Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Profesor Favorito [Ryuga x Kyoya] por Midori-Hikari1312

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

He vorvido!!! ?)

Okno >w<

Aquí les traje el capítulo de hoy y un pequeño anuncio:
Como saben ya las clases están a punto de terminar, aunque para mí ya lo hicieron. Punto es que, los miércoles yo entraba tarde, casi a las nueve de la mañana, por lo que me iba a casa de mi padre y esperaba a que se hiciera la hora aprovechando que ahí hay internet. Y como saben, ese es el día en el que yo actualizo.

Ya deben tener una idea de a dónde va todo esto.

Yo sigo sin internet en mi casa, así que va a haber un problema en cuanto a las actualizaciones. Tal vez lo haga ahora los fines de semana, aprovechando que esos días me voy a que mi abuela y también hay internet, pero no es muy buena.Lo que quiero decir con esto es que tal vez pase un tiempo (espero no mucho) para actualizar los siguientes capítulos.

Sólo quería avisarles, para que no sean como yo cuando los autores no actualizan sus historias xD Me pongo algo histérica y mando al diablo a todo el mundo ?)

Ok, sin quitarles más tiempo. Aquí el capítulo. *^*

Imagen Gráfica del Capítulo <3

http://orig01.deviantart.net/e93b/f/2016/174/c/2/c2cb075b33799df4d8f8e9ccc9a4889b-da7be5m.png

Perdón por los errores u.u

-Kyoya-

 

No sabes si ir a buscar a Ryuga, o simplemente dejar que el apareciera sólo.

 

Al final, al salir del instituto fuiste a casa de Gingka a pasar el rato. Además, tenías mucho tiempo que no ibas a su casa. Pero ese “rato” terminó convirtiéndose en un par de horas más.

-Creo que ya es hora de irme, es bastante tarde- dijiste levantándote y dejando la taza de café vacía en la mesita a tu lado.

-No~ Kyoya quedaste un rato más- lloriqueo el pelirrojo- A-Además, no puedes dejar nuestra conversación a medias, tienes que hacer algo- dijo haciendo que te vuelvas a sentar.

-Gingka, ya terminamos de hablar sobre eso. No sé dónde está Ryuga, no sé donde podría encontrarlo y no me debería interesar que es lo que podría estar haciendo ahora- desviaste la mirada algo nervioso de volver a ese tema, ya querías irte a casa y dejar eso de lado.

-Exacto. No debería, pero si lo hace. Te interesa mucho que es lo que pase con ese chico- dijo con cierta picardía tu compañero.
-Ya Gingka, es suficiente- dijiste levantándote nuevamente y llegar hasta la puerta.

-Ok, ok, nos vemos mañana entonces- se levantó y te acompañó hasta la puerta. Estuviste a punto de despedirte como siempre haces cuando notaste que Gingka estaba algo inquieto.
-¿Sucede algo?- le preguntaste extrañado.

-No…- dijo tratando de sonar natural, pero su voz salió algo extraña.

-Dime qué es- ordenaste y él se quedo unos segundos callado antes de suspirar.

-E-Ese chico...- habló sin mirarte y unía sus dedos índices nerviosamente.

-¿Ryuga?- preguntaste.

-No...Bueno si. El chico, su amigo... E-El de cabello largo... ¿Él ha hablado de mí? Digo, has escuchado que dice algo sobre mi alguna vez en tus clases- dijo rascándose la nuca.

-Te gusta ese chico- al decirlo sonreíste de lado.

-¡Claro que no!- afirmó casi tan rojo como su cabello.

-No te lo estoy preguntando. Él te gusta- dijiste sin dejar de sonreírle- Y que yo sepa, no lo he escuchado hablar sobre ti- dijiste con cierta lástima al matar la esperanza de tu amigo- Bueno, es tiempo de irme, aún no para de llover y las calles debes estar terribles.

**


~Ryuga~

-Vaya, es muy tarde...- susurraste sentándote frente a un local es específico, el mismo en donde hace varios meses viste a Kyoya por primera vez. A esas horas estaba cerrado, la verdad todo estaba cerrado, las calles oscuras siendo tenuemente iluminadas por las luces de las calles y sólo se escuchaba el fuerte ruido de las gotas de agua caer al suelo.

Estabas empapado, moreteado y cansado, hace un rato habías tenido una pelea tres contra uno donde habías salido muy lastimado. Aparentemente una de las chicas con las que te habías acostado últimamente tenía novio, y éste chico quiso salirse con la suya cobardemente y terminó inconsciente junto con los otros dos, además se metieron con tu moto y ahora estaba prácticamente en ruinas, así que ahora sí ya no sabías ni a donde ir ni que hacer.

-Ah! ¡Quiero dormir!- te quejaste dando un grito aire, tomate tu chaqueta y trataste de cubrirte más con ella, aunque estaba completamente empapada junto contigo.

Estuviste hay un rato más, la verdad estabas considerando la idea de quedarte dormido ahí mismo y al despertar irte a tu casa en un taxi, pero podría darte una neumonía si haces eso.

Te dolía todo el cuerpo, además de que aparentemente tenías una importante herida a un costado que no dejaba de sangrar.
-Genial...- susurraste con ironía cuando te diste cuenta de que un auto de estacionaba frente a ti, seguro era otro bastardo que trataría de robarte lo poco que tienes.

-¿Ryuga?- al escuchar la voz de la persona que te llamaba sentiste como tu corazón dio un brinco, pero no te atreviste a mirarlo, simplemente seguías encogido en el suelo- Demonios, ¿Dónde has estado?- preguntó Kyoya. Sonaba preocupado.

-Eso no te incumbe...- respondiste mirándolo a los ojos, de la nada la rabia que antes había desaparecido volvió cuando lo viste a él.

-Dios mío… ¿Que te pasó?- Kyoya soltó el paraguas que tenía sobre su cuerpo y se arrodilló asustado frente a ti, intento tocar tu rostro moreteado pero tú lo evitaste apartando sus menos.

-Nada importante...- susurraste volviendo a mirar a otro lado.

-Por supuesto que es importante ¿Dónde más estás herido? ¿Donde están las personas que hicieron esto?- siguió preguntando aun con ese tono preocupado.

-Deben...estar allá atrás todavía, los dejé en aquel callejón- simplemente moviste tu cabeza en dirección a él lugar donde esos tres aún deberían de esta.

-¿T-Tu los...?- Kyoya ni siquiera pudo terminar de decir seguramente pensando en lo peor.

-No he llegado hasta ese punto, Sensei- dijiste. De la nada la lluvia sobre ti dejo de caer y alzaste tu cabeza para ver a Kyoya aun arrodillado frente a ti sosteniendo el paraguas sobre ambos.

-¿Qué haces aquí?- preguntó mirándote como si se le fuera a salir el alma por la boca.

-¿Se está preocupando por mí, Sensei?- le preguntaste y luego reíste bajo, pero te detuviste al sentir un fuerte dolor en tu abdomen, llevaste tus manos a ese lugar y lo sostuviste para tratar de calmar el dolor, Kyoya nuevamente se exaltó ante tu estado y tu simplemente le dijiste que estabas bien- Los que me atacaron...dañaron mi moto y no pude ir a ningún lado- dijiste recostándose en la pared, ya estabas cansado de toda esa situación.

-¿Puedes levantarte?- te preguntó después de unos segundos de silencio.

-C-Creo que sí pero... ¿Para qué?- sin dejarte asimilar muy bien Kyoya te tomó con cuidado de un costado de tu cuerpo y te ayudo a levantarte lentamente.

-Te sacaré de aquí- fue lo único que dijo.

-Voy a empapar tu auto y seré una molestia para ti. Mejor déjame aquí- trataste de convencerlo, pero Kyoya no te permitió alejarte de él.

-He dicho que te sacaré de aquí, además, yo también estoy mojado- fue su última palabra.

Kyoya te subió con cuidado al asiento del copiloto, y luego dio la vuelta para subirse en la asiento del piloto. Dentro del auto estaba cálido, fue realmente un alivio para ti, al parecer Kyoya venía con la calefacción entendida.

-¿Quieres que te lleve a tu casa?- preguntó cuándo el auto comenzó a moverse sobre las mojadas calles de la ciudad.
-No por favor, a cualquier lugar menos ahí- le pediste encogiéndote en tu asiento.

-Pasaras la noche en mi casa entonces- fue lo último que se escuchó en el auto.

Durante el corto trayecto tu estuviste con la mirada algo ida fuera de la ventana, no sabías ¿porqué estabas ahí? ¿Porqué no pudiste resistirte ante la amabilidad de Kyoya y te quedaste hay tirado para que te murieras de frío?

¿Por qué no podías estar enojado con Kyoya?

Pasaron unos cortos minutos en silenció, aunque a ti te pareció mucho más que eso. Llegaron a una no tan pequeña casa, parecía de buena clase a pesar de que Kyoya era un profesor, y todos saben que ellos no suelen ganar mucho.

-Quédate aquí, te ayudaré a bajarte- dijo para salir del auto y rodearlo nuevamente para ayudarte a bajar. Con cuidado te llevo hasta dentro de su casa, te dejo sobre uno de los sillones que se encontraba en la sala y ambos dieron un suspiro al encontrarse a salvo de la fría lluvia y el mal clima de afuera.

-Quédate aquí, buscaré unas toallas para secarnos- dijo caminando alejándose de ti, pero se detuvo- Ryuga…- escuchaste que te llamo pero tú no te moviste atento a lo que él te quisiera decir- ¿Puedes quitarte la ropa?- preguntó y tu simplemente asentiste lentamente. De nuevo escuchaste esos pequeños pasos alejarse de ti y con cuidado te fuiste quitando la chaqueta, hiciste lo posible por no quejarte demasiado fuete, y luego intentaste quitarte la camisa, te detuviste por un fuerte dolor en tu costado y cuando te diste cuenta Kyoya había llegando y te había ayudaba a terminar de quitártela.

**

-Kyoya-

-¿Estás bien?- preguntaste preocupado. Ryuga simplemente asintió con la cabeza y volvió a sentarse en el sofá. Tomaste un pañuelo ligeramente empapado con agua y comenzaste a limpiar su cuerpo con él. Te preocupaste aún más cuando viste su cuerpo lleno de moratones, mayormente en la zona de tu torso y abdomen. Te llamaron bastante la atención algunas cicatrices que tenía por su cuerpo, a pesar de que no era muchas, parecía que habías sido bastante graves. Te aliviaste cuando la herida que más te preocupaba, que era la que más le acusaba dolor, era algo superficial, ya que no era tan grave como pensabas, por lo que colocaste el pañuelo sobre ella dando pequeños y suaves toques para que dejara de sangrar. Ahora que lo vez, te das cuenta de que Ryuga tiene una gran cantidad de tatuajes para su corta edad. El único que ahora habías notado era uno de lo que parecía ser la silueta negra de un bosque que rodeaba su muñeca derecha y algunos detalles del mismo que subían un poco por tu brazo. De inmediato el que más te llamo la atención fue uno que se encontraba en su pecho.

-"¿Namiko?"- te preguntaste mentalmente sin dejar de limpiar las heridas tan cuidadosamente como podías, alzaste tu vista hasta su rostro notando que tenía sus ojos cerrados con una expresión bastante tranquila. El tatuaje era algo grande, se encontrará justo debajo de la clavícula, era en letra cursiva y negra, además de algunos detalles que lo hacían ver más llamativo y hermoso. También tenía un trivial en su hombro izquierdo que bajaba hasta llegar casi hasta su antebrazos- ¿Puedes voltearte?- le pediste y el simplemente se volteó dándote la espalda. Te sorprendido seguir viendo algunas cicatrices más, parece que Ryuga se había metido en muchos problemas antes. Un poco más abajo de su nuca tenía otro tatuaje que parecía ser la cabeza en un dragón, aunque sólo se podías distinguir la forma de la cabeza, además de los ojos rojos que resaltan en el negro. Y por último un tatuaje que lograba cubrir una gran parte de su espalda y consistía en un gran dragón rojo con muchos detalles.

-Lo siento...- se disculpó sacándote de tus pensamientos.

-¿Porqué te disculpas?- preguntaste extrañado.

-El sillón esta mojado por mi culpa...- susurró apenado.

-Eso es lo último que me importa ahora ¿Sabes?- al decir esto comenzaste a desinfectar con cuidado cada herida y te detuviste cuando sentiste como su cuerpo se estremecía- ¿Duele mucho, Ryuga?- preguntarse preocupado.

-N-No demasiado...- después Ryuga se quedó quieto y pudiste seguir limpiando sus heridas, estaba vez trataste de hacerlo más cuidadosamente.

-¿Cómo es que sabes qué hacer?- preguntó Ryuga mirando al techo.

-Tomé un curso de primeros auxilios hace unos cuantos años…- dijiste con una leve sonrisa. Tomaste su barbilla y comenzaste a limpiar el moretón en su rostro. Sabías que Ryuga estaba clavando tu mirado en la tuya, pero tú estabas tratando de parecer tranquilo con toda esa situación, aunque sus caras estén considerablemente cerca- Ya que tú me preguntaste algo, puedo hacerlo que también ¿no?- colocaste una venda en su mejilla y proseguiste a comenzar a vender todo su abdomen.

-Supongo...- dijo sin mucho interés alzando sus brazos para que se te haga más fácil vendarlo.

-…Namiko debe ver una persona muy especial como para tatuarte su nombre en tu cuerpo… ¿Podrías decir quién es ella?- alzaste tu mirada unos segundos notando que Ryuga te miraba muy sorprendido, y tuviste que volver a evitar tu mirada cuando sentiste algo extraño en tu cuerpo al mirare fijamente- No me malinterpretes. Para mí, los tatuajes son algo simbólico- le dijiste y notaste que el rostro de Ryuga cambió, y ahora tenía una sonrisa bastante dolía en su rostro.

-Namiko…Era el nombre de mi madre...- susurró sin quitar esa sonrisa de su rostro- Ella murió hace muchos años…- su voz cada vez se apagaba más.

-Lo lamento mucho, yo no debí preguntar- te arrodillarse en el suelo frente a él y tomaste una toalla seca, la apretaste entre tus manos debatiéndote de si hacer lo que tenías pensado o no.

-No te disculpes, no es tu culpa, además… Fue hace mucho...- Ryuga se quedó quieto unos segundos, luego apretó sus puños y volteó bruscamente su rostro chasqueando la lengua bastante frustrado. Finalmente por un impulso te levantaste un poco y colocaste la toalla sobre su cabeza.

-Vas a resfriarte...- susurraste amablemente comenzando a frotar su cabello.

-Realmente me importa muy poco lo que suceda conmigo- dijo Ryuga para luego suspirar con pesadez.

-No deberías pensar así- le regalaste con una sonrisa muy parecía a la que el tenia hace un momento. Sin previo aviso, Ryuga se abrazó a tu cuerpo escondiendo su rostro en tu pecho.

-Kyoya... ¿Puedo confiar en ti?- casi sentiste que se te partió el corazón cuando escuchaste al terminar la oración su voz quebrarse un poco.

-Claro que puedes...- susurraste tomándolo del rostro y alzándolo para verlo a los ojos, los cuales estaban rojos y cristalinos. Era tan doloroso verlo de esa forma, casi pareciera que en cualquier momento iba a romperse en mil pedazos frente a ti. No reconocías a ese Ryuga, no era ególatra, egoísta, odioso o malcriado, era… Completamente diferente.

Ryuga volvió a esconder su rostro en tu pecho y tú lo abrazaste de igual forma acariciando su espalda con lentitud para de alguna forma hacerlo sentir mejor.

-Mi madre...- comenzó a hablar- Era un mujer maravillosa. Era hermosa, inteligente, cariñosa, consentidora... La madre perfecta para cualquier niño de 7 años...-su voz volvió a quebrarse dolorosamente y tú te mordiste el labio inferior para tratar de contenerte- Ella... siempre estuvo conmigo, en cualquier momento, a toda hora. Recuerdo que cuando estaba triste ella iba a mi cuarto, me abrazaba y me contaba algunas historias hasta que me quedaba dormido...- sentiste con Ryuga te aferró más a tu camisa y te pego más a él-...Yo podía contarle cualquier cosa. Era la única persona que lograba entenderme, ni siquiera mi propio padre lograba darme la confianza de contarle las cosas que le contaba a ella. Mi madre era una persona a la que podías acudir cuando quisiera. Yo me sentía orgulloso de tener una madre como esa...Siempre alardeaba sobre ella con los demás chicos de la escuela y ella me regalaba por hablar de más a veces- Ryuga soltó una risa lastimera- E-Ella tenía una sonrisa que me daba la seguridad en cualquier ocasión. Sabía que cualquier cosa que yo quiera hacer, ella me apoyaría de cualquier forma, porque me amaba y yo la amaba a ella...- Si voz comenzó a temblar, se quebró aún más y volvió a aferrarse con más fuerza a ti. Tú seguías acariciando tu espalda y tratabas de hacer lo imposible para no llorar. Alguno de los dos tenía que ser el fuerte- Mi padre nunca la amó, sólo se casó con ella porque estaba embarazada de un hijo suyo, y aunque cada día ella sufría maltratos de él, eso no le quitaba esa hermosa sonrisa del rostro...-

-Ryuga...Ya es suficiente- seguiste acariciando su espalda y trataste de levantarlo, pero él se negó a separarse de ti.

-El día que murió, era un día como cualquier otro. Ellos me llevaban a la escuela y todo era normal...Pero...Tuvimos un accidente y sólo ella tuvo la mala suerte de morir...- dejo escapar un pequeño gemido de dolor- Maldición, aún recuerdo que le preguntaba a mi padre entre lágrimas cuándo ella volvería a casa...Y el simplemente se quedaba callado. No decía nada, pero en el fondo yo sabía que ella nunca volvería. Que ya no volvería a verla…- el agarré dejo de ser tan fuerte, pero sus manos seguían temblando y su voz comenzó a sonar más leve- Los años pasaron, la relación con mi padre fue empeorando al igual que yo y...- no pudiste soportar más ver como se hiciera daño el mismo recordando cosas tan dolorosas e hiciste que parara de hablar dándole un beso.

Eso fue muy impulsivo de tu parte, pero ya no querías que se siguiera lastimando a él mismo. El beso era lento, tranquilo, como si tuvieran toda la noche para hacer algo como eso. Ryuga había tomado tu rostro para profundizar más el beso, aunque por los sentimientos y emociones mezclados que debía tener en ese momento se volvió un poco brusco y torpe, pero tú simplemente apretaba tus puños que se encontraban sobre tus muslos, hasta que también lo tomaste del rostro y rompiste el beso.

-Por favor...Para. No te lastimes más- susurraste apenas te separaste del beso. Con cuidado quitarse el rastro de lágrimas que estaba en sus mejillas, se veía tan vulnerable y necesitado que no podías no querías dejarlo solo. Ryuga colocó sus manos sobre las tuyas y las acarició lentamente viendo como si tuviera miedo de algo.

-¿Porqué todo lo que alguna vez llegue a amar siempre me lo es arrebatado?- preguntó Ryuga a sólo unos cuantos sentimientos de rostro aún. Comprendías completamente a lo que se refería, pero antes de que la cosas se vuelvan peor que antes, le diste una pequeña sonrisa y decidiste evadir la pregunta.

-¿Te sientes mejor?- preguntarte alejándote de él y quedando como al principio, tu sentado en el suelo y él en el sillón.

-Eso creo...- susurró aún decaído.

-No te vayas de aquí, prepare una habitación para que puedas dormir, debes estar cansado y es muy tarde- dijiste levantándote y dando un par de pasos hasta que algo te detuvo. Se sorprendió mucho al ver como los brazos de Ryuga rodeaban tu cintura y sentías tu cuerpo cálido pegado a tu espalda.

-Gracias, Sensei...Por todo- susurró recostando su frente en tu hombro.

-No hay de qué, pero debes soltarme, tengo que preparar una habitación para que duermas- dijiste colocando tus manos sobre sus brazos, aunque la verdad no estabas haciendo ningún esfuerzo en soltarte. Ryuga simplemente negó con la cabeza aun en la misma posición.

-Quiero dormir contigo...-susurró. Te pareció divertido lo mucho que esa escena se parecía a cuando un niño le pedía a sus padres dormir con ellos porque tiene miedo.

-Ryuga, ya estás un poco grande para esto- dijiste riendo y comenzando a caminar escalera arriba aun con Ryuga pegado a ti, pero estabas seguro que era más bien por apoyarse en ti y poder caminar sin mucha dificultad.

-No me importa- fue lo único que dijo.

-Pero tu ropa está aún mojada, si tú tienes habitación propia puedes dormir tan cómodo como quieras- dijiste tratando de convencerlo.

-Ya dije que no me importa. Además, tú también estás mojado, y sería interesante verte desnudo…- dijo seductoramente en tu oído.

-Parece que ya estas mucho mejor ¿no? Tu odiosa personalidad de “Niño Bonito” volvió- dijiste con un tic en el ojo.

-Gracias por lo de niño bonito- dijo triunfante.

Al final, sin poder hacer más, Ryuga dormiría contigo. Le habías prestado un pantalón para dormir que te quedaba bastante grande, pero a él pareció quedarle a la perfección, desgraciadamente para ti, él terminaría durmiendo sin camisa.

Ya ambos estaban en la cama, uno frente al otro, mirándose fijamente. La verdad no querías darle la espalda, quien sabe qué clase de cosas él podría hacer aprovechando la situación. Ryuga, con sumo cuidado, había llevado su mano a tu rostro, y comenzó a acariciar tu mejilla lentamente.

-Lo que dije antes sobre tu padre y yo… No era cierto…- susurraste sin dejar de mirarlo ¿Por qué demonios le dijiste eso?

-Lo sé…- Ryuga te tomó rápidamente y te abrazó contra su pecho, pero tu trataste de soltarte.

-R-Ryuga…- te interrumpió.

-Lo supe cuando me besaste…- el recordar eso te avergonzó y trataste de soltarte nuevamente. Eso fue lo último que le escuchaste decir y de nuevo trataste de soltarte sin éxito, y minutos después te diste cuenta de que Ryuga ya se había quedado dormido.

-Genial…- susurraste atrapado, pero lentamente y conforme iban pasando los minutos el calor del cuerpo ajeno estaba comenzando a relajarte a tal punto que no mucho después te quedaste dormido.


Estás seguro de que mañana será diferente.

Notas finales:

Se los juro, me dieron ganas de abrazar a mi madre cuando escribía esto QnQ

Qué clase de cosas tengo yo en la cabeza 7n7

Que les pareció?? Qwq

Me quieres?

Me odian?

Quieren lemon tanto como yo? 7u7

Les gusta dormir?

Quieren capítulos así de largos más segudo?

Se dieron cuenta que es el capítulo más largo en todo lo que va del fanfics? ewe

Se los juro x2 Nunca pense que llegaría a los 10 capítulo qwq
Todo es gracias a utedes qwq

Espero sus comentarios con amenazas de muerte <3

Nos vemos >wo

Besos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).