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Ayuno por sugarlimbo

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Notas del fanfic:

Este fic fue dedicado a mi BFF (lol) Linna. <3

Notas del capitulo:

Esto es un drabble de 467 palabras. Como no cumple con el mínimo de palabras exigido por AY, estará copiado dos veces.

Nuevamente jalé de sus sábanas para que se levantara.

 

Maldito animal flojo. Aunque rodó por el impulso y quedó en el piso en posición fetal, no hizo ningún gesto de querer moverse. Casi me da risa, pero estaba demasiado estresado por el calor y no soportaba verlo dormir cuando él tenía que hacer el puto desayuno.

 

Le moví uno de sus hombros con mi pie para hacerlo reaccionar, pero nada. No quería acercarme más, no quería inclinarme. Todo me parecía agotador. Qué horror de día. Qué envidia el idiota que dormía ignorante a la fatídica tortura de la consciencia.

 

Suspiré aburrido de esperar, también medio adormilado, idiota, con el cerebro recalentado.

 

Mi desayuno”, le susurré el sobre su oído. Él sólo me respondió con un “Mmhn” suspirado y sus dedos se movieron por reflejo hasta volver a su estado de reposo original. Parecía que nada iba a funcionar.

 

Quizá en otro momento habría podido empinar mi pie y regalarle una linda patada en la espalda a mi hyung bello durmiente, sin embargo, en ese momento cualquier esfuerzo me parecía monumental. Mi cuerpo me ardía, mis ojos se cerraban. Finalmente me rendí con el desayuno y seguí la ruta de los sueños.

 

Me tendí en el piso y rodé hasta quedar en paralelo a Jinki y por fin cerré los ojos para morir pegado al piso. No obstante, las ganas de dormir desaparecieron en cuanto mi piel se acostumbró al frío del suelo. Y entonces abrí los ojos de golpe.

 

Y en ese momento comenzaron las alucinaciones. Algo sucedió en un período de tiempo indeterminado, que logró que de pronto toda mi percepción del mundo diera un giro inexplicable.

 

Esa espalda que estaba en frente mío tenía algo especial. Su silueta no fácil de describir, su tímida cintura, levemente acentuada por su posición, su camiseta adherida al cuerpo por el calor. Su oscilación al respirar, la tibieza que de su piel emanaba. Todo. Todo me pareció tan agradable.

 

Me llamaba.

 

Impetuoso, torpe, necesitado, me acerqué a ese bulto medio muerto. Fui en busca de cualquier excusa que pudiera conectarnos, cualquier cosa que justificara esa necesidad de juntarnos incluso con esa temperatura deshidratante.

 

Su aroma me provocó un hambre diferente, me relamí los labios.  

 

“Jinkiyah, mi desayuno”, le volví a decir sobre su lóbulo. Pero esta vez con todos los motivos ocultos que se pudieran encontrar. Humedecí cuanto pude la cavidad. Rocé con mis labios cada pequeña porción de piel que estuvo a mi alcance y respiré sobre ella.

 

Y dichosamente, por fin, una reacción: “Jonghyunah, qué calor”. Y luego un quejido quedo. Y entonces mi desesperación seguida de mi ataque.

 

Me relamí los labios, deshidratado, sudando a raudales, comiendo ansias.

 

Entonces mis dedos se volvieron curiosos.

 

Al parecer finalmente tendría mi desayuno.

 

 

 

Bendito el tacto, bendito calor. 

 

...Provecho.

 

 

 

Fin

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 octubre 2013

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nuevamente jalé de sus sábanas para que se levantara.

 

Maldito animal flojo. Aunque rodó por el impulso y quedó en el piso en posición fetal, no hizo ningún gesto de querer moverse. Casi me da risa, pero estaba demasiado estresado por el calor y no soportaba verlo dormir cuando él tenía que hacer el puto desayuno.

 

Le moví uno de sus hombros con mi pie para hacerlo reaccionar, pero nada. No quería acercarme más, no quería inclinarme. Todo me parecía agotador. Qué horror de día. Qué envidia el idiota que dormía ignorante a la fatídica tortura de la consciencia.

 

Suspiré aburrido de esperar, también medio adormilado, idiota, con el cerebro recalentado.

 

Mi desayuno”, le susurré el sobre su oído. Él sólo me respondió con un “Mmhn” suspirado y sus dedos se movieron por reflejo hasta volver a su estado de reposo original. Parecía que nada iba a funcionar.

 

Quizá en otro momento habría podido empinar mi pie y regalarle una linda patada en la espalda a mi hyung bello durmiente, sin embargo, en ese momento cualquier esfuerzo me parecía monumental. Mi cuerpo me ardía, mis ojos se cerraban. Finalmente me rendí con el desayuno y seguí la ruta de los sueños.

 

Me tendí en el piso y rodé hasta quedar en paralelo a Jinki y por fin cerré los ojos para morir pegado al piso. No obstante, las ganas de dormir desaparecieron en cuanto mi piel se acostumbró al frío del suelo. Y entonces abrí los ojos de golpe.

 

Y en ese momento comenzaron las alucinaciones. Algo sucedió en un período de tiempo indeterminado, que logró que de pronto toda mi percepción del mundo diera un giro inexplicable.

 

Esa espalda que estaba en frente mío tenía algo especial. Su silueta no fácil de describir, su tímida cintura, levemente acentuada por su posición, su camiseta adherida al cuerpo por el calor. Su oscilación al respirar, la tibieza que de su piel emanaba. Todo. Todo me pareció tan agradable.

 

Me llamaba.

 

Impetuoso, torpe, necesitado, me acerqué a ese bulto medio muerto. Fui en busca de cualquier excusa que pudiera conectarnos, cualquier cosa que justificara esa necesidad de juntarnos incluso con esa temperatura deshidratante.

 

Su aroma me provocó un hambre diferente, me relamí los labios.  

 

“Jinkiyah, mi desayuno”, le volví a decir sobre su lóbulo. Pero esta vez con todos los motivos ocultos que se pudieran encontrar. Humedecí cuanto pude la cavidad. Rocé con mis labios cada pequeña porción de piel que estuvo a mi alcance y respiré sobre ella.

 

Y dichosamente, por fin, una reacción: “Jonghyunah, qué calor”. Y luego un quejido quedo. Y entonces mi desesperación seguida de mi ataque.

 

Me relamí los labios, deshidratado, sudando a raudales, comiendo ansias.

 

Entonces mis dedos se volvieron curiosos.

 

Al parecer finalmente tendría mi desayuno.

 

 

 

Bendito el tacto, bendito calor.

...Provecho.

 

 

 

Fin

 

 

Notas finales:

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