Era una mañana normal en la mansión varia, Belphegor se había despertado y se dirigía a tomar su real desayuno después de una “alocada” noche junto con su rana, pero cuando por fin llegó al enorme comedor, se tropezó con algo del suelo y calló de la manera más principesca posible al suelo, es decir, que levitó y le pegó una patada con lo que tropezó mientras le echaba unas cuantas de maldiciones.
Cuando al fin se tranquilizó, se dio cuenta que era nada más y nada menos que el gorro de su amante. Sonrió sádicamente, pensando un castigo suficiente por no haber acatado sus órdenes, obviamente, era violarlo.
Estaba a punto de ir a buscarlo cuando entró por la puerta con una expresión de ¿felicidad? Espera un segundo, estaba… ¿sonriendo metido en sus pensamientos?
El peli verde se dio cuenta de su presencia y cambió su rostro a uno sorprendido.
-¡Bel!- incluso su voz tenía un tono de sorpresa-¿qué haces aquí? ¡se suponía que estabas en el cuarto!
El shokc fue tan grande que ni siquiera pudo reaccionar. Se podía decir, que literalmente era una escultura “real”. Mientras tanto, Fran se movía de un lado a otro inquieto hasta llegar a su gorro y colocárselo en la cabeza. Hizo el amago de voltearse e irse corriendo, pero un cuerpo se lo impidió, cayendo al suelo en el acto.
-¡oh! Buenos días Fran-chan, Bel-chan. Fran-chan, ten más cuidado cuando giras, te puedes tropezar.- Lussuria le tendió la mano y el menor hizo un puchero a la vez que la tomaba y se levantaba. Ya de pie, el más alto se dio cuenta que Fran estaba un poco sonrojado y no pudo evitar las ganas de abrazarle.
-¡L-Lussuria! ¿q-qué haces?
- ¡¡¡es que eres tan mono con el rostro sonrojado!!!
Fran se puso más rojo y se zafó del abrazo, justo en el momento en el que, junto con sus alardidos, entró Squalo.
-¡¡VOOOOOIIII!! ¿¿quién es el miserable que ha atascado el váter del tercer baño de la primera planta??
- Buenos días, Squalo.- saludó Fran mientras le dirigía una sonrisa.
Squalo lo miró confuso, luego miró a Lussuria y por último y por eso menos importante, la estatua de Bel, que seguía ahí.
-¡¡VOOOOOIII!! ¿se puede saber que te pasa, Fran? ¿estás enfermo?
- no, me encuentro perfectamente.
Belphegor, dando con la opción más razonable de porque se esté comportando de esa manera, la cual consistía que él en realidad era un enemigo, comenzó con su operación de exterminarlo, lanzándole un montón de cuchillos de los que la mayoría fueron esquivados y el la otra parte parados por una ilusión. Aquello no le sintió realmente bien al chico, poruqe, con un rostro confuso, dirigió su mirada a su amante.
-Bel, ¿Por qué hiciste eso?
-Shishishishi…Es muy sencillo, ¡porque tú en realidad no eres Fran, sólo eres un enemigo que mataré con mis propias manos después de torturarte!- dicho y hecho, comenzó am overse rápidamente en su dirección atacándolo, pero Fran sólo agachó la mirada y cuando estuvieron a unos pocos de metros, le dirigió una mirada dolida a punto de llorar y corrió lo más lejos que pudo, dejando caer su gorro al suelo.
Bel , sin embargo, cuando miró esa mirada sintió como si lo acabaran de apuñalar en el pecho y se quedó parado en mitad de la habitación. No sabía porqué, pero había algo muy dentro de él que le dolía al recordar la mirada de Fran. ¿realmente era un enemigo y no la persona que amaba? Miró al suelo, donde estaba el gorro. Se sorprendió, que al tomarlo encontró una nota en su interior.
-22 de diciembre; cumpleaños Bel…-Leyó en voz alta las pocas palabras escritas a la bulla.- Lussuria, dime que día es hoy.
- Es 22 de diciembre, tu cumpleaños bel-chan. ¿puede ser que te hayas olvidado? Esta tarde es la fiesta, que no se te olvide.- decía mientras posaba una mano en su mejilla y sostenía el codo del mismo brazo con el otro.- Pero antes haz las paces con Fran, has herido sus sentimientos.
- VOOOOIII ¡ y extermínalo si es un enemigo!
-shishishishishi… no hace falta que me lo digas, pelo de chica.
Belphegor salió corriendo en dirección de Fran a toda velocidad, cuando se lo encontró llorando en brazos de Mukuro. No era el momento ideal para que le diera un ataque de celos, pero, ¿qué mas daba? Fran tenía expresiones, Levi ha desaparecido, no ha escuchado los gritos de su jefe y al parecer Lussuria no creía que el menor fuera un espía, ¿qué importaba que ahora le daba al principito un ataque de celos? Si es que es obvio que lo único que faltaba era que de la nada aparecieran Fon y Mammon peleando por el imbécil de Skull. Era más que obvio que era el fin del mundo.
Cabreado, le lanzó unos pocos de cuchillos a la espalda del de peli piña, que evitó el ataque y desapareció en la niebla, no sin antes de despedirse con un beso en la frente a Fran y una sonrisa cínica dedicada al rubio. Eso si que fue la gota que colmó el vaso. Sin embrago, Fran fue el primero en hablar:
-¿acaso no has tenido suficiente? ¡Jugaste con mis sentimientos, me tuviste debajo de ti en la cama todas las veces que quisiste, hiciste conmigo lo que querías y luego me acusas de ser un enemigo! ¡aléjate! ¡déjame en paz!
Cada palabra únicamente hizo que Bel se enojara más y más, así que acabó por atar a un árbol por las muñecas a Fran y acercarse a él con un aura de total cabreo.
-¿Que jugué contigo? ¿Que hice lo que quise?¿que te deje en paz? Shishishishishi… parece ser que estás olvidando con quién estás hablando.- dicho eso, le cogió de la barbilla y lo obligó a mirarle en el lugar donde se suponía que estarían los ojos. – porque eres mío, yo decidiré si te dejo, si juego contigo o si acabo con tu vida. Tú no tienes ningún derecho de decirme todas esas barbaridades a real ser. Ahora sobre el peso de tus palabras.
Estaba a punto de cortar las ropas del chico cuando escuchó sus sollozos, músicas para sus oídos. Pero lo que más le deleitó fue verle el rostro lleno de lágrimas. Pero ahí estaba nuevamente ese dolor profundo de su pecho.
-y-yo sólo quería darte el mejor cumpleaños de tu vida… sinf…Solías decirme tanto que odiabas mi inexpesión que quise darte… sinf… de regalo todas las expresiones que pudiera durante…sinf… este día…
¿Existe algo de compasión en la monstruosa manera de ser de Belphegor? Era obvio que no. El simple hecho de escuchar los lamentos y sollozos de su amante hacía que se le parara y se excitara aún más. Por lo que, a la vez que le arrancaba las ropas con sus propias manos, estaba apunto de besarle con gran deseo su pequeña y temblorosa boca cuando, de pronto, abrió nuevamente los ojos y se encontraba en su cuarto, específicamente, desnudo en su cama a oscuras junto con su amante, que dormía plácidamente en sus brazos.
Primero, ¿aquello fue un sueño?
Segundo, ¿en que punto del sexo acabó durmiéndose abrazando a su pareja?
Tercero, estaba excitado.
Se sentó en su cama, a pensar unos momentos alguna respuesta para aquello, sin encontrar ninguna coherente. Sin embargo, Fran se despertó y frotándose los ojos, con una expresión normal. Bueno, tampoco cuenta como normal lo inexpresivo que era, pero se entiende.
-Bel… ¿se puede saber que haces despierto? La gente normal necesita dormir, no como tú, príncipe falso.- Su pareja únicamente se giró y le miró con lo que parecía una cara seria.- ¿qué pasa?- dijo eso, con un tono inexpesivo. Menos mal que sólo fue un sueño lo anterior.
Aliviado, pero con su “amiguito” parado, respiró hondo y formuló una única frase a la vez que tiraba al peli verde y se situaba encima suya;
-volvamos a tener sexo.
-¿Qué? ¡No! ¡Beeeeeeel!!!
Se escucharon gemidos desde aquella habitación durante muchas largas horas, mientras pasaban los periodos para comer, pero nadie se atrevía a ir allí a avisarles.