[Taemin]
Ver llegar a Minho con una gran sonrisa en su rostro y hablando tan amenamente con su madre me había tomado por sorpresa, no es que fuese algo malo, pero había pensado que para eso todavía faltaría más tiempo.
- ¿Dónde pongo las cosas Mamá? - Tanto Lim como yo miramos aquella escena sorprendidos, Minho le había dicho Mamá a DaSom, cosa que no habíamos escuchado de su parte desde que se habían conocido, sin duda alguna algo había pasado que provoco que Minho y DaSom convivieran de esa manera, que veíamos tan lejana.
- Ponlos en la repisa de la cocina Ming. - No sabíamos si era adrede o de verdad no nos habían visto, Lim me miro sorprendida y me hizo el ademan de que hablara, pero me parecía que no era buena idea, debía admitir que ver a Minho de esa manera con su madre me alegraba mucho.
- Mamá, el guisado está listo, no sé qué más vayas a preparar. - dijo Lim y la mire con reproche, pero sus palabras provocaron que ambos voltearan a ver que en realidad no estaban solos y que éramos cuatro personas en ese cuarto, Minho me miro y ladeo su rostro para después dedicarme una sonrisa.
Se acercó a mí y me tomo de las caderas para desaparecer la distancia entre nosotros y dejar un delicado beso, casi fugaz, provocando que me sonrojara por la acción repentina, pude ver claramente como DaSom nos miraba con una gran sonrisa, para después ver a su hija, quien nos ignoraba por completo, su actitud hacia nosotros había cambiado un poco.
- Ok Lim, voy a hacer unos cuantos acompañantes y preparemos unas cosas más. - Minho aún se mantenía abrazándome, y podía sentir su respiración en mi cuello. - Hijo espero aun no tengan hambre, parece que todavía demorare un poco, ¿porque no van al patio y disfrutan de la mañana? - Minho sonrió y asintió con una gran sonrisa, tomo mi mano y antes de que pudiera mencionar algo, ya estábamos entrando al patio trasero.
Me senté en medio de sus piernas en el sofá, sentí como sus brazos rodeaban mi cintura y recargaba su barbilla en mi hombro, acaricié sus manos con una mía y cerré los ojos por la gran comodidad que sentía al estar así con él, dejo un beso en mi mejilla.
- Te amo tanto. - dijo casi como un susurro cerca de mi oreja, haciendo que sonriera como un bobo.
- Yo también te amo. - dije girando para besarlo, suave y lentamente, disfrutando de ese momento lo máximo que podíamos, las manos de Minho acunaron mi rostro y yo me acomodé a tal manera de quedar ambos frente a frente, me mantenía abrazado a su cintura, nuestros labios mantenían un movimiento demasiado lento y agradable, él se separó un momento, sentí como tocaba mi nariz con su dedo y abrí los ojos aturdido.
- Eres tan hermoso. - Dijo haciendo que me sonrojara.
- ¡Yah! No lo digas así que me avergüenzo - el me abrazo fuertemente asiéndome reír.
- No lo puedo evitar, mi novio es el ser más hermoso sobre la faz de la tierra. - Reí más fuerte por sus palabras.
- Parece que el mío amaneció demasiado meloso. - el me alejo un poco y me miró haciendo un pequeño puchero, pellizqué su mejilla y le di un fugaz beso. - Me encanta que haya sido así, me podría acostumbrar a estar de esta manera todos los días.
- Haremos que así sea amor, solo debemos tener confianza en que todo saldrá bien y todos los días recibirás miles de besos de mi parte - ambos comenzamos a reír escandalosamente.
Me regrese a la posición que tenía en un principio y mire al cielo mientras Minho me abrazaba y dejaba pequeños besos en mi cuello.
- Min...
- ¿Mmm?
- Cuando volvamos a casa me gustaría que fuéramos a el cementerio. - lo voltee a ver y me miraba confundido.
- ¿Al cementerio? - asentí y lo besé nuevamente.
- Quiero ver a mi padre... - El me miró sorprendido, para después dedicarme una tenue sonrisa y asentir lentamente.
- Claro, tengo que presentarme ante mi suegro. - sonreí por su comentario.
- Uff te diré que es demasiado celoso conmigo.
- Comprendo el porqué.
- ¡Yah! - ambos volvimos a reír. - Ambos se hubieran llevado tan bien. - Dije triste, últimamente lo extrañaba más de lo normal, talvez se debía a que ahora mi madre se había casado y tendría a otro hombre a su lado, en realidad no sabía con exactitud, pero se sentía igual que cuando recién había fallecido.
- Hey, quita esa carita triste. - Trate hacer lo que Minho me pedía, pero lo único que logre fue una sonrisa nostálgica y una pequeña lágrima rodando por mi mejilla. - No llores Tae.
- Perdón me puse nostálgico. - dije limpiando mi rostro, pero las lágrimas comenzaron a salir más fluidamente, sin evitarlo me solté a llorar en el hombro de Min, él se mantenía acariciando mi espalda provocando que llorara aún más.
- Tae, sé que extrañas a tu padre y que desearías que estuviera aquí contigo, pero sé muy bien que lo que menos le gustaría es verte de esta manera, yo lo detesto y sé que él también lo haría. – Levanto mi rostro de su hombro y limpio mis lágrimas, dejo un beso en mi frente. – No conozco la sensación de perder a un familiar como tú, pero te puedo decir que tu dolor es el mío y si tu estas triste yo también lo estoy, amo ver tu sonrisa y escuchar tu risa, ver tus ojos brillar de felicidad y no cristalinos por las lágrimas, deseo con toda mi alma verte feliz siempre, por lo cual verte así me destroza el corazón.
- Perdón, pero no lo pude evitar…
- Lose amor. – Me volvió a abrazar y cerré mis ojos para tranquilizarme un poco. – En cuanto regresemos vamos a ir al cementerio y juntos le diremos a mi suegro lo felices que estamos juntos. – Asentí aun recargado en su hombro, él se mantenía abrazándome fuertemente.
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[Minho]
Estaba de camino a la oficina, estaba un tanto preocupado sabía que Kibum seguía molesto pues en el tiempo que había pasado en casa de mi madre, intente muchísimas veces ponerme en contacto con él, pero era mandado al buzón directamente.
Los berrinches de Kibum muchas veces me salían más caros de lo normal y sabía que en este caso no sería diferente, ya comenzaba a pensar que regalarle para que me perdonara, aunque por una parte deseaba que entendiera por qué no había podido regresar ese día que me había pedido hacerlo. Al llegar salude a SeulGi y ella me sonrió cálidamente.
- Hola SeulGi.
- Hola Minho ¿Qué tal tus días libres?
- Agradables, pero ya era momento de regresar, una disculpa si por mi causa ha habido más trabajo.
- O no, no hay problema, el único que ha trabajado más ha sido Kibum, que te comento ha andado un poco estresado. – Genial, las cosas no serían sencillas, suspire pesadamente.
- ¿Qué crees que sea mejor? ¿Ir a su oficina o que le hables para que hablemos?
- Yo diría que la primera, no quiero ser grosera y sé que es mi trabajo, pero un Kibum molesto y estresado no es nada agradable y no quiero ser regañada por él. – Reí por su comentario y asentí.
- No hare más largo mi castigo, lo iré a ver ¿Tengo algo programado para hoy?
- Solo una cita a medio día.
- Ok regreso en un momento, deséame suerte.
Dicho eso me encaminé al asesor, mi celular sonó y pude ver en la pantalla que se trataba de un mensaje de Taemin.
“Espero y tengas un excelente día, ya te extraño L”
Sonreí por lo cursi que muchas veces podíamos volvernos.
“También te extraño, quisiera estar en casa abrazándote y dándote mucho amor.
Gracias y deséame suerte voy en camino a ver a Kibum”
Las puertas del ascensor se abrieron, salude a la secretaria de Kibum.
- ¿Está ocupado?
- No, de hecho, no tiene mucho que llego, ¿Gusta que le diga que está aquí?
- No, voy a entrar, gracias. – Camine hacia la puerta y toque suavemente, escuche la voz de Kibum diciendo que pasara, tome el picaporte y antes de abrir la puerta me llego un mensaje de Taemin.
“Todo va a salir bien, Kibum es una gran persona, lo entenderá, no debes pensar negativo, te mando un beso y mucha suerte.
Te amo ♥”
Sonreí por sus palabras y me arme de valor, al abrir la puerta Kibum y yo hicimos contacto visual, el inmediatamente me frunció el ceño, sabía que empezaría a reclamarme.
- Antes de que me reclames, déjame decirte que fue meramente necesario el que no pudiera regresarme ese día, estaba de camino a casa de mi madre. – El me miro sorprendido y después me miro con una cara que me indicaba que siguiera hablando, suspire. – Me vino a ver y tratamos de solucionar nuestros conflictos, no puedo decir que ahora somos muy unidos y que todo el pasado se borró, porque no estaría diciéndote la verdad, solo te puedo decir que estoy contento de ahora por fin ya tener a mi madre a mi lado.
- Me alegro por ti, y no te preocupes ese día solo te necesitaba para que fueras mi padrino de boda, pero ya no importa. – Mis ojos se abrieron por sus palabras, el comenzó a acomodar unos papeles como si nada, como si no hubiera dicho nada importante.
- ¿QUE? ¿TE CASASTE?
- En primera no me grites, en segunda te dije que te arrepentirás de no haberte regresado y en tercera si mal no recuerdo te comente que no quería reclamos. – Ahí estaba el Kibum que estaba esperando, pero sus palabras sobrepasaron mi imaginación.
- ¿Cómo quieres que no te reclame? Mi mejor amigo se casó y yo no estaba enterado, ¿Acaso no pudiste esperar a que regresara?
- No Choi, no pude, las cosas no se dieron románticas como lo piensas, solo me case y ya, ahora tengo un papel que dice que soy esposo de Jonghyun.
- ¿Solo eso? ¿Qué más quieres? Maldita sea matare a ese cara de perro que tienes por nov… digo esposo.
- Si alguien merece que lo maten es a ti, Tu madre que te abandono cuando más la necesitabas, pero ¿fue más importante que yo?, escucha bien porque no lo voy a repetir, no estoy muy contento de haberme casado sin que tu estuvieras ahí, pero lo necesitaba rápido. – Lo mire confundido, ahora yo era quien lo miraba esperando más de su parte. – Jonghyun y yo planeamos adoptar, pero para eso necesitábamos estar casados.
- ¿Si sabes que aun así deben tener mínimo 3 años de matrimonio para que sean considerados aptos para adoptar? Vamos Kibum pudiste haber esperado unos días. – Comente triste.
- Lose, la señorita de servicios infantiles nos lo dijo, pero también dijo que sería más fácil que estuviéramos casados al meter la solicitud del segundo filtro. – Me miro y volteo los ojos frustrado. – Ok lamento haberme casado y no haberte esperado, lo que sea.
- Kibum, me alegra que estés casado con Jonghyun, pero no por eso te voy a negar que me duele el saber que no soy tu padrino.
- ¡Aish! Vas a ser el padrino de mi hija, ¿eso soluciona todo?
- En parte, te perdono en parte.
- ¡Ja! Ahora que ya fui en parte perdonado, ven acá y cuéntame cómo está eso de que ahora tu madre ya forma parte de tu vida, según recuerdo tu habías dicho que jamás la perdonarías, ¿a que se debe tu cambio? – Me acerque a su escritorio y tome asiento.
- En parte se debe a Taemin. – El comenzó a reír ruidosamente. – ¡Yah! Déjame terminar.
- Perdón, es que en verdad estas perdido por él… - Coloco su codo en el escritorio y recargo su barbilla en su mano. – Continua.
- Gracias, Como te decía en parte fue Taemin, me dijo unas cuantas cosas que me pusieron a pensar en la posibilidad de darle una oportunidad y luego hable con ella y decidí que dejaría que estuviera en mi vida de ahora en adelante.
- En parte me alegra y en parte me molesta. – Lo mire confundido. – Ella aparece después de años y como si nada hubiera pasado ahora formara parte de tu vida, es algo que ella no merece, pero si tu estas bien con eso, no tengo porque ponerme en contra.
- Se bien que no lo merece, créeme que mi ego me lo recuerda a cada rato, pero es una buena mujer, quiero confiar en que esta vez sí estará a mi lado y ya no me abandonará, aparte estoy suficientemente grande como para soportarlo en esta ocasión.
- Eso dices ahora, pero… - Se separó de la mesa y negó. - ¿Sabes qué? Mejor ni lo invoco.
Iba a contestarle cuando mi teléfono sonó, al sacarlo vi que nuevamente era un mensaje de Taemin, sonreí y lo abrí, pero al hacerlo me llevé una gran sorpresa.
“Mi madre y tu padre están de regreso”
Abrí mis ojos e hice una mueca, mi tiempo de calidad con Taemin había terminado y lo que estaba por venir podía ser riesgoso.
- ¿Pasa algo? – Pregunto Kibum
- Mi padre y Sunny están de regreso…
- Oh… ¿Eso es malo?
- En parte, Taemin y yo decidimos que era momento de hablar con ellos de nuestra relación, ya no queremos ocultarnos.
- Espero y lo tomen de la mejor manera, en especial la mamá de Taemin.
- También espero eso…
Se acercaba el momento de dar a conocer nuestro secreto y no podía mentir tenía miedo de lo que fuera a pasar.