Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Profesor Favorito [Ryuga x Kyoya] por Midori-Hikari1312

[Reviews - 47]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Volvi!! >w<

 

Espero les guste el capitulo de hoy uwu

 

Muchas gracias por volver *.*

 

Muchas gracias a las personas que comentaro <3

 

Perdon por los errores u.u

~Ryuga~

Tus ojos fueron abriéndose lentamente al sentir como un tenue brillo sobre ellos perturbar tu sueño... ¿Qué tenía el puto sol contigo para despertarte de esa forma?

Cansado y confundido, aún sin moverte, le diste una pequeña hojeada a la habitación en donde estabas dándote cuenta de que no era la tuya. Bajaste tu mirada y te sorprendió mucho lo que viste que fue nada más y nada menos a que Kyoya.

El peli verde se encontraba profundamente dormido abrazado a tu pecho, sonreíste al verlo de esa forma y lo trajiste un poco más cerca de ti. Él se removió un poco, pero sólo para acercarse más a ti. Analizaste su rostro, se veía realmente relajado de esa forma, tan ajeno de cualquier molestia o preocupación que pudiera tener como humano. Sin poder evitarlo te fuiste acercando y besaste su frente, apenas lo tocaste para evitar despertarlo. Volviste a mirar a Kyoya que aún estaba dormido y aprovechaste para darle otro en el mismo lugar, luego fuiste bajando besando todo lo que lograba llegar a tus labios; sus ojos, su nariz, sus mejillas e incluso su cuello, donde te detuviste para aspirar el aroma natural que emanaba de él, esa podía ser la primera y última vez que tuvieras la oportunidad de embriagante con ese espléndido aroma. Subiste un poco y observaste sus labios entreabiertos detenidamente. Aún te sorprende que la noche anterior haya sido capaz de besarte por voluntad propia sabiendo lo orgulloso que es. Te ibas acercando más y más a él hasta el punto de casi estar a punto de volver a besarle, pero algo te detuvo.

-Ni se te ocurra...- escuchaste una tenue voz ronca y al abrir tus ojos te encontraste con ese hermoso azul que te tenía loco.

-Buenos días- fue lo único que dijiste sin intensiones de apartarte, pero fue el mismo Kyoya quien de alejó y se sentó en la cama. Comenzó a frotarse los ojos para despertarse mejor y luego tomó sus lentes que estaban sobre una pequeña mesa al lado de la cama para colocárselos.

-¿Que hora es?- preguntó adormilado.

-"Tan adorable"- pensaste viendo como aún trataba de despertarse frotándose los ojos y de alguna manera parecía que estuviera haciendo un puchero.

-Ocho treinta- dijiste por responderme, porque la verdad no sabías que hora era.

-¿¡Cómo!?- se despertó de inmediato y tomó el reloj a un lado de la cama que decía que era las 5:17 AM, por lo que dio un suspiro largo, era muy temprano aún. El trató de levantarse, pero tú lo tomaste de la cintura para volver a tumbarte a la cama junto con el.

-Ryuga, Suéltame- ordenó alzando su cabeza para tratar de verte y lo que recibió fue otro beso en la frente de tu parte.

-Aún es temprano...- susurraste con pereza atraiéndolo más cerca de ti y que sus caras quedarán aún mas juntas.

-Vamos, arriba- trató nuevamente de soltarse pero tu no quieras dejarlo. Bajaste hasta su cuello y nuevamente comenzaste a besarle, Kyoya se estremeció ante tus mimos y luego sentiste un dolor agudo en tu abdomen, por lo que terminaste por soltarlo.

-E-Eso es jugar sucio...- susurraste adolorido encogiéndote un poco en la cama.

-L-Lo siento, no fue mi intención lastimarte...-susurró arrodillado sobre la cama mirándote preocupado- V-Vamos, tenemos que volver a limpiar esas heridas- dijo para al fin levantarse y con cuidado te ayudarte a hacerlo también.

Luego de aproximadamente una hora y media ya ambos estaban listos para irse al Instituto. Kyoya había vuelto a curar tus heridas y está seguro de que esta vez habían dolido todavía más. Tuviste que usar la misma ropa del día anterior, que ya estaba seca, y aprovecharían para desayunar en el Instituto.
**

Todo estaba callado y en silencio. Ninguno de los dos decía nada, más por el hecho de estar incómodos que por no tener algún tema de conversación.

Kyoya te había visto llorar la noche anterior, por lo que estabas avergonzado de haberte mostrado ante él de esa forma tan vulnerable y patética, por lo que no podías ni mirarlo a la cara.
Kyoya estaba en su escritorio frente a ti y como siempre leyendo algo, después de todo lo que había pasado el día anterior no tenías ganas ni de hablar de nada.

Al parecer, Kyoya ya no parecía ignorarte del todo, ya que estuviste mirándolo fijamente durante unos minutos perdido en tus pensamientos de nuevo, y el volteó a verte para luego darte una sonrisa, te sentiste raro cuando hizo eso, como emocionado o quizás ansioso, por lo que apartaste su mirada para tratar de disimularlo y Kyoya retomó su lectura por algunos minutos más.

-¿Te duele?- preguntó rompiendo el silencio y tu lo miraste confundido.

-¿Qué?- preguntaste de regreso.

-Tus heridas ¿Aún duelen?- alzó tu rostro y con una de sus manos acariciaste la mejilla que estaba vendada.

-No mucho...- susurraste desviando tu miradas- Sensei, Yo... Debería de disculparme por todo lo que hice ayer...- dijiste apartando su mano de tu cara.

- Ya te dije que no es nada. No me molesta curar tus heridas- él te dio una cálida sonrisa y tu seguiste sin mirarlo.

-No sólo eso.Yo...Hice que te preocuparas por nada ayer y, también dije e hice cosas muy vergonzosas y tontas...- bajaste la cabeza aún más.

-Oye...- Kyoya alzó tu rostro para que lo vieras- No debes tomarte a la ligera las cosas que te tienen tan perturbado, sé que estás molesto por lo de tu padre, y lo siento, pero fue bueno sacar todo eso que tenías guardado- Kyoya te miraba con cierta lastima, aunque también podría ser una mirada llena de entendimiento y comprensión, pero eso era lo que menos querías de él.

-No necesito tu lástima...No me gusta deberle favores a nadie- apartaste su mano nuevamente y volviste a bajar la cabeza. No te sentías capaz de mirarlo todavía.

-No es lástima- corrigió con seriedad-Ryuga, Eres una persona inmadura, y es normal que sientas muchas cosas al mismo tiempo y que no las entiendas, y también que hagas cosas estúpidas de vez en cuando, pero créeme cuando te digo que lo que pasó ayer no fue nada tonto o estúpido. Sólo fue la forma en la que tú cuerpo dejó salir todas las emociones que tenías acumuladas en aquél momento- Terminó de decirte haber apartado su mirada de la tuya ni una vez. Tu lo observaste por unos segundos más, y no pudiste evitar sentir que te enamoraste de él nuevamente.

-Por favor, ya no hables... - agarraste tu cabeza con tus manos y apretaste tus ojos con fuerza -Todo esto me tiene tan confundido- apretaste tus dientes y bufaste enojado.

-¿A que te refieres?- preguntó Kyoya. Alzaste tu miradas y lo viste directo a los ojos.

-El enamorarme de ti...- dijiste sin rodeos causando que Kyoya se sorprenda y te mire avergonzado con sus mejillas rojas- Yo nunca he sentido esto...Sólo contigo- susurraste- Mamá siempre decía que el amor es muy confuso...- dijiste entristecido- Pero hermoso...-

-Ryuga, yo...- en ese preciso momento la campana anunció el inicio de las clases y Kyoya simplemente suspiro tragándose sus palabras- Debes irte, tienes clases- ordenó levantándose, dándote la espalda y estirándose un poco, tu lo tomaste por detrás y volviste a abrazarlo, sentiste su cuerpo saltar al sentirte tan cerca nuevamente- Ryuga. Ryuga, vamos. Suéltame- comenzó a ordenarte tratando de alejarte.

-...Me gustas, Sensei- susurraste en su oído con sonrisa de tu rostro. Kyoya simplemente se quedó quieto con su rostro rojo, fue divertido verlo esa forma y le diste un pequeño beso es su mejilla antes de soltarlo para irte a tu primera clase.

-Buenos días- antes de que pudieras llegar a la puerta, ésta se abrió dejando ver en ese momento al que se hace llamar tu padre.

-Padre...- susurraste con asco y enojo.

-¿Ryuga?- preguntó él confundido.

-Doji...- susurró Kyoya como si estuviera preocupado o asustado por lo que pudiera pasar.

-¿En que problemas te metiste esta vez? Mira como estás de lastimado- te regañó tu padre mirándote con reproche.

-No es asunto tuyo - dijiste con frialdad para luego salir por la puerta ignorando cada palabra que pudiera salir de su boca, estas seguro de que Kyoya terminará contándole que fue lo que te pasó el día anterior, y realmente no tiene mucha importancia . Aún estas molesto con él por tratar de quitarte a Kyoya, aunque siempre tuviste esa indiferencia presente desde la muerte de tu madre.

Fuiste a buscar a Tsubasa para irse justos a su primera clase. El profesor casi siempre llevaba un poco tarde porque su esposa acababa de tener un bebé y tenía que ayudarla antes que otra cosa, y estas seguro de que ese día no era la excepción, por lo que no tenías muchas prisa.

Al encontrar a tu amigo, te pareció muy raro verlo platicar con el amigo pelirrojo Kyoya, nunca te aprendiste su nombre y tampoco es como si te importara. Ellos parecían muy a gusto con su plática y una sonrisa traviesa se formó en tus labios, el momento perfecto para interrumpirlos.

-Tsubasa- lo llamaste y el de volteó a verte- Tenemos clases...- le dijiste y fugazmente miraste al chico frente a ambos, que extrañamente no dejaba de hacer lo mismo con una sonrisa.

-¿Ahora?- preguntó enojado, él te hizo una seña con sus ojos mirando rápidamente en dirección al chico y luego a ti, como diciéndote "Estoy ocupado con algo".

-Si, Ahora- dijiste. Él terminó levantándose, se disculpó con el profesor y se fue contigo.

-¿Y a ti que te pasó en la cara?- preguntó cuándo ya estaban en los pasillos del edificio.

-¿Recuerdas a la chica rubia de hace un mes?- le preguntaste.

-¿La de el buen trasero y pechos pequeños?- pregunto de vuelta y tu asentiste con la cabeza.

-Bueno. Ella tenía novio y eso es todo lo que tienes que saber- dijiste sin dejar de caminar.

-¿Ok?- dijo extrañado- Oye, ¿Que haremos con tu fiesta de cumpleaños?- preguntó curioso y al mismo tiempo parecía emocionado.

-Aún faltan dos meses para eso...-susurraste sin muchas ganas de hablar.

-Si pero...¿Esta ves me dejarías invitar a las personas que irán a tu fiesta?- preguntó.

-¿Que tienes entre manos...?- lo miraste extrañado. Tsubasa estaba interesado en algo, o mejor dicho, estaba interesado en algo más de lo normal.

-Sólo quiero darte una buena fiesta de cumpleaños, Amigo. No se cumples 18 años todos los días- colocó su brazo alrededor de tu cuello y siguieron caminado- Además, quiero invitar a Gingka - susurró en tu oído.

-¿Gingka? ¿Quién es ese?- preguntaste.

-Es el profesor de hace rato, el amigo de Kyoya...-volvió a susurrarte- Además, te tengo una sorpresa para ese día que no vas a poder olvidar...-.

-Estoy seguro que su conversación esta muy entretenida, jóvenes, pero ya es hora de entrar a clases- mientras iban caminando hacia el aula que les correspondía, se encontraron con el profesor de la clase actual que iba llegando con ustedes y interrumpió lo que Tsubasa estaba diciendo- Entren- ordenó abriendo la puerta para que ustedes pudieran entrar y ver clases.

**


-Kyoya-

Ya era Viernes. Viernes por la tarde.

Tenías unas cuentas horas antes de llegar a la cena que Doji te había invitado. Estabas nervioso, algo te decía que no debías ir. Que ir allá significaba, cenar con Doji, que de paso no sabía lo que había pasado exactamente con Ryuga y contigo "ese" día. Y cenar también con Ryuga, que estaba en SU casa y posiblemente intentaría algo o le diría a su padre lo que habían hecho "ese" día. En resumen, estabas jodido de cualquier forma.

Estabas muy nervioso por lo que podía pasar esa noche y necesitabas consuelo.

-Gingka, ayuda- fuiste al salón de clases del pelirrojo, ese día habían tenido un reunión todos los profesores y acababan de salir, y Gingka había ido a buscar algo que había olvidado en el aula.

-¿Que sucede?- dijo dándose la vuelta para verte, tu lo miraste irónicamente para que se diera cuenta, o más bien de acordara de tu problema- Oh, cierto. Es hoy- río un poco al recordarlo.

-No es graciaso- lo miraste enojado.

-Si lo es- te sonrió de manera pícara y tu aún seguías con tu porte serio- Es muy fácil Kyoya. Mira, ¿Te gusta es padre?- preguntó sin rodeos.

-No...-susurraste incómodo.

-¿Te gusta el hijo?- preguntó con una leve sonrisa y una mirada sarcástica.

-¡N-No! ¡Gingka ese no es el punto! Lo que me preocupa es lo que pueda hacer o decir Ryuga allá. Es su casa, puede hacer lo que le plasca. No quiero quedar como un corruptor de menores frente a todo el mundo- te sentaste en una de las sillas.

-Sólo le faltan dos meses para ser mayor...- escuchaste que Gingka había dicho algo muy bajo, y no habías entendido del todo.

-¿Que?- le preguntaste.

-Nada. Olvidado- se sentó frente a ti- Mira, eres un adulto, así que ve y enfrenta ese problema como uno- dijo con una sonrisa.

-Odio cuando tienes razón...- susurraste frustrado, pero era cierto, habías olvidado que eras un adulto y estabas actuando como una colegiala torpemente enamorada y confundida-..."Sin la parte enamorada, claro"- pensaste avergonzado- Muy bien, iré...- susurrarte derrotado.

-Lo vez, no fue tan difícil. Ahora parte a tu destino mi valiente guerrero- apuntó con su dedo a la pared e hizo una pose "Caballerosa" sobre el escritorio.

-Aunque seas dos años menor que yo... Necesitas madurar- si eso no fuera la vida real, una gota gigante bajaría por tu cabeza al ver esa escena tan extraña.

-Estas celoso de que yo no tengo problemas de amor como tu- te sacó la lengua haciendo que se vea mas infantil todavía.

-Estas muerto...- una vena apareció en tu frente y apretarse tu puño listo para golpearlo.

-Y-Ya, ya. S-Sólo era una broma- río nervioso- Ya vete, se te hará tarde - dijo escondido detrás del escritorio.

-Cierto. Adiós, nos vemos luego - caminaste hacia la puerta.

-¡Espera! Olvidé decirte, tenemos una fiesta en unos meses- dijo aún escondido.

-¿De quién?- preguntarse extrañado, no eres fanático de las fiestas así que no suelen tomarte en cuanta para ellas.

-T-Te lo diré después. Ahora vete-.

**

No entendías porque estabas ahí. Debiste haber negado su invitación. Tu no podías con todo eso.

Estaban frente una gran puerta de lo que parecía ser caoba. La casa por fuera era hermoso y amplia. Toda una mansión. Tus manos se movían inquietas pensando en qué sera lo primero que dirás, y cada vez la necesidad de salir corriendo y regresar a tu casa se hacía cada vez más grande. Nervioso, tocaste el timbre a un lado de la puerta y diste dos pasos atrás esperando a que abrieran la puerta. No te sorprendería ver a una sirvienta hacerlo, ya que estabas seguro que tenía tanto dinero como para comprar tres veces tu casa, sino más.

-¿Kyoya...?- al escuchar esa voz tu cuerpo se tensó por completo.

Genial, a la única persona que no querías ver en ese preciso momento y la que te pone los pelos de punta, es la primera a la que estás destinado a hablarle esa noche.

-R-Ryuga, Buenas noches...- forzaste una sonrisa y te quedaste aún inmóvil con tus manos detrás de ti espalda.

-Buenas noches...- él salió y cerró la puerta tras de sí- Disculpa pero, estoy algo confundido, ¿Qué haces en mi casa a estas horas? No es que me moleste pero...¿Cómo sabes dónde vivo?- sus preguntas te dejarán un poco desconcertado.

-¿Ha? ¿Tu... No sabías que venía?- le preguntaste de vuelta.

-No tenía idea - dijo confundido- Pero es una muy linda sorpresa verlo incluso después de la escuela- sonrió en su forma tan característica. Egolatra y narcisista como sólo el sabe hacerlo.

-Tu padre me invitó a cenar...-susurraste más nervioso al notar como él te rodeaba como su fuera un buitres acechando su comida.

-Mi padre...- Bufó enojado y se borró su sonrisa- Bien, pasa- al decir eso abrió la puerta y entró caminando con las manos dentro e de sus bolsillo sin voltear a verte de nuevo.

Al entrar te quedaste sorprendido con lo hermosa y amplia que era la casa. Las paredes tenía un color café en hacia juego con las diversas decoraciones y muebles de la casa que eran de un color más claro. Caminabas lentamente observando todo detenidamente como un niño en una juguetería, todo era hermoso y atractivo a la vista.

-Kyoya...- la voz de Ryuga te sacó de tus pensamientos.

-¿S-Si?- preguntaste exaltado.

-...Nada, olvídalo. Quédate aquí y siéntate donde quieras, iré a buscar a mi padre- sin dejarte responder simplemente salió de la habitación. Seguiste observando toda la habitación encantado hasta que viste entrar a Ryuga de nuevo-La cena ya está lista y mi padre ya está en la mesa esperándonos- al escucharlo, te levantaste y te paraste frente a Ryuga y ambos se quedaron viendo fijamente.

-¿Que? ¿Estás esperando a que vuelva a besarte?- río tan galán como siempre y se acercó más a ti- Porque no me molestaría...- susurró sin dejar de acercarse.

-Ja, ja, que graciaso- te cruzaste de brazo y lo miraste irónicamente- Esta no es casa, no se a donde ir- reprochaste.

-A veces eres tan adorable...- siguió sonriendo- Ya vamos, tengo hambre- te dio la espalda y siguió caminando hasta la cocina.

Ese niño sigue siendo el mismo tonto de siempre.

Notas finales:

De verdad muchas gracias por llegar hasta aquí qwq

De verdad espero que les haya gustado el capitulo <3

Si me ven escribiendo poco, estoy corta de tiempo.

Comenten por favor 7u7

Los amo qwq

Nos vemos >wo

Besos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).