cuando era estudiante tuvimos que hacer equipos para empezar a hacer prácticas. Fue horrible. Todos mis compañeros me eligieron a mi para ser “el conejillo de indias”. Yo no quería. Me daba mucha vergüenza. ¿Cómo mis compañeros iba a hacerme “esto”? y todavía el profesor me regaño. Dijo que debíamos ser profesionales y les advirtió a ellos que no debían ser aprovechados y yo debía ser cooperador. Este sería nuestro trabajo de ahora en adelante. El profesor me bajó los pantalones, puso lubricante en sus dedos y sin que me diera tiempo de respirar, ¡Ya había introducido 2 dedos! Eso si es vergüenza. Pero ahí no acabó todo. Hizo que todos mis compañeros pasaran, uno por uno a hacer lo mismo y debían nombrar las partes que pudieran identificar.---. Minho estaba ruborizado imaginando al joven doctor siendo sodomizado de ese modo.

---¿Y cuantos compañeros eran?.---. Se mordió el labio con la pregunta tan indiscreta

----Eran 22 mas el maestro. Y cuando alguno se confundía el maestro lo auxiliaba. Ese día me derramé como 7 veces en la clase. Y veía que todos intentaban no reírse. Claro, no fui el único, en siguientes prácticas les tocó a otros compañeros ser “el conejillo de indias”. Y créame que uno aprende a manejar la vergüenza en esas prácticas. Después ya las hacíamos con naturalidad. Ellos me las hacían a mi. Yo a ellos. Claro que cuando llegamos con pacientes de verdad ya no nos era ajeno. Pero claro, nunca volvió a ser lo mismo como ese día que fue la primer práctica con 23 personas a mi alrededor.

---Debió ser tan…tan

---Si, fue “tan-tan” como pueda imaginar. Vaya, hasta que por fin pude hacerlo reír.---. Le encanto ver su rostro sonriente. Dulce. Sin dejar de mirarlo lo seguía estimulando hasta que lo hizo apretar los ojos y soltar un muy fuerte quejido.---. ¿Ya se siente mejor?.---. Le gusto que ahora no se disculpó.

----Si, ya mas tranquilo

----¿Tiene ganas de terminar verdad?

---¡No! No. Yo estoy bien

---Su próstata me dice otra cosa. Esta muy inflamada. Recuerde, “al cura y al médico no se le miente”

---¡Doctor!

---Hagamos esto. La verdad es difícil trabajar con su próstata tan inflamada.----. Minho casi se ahogó con la tos que le dio.----. Lo ayudaré a terminar y seguiremos buscando ¿quiere?

----Pero, es que….---. Se muerde el labio. Le encanta la frescura del médico, le encanta su sonrisa, ¿Pero que lo vea explotando?

----Vamos, seré cuidadoso…----. Se acerca a susurrarle al oído.----. Y le mostraré un “secretito de doctor” ¿Si? Vamos, de vuelta.

Obediente Minho se gira y todavía se jala la bata para cubrirse, como si eso sirviera de algo. El doctor le acaricia la frente para secarle el poco sudor que tiene. Es tan guapo. Con los ojos mas hermosos que ha visto en su vida.

---Esta es una maniobra que aprendemos para liberar si hay algún coagulo atorado pero…también tiene otros usos. Sentirá algo muy raro, pero le prometo que lo relajará.

Minho lo mira impaciente. Dócil abre sus piernas para que vuelva a introducir sus dedos. Le encanta volver a sentirlo de regreso. Con mucha confianza le toma su enrojecido miembro

---¿Listo?.----. Le pregunta sensual con su sonrisa de niño. Solo le asiente con la cabeza.

Solo siente que algo presiona en su interior y le da un buen tirón a su miembro. Es como si una ola de placer se le hubiera venido de golpe. Arqueó la espalda y se aferro a la camilla con todas sus fuerzas. Se derramó como nunca en su vida en la mano del doctor acompasando con un fuerte gemido que tal vez se escuchó hasta la calle. Fue extraño, pero lo mas delicioso que ha sentido en su vida. Después miró al medico y le sonrió

---¿Le gustó?

---mucho

---¿Otra vez?

---Si. Otra vez.----. De nuevo la extraña maniobra que lo llevó al cielo en cuestión de segundos, lo hace gritar, retorcerse, estremecerse, y después una sensación de calma como si tan solo hubiera dormido la siesta.----. Otra vez.

----Ya no puedo. Es algo violento y lo obligo a dar mas de lo que da normalmente.----. Le muestra su mano. Está casi goteando de su semen.---. 2 veces ya es mucho. ¿ahora si podemos regresar al trabajo?

---mmmm si.---. Responde con puchero

---Debo primero decirle a mi asistente que ya puede retirarse, ya es algo tarde.---.hasta entonces minho se da cuenta que han pasado como 40 minutos. Ve que el doctor va a su escritorio y por el teléfono le dice a la amable señora que puede retirarse, el cerrará el consultorio.----. Ahora si nos quedamos solos. Ya no hay nadie en el edificio a esta hora… bueno. Pues vimos que después de múltiples intentos no pude alcanzar su malestar. Deberé usar el instrumental

---¡No!

---No es la gran cosa. Le muestro. Primero deberé poner esto en su entrada, es como mmm lo mantendrá abierto. Yo lo llamo “patito” por que parece el pico de un pato. Por ahí yo introduciré esto, parece una sonda, pero es una camarita, por el monitor veré si es una úlcera o algo así. Vea, hasta es mas delgada que mi dedo

---No. Me asusta. Es que ya esta muy cerca. Podemos seguir intentando.

---Mis dedos ya no llegan mas adentro.---. Eso se escuchó tan raro.

---¿Y si lo intenta con otra cosa?

---¿Cómo que?

---Pues bueno…si, sssi, si usted pues… entra en mi. Seguro llegará.----. Se pone rojo con lo que acaba de pedir.

---¿Se refiere a…?

---Si. Es mas largo que sus dedos. Sin duda llegará

---Pero es que eso sería tan…tan

---¿”Tan-tan”? sería “tan-tan” como sus clases. Es que de verdad. Me asustan esos aparatos.---. Sus ojos se hacen aun mas grandes. Está muy asustado

---¡Es que yo no puedo entrar en un paciente!.---. Su miembro está que revienta, da gracias a la bata que lo cubre

---¡Por favor doctor! Bueno, de hecho ya estamos fuera del horario, técnicamente ya no soy paciente. ¿No me diga que nunca ha entrado en un hombre?

---No es eso.---. Rie nervioso. Siente como le jala la manga suplicante

---¿Ve? No hay problema. Vamos doctor.---. Sabe que solo le queda seducirlo si quiere convencerlo que no use esos aparatos del infierno en el. Se sienta y se quita la bata de paño quedando desnudo ante los ojos del médico..---. Se que también quiere hacerlo.---. Le empieza a abrir la bata quedándose asombrado con el gran bulto de sus pantalones.

---No por favor. Mi profesionalismo…

---¡Al demonio con el profesionalismo! Quiero que entre en mi…no, mejor dicho, quiero que entres en mi.

----Ante todo soy un médico y usted…

---Ya no me hables con lenguaje formal. ¿Crees que no noto que todo este jueguito pervertido no te gusta? Vamos Jinki. Jinki. Jinki. Que bonito nombre tienes

---Minho.---. Intenta evitar que ponga sus brazos alrededor de su cuello, pero de todos modos lo atrapó y lo jaló para besarlo.

Ambos han perdido la cabeza. Se aferran a la espalda del otro con fuerza. A veces se separan un poco mareados y se miran a los ojos sin poder creer lo que están haciendo. Minho mira al descontrolado doctor, su cabello intacto, es tan pulcro. No puede resistirse a sus carnosos labios rosados que besan con gran fuerza.

Una vez que le ha abierto la bata, se la desliza por su delgada espada y la deja caer al piso. Le encanta como se ve con su camisa blanca ceñida a su diminuta cintura y sus pantalones formales café oscuro. Se ve aun mas joven sin bata. Pero el bulto entre sus piernas es impresionante.

Es el mismo doctor quien va abriendo su camisa, ha caído ante los encantos del sensual paciente. Abre los botones dejando al descubierto su liso pecho con piel aun mas nacarada que la de la cara. Se ve que jamás le da el sol.

Minho, quien sigue sentado al borde de la camilla, lo atrae de la cintura para besar su largo cuello. Huele delicioso. Le gusta chupetear sus marcadas clavículas. Descubre que, que al igual que el, tiene doble manzana de Adán. Esto le parece tan sensual. Y sus pequeños pezones, no son muy oscuros, solo que su piel es tan blanca que resaltan demasiado.

Jinki está embelesado con la perfección del cuerpo de Minho. Se nota a leguas que hace mucho ejercicio. A el le gusta su propio cuerpo, sabe que es delgado y agraciado, pero no deja que nadie lo vea, no tienen ese privilegio. Pero se siente apabullado ante el cuerpo atlético. Sin gota de grasa. Músculos finos y definidos. Y encima ese rostro hermoso de grandes ojos y nariz recta ¿Por qué es tan atractivo?

Siente como le enrolla las piernas en la cintura y como le empieza a abrir el pantalón. Solo cierra los ojos y se deja consentir. Siente la tela resbalar por sus piernas poniéndole la piel de gallina. Luego le va bajando los bóxer. Tiene que ayudarlo un poco para quitárselos por completo.

Ahora están vulnerables al parejo. Desnudos, algo asfixiados. Pero ahora, el abrazo es mucho mejor. Sus pieles se rosan y sus labios no son suficientes para probar todo eso.

---Ven Jinki. Sube

---Se va a romper.

---Y será muy divertido. Ven.

Obediente Jinki sube a la camilla. Si los aguantará, ninguno de los dos es muy pesado. Minho lo hace que se acueste sobre el y de nuevo le enrolla las piernas en la cintura.

Ahora si han roto la barrera Médico-Paciente. Se besan, se acarician, comparten miradas traviesas ¿Qué están haciendo? Ninguno de los tiene esa costumbre, ni siquiera Minho que de vez en cuando se “se pone a los becarios y meseros”. No es que sea un cualquiera, es que a veces se desespera que no encuentra a alguien que lo ame de verdad y termina cometiendo esa clase de errores.

Por su parte, el doctor Jinki, bueno, el es un caso especial. Tiene una educación muy tradicionalista y es mas casto que una dama de la caridad. No es que sea un mojigato o de mente cerrada. Al contrario, es muy abierto de mente. Pero piensa que su cuerpo es muy valioso y solo lo entrega a quien el considera merecedor, y esos, solo han sido 2 en su vida, a pesar de los múltiples pretendientes que tuvo durante su carrera.

Cuando se miran a los ojos, un estremecimiento les recorre el cuerpo. Es como si pudieran ver un poco mas adentro de sus almas. Sus sonrisas son sinceras. Se toman su tiempo para explorarse. Nadie tiene prisa. Descubren cosas sorprendentes del otro: algún lunarcito, una zona sensible, una manchita… todo es hermoso.

Jinki ya no puede controlarse mas. Necesita entrar en ese chico. Le levanta las piernas y se las acomoda en los hombros. Le gusta que ya no tiene vergüenza, solo se sonríe y le da el consentimiento para que entre.

Se estira un poco para alcanzar de nuevo su lubricante, pone una porción generosa en su miembro, y lo conduce a la dilatada entrada que lo espera ansioso. Minho aprieta los ojos en cuanto siente que la punta está entrando. Vaya que es grande. Se va relajando para dejarlo entrar, afortunadamente esta mas que dilatado.

Por fin entra por completo, se dan un tierno beso. Jinki le retira algunos mechones de cabello de la frente a Minho. Con mucho cuidado empieza a embestirlo. Las primeras 3 se sintieron tan bien, pero en la cuarta Minho se quejó.

---¡Es ahí! Jinki, es ahí. ¡Por fin lo encontraste!.---. El doctor había olvidado por completo que de eso se trataba.

---Mmmm deja reviso.---. Se mueve muy lento y cierra sus ojos para concentrarse en ese molesto y diminuto punto. Descubre que su miembro es aun mas sensible que sus dedos.----. Es un pequeño quiste. No te preocupes. Solo se cauteriza y ya. Aunque claro. Para eso debo usar el instrumental. Es rápido. Ni 5 minutos.---. Está dispuesto a salir pero Minho lo atrae con sus piernas.

---¡No salgas! Por favor, no salgas. Me gusta que estés tan cerca.

---Pe-pe-pero era solo para encontrar el punto….

---Shhh, eres un tonto. Me encantas. Y se que yo también te gusto.

---Mucho. Eso me asusta.

---Yo también tengo miedo. Jamás me había sentido atraído así por nadie. Siempre me ha ido muy mal con las personas.

---Dímelo a mi.

---Pero tu. Jinki. No se. Es la primera vez que nos vemos pero, por favor, no salgas.

¿Cómo resistirse a una súplica de esas? Imposible. Esos grandes ojos, parecen sinceros. Tal vez no lo sean pero, de vez en cuando cae  bien entregarse al amor sin condición, aunque sea solo por unas horas.

Regresa a moverse dentro del chico pero, es muy cuidadoso, no quiere lastimarlo. Sigue con sus ojos cerrados, aprende de cada pequeño plegue. Puede sentir hasta el mas mínimo espasmo de ese delicioso cuerpo.

A Minho le parece tan sensual ver al galeno, con sus ojos cerrados, su cabeza echada hacia atrás. Es tan delgado, pero sus piernas parecen de acero. ¿Cómo puede ser que a pesar de que su expresión es de que está totalmente perdido en el placer, siga pareciendo un pequeño querubín?

El médico está a punto de terminar, se ha estado reprimiendo por mucho tiempo, jadea con descaro y avienta su pelvis con violencia. En cuestión de unos segundos, termina explotando dentro del chico. Por fin, algo de alivio. Abre sus ojos y Minho lo mira atónito. Es maravilloso

El moreno jala a Jinki de la nuca, lo besa y le habla sobre los labios:

---Eres sensacional. Me encantas. Pero yo también quiero conocerte. ---. Con algo de facilidad lo derriba y lo pone con la espalda en la camilla quedando el arriba en la posición privilegiada.---.mmmm, no, no sería justo. Tu me tuviste a tu merced mucho tiempo boca abajo. Ahora es mi turno.---. Lo hace que se ponga boca abajo.---. ¿Así que este es tu lubricante “para profesionales”? veamos qué tan efectivo es por que, estaba frio.---. Se humedece los dedos con el gel.---. Si esta frio ¿Sabes que eso es incómodo?.----. Empieza a humedecer la entrada de Jinki.---. Tu relato de la escuela fue tan pervertido. Me encantó. 23 hombres metiendo sus dedos en ti. Sintiendo todas tus partes. Me hubiera encantado estar en tu salón. ¿Por qué no me das una clase?.---. Empieza a introducir 2 dedos.---. Vaya que es difícil entrar en ti.----. Jinki estaba jadeando en su lugar, no podía pronunciar palabra. La voz de Minho sobre su oído era demasiado para el, y encima, sentir su marcado abdomen en su espalda.

Le gustan sus largos dedos explorando su interior, son fuertes y tienen un par de cayos debido a las pesas del gimnasio.

---¿Quieres que entre?

---Si. Minho. Entra

---Te daré lo que quieres.---. Se pone mas lubricante en el miembro y sin perder tiempo, empieza a entrar en el galeno.

Es tan apretado. Tiene que empujar con fuerza y detenerlo de las caderas. Le gusta escucharlo soltar con pesadez el aire. Sabe que debe estar doliéndole pero lo calma con besos en los oídos. No puede creer que su piel sea tan suave, es como de una quinceañera. Se está volviendo adicto a morderle los hombros.

Siente que su cuerpo se empieza a llenar de placer. A pesar de que Jinki lo liberó 2 veces, cree que aun puede darle algo mas. Se mueve con mucha mas fuerza hasta que por fin siente todo el calor concentrarse en un solo punto.

Cierra los ojos y apoya su mejilla en el suave cabello del doctor. Por fin, deja salir todo ese placer que tenía reprimido. Jinki aun está débil de haber terminado en Minho pero al sentir el líquido corriendo en su interior, no pudo controlarse y también se derramó aunque con menor intensidad.

Los dos terminaron jadeantes sobre la camilla. Había sido lo mas delicioso de sus vidas: pervertido y dulce a la vez. Jinki se gira para abrazar a Minho y arrullarlo unos momentos en su pecho.

----¿Te volveré a ver?.----. Pregunta nervioso

---¿En serio quieres volver a verme Jinki? Yo…No quiero que tengas una idea equivocada de mi. Jamás había hecho algo como esto pero…bueno…ya qué puedo decir. Esto fue una locura.---. El doctor siente una fuerte punzada en su pecho.---. Me encantaría seguirte viendo pero, no quiero que pienses que soy un fácil que solo busca sexo ocasional. Es que, tu, cuando te vi, me encantaste. Y estaría feliz de seguirte viendo pero, que me dejes conocerte un poco mas.

---Y yo, jaja, no pienses que me la paso aprovechándome de mis pacientes. Pero es que tu, con esos ojos, me hiciste perder la razón. Creo debo disculparme por eso.

---No. Me gusto mucho y, mañana puedo venir para ver lo del quiste que dices y…después…si me aceptas…quisiera invitarte a cenar.----. Se ruboriza

----¿Quieres regresar? ¿Conocerme? No soy nadie especial, ni siquiera soy divertido.

---Si quisiera alguien divertido buscaría un payaso. Pero busco a un hombre sincero, y si tiene una sonrisa hermosa, sería mucho mejor ¿qué dices? ¿Aceptas mi invitación a cenar?

---Claro. Te espero mañana. Y te prometo que no te dolerá. Te cuidaré mucho.

Se siguieron besando por un rato mas, se vistieron y salieron del edificio. Se despidieron educados y cada uno se fue por su lado.

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Esa noche, ninguno de los 2 durmió. Habían hecho algo incorrecto, pero lo disfrutaron tanto. Tal vez por ser un encuentro fugaz habían idealizado al otro, y si siguen adelante seguro terminarán lastimados de nuevo por sus sueños infantiles de un amor sincero pero ¿Y si esta vez es real?

-*-*-*-*-*-*-*-**-**-*-*-*-*

----Doctor.---. La asistente por el interfon

----¿Si?

----Su paciente, Choi Minho ha llegado, pero no está agendado y aún falta el último paciente.

----Si, no se preocupe, lo atenderé después del último paciente. Pero usted puede retirarse a su horario normal, yo cerraré

----Gracias doctor.

Jinki se queda temblando en su lugar, Minho si llegó a verlo. No se arrepintió. Tenía esa esperanza. Prefería decepcionarse de una vez a ilusionarse y terminar lastimado.

Atiende a su último paciente, afortunadamente solo era interpretar unos estudios y hacerle su receta, así que en 20 minutos ya estaba fuera. Salió a despedirlo, y ahí estaba Minho, tan gallardo como el día anterior, con una resplandeciente sonrisa en sus labios.

El doctor despidió a la asistente y entró al consultorio con el joven. En cuanto cerró la puerta solo se sintió rodeado por lo delgados brazos de su paciente.

----Jinki. Ya quería verte.---. Se dan un largo beso.

---El día fue eterno para mi. ¿Qué me hiciste?

---Nada, nada, soy inocente. Al contrario, yo fui la víctima de cierta personita que estoy mirando. ¿Sabes? Me moría de ganas de verte pero, aún tengo miedo de lo que me harás.

----Tienes un pequeño quiste, lo que haré será quemarlo con un aparatito pero…no me mires asi, no te voy a echar en hoguera, será solo un puntito. Nada mas. Y, mientras mas pronto acabemos, mas pronto podemos irnos de aquí.

---Esta bien.----. Resignado se deja conducir de nuevo a la camilla. En cuanto la ven, les vienen los recuerdos del día anterior y no pueden evitar reír.

Por supuesto que Jinki no perdió oportunidad de jugar un poco con el cuerpo de Minho, pero esta vez se concentró en hacer un buen trabajo.

---Voy a empezar, sentirás un poco de ardor pero solo es unos segundos

---Si…auch, auch, auch.---. Le lloraron los ojos

---Ya, eso fue todo. ¿Ya ves? No paso nada.

---Pensé sería peor.----. Se acomoda su ropa y queda como nuevo en segundos. Se le entrecorta la respiración al ver a Jinki de espaldas con su bata lavándose las manos. No se resiste a abrazarlo por la espalda.----. Hola

----Jajajaja…hola.---. Le corresponde el abrazo mientras se seca las manos.----. ¿Y cuántos becarios y meseros se puso el día de hoy?

----Ninguno. He decidido dejar eso. De ahora en adelante solo me pondré atractivos médicos de sensual voz.---. Lo besa apasionadamente.----. ¿Ya podemos ir a cenar?

----Claro, solo debo apagar las luces.

En unos minutos ya están fuera del edificio, se van en el auto de Minho.

Galante como un príncipe, lo lleva a un bonito restaurante. Ya tenia reservada una mesa, les sirven una copa de fino licor. Piden algo de la carta y mientras cenan, platican de las mil maravillas. Se divierten tanto.

La velada fue simplemente perfecta. Por supuesto que Minho lo llevó a su casa. Era un coqueto edificio de departamentos.

---Así que aquí vives

---Si. ¿Gustas pasar?

---¿Puedo?

----Claro, pero deberás cerrar los ojos. Tengo un reguero.

Pasan al tercer piso y entran al departamento. Bien amueblado pero nada elegante, solo equipado. Una televisión grande con un buen sonido y…mas adornitos y peluchitos de animalitos ojones, para no variar predominan las ranitas.

Toman un poco de café. No desean dejar de platicar.

---Ya es muy tarde, debo retirarme Jinki. Lamento darte tantas molestias

---No. Me has hecho muy feliz. Gracias por la cena. Fue deliciosa.---. Se quedan mirando, ninguno de los hace el intento de moverse.---. Me encantaría invitarte a quedarte.

----Si tu me lo pides, me quedo.---. Le rodea el cuello.---. En este momento no hay nada que te negara. Quiero quedarme. Pasar la noche a tu lado. Amanecer juntos.

----Recuerda que acabo de cauterizarte, no podemos hacer nada en al menos…una o 2 semanas.

----Pero ya no me preocupa.---. Hace cara de niño consentido.---. El tema de “sexo en la primera cita” nosotros ya lo arreglamos. Jajaja

----Ni me lo digas. Pero, si te quedas esta noche, con solo dormir a tu lado, no se si pueda separarme de ti.

----Y no quiero que te alejes. Como te dije, no busco sexo ocasional. Solo, sería feliz durmiendo contigo, eso es todo.

----Entonces quédate. Me harás el hombre mas feliz del mundo.

Tomados de la mano se van a la recámara. Al centro hay un enorme cojín de rana de peluche el cual avientan a un lado. Se quitan la ropa y se acuestan.

Se siente tan raro, la mañana anterior no se conocían, y al siguiente día están durmiendo juntos, desnudos y ya con un par de lindos recuerdos en sus mentes.

---¿Te puedo preguntar algo Jinki?

----Dime

---¿Por qué coleccionas ranas? Habiendo tantos animalitos bonitos y pachoncitos. Por ejemplo, los conejitos son hermosos.

---No lo se. Solo me gustan. Veo una ranita y la quiero para mi.---. Le da un suave beso y lo abraza.---. Vamos, debemos dormir por que mañana es jueves y debemos trabajar.

Unas cuantas horas después Jinki despierta. Tiene esa costumbre, solo abre los ojos unos segundos. Descubre que no fue un sueño. Minho está a su lado. Lo ve tan dormido que le susurra bajito

---Tu pareces ranita, y por eso te quiero para mi.----. Le besa la frente

*************************.

A la mañana siguiente, suena el despertador. Minho se retuerce como si se estuviera quemando en un comal caliente. Odia los despertadores. Pero ve que Jinki está bien dormido. Se ve tan tierno. Lo abraza fuerte y le dice:

----Pareces conejito. Ya levántate.

Le cuesta mucho trabajo despertarlo, se sorprendió al ver que se pone 3 alarmas con un ruido impresionante, seguro el resto de los vecinos no necesita alarmas.

Desayunan juntos, se van juntos. Todo es demasiado perfecto, no quieren que acabe jamás.

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7 AÑOS DESPUES***

---¡Ya llegué!.---. Jinki saluda y busca a su querido chico.---. Mira lo que te compré.---. “casualmente” de la nada sale Minho corriendo a ver qué le llevaron

---¡A ver, a ver a ver! Quiero ver.---. Recibe un paquete y lo abre.---. ¡Una pijama!...verde…de ranitas…mi amor, se que amas a las ranas pero ¡Deja de vestirme de rana!

7 años desde que se conocieron, pero la magia no ha terminado. Todo se dio de accidente y más rápido de lo que sus cerebros pudieron procesar. Sin embargo, ahora son las personas más felices sobre la tierra, creen en el amor a primera vista y ellos, son la prueba de que es posible, solo no lo busques. Llegará cuando deba llegar.

Notas finales:

Gracias a las personas que se han tomado el tiempo de leer el presente fic. En lo personal amo esta pareja, me parece que son los integrantes mas niños de Shinee, y como tal, son muy sinceros en sus sentimientos. Si te gustó, o no, o tienes algún comentario, te agradeceré me envíes un review.


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