[Jonghyun]
La noche ya estaba en todo su esplendor, la obscuridad rodeaba la habitación, solo la luz de la luna colándose por la ventana me permitía apreciar la espléndida vista que tenía, y no, no se trataba de el cielo estrellado, si no de la figura semi desnuda de mi esposo, solo la ligera sabana cubría su espalda baja puesto que estaba boca a bajo, se podía escuchar su suave respiración, a pesar de que también me encontraba agotado, no podía evitar mantener mi mirada en él, era el ser mas bello que jamas pude imaginar tener y en ese momento ya era la persona con la que pasaría el resto de mis años de vida.
Me recosté sobre mi costado y me acerque un poco a su rostro, sus bellas pestañas, sus casi invisibles pecas, esas mejillas semi abultadas, esa pequeña y respingada nariz, y mi gran perdición, sus hermosos labios con esa tan marcada forma de corazón.
Acerque mi mano y con mi dedo pulgar, comencé a marcar el contorno de esos bonitos labios, pude observar como unos pequeños gestos aparecían por ese pequeño tacto, seguí mi recorrido pero cambiando de dedo, ahora mi índice comenzaba con el borde de su labio y bajaba lentamente para pasar por su barbilla, mi mirada seguía el camino de este, baje suavemente por su cuello, extendiendo un poco mi mano para que cuando pasara por un lado, mis demás dedos rosaran su manzana de adán, seguí el recorrido lentamente ahora por su hombro rozando en el camino aquella hermosa clavícula, pude ver como aquel cuerpo que yacía sin movimiento alguno empezaba a reaccionar a medida que avanzaba, mis dedos siguieron por su brazo y se detuvieron en cada dedo, para después voltear suavemente su mano y pasar por su palma, mi recorrido continuo con su espalda, siguiendo el camino de su columna, hasta que llegue al borde de la sabana, estaba por levantarla cuando una voz me detuvo.
-Mas te vale que duermas, creo que hemos tenido suficiente por una noche. - Su voz sonaba aun adormilada o tal vez excitada.
- Jamas tendré suficiente de ti Kibummie. - Me acerque mas a él, todavía tenía sus ojos cerrados, como obligándose a seguir dormido, acerque mis labios a su oreja besando su lóbulo para después con mi lengua recorrerla lentamente. - Ba...aah!... aah!... asta, basta, Kim Jonghyun. - Me separe por el movimiento brusco que había dado, estaba incado en la cama, su respiración estaba agitada, sonreí ladino al ver mas halla de su ombligo.
- Parece que tus palabras no coordinan con tu cuerpo amor. - Dije señalando su erección con mi mirada, el bajo la vista y se cubrió con la sabana.
- Yah!!, es tu culpa, deberías estar durmiendo. - Me pare un poco para acercarme a él, deje un beso lento en sus labios, para después jalar un poco su labio inferior al separarnos, el tenía los ojos cerrados, podía ver como sus tetillas comenzaban a delatar también su excitación. - Jjong~
- Sabes que si me dices así cuando estoy caliente no me hago responsable de mis actos. - Me acerque un poco mas, pero antes de siquiera volver a besar sus labios el me empujo a el colchón nuevamente.
- Por mas excitado que este, por esta noche es suficiente, es mas por unos días. - Lo mire entre asustado y confundido.
- ¿Que? ¿A que te refieres? - Alce un poco mi cuerpo sosteniéndome con mis codos, el volteo la mirada lejos de la mía y se recostó a mi lado dándome la espalda.
- Lo que escuchaste, ahora duerme, en unas horas debemos ir a trabajar. - Fruncí mi ceño, no sabia que pasaba.
- ¡Kibum! - Alce mi voz, estaba comenzando a molestarme.
- No me grites - volteo a verme solo un momento solo para dirigirme esa mirada que sabia significaba se estaba molestando.
- ¿Porque te pones de esta manera? ¿Mmmh? si apenas hace unas horas estabas gimiendo mi nombre. - Pude escuchar un suspiro claramente, rayos lo había hecho enojar, sabia que seguía una mirada asesina, pero al contrario de eso, solo escuche como unos murmullos de su parte. - ¿Que dices?
- ¡Que no quiero, no quiero volver a hacerlo!
- ¿Pero porque?
- Yah! todavía preguntas porque, hemos tenido tantas sesiones en lo que va de la noche que ya comienza a dolerme, listo lo dije, ahora duérmete perro insensible. - Una sonrisa apareció en mi rostro, junto con una casi inaudible risa. - Para ti es gracioso, tu no eres quien va a sufrir en la mañana y todo lo que resta del día.
- Perdón amor, no sabia que era de esa manera, es que cuando se trata de ti, siento un hambre furaz por hacerte mio a cada momento. - Pase mis manos por su cintura para abrazarlo y pegarlo a mi pecho, mis dedos hacían círculos en su abdomen, justo alrededor de su ombligo.
- Tu solo eres un calenturiento, por eso te tendré en abstinencia por una semana.
- ¿Estas bromeando cierto? - El se volteo y me beso los labios lentamente, pude ver una sonrisa en su rostro que alivio mis penas, sus mejillas estaban rojas y sus ojos brillaban.
- No, tal como escuchaste, nada de sexo por una semana, por calenturiento, ahora duérmete que si no serán dos semanas. - y volvió a darme la espalda.
Hice un puchero y cruce mis brazos sobre mi abdomen, parece ser que seria una semana realmente difícil para mi, tendría que recurrir a mi muy vieja amiga la mano, para poder soportarlo.