Tenia el leve presentimiento de que estaba olvidando algo, pero simplemente, no lograba saber que. Otra vez, volvia a repetirse ese mismo sueño, todas las noches sucedia lo mismo, no había otra cosa que él soñara que no sean todas esas imagenes de una noche de aparente pasión.
Siempre era lo mismo, siempre era la misma escena.
Flashback:
La ropa se encontraba dispersada en todo el piso de la habitación, la pareja de amantes se encontraba devorando los labios del contrario, desde la puerta de la habitación hasta la cama matrimonial preparada especialmente por los dos.
La piel de él, era suave y morocha; al contrario que la mía, que era también suave pero pálida.
Gotas de sudor recorrian sus cuerpos que entre caricias y jadeos, reclamaban más del otro, reclamaban el poder unirse en uno solo, en completa armonía, como siempre había sido.
Desde que pisarón la habitación hasta que llegaron a la gran cama, él fue dejando pequeñas marcas en su pecho y cuello, ya que lo traía enrollando sus piernas en su torso mientras apretaba su pequeño y apetecible trasero.
Al colocarlo en la cama, quitó la camisa que llevaba el menor que hasta esa altura, era lo único que quedaba además de la ropa interior, en el más pequeño de los dos.
Sus labios y sus respiraciones se fusionaron en un apasionante pero tierno beso, sus ojos se cerraban, sus latidos se sincronizaban, sus labios...solo se besaban.
El mayor, acariciaba la cintura de su amante con ambas manos que se encontraban ansiosas de repetir nuevamente lo sucedido hace un par de noches atrás. El besaba, mordía, lamía y chupaba esos sonrosados botones de su amante, realmente lo volvía loco con tan solo tocarle, le hacía perder la cordura como nunca nadie lo había hecho, eso era lo que le encantaba de él.
El menor solo trataba de contener sus gemidos y jadeos que la verdad, eran imposibles de contener. Su rostro se encontraba sonrojado y extasiado de placer, sus ojos brillantes representaban inocencia, sin embargo, la lujuria estaba claramente dominandolos cada vez más.
Fue bajando nuevamente poco a poco su mano por su pecho, luego por su torso hasta llegar a su ropa interior.
El tocaba y acariciaba al erecto miembro del chico que solo podía limitarse a seguir gimiendo y jadeando para el mayor, era música para sus oídos.
Una sonrisa lujuriosa paso por los labios de el mayor el cuál se acercaba peligrosamente hasta el oído del chico.
-Me encantas...-
Susurro para luego morder levemente el lobulo de su oreja. El menor sabía lo que vendría por lo que simplemente sonrió para él...dios, cuanto amaba esa sonrisa.
El mayor despojo de su única prenda al chico para luego comenzar a masturbarlo lentamente, él quería escuchar como gritaba su nombre, quería que solo fuese de él, no quería que nadie más lo mirara, quería que fuera solo suyo.
El menor estaba viviendo una tortura por lo lento que iba su amante, por lo que empezó a gemir el nombre de el mayor para luego, pedir que se apresurara.
Como siempre, él complacia el pequeño capricho de su pareja porque sí, era solo suya.
Cuando el chico se corrió, utilizo su propio fluido como lubricante. Primero entro un dedo, el cual se estremecio, era realmente incomodo, a pesar de que lo habían repetido un millón de veces, aún no se acostumbraba a ese dolor.
Luego ingreso el segundo dedo en su entrada, pero al ver como lágrimas caian de los ojos del menor, para intentar distraer la incomodidad siguió estimulando los rosados botones.
Después de ingresar el tercer dedo, poco a poco todo se volvió placer. El mayor simulaba envestidas con sus dedos mientras el otro gemia debido al placer que sentía en ese momento.
Al estar preparado, saco sus dedos de su entrada y en su lugar, coloco su erecto pene que estaba pidiendo a gritos atención.
Al entrar, se quedo quieto, esperando a que el chico estuviera listo para continuar. Unos segundos después, Comenzó a mover sus caderas dandole paso así a continuar.
El penetraba de manera un poco salvaje recibiendo así gemidos por el momento que le estaba haciendo pasar al chico.
La habitación estaba inundada de gemidos, jadeos y pasión, había una rara mezcla de tabaco y colonia que no hacía más que acompañar el fantastico momento para los amantes.
Al terminar el acto, ambos terminaban abrazados en la cama hasta quedarse finalmente dormidos, olvidando lo que le esperaba afuera de esas cuatro paredes.
Fin del Flashback.
Al despertarse, lagrimas caían de sus ojos, realmente no sabía quienes eran esas personas, no las conocía de ninguna parte.
Sentía un dolor en su corazón, porque lloraba? No lo sabía, solo lo hacía.
El principio de todo, sucedio hace un par de siglo atrás...
Una pareja de amantes solía encontrarse en la habitacion de una pencion escondida en los barrios bajos. Nadie debia enterarse su relación por que todo debia ser un secreto... Porque en secreto? Pues la sociedad no aceptaba que ambos eran hombres.
A ellos no les importaba, ellos eran felices con tenerse el uno al otro, ellos vivian en su propio mundo, era su pequeña burbuja de amor.
El menor de ellos, era un chico comun de 16 años, que ayuda a su madre cuidando a su hermanos. Su vida siempre fue tranquila, a exepcion de su pequeño y peculiar gusto.
El chico estaba perdidamente enamorado del ayudante de su padre que trabajaba en la contrucion del mismo. Él era un hombre de 27 años muy amable y atento.
El chico sin dudarlo le entrego su corazón y El mayor con ternura lo acepto, creando así una relación. Nadie sabía de ellos o sus encuentros debido a que era prohibido, sin embargo, a ellos no les importaba...eso solo lo hacía más apasionante y romantico.
Todo iba bien, hasta que sus padres descrubieron su relación.
Como era esperable, ambos no aceptaron la relación que vivia su hijo diciendo que era solo una blasfemia, un horror, un pecado.
Ambos no querían que su hijo tuviera ese tipo de relaciones, "Como lo veria la sociedad?" y "Eso es un pecado, dios no lo aceptaria nunca!" eran algunas de las palabras que sus padres le repitieron al chico durante días.
El nunca les hizo caso a sus padres, siempre ignoraba los comentarios que hacian hacia su relación, después de todo, no le importaba en lo más absoluto.
Pronto la noticia paso en boca de todo el mundo, haciendo que los altos mandos de la iglesia se presentaran en el hogar del chico, para poder hablar con los padres.
La cosas se empezaron a emeporar, pero apesar de todo, ellos trataban de mantener su relación como antes, pero era imposible. La sociedad los rechazaba, El mayor sin empleo, su desesperación fue aumentando cada vez más, solian pensar planes para poder estar juntos y que todo sea como antes, sin embargo, no podían hacer mucho.
Tiempo Actual
Luego de haber estado llorando por casi dos horas él se durmio de nuevo hasta que sintio los rayos de sol en su cara y decidio que por fin era hora de levantarse. Como cada día él preparaba su desayuno, se duchaba y volvía de nuevo a la rutina solo que no sabia que ese día cambiaria el resto de su vida. Felice un chico de 16 años estaba apunto de descubrir que su vida cambiaria para siempre.