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Mi Profesor Favorito [Ryuga x Kyoya] por Midori-Hikari1312

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Notas del capitulo:

Como les prometí, aquí está el capítulo de la semana, y siendoles sincera, creo que el es capítulo más largo y empalagoso de todos los que he escrito xD

Iba a ser más largo pero me estaba tostando la cabeza tratando de escribir un lemmon decente pero sabía que si lo escribir tardaría más en actualizar:v

No saben lo difícil que es escribir tanto en una semana ?)

Así que, muchas gracias por volver y espero disfruten el capítulo*-*

PD: Mi hermana me quito el teléfono y dejó una nota por ahí ?)


Perdón por los errores u.u

Estaba tan emocionada por subirlo que posiblemente tenga más de lo normal xD no lo leí al terminarlo, sólo lo subí y ya ?)

 

PD x2: Imágenes visuales del capitulo en Wattpad?)

 

 

El día transcurrió relativamente rápido, estuvo tranquilo en todo momento, a excepción de que, de nuevo, tuviste que separar a Ryuga de que le hiciera la cara polvo a otro chico, obvio lo regañaste y lo mandaste a sus clases, él te obedeció y se alejó mirando como si quiera matar al chico que ya tenías parte de la cara llena de sangre, y esta vez, de milagro Ryuga no salió nuevamente lastimado.

En todo el día más de una vez los estudiantes te preguntaron de quién era ese gran ramo de rosas que descansaba sobre tu escritorio, y sin tu poder responder salía otro de ellos afirmando que era un regalo de tu actual pareja, que la verdad no era mentira pero aún así no negabas ni afirmabas nada.

Cuando tu última clase salió del aula y te quedaste solo, suspiraste exhausto y te pasaré la mano por la frente al tener un ligero dolor de cabeza, abriste tus ojos para ver de nuevo ese hermoso ramo. No era que te gustaran ese tipo de detalles extravagantes, te parecen lindos y todo eso y realmente no te sientes emocionalmente atraído, pero el que venga de Ryuga por alguna razón te hace feliz con sólo verlo. Tu silencio fue interrumpido cuando alguien toca la puerta y te quedaste atento viendo como está se abría dejando ver a un rostro familiar, pero que no era el que estabas esperando.

-Buenas tardes, Kyoya - dijo amablemente Doji cerrando la puerta tras de sí.

-Buenas tarde igualmente- respondiste el saludo con una pequeña sonrisa- Hace algún tiempo que no lo veo por aquí-.

-Bueno, el trabajo me ha tenido bastante ocupado - informó el hombre tomando una silla y sentándose frente a ti, estuvo a punto de hablar cuando desvío la mirada hacia el gran ramo de rosas- ¿Y estas flores? ¿No me digas que ya me has reemplazado?- dijo con cierto tono dolido, pero sólo estaba fingiendo y eso te saco una pequeña risa nerviosa.

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-B-Bueno…- estuviste pensando una excusa por unos segundos, pues no le ibas a decir que estabas saliendo con su hijo, pero una voz hizo que ambos voltearan hasta la puerta.

-Kyoya, perdón por hacerte esperar, lo que pasó fue que…- su voz se fue apagando de a poco al verte junto con su padre en la misma habitación.

-Hola - saludaste un tanto nervioso.

-¿Cómo has estado, hijo?- preguntó su padre tranquilo, pero seguramente por dentro quería molestar a su hijo de que el si pasaba tiempo contigo...Que ingenuo.

-Yo, bien - Ryuga colocó sus manos en la espalda y caminó hasta donde estaban ustedes con una cara “inocente”- ¿Nos vamos ya?- preguntó mirándote mientras se posicionaba frente al escritorio con una pequeña sonrisa, pero era tan fácil de leer que sabías que eso lo hacía para que la conversación llegue a tal grado en el que tu no tuvieras mai opción que contarle todo a su padre. Y si, por dentro tu tenias la inmensa necesidad de decirle a Doji que estabas saliendo con Ryuga, mayormente para que éste dejara de tratar de “conquistarte”.

-¿Qué hacemos con el ramo?- preguntaste mirando el objeto.

-Esperen…¿A dónde van?- preguntó Doji apresurado al ver lo bien que podías hablar entre ustedes sin peleas ni regaños.

-Kyoya y yo…- lo interrumpiste pues no estabas totalmente confiado de que lo que Ryuga dijera, ayudaría con el objetivo de su relación, que era mantenerla oculta.

-Tenía que hacer algunas cosas después de las clases, y Ryuga amablemente se ofreció a ayudarme- dijiste rápidamente con una sonrisa nerviosa.

-Yo pude haberle ayudado, Kyoya- dijo el castaño mirándote como si estuviera decepcionado.

-Mi idea era ir solo, pero Ryuga se ofreció a ayudarme para hacerlo más rápido - dijiste con simpleza, pues por alguna razón se te da muy bien el mentir en situaciones como esa.

-¿No me respondió lo del ramo?- volvió a insistir el hombre con los brazos cruzados.

-N-No…- no sabías que más decirle, se te habían acabado las ideas, miraste fugazmente a Ryuga quien tampoco sabía cómo zafarse de su insistente padre- No puedo decirle quien me dio este ramo, pues no me siento cómodo hablando de mis relaciones amorosas, más si nuestra relación aún no está completamente decidida, así que espero que lo entienda, Señor Doji- dijiste tensó por dentro pero tranquilo por fuerza, pues tenías la pequeña corazonada de que Doji no estaba completamente convencido de eso aún.

-Si, lo entiendo- dijo aún de brazos cruzados mirándote a ti y a Ryuga quien aparentemente estaban actuando sospechoso ante los ojos del hombre.

-Así que, disculpamos padre, pero tenemos que irnos- dicho esto, Ryuga tomó el gran ramo con cierta torpeza y salió contigo por la puerta (N/A: No!! :v Por la ventana Att: la pequeña hermana de su amada escritora) mientras despedías a Doji moviendo tu mano de un lado a otro.

Ya fuerza ambos dieron un gran suspiro, y el camino hasta tu auto fue bastante callado y tranquilo pues casi eran los únicos que estaban en el Instituto a esa hora y no había mucho de qué hablar con Ryuga ahora mismo, o posiblemente estabas evitando resolver aún el tema de tu cumpleaños. Llegaron al estacionamiento y buscaron tu auto para guardar las hermosas flores con cuidado dentro del.

-¿A donde?- preguntaste al chico frente a ti.

-Por ahora a tu casa, no creo que quieras pasar todo el día con un traje ¿verdad?- interrogó Ryuga mirándote de pies a cabeza.

-¿Qué tiene de malo?- preguntaste ingenuo pues la verdad no le veías nada de malo.

-No creo que sea cómodo para ti cuando te lleve a donde quiero- dijo poniendo sus dedos en su barbilla sin dejar de mirar tu ropa. Suspiraste derrotado pues si él lo decía, era que no te iba a llevar a lugares muy exclusivos. Te montaste en tu auto y fuiste camino a casa para de nuevo ser seguido por Ryuga. El trayecto fue corto, pues en auto toda distancia era corta. Al llegar, lo primero que hizo Ryuga fue a tirarse en el sofá y montar los pies en la mesa, a lo que fuiste tras de él y los bajaste.

-¿No deberías de cambiarte también?- preguntaste mirándolo de brazos cruzados.

-Está todo preparado, Sensei. Tengo la ropa en mi bolso- dijo señalando la mochila a un lado de la puerta- Y hablando de ropa ¿Por qué no te pones lo que te compré la otra vez?- una sonrisa amplia se formó en sus labios y tus mejillas se tiñeron de rojo al recordar unas noches atrás lo que hicieron con esa ropa.

-Aún está sucia desde la vez que te pareció excitante verme con eso- dijiste caminando hasta la escalera y comenzando a subir.

-¿Puedo ir contigo?- preguntó la voz insinuante de Ryuga, y no tuviste que voltear para saber que de nuevo una gran sonrisa estaba plasmada en su rostro.

-No- respondiste secamente- Y no se te ocurra subir, pondré cerrojo a la puerta- advertiste de inmediato y escuchaste un bufido de parte del menor que te causó bastante gracias, pues habías adivinado sus intenciones.

Te diste un corto baño y al final terminaste usando una camiseta color negro y sobre ella una chaqueta verde oscuro, un pantalón apretado color negro y zapatillas del mismo color, pues realmente no sabías que más usar, además de que te soltaste el cabello.

Bajaste y notaste que Ryuga tenía ya otra ropa, no era muy diferente a la que ya tenías antes, pues él siempre acostumbra a vestirse de negro o colores cercanos a ese, asi que no tenían mucha diferencia: camiseta gris con algunos detalles en rojo/vino, una chaqueta negra y pantalones y zapatillas del mismo color.

-¿Quién eres y qué hiciste con mi Kyoya nerd?- dijo ryuga al verte bajar las escaleras con algo muy distintos a lo que sueles usar.

-Que gracioso eres ¿eh, Ryuga? Deberías de considerar dedicarte a ser payaso- dijiste de forma sarcástica.

-Es broma. Te ves increíble- confesó tomandote de la cintura y dándote un corto beso- Debemos apurarnos si queremos comer donde quiero llevarte- dijo con una sonrisa sacándote de la casa aún tomandote de la cintura, estuviste a punto de ir a donde estaba tu auto pero Ryuga no te lo permitió y te guió hasta su moto.

-Ryuga, no- te negaste de inmediato.

-Juro que iré lento esta vez, sólo por ser tu cumpleaños - dijo poniéndose  a espaldas a la moto y sacando ambas manos de detrás de su espalda dejando ver un par de cascos. Uno era el de él, que tenías las etiquetas de dragón, pero el otro era diferente; tenías unas orejas puntiagudas sobresaliendo de la parte superior del objeto y todo el exterior del casco asemejaba mucho a la melena de un león - Una vez me dijiste que era tu animal favorito. No sabes cuánto me costó encontrar esto a tiempo de ayer para hoy- dijo mirando como tus mejillas se teñían de rojo y tus ojos brillaban de emoción total, pues efectivamente, el León para ti era el animal más espectacular de todos.

-M-Muchas gracias - tartamudeaste un poco tomando el casco con sumo cuidado como si tuvieras a el mismísimo rey de las bestias entre tus temblorosas manos.

-¿Vamos?- preguntó Ryuga subiéndose en su moto y encendiendola ya con su casco puesto.

-¡S-Si!- por primera vez estabas ansioso de montarte en esa máquina del dominio, y sólo por el simple hecho de poder usar tu nuevo casco.

Te aferraste como siempre al torso de Ryuga con algo de fuerza, este arrancó, y como prometió, fue relativamente despacio en comparación como este suele conducir.

Muy pocos minutos después, Ryuga estacionó frente a el mismo restaurante en el que ambos se habían conocido la primera vez, y donde lo conseguiste todo golpeado y moreteado bajo la lluvia. La nostalgia volvió a ti y sólo la lente ahumada del casco logró esconder la tímida sonrisa de tu rostro. Bajaste de la máquina quitándote el casco y Ryuga te tomó de la mano entrelazando sus dedos mirándote con una sonrisa, tu la correspondiste.

-No quería llevarte a un lugar muy lujoso, sé que no te gustan, además quería recordar como te conocí, así que espero estés cómodo aquí - dijo sin quitar su mirada de la tuya.

- Es perfecto, gracias - apretaste ligeramente tu mano y ambos entraron al local con cascos en mano. Ya dentro pidieron conseguir una mesa relativamente rápido, pues el lugar estaba algo lleno, y después de buscar un poco sólo con la mirada lograron localizar una mesa vacía.

Se sentaron y te diste cuenta de que el lugar seguía siendo el mismo, casi todas las mesas llenas, tenía ese toque antiguo combinado con la modernidad de hoy en día. Tenías una ligera sonrisa en tus labios al recordar fugazmente como fue que se habían conocido a Ryuga.

Momentos después de sentarse, un joven -posiblemente de la misma edad de Ryuga- de cabello castaño y ojos marrones se acercó a la mesa con una gran sonrisa, y después de sugerirles un par de cosas para su comida ambos llegaron a un acuerdo y el chico se retiró advirtiendo que pronto llegaría con su pedido.

-¿Qué?- preguntaste al notar que tenías la mirada de Ryuga fija en ti, este tenía un pequeña sonrisa en sus labios, que de un momento a otro se desvaneció.

-Oye ¿estás ciego? Yo estoy aquí - habló Ryuga en una voz rasposa y el ceño algo fruncido. No entendiste muy bien su cambio radical de humor hasta que un recuerdo fugaz cruzó por tu mente recordando nuevamente la primera que hablaron. Así que viendo la situación, decidiste seguirle el juego.

-¿Sucede algo?- respondiste con una ligera sonrisa cómplice a lo que Ryuga respondió de igual forma.

-Yo estoy aquí - dijo el menor cruzándose de brazos frente a ti.

-Cierto- trataste de nuevo seguirle el juego pero a partir de hay no recordabas que más le habías dicho, por lo que decidiste improvisar- ¿Y hay algún problema en que me siente aquí?- preguntaste tentativamente colocando tus comos en la mesa y recostando tu barbilla sobre tus dedos entrelazados.

-No habrá ninguno si acepta pasar el resto de su día conmigo, Señor - respondió Ryuga imitando tu acción.

Ambos rieron por lo bajo por la cosa tan tonto que acababan de hacer. De nuevo Ryuga se te quedó viendo con una pequeña sonrisa entendiendo su mano sobre la mesa, tu miraste por unos segundos su mano y este asintió ligeramente con la cabeza indicándote que tomarás la mano. Algo dudoso lo hiciste y Ryuga la sostuvo por unos segundo antes de acercarla a sus labios y darte un pequeño beso en tus nudillos y dejar de nuevo sus manos sin soltar sobre la mesa. Tus mejillas habían adquirido un tenue color rojizo a causa de la acción tan repentina que Ryuga acababa de hacer, pero de igual forma sonreíste y con tus dedos imitaste la acción que Ryuga estaba ejecutando que era acariciar ligeramente la mano contraria.

-¿Cómo demonios puedes hacerme sentir esto?- preguntó Ryuga agachando un poco la mirada y fijándola en sus manos justas.

-Esa es mi línea, niño- dijiste ladeando un poco tu cabeza sin quitar esa sonrisa.

Momentos después el chico que antes les había atendido, que se quedó algo extrañado al verles una con las manos sujetas, dejo la comida sin decir nada para luego irse tal cual vino. Ambos rieron por el extraño comportamiento del chico, pues tenía sus mejillas teñidas de rojo cuando les atendía.

Al terminar y estaban a punto de irse, casi apresurado te colocaste el casco, de nuevo emocionado por volver a usarlo.

Luego de salir del restaurante, Ryuga condujo por un corto trayecto de tiempo, llevándote a un parque donde casi ni abundaba gente, era una hermosa área verde con árboles de diferente tamaños y tipos, algunas flores regadas por doquier y un ligero aire que movía las ramas de los árboles elegantemente. Suspiraste al ver un lugar tan bello, y atravesaste por una pequeña puerta de barras para poder entrar siendo seguido por Ryuga. Pasaron unos pocos minutos recorriéndo un pequeño camino de cemente a un lado del área verde, se podía escuchar el cantar de algunos pájaros y se sentía la fresca brisa veraniaga chocar contra tu cara . Él te tomó de la mano y te guió hasta dentro de los frondosos árboles, lo seguiste pues estabas casi arrastrándose y en su cara yacía una sonrisa amplia. Tras unos pocos metros de bosque, Ryuga se detuvo en un claro de arboles donde estaba una única y solitaria banca a la sombra de un árbol gigante. Tenía unas pocas hojas sobre ella y a su alrededor al igual que unos pequeños pajaritos picoteando el suelo cerca de ella. -Ryuga se encaminó hasta la banca espantando sin querer a los pouqeños polluelos, acarició la banca un poco antes de limpiar las holas ligeramente doradas que estaban sobre ella y sentarse dando un sonido suspiro. Te sentaste en el otro extremo de la banca observando cada acción de Ryuga, pues habiendo tanta área verde que pudieron haber recorrido, el te llevaba a ese lugar.

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Luego de unos pocos segundos, Ryuga volvió a abrir sus ojos y mirando como las ramas del árbol se movían al compás del viento.

-Este lugar…- comenzó Ryuga- Posiblemente sea el lugar más nostálgico y significativo de mi vida- dijo con una pequeña sonrisa en sus labios. Tu sólo permanecías callado y escuchabas cada palabra que él tenía para decirte.

-¿Así?- preguntaste al ver que el de había quedado callado de repente.

-Si...Era de mi madre, ni siquiera papá sabe de el- dijo bajando un poco la mirada - Cuando tenía algún tiempo libre, siempre le pedía que me trajera aquí. Prácticamente es de ella y mio ya que nadie más se atrevía a adentrarse tanto en el bosque como para llegar hasta aquí- soltó una ligera risa- Ella tocaba el violín ¿sabías? Además de que tenía una voz maravillosa. Yo podía sentarme aquí con ella horas simplemente escuchando como tocaba y cantaba para mi- la sonrisa aún no se desvanecía de su rostro y a ti de te contagió.

-De verdad parecía ser una mujer maravillosa…- él volteó a verte sonriendo orgulloso y tu le devolviste la ligera sonrisa- Ryuga, con respecto a mi cumpleaños.. Sé que te sientes un poco…- el te interrumpió.

-¿Traicionado? ¿Molesto?- dijo con algo de gracia mientras se sentaba un poco más cerca de ti, pues cada uno estaba en una esquina de la banca

-Inquieto…- terminaste de decir- Pero debes saber que mi cumpleaños posible no sea el día más feliz de mi vida, por muy falso que suene- dijiste sin apartar la mirada del suelo, ahora era Ryuga el que se quedaba callado escuchando atento lo que decías- Como sabes, no conocí a mi madre pues murió dándome a luz, por lo que al recordar mi cumpleaños inmediatamente me viene a cabeza que ese mismo día murió la persona que me amó más que a su propia vida sin conocerme siquiera, y para colmo, ese día también era su cumpleaños…- una ligera sonrisa melancólica se formó entre tus labios - Pasaron los años, yo fui creciendo y las cosas más atroces sucedían sólo en mi cumpleaños, las cicatrices de mi rostro, la muerte de mi padre…- tu sonrisa se desvaneció - Por eso no suelo contarle esta clase de cosas a las personas que tengo alrededor, de alguna manera, dentro de mí creció el miedo de que sólo por saber que es mi cumpleaños, esas personas desaparecerán de mi lado de un momento a otro …- terminaste de decir y de inmediato sentiste la mano cálida de Ryuga sobre tu mejilla derecha, este te miraba con cierta admiración y entendimiento total, por lo que le devolviste una sonrisa similar colocando tu mano sobre la de viendo como lentamente se fue acercando hasta darte un ligero beso en los labios y abrazarte contra su pecho. Te dejaste abrazar respirando tranquilo al tener tan cerca ese calor tan único. Amabas la forma en la que Ryuga te tomaba entre sus brazos, eran grandes y fuertes, te sostenían con delicadeza y entre ellos te sentías seguro.

Ya se estaba haciendo de tarde, podías ver cómo todo comenzó a tornarse ligeramente amarillo por el hecho de que el sol estaba comenzando a esconderse para darle lugar a la noche, Ryuga se levantó estirando un poco su cuerpo, y luego extendió su mano hacia ti para ayudarte a levantar. Ambos salieron de ese hermoso lugar que parecía que a la luz del atardecer se veía aun mas hermoso de lo que ya era, y volvieron a el área verde de antes para volver a subirse en la moto. Aún sin decir nada Ryuga arrancó suavemente y tu te acurrucarse en su espalda aferrado a su cintura, ya comenzabas a acostumbrarte a esa moto.

Pasaron un buen rato en las calles, y ya casi se comenzaba a poner de noche, pero Ryuga aun seguía conduciendo hasta que se detuvo cerca de la acera, y después de esta había una hermosa y amplia playa casi desierta, las pocas personas que estaba ahí estaba ya preparándose para irse. Te quitaste el casco y respiraste hondo, siempre te encantó el olor de la playa. Despertaste del extraño tracé cuando Ryuga te tomó por los hombros y te empujó para entrar en el terreno arenoso. Caminaron hasta quedar cerca de la orilla, donde Ryuga prácticamente se tiró a la arena dando un fuerte suspiro, y segundos después te sentaste junto a él recostando tu cabeza en su hombro y él pasó su brazo por sobre tu hombro abrazándote de esa forma. Ambos se quedaron viendo como los  pocos rayos de sol terminaban de esconderse en el horizonte, era una escena hermosa, y en cierta forma romántica. Jamás te hubieras imaginado que un chico como Ryuga tuviera ese lado calmado y romántico de vez en cuando, te sorprende que no piense sólo en el todo el tiempo y que quiera compartir cosas de su pasado contigo, y que esté atento cuando tu le cuentas tus malas pasadas.

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-¿Estás bien?- preguntó Ryuga recogiendo un poco tu cabello.

-Si…- respondiste tranquilamente observando como las olas rompían contra la arena en la orilla con una ligera sonrisa.

-¿Puedes cerrar tus ojos por un segundo?- pidió despegándose un poco de ti. Tu sin entender perfectamente lo que quería simplemente cerraste tus ojos. Sentiste como Ryuga pasó sus manos por tus hombros, luego sentiste un ligero peso sobre tu pecho así que subiste tus manos hasta ahí notando que ahora tenías un collar, y se sentía como una mediana piedra ligeramente lisa, escuchaste un pequeño ”click” detrás de tu cabeza para luego sentir las manos de Ryuga tomar tu cabello y arreglarlo para que la cadena estuviera debajo, y no sobre el.

Abriste tus ojos y de inmediato miraste la piedra que tenías entre tus manos, era hermosa, de un azul intenso que combinaba a la perfección con el intenso brillar de la luna sobre ustedes, y sin evitarlo simplemente sonreiste.

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-Cuando lo vi me recordó muchos a tus ojos, por eso la compre y quise regalárselo. Si no te diste cuenta, tengo una debilidad por ojos como los tuyos- explicó Ryuga con una sonrisa de lado.

-Es perfecto pero...Creo que es demasiado Ryuga- dijiste con un tono ligeramente apagado - No creo que... Pueda aceptarlo…- dijiste mirando la joya entre tus dedos mientras la acariciabas con delicadeza.

-Es mi regalo, así que no puedes decir que no - dijo antes de besar tu frente sacándote una pequeña sonrisa de nuevo, pues de verdad ese niño pensó en todo para que te olvidarás de todo y de todos tus miedos por ese día.

-De verdad...Muchas gracias, niño- susurraste con una sonrisa bastante distinta a las que siempre tienes, esta estaba llena de una verdadera felicidad y agradecimiento. Ryuga se quedó unos segundo viendote sonreir para luego apartar la mirada tapándose el rostro con una de sus manos y esta vez una pequeña sonrisa pícara se apoderó de tus labios- ¿Te has sonrojado, Ryuga?- preguntaste tentativamente.

-¡P-Por supuesto que no!- dijo en un gruñido mientras trataba aún de esconder su rostro- Y-Y dime Sensei tu…- él se cayó cuando sintió tu mano posicionarse en su mejilla haciendo que te volteara a ver y se te quedó viendo asombrado cómo te ibas acercando a su boca para darle un beso. Aún algo confundido, Ryuga te tomó de la nuca para corresponder el beso y momentos después te alejaste de él no sin antes pasar tu lengua lentamente sobre sus labios dejándolo aún más sorprendido-...¿Cuándo te volviste tan atrevido y sensual ¿eh?- preguntó tomándote de la cintura pegandote casi por completo a su cuerpo.

-¿Te molesta que sea así ahora?- preguntaste de vuelta colocando tus manos sobre sus hombros acariciándo un poco acercándote un poco más a su cara.

-Me encanta…- susurró sobre tus labios antes de volver a besarte.


***


-¿Estás dormido?- te pregunto yo Ryuga al verte tirado en tu cama boca abajo y con la sábana tapando la mitad de tu cuerpo. Ahora mismo estaban en tu casa, después de un par de besos y seguir contemplando el mar y la luna ambos decidieron volver después de casi una hora, terminaron en tu casa y bueno, lo que pasó después es... una historia aparte.

-Si…- susurraste sin moverte ya era de madrugada y todas tus energías ya habían sido consumidas por Ryuga, ese chico era insaciable, sentías que el alma se te iba a salir por la boca.

-Ten, coma algo de agua- dijo extendiendote una botella de agua. Tu con dificultad te levantaste y te sentaste en la cama para tomarte la botella casi de un solo sorbo.

-¿Ya te vas…?- preguntaste al despertarte de la botella con la respiración un poco agitada.

-¿Por qué tengo que irme?- reclamo en un puchero sentados en la orilla de la cama.

-Por que tu padre debe estar sospechando demasiado con lo nuestro, ¿no te diste cuenta cómo nos miraba cuando le dijimos lo del ramo?- al decir eso miraste el ramo que estaba ya en tu habitación sobre una mesa cerca de la cama.

-Pero ya es de madrugada…¿no es eso lo suficientemente sospechoso ya?- dijo acercándose más a ti.

-No importa Ryuga, vete- dijiste apartándolo, el suspiro y te dió un beso en la mejilla y se levantó- No te olvides de cerrar con llave…- le advertiste.

-Ok. Que duermas bien entonces - dijo para salir y fue lo último que escuchaste de él antes de la puerta principal cerrarse. Suspiraste pasandote la mano por la carta, realmente estabas cansado, así que simplemente apagaste la luz y te fuiste a dormir.


****


Narración secreta.


Después de un par de intentos, al fin lograste entrar a esa casa. El cerrojo de la puerta ahora estaba arruinado, pero ahora era lo que menos te importaba.

Subiste las escaleras muy tranquilo, no tenías mucha prisa, después de todo faltaban un par de horas para que el sol saliera. Después de un par de minutos diste con la habitación que estabas buscando, estaba completamente oscura y en silencio, lo único que podía escucharse era el tenue siseo de la calmada respiración de Kyoya al dormir. Te acercaste hasta la cama y te quedaste viendo como este dormía plácidamente sin darse cuenta de que un “extraño” estaba a sólo unos centímetro de su cuerpo desnudo cuya unica cosa que lo cubría completamente de la desnudez era una ligera sábana sobre la mitad de su cuerpo.

-Mi príncipe…- susurró una voz tranquila mientras acariciaba unos de los mechones de ese cabello Esmeralda con delicadeza para no despertarlo, sin embargo este se removió un poco quedando de frente al hombre, aún sin despertarse-Es hora de irnos…- una sonrisa algo torcida apareció en la boca del hombre, quien aún con cautela tomó de su bolsillo un pañuelo previamente bajado con cloroformo. Se sentó en la orilla de la cama con la mirada fija en el cuerpo esbelto del menor- Que cuerpo más hermoso…- susurró de nuevo cuenta esta vez pasando su mano con delicadeza por el cuerpo de Kyoya delineando con sus dedos las marcas que este poseía con una expresión de enojo, gracias a su acción Kyoya se removió aún más pero esta vez sí despertó observando algo asustado al hombre frente a él.

-¡¿Qué demon…?!- antes de que este pudiera hacer algo, el pañuelo se espantó con fuerza en su rostro y Kyoya no había más que removerse asustado, pero lentamente sus movimientos fueron cediendo y después de unos pocos minutos Kyoya cayó profundamente dormido sacándole al hombre otra sonrisa torcida que podía llegar a ser enferma. Acarició el rostro dormido de Kyoya antes de darle un ligero beso en la frente.

-Vámonos de aquí, amor...Ya nadie podrá separarnos. Lo juro…-

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.

.

.

.

 

 

Notas finales:

Chan, chan , chan!!! ewe

Lo sé, me odian <3

Yo también los amo?)

La cosa se puso buena ewe

No sabía si terminar el capítulo aquí y no agregar la última parte, pero al final decidí hacerlo ewe

Pobre Kyoya :v

Los espero en la próxima *-*

Comentarios y votos son bien recibidos uwu

A ver si de verdad quieren saber qué pasó con nuestro querido Kyoya ewe

Nos vemos >wo

Besos <3

 


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