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Por un partido por dark kirito

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Notas del fanfic:

Kuroko no Basuke pertenece a  Tadatoshi Fujimaki-sensei.

Notas del capitulo:

Kuroko no Basuke pertenece a  Tadatoshi Fujimaki-sensei.

Después del partido que tuvo lugar en la final de la Winter Cup, tanto Kuroko como Akashi habían comenzado una amistad, su relación ya no era más la del capitán con un miembro del equipo, esta vez sus lazos eran más fuertes, por primera vez en la vida se podía decir que se entendían, fueron años de una relación competitiva, para ver cuál estilo de baloncesto triunfaba solo el otro, el pelirrojo había sido vencido, sin embargo por primera vez en la vida sintió que comenzaba a vivir, y todo se lo debía a ese peli celeste tan inesperadamente obstinado, el que a su manera siempre se mantuvo a su lado, pues jamás le olvido, era extraña la manera de sentirse unido al joven a pesar de no tenerlo junto a él, la relación que tenían era complicada, pero al fin veía una luz en el oscuro camino que había trazado para él su padre, irónicamente una sombra le había traído luz a su existencia, y a partir de ese momento no podía pensar en otra cosa que no fuera esa persona.
Habían quedado de verse en el parque para poder jugar un pequeño partido, pues si hay algo que ambos aprecian es el baloncesto, el deporte que haría que sus caminos se cruzaran.
Como siempre, el emperador había llegado puntual, pues es muy difícil quitarse viejos hábitos y nada como su sentido del deber, sin embargo cinco minutos después llegó la razón de su reciente felicidad.
-Lo siento ¿te hice esperar mucho Akashi-kun?
-Para nada Tetsuya, es solo que me gusta llegar temprano.
El oji celeste sonrió de forma imperceptible, pero si había alguien en el mundo que siempre se daba cuenta de sus reacciones, este era el joven frente a él.
Emprendieron la caminata, y pronto llegaron al lugar donde tendrían el partido, pero unos chicos se les habían adelantado, y tenían un juego, era el clásico cinco contra cinco, pero el peli celeste no estaba molesto, al contrario, si había algo que amaba con todo su corazón, era lo que estaba frente a él en este momento, el básquet, algo que quiere con tanto fervor que pude alegrarlo o lastimarlo del mismo modo como ya le paso una vez, cuando estuvo a punto de dejarlo.
El joven se emociona, pues pronto dará inicio el partido, su corazón late con rapidez, sus ojos brillan, aunque para cualquier persona, el solo observa con su común apatía, pero no engaña los ojos del emperador, nunca lo ha hecho y nunca lo hará, el balón se pone en juego, la pequeña sombra sujeta con fuerza la reja que rodea la cancha, sus ojos siempre observadores van de un lado al otro, su sangre hierve, sus deseos por tocar el balón le carcomen, pero sus pies no se mueven, está demasiado metido en el juego para mover un solo músculo, el pelirrojo le mira dulcemente, para el no había nada que le hiciera más feliz que ver emoción en el joven que le salvo de la oscuridad, de la persona que le salvo de su otro yo, con el cuál había perdido la batalla por voluntad propia, y sin embargo no podía escapar de su poder, pero pronto esa felicidad escapó de su rostro, al notar que el menor ya no se veía feliz, sino todo lo contrario, su mirada se había transformado en una de dolor, siguió la trayectoria de la mirada del chico, para darse cuenta de que el partido era todo menos un juego, se había convertido en una brutal lucha por ver quien mantenía el balón por más tiempo, y esta para nada era justa, pues un grupo de chicos que parecían de secundaria estaban siendo apaleados por los otros que parecían estar en universidad, los últimos eran terribles jugando, pues eran del tipo que prefieren ganar un juego con faltas en lugar de habilidad, no pasaron ni cinco minutos, cuando los más jóvenes estaban rendidos en el piso, exhaustos, con múltiples heridas, y completamente humillados, ante la burla de los más grandes, esto enfureció al oji celeste, que tomo el balón que quedará completamente olvidado en el suelo, si, esas personas no respetan el baloncesto.
-¿Qué no es suficiente con haber ganado?- dijo al fin .Por un momento todos se sobresaltaron pues no habían reparado en su presencia, pero pronto su actitud cambio a una hostil.
-¿Quién rayos te crees enano?
-Nadie en especial, pero no me gusta la gente que menosprecia al oponente.
-Eso a ti te da igual, los fuertes son los que gobiernan, dudo que tengas alguna habilidad, así que piérdete y no molestes.
-Vaya ¿así que son del tipo de persona que huye ante un rival poderoso?- esta vez hablaba el pelirrojo que había seguido a Kuroko.
-Ja ja ja. ¿Hablas en serio? Ustedes son un par de enanos, el baloncesto es un deporte de altura, tipos como ustedes no son rivales para nosotros.
-¿Quieres averiguarlo?-decía el emperador.
-No me culpes si terminan heridos.
-Lo mismo digo.
-¿No van a buscar compañeros?
-No te preocupes, somos más que suficientes.
-Maldito engreído.
Kuroko no había dicho una sola palabra, pero se veía en sus ojos que estaba totalmente de acuerdo con lo que planeaba el emperador, no, el pelirrojo había cumplido en realidad su deseo.
Los jóvenes derrotados salieron de la cancha y se quedaron a mirar el partido, pues estaban preocupados por los recién llegados, pues si comparas la altura, estos últimos salen perdiendo y por mucho.
Al fin el balón se pone en juego, el sujeto más alto gana el balón, da un par de rebotes en el piso, y driblea, pasando al pelirrojo que ni el intento hace por detenerlo, corre con una velocidad en verdad impresionante, toma el balón con ambas manos, salta y hace un dunk, por un par de segundos el sonido del balón por la canasta resuena en el lugar, el balón cae al suelo, y el sujeto voltea para ver la expresión en el rostro del pelirrojo, pero se sorprende un poco al notar que este le mira fríamente.
-Espero que hayas disfrutado esos dos puntos, porque son los únicos que meterás.
-Si claro cómo no.
El sujeto no puso verdadera atención a sus palabras, y un compañero suyo tomo el balón, pero pronto este desapareció de su campo de visión, por lo que se quedó parado en seco.
-¿Eh? ¿Qué paso?
-¡Idiota no pierdas el balón!!!- le gritaba uno de sus compañeros.
Pero nadie pudo hacer nada, cuando este tomo una trayectoria extraña, provocando que llegara sin esfuerzos el pelirrojo, que en cuanto lo tuvo en sus manos metió una canasta de tres puntos.
-¿Qué rayos pasó?- preguntaba uno de ellos.
-¡No pierdan la concentración!!! ¡Solo fue suerte!!!!
Y todos corrieron en busca del balón, iban con dirección a la canasta, pero una vez más, el balón había escapado de sus manos y tomado esa extraña trayectoria a manos del pelirrojo, comenzaban a ponerse nerviosos, y eso iba para los que estaban tanto dentro de la cancha como fuera de ella, esta vez no decían una sola palabra, pero una vez más el balón hacia extraños movimientos para terminar en un enceste, de pronto todos rodearon al emperador, estando el solo y rodeado no podrá hacer nada, solo uno de ellos fue tras el balón, pero este terminó por encestar.
-¿Entró solo? ¿Qué rayos está pasando? ¡Estás haciendo trampa!!!!
-No entró solo, yo fui quien encestó.
-¡Aaaaaaaaaaaaaa!!!!
Todos los presentes habían gritado, bueno a excepción del pelirrojo, pues habían olvidado que otra persona estaba ahí, ni ellos se explicaban como había pasado, pero ya no tendrían el factor sorpresa, esta vez no podrían anotar un solo punto, dos de ellos marcaron a Kuroko con la intención de impedir todo movimiento, una vez más el balón se puso en juego, pero increíblemente habían perdido al peli celeste de vista, y habían conseguido anotar puntos nuevamente.
Por más que los mayores trataron de detenerlos una y otra vez, estos terminaban encestando, y el partido terminó sin que anotaran un solo punto desde aquel que el pelirrojo permitiera, el sujeto más alto estaba furioso, pues los chicos eran tan buenos que ni una sola falta lograron cometerles, si no podía ganar en el baloncesto, les haría saber su lugar con sus puños, fue hacia la persona que a su parecer se veía más débil, el peli celeste, con la intención de darle un par de golpes, pero el pelirrojo se interpuso en su camino, no importa, después de el, sigue su amigo, levanto su puño con la intención de herirlo en la cara, cuando se dio cuenta de que estaba en el piso, el menor le miraba hacia abajo.
-¿C-Cómo rayos lo hiciste?
-Soy absoluto- su mirada era aterradora- personas como ustedes no merecen practicar este deporte.
-¡¿Estás loco?!!
-Te lo dije, soy absoluto, jamás me equivoco, si digo que no mereces practicarlo así es.
Algo en su mirada le causaba el más profundo terror, no pudo llevarle la contra, y solo se limitó a asentir con la cabeza.
-¿Akashi-kun?
-Tal vez no fue como lo planeamos, pero pudimos jugar juntos ¿te parece si vamos por una malteada de vainilla para celebrar?
Esta vez el menor sonrió de forma notable, y se fueron del lugar, mientras caminaban, el peli celeste quería disipar sus dudas.
-¿Por qué quisiste tener un partido con ellos?
-Porque me di cuenta de que su actitud te molestaba.
-¿Fue por eso?
-Sí, yo haría todo por ti Tetsuya.
El menor se sonrojo y no dijo nada más, pronto llegaron al lugar y compraron las bebidas para sentarse en una mesa.
El oji celeste se veía nervioso.
-¿Qué significa lo que dijiste Akashi-kun?
-Pues justo eso, haría lo que fuera por ti, después de todo tú salvaste mi vida.
-No hice tal cosa.
-Para ti, puede que lo parezca, pero es ni más ni menos como lo veo yo.
El joven volvió a sonrojarse.
-T-también eres importante para mí.
-¿Entonces puedo hacer algo?- dijo sentándose a un lado del joven, que entendió las intenciones del pelirrojo, así que cerró los ojos, lo que el oji rubí tomo como una respuesta afirmativa, poso suavemente sus labios en los de su amado, dando un tierno y dulce beso, para posteriormente retirar su rostro, ambos sonreían.
-Quiero que seas mi novio Tetsuya.-Nada me haría más feliz Akashi-kun.
El mayor le beso una vez más, para luego abrazarlo de forma dulce.
-¿Puedo darle una probada a tú malteada? Siempre me he preguntado porque te gustan tanto.
-Claro- le dijo el peli celeste con una bella sonrisa, solo para él, acercando el popote, el pelirrojo acercó lentamente sus labios a la pajilla, pero pronto puso una cara curiosa y se alejó de la bebida.
-¿Qué sucede Akashi-kun?
-Está muy...dulce.
-Vaya no sabía que tenías tus debilidades.
-Ni yo.
Ambos se quedaron mirando un momento, para luego reír, tal vez al lado del oji celeste, Akashi descubra que no es tan absoluto como siempre pensó, pero esto no le molesta para nada, porque gracias a él, al fin puede comenzar a vivir.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, y si es así, les invito a leer mis demás fics gracias por leer >////<


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