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La promesa. por NoticeMeSenpai

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Notas del fanfic:

Este fic es un One-Shot. 
Si hay un fic similar no tenemos conocimiento, agradeceriamos que nos lo informaran. Los perdonajes pertenecen a Akira Amano-sensi

Esperamos que lo disfruten.

 

Nicky-Chan y Mizu-Chan.

Iba en su auto a una velocidad inigualable, al llegar a la mansión fue directo al despacho de Tsuna. Al entrar, encontró una nota: "Fui a la Mansión Tiger. Deja aquí el informe. Me llevo a Gukudera y Mukuro con amor, Tsuna. "

Estaba cabreado. Se fue solo con ellos. No era que fueran unos inútiles pero no confiaba en los Tiger, le daban mala espina, su sexto sentido le decía que algo estaba mal.

Al llegar noto que no habían guardias. Bajo del auto y se dirigió a la casa a toda velocidad. Al cruzar la puerta pudo divisar a los cuerpos de los guardias y a Mukuro. Lo sabia era una trampa. Pero...y Tsuna? Corrió hasta la planta de arriba. Los años de Hitman le habían enseñado a no mostrar la desesperación, por eso por fuera parecía que lo que veía no le importaba o le causaba alguna emoción pero por dentro esta muy preocupado por Tsuna.

-"Donde demonios esta?!"-Se repetía mentalmente.-

En el segundo piso se encontró con más cadáveres pero en las escaleras que daban al tercer piso se encontró con un Gokudera tirado en el suelo, ya sin vida. 

-"Donde esta Tsuna?! Si él esta aquí donde esta?!".- Pensaba un muy preocupado Reborn.-

Subió las escalera y llego al tercer piso. Allí detrás de una pila enorme de cadáveres, se encontraba el gran Hibari Kyoya claramente muerto también.
Su desesperación aumento al punto de gritar el nombre de su amado y reflejar en sus ojos toda la preocupación guardada desde que vio la nota en el despacho de Tsuna.

-Tsuna, donde estas?!.-Grito el nombre de su amado por todo el recinto. Ya no le importaba si habían sobrevivientes o no, lo que verdaderamente le importaba era donde estaba Tsuna. Detrás de Hibari, se lograba ver un pasillo.
El siguió el camino de sangre encontrandose al final del pasillo una gran puerta. Al abrirla se encuentro con la cabeza del Jefe y a su lado, Tsuna.

-Tsuna, demonios, porque no me esperaste?!.-Logro decir dándole una vista rápida.

Luego de eso se comunico con la base Vongola y pidió ayuda. Les dijo la situación en una forma rápida, ellos le respondieron que la ayuda iria en camino junto a Shamal pero pasaban los minutos y Shamal no llegaba.

En la habitación solo se podía sentir el olor a sangre mezclada con pólvora. La habitación era un completo desastre. Habían cosas desordenadas, rotas y hasta inclusive sucias.
El miedo lo invadía, debía admitirlo, estaba aterrado. Tsuna estaba cada vez mas pálido y sus manos mas frías. El brillo inocente que brillaba antes en sus ojos, poco a poco se apagaba...Reborn temía que su Dame-Tsuna se fuera, él no quería eso...no iba a permitirle irse.

-Reborn...-Susurro Tsuna con pesadez.-

-Tranquilo, ya estoy aquí...Dame-Tsuna tienes que ser fuerte, saldremos de esta.-Le respondió rápidamente mientras lo abrazaba con delicadeza, no iba a soltarlo, no iba a dejarlo.-

Los minutos pasaban y la desesperación de Reborn crecía. Donde mierda estaba Shamal cuando se le necesitaba?. A pesar de no demostrarlo, Reborn estaba aterrado, incluso más que Tsuna.

-Me amas?.-Soltó de repente Tsuna.-

-No es momento para esto Tsuna.-

La preocupación aumentaba y Tsuna se estaba desvaneciendo, para peor él no podía hacer nada. Tsuna tenia pequeñas heridas por todo el cuerpo pero la mas preocupante era la mas grande que atravesaba todo el pecho. También la otra que era preocupante era una más pequeña pero aún así, no menos importante debido a su profundidad.
Tsuna estaba perdiendo mucha sangre. El brillo en los ojos de su pequeño ángel se desvanecía, realmente le rompía el corazón. Ese pequeño chiquillo lo enamoro con cada ocurrencia y con la inocencia que lo caracterizaba en este momento se le estaba yendo de las manos. Lo hizo sentir orgulloso con cada acción y hasta incluso fue una de las pocas personas que logro ver el fondo de su corazón... su pequeño se le estaba escapando de las manos, lo estaba perdiendo.

-Te amo más que a mi mismo.-Confeso Reborn sintiendo que en esa dos frases se le iba la vida.-

-Gracias... Gracias por amarme. Gracias por enseñarme todo lo que conozco y todo lo que se... Gracias por todo. Te amo y te amare siempre, no lo olvides.- Se estaba desvaneciendo, Tsuna sabía que ya no podría resistir más.-

-Tonto, por que te despides? Ahí viene Shamal. Él te va a curar. Luego que te recuperes te daré un entrenamiento de los mi demonios.-Las lagrimas caían libremente por la cara del hombre de rizadas patillas.-También a solas te haré mio. Pedirás a gritos más para luego dormir abrazados y al despertar te comeré a besos si se nos hace tarde para seguir trabajando, como siempre... verdad Tsuna?.- Las lagrimas seguían rodando por su rostro.-

-Reborn...te amo.-Dijo en un susurro Tsuna para luego cerrar sus ojos y descansar en paz.-

Tsuna se desvaneció como si fuera ceniza entre los brazos de su querido amado, Reborn. El hitman solo pudo aferrarse a Tsuna, él no quería creerlo, él no podía creer que su Dame-Tsuna se fuera así como si nada, pero debía aceptarlo...su pequeño se había ido.

En una lluviosa tarde de Marzo, se enterraba al Décimo Vongola... el cielo solo lloro.

El décimo heredero de los Vongola, Tsunayoshi Sawada había caído en manos enemigas. Los rayos eran los gritos silenciosos de las personas que rodeaban al el cielo. Nadie dijo nada, entendían que no había palabra para calmar el dolor de el pobre corazón de Reborn que aunque se hiciera el desentendido, en ese momento se encontraba muerto en vida.

Como fue que paso? Todo sucedió cuando Tsuna recibió la llamada de el líder de la Familia Tiger los cuales querían firmar la alianza de forma desesperada diciendo que era para que los Vongola pudieran protegerlos. Al décimo no le quedo de otra que aceptar ya que su noble corazón no podía decir que no. En ese momento, Reborn se encontraba en una misión junto a Yamamoto por lo que decidió llevar a Gokudera y a Mukuro. En el camino a la mansión de los Tiger se les unió Hibari que con los años y por claras amenazas de Reborn se había vuelto sobre protector con el décimo Vongola. Al llegar a la mansión todo pintaba bien pero al momento de ingresar los emboscaron. Los primeros en caer fueron los guardianes de la Tormenta y la Niebla.

El guardián de la Nube defendió con todas sus fuerzas y su ultimo aliento a su jefe pero por desgracia, no vio venir un golpe y Tsuna sin pensarlo o dudarlo lo recibió. El golpe fue directo en el pecho logrando una gran herida. La pelea siguió, no pensaban en rendirse, no lo harían tan fácilmente pero para su desventaja eran varios sus enemigos y estaban a su misma altura... ellos se descuidaron y para peor,callo el guardián de la Nube. El Cielo al ver esto perdió el control y aunque eran muchos los enemigos que lo rodeaban, los aniquilo a todos. Gokudera, Mukuro y Hibari se encontraban muertos y para colmo la Familia Tiger había traicionado su confianza...esto definitivamente no se quedaría así.
Tsuna creyó que ya había terminado con todos pero el no contó con que uno de los tantos enemigos se levantaría, fue en ese momento que lo ataco por la espalda...ahí fue que se hizo la herida de la espalda la cual sin saberlo, lo condenaría a la muerte.

Luego de haberse desecho del ultimo hombre, ya no le quedaban fuerzas. 
Callo al suelo y solo pudo cerrar los ojos.

-Reborn me va a matar por descuidado...mierda, me espera un entrenamiento espartano.-

Al abrir los ojos allí vio a su marido, al gran amor de su vida.
Él sabía que la herida provocada en el pecho y la espalda eran fatales, sabía que no viviría...pero por un lado se encontraba feliz, estaba en paz. Ahora si podría marcharse sin remordimientos, en ese momento ya no le importaba marcharse porque pudo ver a Reborn.
Él recordaba una pequeña y tonta promesa que se hicieron en una de las tantas misiones en las que casi murieron...Reborn si la cumplió al pie de la letra...Reborn estuvo en el momento en que se marcho y eso lo hacia muy feliz.
Tsuna se marcho pero lo hizo con una sonrisa reflejando la paz y tranquilidad que tenía en ese momento porque el esperaría a su gran amor... en la otra vida.

 


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