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Mi Profesor Favorito [Ryuga x Kyoya] por Midori-Hikari1312

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Notas del capitulo:

 

 

 

 

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Un día corriente en la preparatoria, Kyoya se encontraba junto a Gingka jugando Plantas vs Zombies en tu teléfono. No era que le encantará ese juego, pero sinceramente ya no sabía que más hacer con su aburrimiento. Estaban en hora del receso debajo de un árbol, Gingka a su lado solo estaba viéndolo jugar mientras comía un Lollipop de fresa.

-¡Ah, Ya me aburrí!- gruñó Kyoya extendiéndole el teléfono a Gingka quien lo tomó gustoso- Iré por algo de beber, muero de sed- sin esperar respuesta, simplemente se levantó del suelo y caminó, Gingka tan sólo lo ignoró comenzando a jugar muy tranquilamente.

Kyoya era, por decirlo de algún modo, el chico más problemático de todo el instituto. Era temido por todos por su mal carácter y por no temerle a una pelea, y si alguien tratase de tirárselas de valiente y molestarlo, nada bueno iba a salir de eso, pues el chico era astuto e inteligente. Algunos piensas que por su baja estatura y su cuerpo algo delicado sería fácil aprovecharse de él, pero era experto en Kick Boxing y artes marciales, y a pesar de que no las usaba de manera correcta, eso era lo de menos.

Casi toda la escuela de encontraba en la cafetería as esa hora, por lo que estaba muy ruidoso, eso le molestó. Pasó de largo de la puerta y se paró frente a la máquina expendedora y sacó una botella de Coke, tomó un sorbo y fue a la otra máquina para sacar una par de mentas. Al abrir el pequeño paquete y estar a punto de comerla una idea loca cruzó por su cabeza y sonrió de forma traviesa.

Metió rápidamente dentro de la botella las pequeñas pastillas de menta y luego la cerró con fuerza. La batió un par de veces, espero unos segundos riendo absolutamente ansioso y luego la tiró dentro del comedor. Los gritos de todos no se hicieron esperar cuando la botella había literalmente explorado, y Kyoya tampoco espero un segundo para comenzar a reír como un demente. Los alumnos se quejaban y seguramente corrían por todos lados escalando de la pequeña botella proyectil. Kyoya trató de escapar al saber que ya los alumnos comenzarían a salir corriendo fuera de la cafetería, pues aunque él fuera ser el chico más temidos, ellos podrían quemarlo vivo si sabían que estaba sólo. Comenzó a correr alejándose de ahí, pero algo detuvo su huída, frente a él se encontraba Ryuga su profesor guía y tutor. Éste lo miraba confundido al no saber porqué escapaba, alzó un poco la cabeza y vio a los alumnos comenzando a salir enojados y algunos hasta corriendo, y luego volvió a ver a Kyoya.

-¿Otra vez?- preguntó el adulto, Kyoya sólo bufó enojado al verse descubierto en su travesura.

-Sólo dame mi castigo y ya- se cruzó de brazos apartando la mirada y haciendo una clase de puchero. Ryuga suspiró cansado y comenzó a caminar en la dirección de donde venía con Kyoya siguiéndolo.

Minutos después ya se encontraban los dos frente al director. Uno frente al otro. El hombre mayor sermoneaba a Kyoya por ser la tercera vez en el mes en el que el pequeño peli verde se encontraba sentado en esa silla, mientras que el chico sólo jugaba con un lápiz sobre el escritorio ignorando completamente al los dos adultos.

-Señor, Ryuga, me parece que los castigos de tareas extras y limpieza después de la escuela no están sirviendo de mucho, necesita buscar otro tipo de castigo más fuerte para que esté chico se dé cuenta de las consecuencias de sus actos, además de que el padre no parece en absoluto interesado en esto. Si no busca una forma más práctica de hacer que entienda, me veré obligado a expulsarlo- terminó de hablar el hombre realmente serio. Kyoya al escuchar sus palabra volteó ver a Ryuga con una sonrisa tranquila, y luego volvió a juguetear con el lápiz, esto hizo molestar a Ryuga, realmente no le interesaba en lo más mínimo el ser expulsado. Suspiró nuevamente con pesadez sobándose la frente, pero luego sonrió ampliamente, ya tenía el castigo para hacer cambiar de opinión a su joven alumno.

 

-Deme una última oportunidad Directo, le aseguro que después de hoy el comportamiento de mi alumno cambiará notoriamente- al decir eso Kyoya lo volteó a ver esta vez algo sorprendido, tratando de buscar en su mirada la verdad oculta detrás de sus palabras. El director miró a su empleado complacido y un poco menos preocupado. Y Ryuga continuaba con su ligera sonrisa en el rostro ansiando el final del día.

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Ya eran el final de clases, Kyoya bostezó sonoramente al salir del aula de matemáticas. El instituto estaba prácticamente vacío, pues esos días su grupo era uno de los últimos en salir de clases. Comenzó a caminar alejándose el aula con un sueño hasta que cierto pelirrojo prácticamente le salta encima.

-¿Vamos?- Gingka apareció a su lado, esta vez con una Lollipop de limón en sus manos, Kyoya la observó curioso, pero decidió responderle.

-Hoy no, debo cumplir un castigo de nuevo y no creo salir rápido- dijo rascándose un poco la nuca algo frustrado, lamentándose el no haber sido cuidadoso.

-¿Quieres que te espere?- Preguntó el de ojos miel que estaba a punto de meterse el dulce a la boca, pero Kyoya fue más rápido y se lo arrebató para comerlo el-¡Hey!- se quejó de inmediato, pero Kyoya comenzó a alejarse ignorando su enojo.

-Nah, vete a casa. Te llamaré más tarde y haremos algo- habló aun alejándose.

Kyoya caminaba pasillo tras pasillo, realmente estaba fastidiado, solo quería ir a cada y dormir toda la tarde, pero gracias a su descuido debía quedarse. Llegó un par de minutos después al aula de Ryuga, sin preocuparse por tocar, entró en ella y se encontró una escena bastante agradable. Ryuga estaba leyendo un libro sentado frente al escritorio, estaba realmente concentrado y relajado, tanto que sus pies estaban sobre el propio escritorio. Su rostro serio y completamente concentrado en lo que leía hizo suspirar ligeramente al peli verde.

Ryuga no era el típico profesor de literatura convencional, el rompía cualquier estereotipo de ello. Su cabello era bastante estilizado, incluso tenía un mechón pintado de rojo del lado izquierdo, tenía algunos piercing que lo hacía  más atractivo a la vista de muchos, demostrando que él no fue para nada retraído en su juventud. Era joven para ser profesor además de que era algo serio, pero solía interactuar bastante con los alumnos, era atractivo y tenía babeando a muchos en el instituto, incluyendo al peli verde, y el que use una camisa blanca hasta los codos dejando ver varios de sus tatuajes y unos pantalones ajustados no dejaba nada a la imaginación.

Kyoya aclaró un poco su garganta para hacerse notar al ver que se quedó algún tiempo casi babeando por su profesor y éste aún no lo notaba, Ryuga despegó la vista de su libro y vio a Kyoya aún frente a la puerta, y al tener una conexión de miradas el menor tuvo que apartar la suya para no enrojecer.

-Tardaste…- opinó el profesor guardando su libro en su bolso y luego se acercó un poco al chico.

-Sólo vine por mi castigo, no es que me fascine la idea de desperdiciar mi tarde contigo- aún sin mirarlo, Kyoya se cruzó de brazos.

-Deberías de ser un poco más cortes con tus mayores- volvió a decir ya frete a Kyoya también cruzándose de brazos.

-Si, como no. Sólo hazlo rápido que quiero irme- bufó de forma engreída aún sin mirarlo, pero tuvo que voltear al ser jalado ligeramente por el pequeño palillo de la Lollipop en su boca, que terminó siendo arrebatada por su profesor.

-Lo lamento, pero ahora mismo tengo una reunión de profesores, así que tienes que esperar un poco- explicó Ryuga pasando de largo de Kyoya yendo hacia la puerta.

-Eso es mío…- se quejó Kyoya sonrojándose un poco al ver cómo sin pensarlo se había llevado el dulce a la boca, y fue realmente tonto e inmaduro de su parte al pensar que era un beso indirecta como si fuera un estúpida chica enamorada.

-Ya no- fue lo último que escucho decir de él antes de que cerrada la puerta. Kyoya volvió a bufar esta vez un poco sonrojado, pero decidió ignorarlo e ir a buscar un lugar donde sentarse.

Pasó al menos una hora en las que Kyoya solamente estuvo jugando con su teléfono, ya estaba molesto pues había esperado demasiado, y estaba pensado seriamente en irse a casa y dejar que Ryuga se molestara con el de nuevo.

-Voy a matarlo…- susurró entre dientes moviendo su pie ansioso. Dejo el teléfono a un lado mirando fijamente hacia la puerta, estaba sentado sobre el escritorio con sus brazos cruzados. Al escuchar la puerta abrirse se levanto de donde estaba y vio que Ryuga lo miraba confundido alzando una ceja después de cerrar la puerta tras de sí- Tardaste demasiado ¿que acaso quieres matarme de aburrimiento? ¿Es eso, Maldito infeliz?- bravo el joven parándose frente a su profesor de brazos cruzados, Ryuga sonrió realmente entretenido al tenerlo reclamándole como si fuera una clase de esposa enojado porque su esposo llega tarde del trabajo.

-No creo que deberías tenerme más respeto, soy tu profesor- Ryuga también se cruzó de brazos aun mirándolo con una sonrisa- Creo que debería de enseñarte a respetar de la forma menos amable…- habló lentamente y con la mirada fija en Kyoya. El hecho de que tuviera esa mirada enojado y los brazos cruzados además de mover inquietamente su pie derecho, lo hace irresistible para él.

-Anda, inténtalo, quiero ver como fracasas- rió de forma altanera mirándolo de forma desafiante.

-Como quieras entonces- rió galante y Kyoya bufó nuevamente.

El movimiento que hizo Ryuga a continuación fue tan rápido que Kyoya tardó unos segundos en asimilar la realidad. Tomándolo fuertemente por la cintura Ryuga lo obligó a pegarse a él, para luego unir sus labios en un beso. Al principio Kyoya realmente estaba sorprendido, sus ojos estaban tan abiertos como podía. El beso no duró mucho, por lo que al separarse un poco, Kyoya completamente avergonzado al no saber qué hacer hizo lo primero que se le vino a la mente. En toda la habitación se escuchó el fuerte sonido de la mano del menor siendo estampada en la cara de Ryuga. Este rió débilmente mientras se sobaba la mejilla viendo como Kyoya literalmente explotaba de vergüenza.

-Lindo…- susurró con la mirada lasciva y relamiéndose los labios.

-¡¿Q-Qué demonios te pasa?! ¡¿Acoso estás loco?!- gritó tratando de alejarse con la cara completamente roja, sin embargo fue completamente inútil pues sin mucho esfuerzo Ryuga había inmovilizado sus manos detrás de su espalda, y con su mano libre lo obligó a levantar la cara para poder volver a apoderarse de sus labios- Mgh…- emitió débilmente al sentir una intromisión en su boca que lo hizo temblar de arriba abajo. Su respiración se volvió un poco más acelerado cuando ambas lenguas comenzaron a jugar entre ellas, y simplemente Kyoya se dejo hacer.

Sin apartarse un solo centímetro Ryuga comenzó a caminar para dejar a Kyoya acorralado contra es escritorio y poder separarse un poco de nuevo, ambos con respiraciones un poco aceleradas, Ryuga corrió su cabeza a un costado y comenzó a lamer el cuello del chico que jadeo débilmente por la húmeda y cálida sensación, al mismo tiempo que sentía sus manos inquietas por todo su cuerpo.

-¿Qué es esto?- preguntó con una ligera sonrisa al no poder mover sus manos de detrás de su espalda, miró por encima de su hombro encontrando sus manos inmovilizadas con las típicas esposas de felpa rosa- ¿Eso una clase de fetiche sexual que tienes acoso?- jadeó de nuevo cuando las manos del mayor pasaron demasiado cerca de su entrepierna.

-Algo así…- respondió igual con una sonrisa haciendo pasando sus por los glúteos del chico y poniéndolo aun más nervioso al menor.

-¿Qué? No…Espera- trató de removerse y tratando de alejarlo un poco pero Ryuga lo ignoró volviendo a besarlo con las mismas ganas de antes, realmente ya a estas alturas ya no le importaba nada. Ambas lenguas expertas luchaban entre sí para llevar las riendas del beso.

En algún punto donde Kyoya estuvo completamente perdido entres los besos de Ryuga, terminó sobre las piernas del mayor, el cual estaba sentado nuevamente frente al escritorio con las piernas sobre el mismo objeto. Kyoya se removía inquieto al tener las manos de Ryuga recorriéndole todo el cuerpo a su antojo, y el realmente no podía hacer nada. Le quitó la chaqueta que quedó atorada en sus muñecas y coló sus manos por dentro de la camiseta que el chico llevaba, acariciando lentamente hasta llevar a sus pectorales, al llegar a la zona, Kyoya templó notoriamente al sentir sus dedos juguetear en esa zona, Ryuga rió levemente sin dejar de acariciar los pequeños botones de su pecho.

-B-Bastardo…- susurró débilmente al sentirse humillado por esa risa, realmente estaba sólo jugando con él y eso en algún punto le molestaba.

-Cierra la boca…- susurró un poco ronco haciendo que sostuviera su propia camisa con sus labios, obvio Kyoya se enojó al ser callado de esa forma. Sin esperar nada comenzó a jugar esta vez su boca en su pecho haciendo respingar a Kyoya. Con su boca lamía y mordía uno de sus pezones y con una de sus manos estimulaba el otro con sus dedos, su mano libre se encontraba en su espalda aferrándolo fuertemente para que el chico se alejara en unos de sus movimientos brucos.

Los ligeros gemidos ahogados de Kyoya llenaban la habitación, se sentía extraño pero le gustaba. Por su cabeza sólo cruzaba el hecho de que estaba siendo tocado por el profesor más codiciado de todo es instituto, y que si alguien se enteraba de lo que estaba pasando seguramente se lo comerían vivo, pero menos no podía importarle ahora.

Ryuga veía divertido como la camiseta que el chico sostenía entre sus labios estaba comenzando a tener una pequeña mancha de su saliva al mismo tiempo que toda su cara, hasta sus orejas, estaban bastantes rojas, y esto lo hacía desearlo aún más. Al tener es ese chico tan molesto, prepotente y mal educado en una forma tan sumisa y débil lo prendía a mil.

-…N-No- apenas pudo decir al sentir la mano de Ryuga sobre su entrepierna ya algo dura, se encorvó un poco y trató de cerrar sus piernas débilmente sin excito, mucho menos al tenerlas a cada lado del cuerpo de Ryuga.

-Alguien aquí está emocionado…-susurró chocando su cálido aliento contra sus sensibles botones y masturbándolo sobre la ropa- Debemos hacer algo con esto- lentamente comenzó a desabrochar el pantalón de Kyoya, tanto lento que el chico hasta llego a desesperarse, sin embargo no dijo nada acusa de su vergüenza.

-R-Ryu… ¡Nahh! Ahh…-Al ser tocado directamente y sin ropa de por medio, Kyoya no pudo evitar soltar un gemido realmente agudo y hasta adorable a la vista de Ryuga, este movía su mano con rapidez sobre el miembro del chico sin despegar la mirada de su cara y aun sosteniéndolo para que los ligeros espasmos de placer no terminaran haciéndolo caer. Su cara era un completo dilema, ojos acuosos y suplicantes, su boca entreabierta jadeando y gimiendo su nombre, al mismo tiempo que se arqueaba ligeramente y apretaba sus piernas en variadas ocasiones como si pidiera silenciosamente que parara.

-Eres tan lindo, Kyoya…-  comentó moviendo un poco más rápido su mano.

-N-No…No lo soy…- reclamó apartando el rostro. Ryuga volvió a reír y se acerco a su rostro, al sentir el cálido aliento en su cuello Kyoya volteó en su dirección, recibiendo gustoso un beso de su parte. Ryuga lo apegó un poco más el torso del chico a sí mismo, haciendo que quedara un poco encorvado hacia su persona y a la vez que las caderas quedaran alejadas de él. Corrió su mano libre, la que hasta ahora se había estado posicionando en su cintura, y la bajó un poco más hasta adentrarla dentro del pantalón del chico tocando directamente sus glúteos. Kyoya suspiró un poco en el beso al sentir la mano contraria acariciarlo de una forma algo brusca, hasta el punto en el que saltó ligeramente al sentir los dedos del hombre acariciar su entrada, entreabrió sus ojos para mirar los de Ryuga curioso, aunque de alguna forma estaba retándolo a acerco, quería saber si era capaz de llegar a tan lejos, pero no paso nada. Ryuga aleja ambas manos del cuerpo del chico dejándolo jadeando y en busca de más, pero eso no se iba a acabar ahí.

Con agilidad tomó las piernas de Kyoya las colocó a ambos lado de su cabeza dejando el resto de su cuerpo recostado sobre sus piernas alzadas sobre el escritorio, literalmente tenía todo el cuerpo de Kyoya recostado sobre él.

Terminó quitándolo el pantalón con cuidado de no hacerlo caer y al verse complemente desnudo frente a Ryuga, Kyoya se puso aún más nervioso.

-Vista perfecta…- murmuró con una sonrisa sensual logrando estremecer a Kyoya. Lamiendo sus dedos de una forma demasiado sensual, continuó con su acción de masturbar a Kyoya, nuevamente escuchado su débil gemir. Sacó los dedos de su propia boca y los llevo nuevamente hacia la entrada del chico donde no dudo en meter un dedo sin cuidado. Kyoya gimió retrayendo un poco sus piernas hacia su propio cuerpo en una clase de reflejo. Su mirada estaba fija en los movimientos del mayor, como una de sus manos se movía rápidamente y al mismo tiempo sus dedos entraba y salían de su cuerpo le daban un dolor y un placer increíble que le hacía así una necesidad el gemir más fuerte, y el hecho de que estuviera recostado sobre la creciente erección de su profesor lo excitaba aún más.

-Ryuga…- susurró ente gemidos tratando de llamar la atención del mayor, sin embargo este simplemente estaba entretenido en otra cosa- R-Ryugaah~ - llamó de nuevo en un quejido bastante lindo, pero este solo contuvo una pequeña risa por lo desesperado de su alumno y acelerando el movimiento de ambas de sus manos.

-¿Sucede algo, Joven Kyoya?- preguntó al burla  tocando ese punto incontables veces con sus dedos notando las gotas de pre-semen que comenzaban a salir de la punta de su miembro.

-S-Sensei…Por favor- jadeó débilmente pegando sus piernas a su cuerpo en un desesperado intento de cerrar sus piernas ya cerca de correrse.

-No hagas eso, abre tus piernas- ordenó mirándolo con desaprobación, obedientemente Kyoya volvió a abrir sus piernas un poco, Ryuga dejó de masturbarlo para sostener una de sus piernas y abrirlas un poco más- Míreme- ordenó de nuevo, su sonrisa se ensanchó al notar como los cristalinos y suplicantes ojos de Kyoya se abrían y lo miraban fijamente- Bueno chico…- festejó sacando sus dedos de él e igual que la otra, la posicionó en su otra pierna para abrirlas más.

-Ngh…- emitió avergonzado. Se sentía patético al tener que acatar cada orden de Ryuga y que luego lo tratara como un perro, pero al mismo tiempo no le importaba, pues estaba deseoso de tener aún más cerca, al punto de ser uno sólo. Se mordió el labio inferior con fuerza al ser levantado por los brazos de Ryuga, y acomodado sobre el escritorio con Ryuga entre sus piernas.

-Eres un muy buen chico, Kyoya…- felicitó de nuevo sin dejar de sonreír. Lo bajó del escritorio y lo volvió para que quedara de nuevo recostado sobre el objeto, pero estaba vez con el pecho. El menor templó un poco al sentir como las caderas de Ryuga se pegaban a su retaguardia- ¿Mereces un recompensa?- preguntó restregándose aún más contra Kyoya, quien gimió avergonzado -Dime qué quieres…- pidió acariciando por completo sus piernas desde las pantorrillas hasta los glúteos, notando extrañado que era demasiado suave, casi parecía la piel de una mujer, pero no le molestaba en lo absoluto.

-Quiero…- balbuceó y su labio inferior tembló un poco por las profundas caricias.

-Vamos dilo.

-Lo quiero… dentro…- murmuró temblando un poco más al sentir los diente de Ryuga clavarse en su hombro izquierdo.

-¿Qué quieres dentro?- susurró en su oído

-A-A ti…- esta confesión solo hizo crecer más la sonrisa de Ryuga, al igual que otra cosa. Al escuchar el zipper de pantalón de Ryuga, Kyoya se quedó completamente quieto y con la respiración agitada, pero se sobresaltó al sentir su miembro restregarse contra su entrada de forma descarada, provocándolo de una forma muy cruel.

-¿Realmente debería de hacerlo?- preguntó sin dejar de restregarse contra Kyoya, al mismo tiempo que lo tenía bien agarrado de las caderas aumentado así el movimiento- Después de todo…Aún eres un niño.-

-¡No soy un niño!- se quejó Kyoya recibiendo una nalgada demasiado fuerte de parte de Ryuga, sin embargo, realmente no le había molestado.

-No me respondas si no te lo he pedido- ordenó con voz grave, Kyoya solo mordió sus labios para evitar volver a quejarse- Pero bueno, supongo que es hora del verdadero castigo ¿no te parece?- se recostó sobre la espalda de Kyoya, dejándolo casi completamente pegado al escritorio, sin saber que responder, Kyoya simplemente asintió con su cabeza de forma leve. La punta del miembro de Ryuga comenzó a clavarse con delicadeza donde del cuerpo de Kyoya, este entrecerró sus ojos y abrió su boca para gemir, Ryuga se sostenía de las muñecas aún esposados del chico para tomar impulso y logran llegar hasta el fondo.

Ambos dieron un suspiro cuando ya estaba todo dentro. Kyoya se sentía extraño, no era la primera vez que alguien estaba dentro, sin embargo, algo era diferente, y sencillamente no sabía que era, pero en ese momento no quería averiguarlo. Ryuga salió de él, de nuevo de forma lenta, pero la entrada esta vez que rápida y certera, haciendo casi gritar al pobre chico. Continuó haciendo esto unas cuantas veces más, logrando así deleitarse con cada fuerte gemido que le arrancaba con cada estocada. Con fuerza Kyoya se aferraba a la camisa de Ryuga, que era lo único que estaba al alcance de sus manos esposadas, mientras que Ryuga tenía sus manos bien puestas sobre sus caderas.

-¿Lo sientes…?- preguntó jadeante el adulto, acarició su pequeña cintura que muy bien podía ser confundida con la de una mujer y sintió la piel de Kyoya erizarse bajo sus dedos- ¿Sientes como entra tan fácil?- preguntó de forma descarada pegándose nuevamente a su espalda- ¿Como tu cuerpo me absorbe con fuerza  y no me quiere dejar ir?-

-Ca…Cállate…- murmuró entre gemidos.

-Vamos, responde… ¿Lo sientes?- susurró en su oído. Kyoya apretó los labios con fuerza tratando de acallar sus gemidos casi desesperados al mismo tiempo que bajaba su cabeza avergonzado, pero de hecho no sirvió de mucho- He dicho…- tomó con fuerza el cabello de Kyoya y lo jaló hacia su cuerpo de forma brusca. Una corriente recorrió todo el cuerpo de Kyoya por el brusco trató, haciéndolo gemir más fuerte- Responde.- su voz de nuevo salió ronca e imponente al mismo tiempo que tiró de nuevo del cabello de Kyoya.

-¡Nah!… Ryug-…Sensei Ahh- trató de quejarse y en un pequeño impulso trató de llevar sus manos hacia su cabeza. Divertido, Ryuga volvió a jalar del cabello del chico recibiendo una nueva queja inentendible por la cantidad de jadeos, al igual que él suspiraba un poco por la deliciosa forma en la que el interior de Kyoya se contraía.

-¿Qué? ¿Acaso te gusta eso?- no era necesario el preguntarlo, la cara de completa excitación que Kyoya tenía en ese momento le decía todo, pero con era un desgraciado, le gustaba verlo tan avergonzado y sumiso. Cabe destacar que en ningún momento había detenido las embestidas, logrando hacer aún más que la mente de Kyoya colapse de tanto placer.

-N-No…Ugh…-

-¿Seguro?- otro jalón, otro jadeo- Aprietas bastante cuando lo hago…- guió su mano hacia el hombro de Kyoya y continuo embistiendo tan fuerte y tan profundo como pudo, pero con esa misma mano algunas embestidas más tarde, rasguñó desde los hombros hasta la espalda dejando sus uñas bien marcadas, Kyoya arqueó tanto que espalda que Ryuga realmente pensó que se rompería.

-Bast…Por favor…Sen- ahh mgh- murmuraba entre gemidos, ligeras lágrimas comenzaban a escapar de sus ojos al mismo tiempo que un ligero hilo de saliva de la comisura de sus labios. Ryuga volvió a recostarse sobre la espalda de Kyoya para ver mejor su rostro.

-¿Se siente tan bien que estas llorando?- preguntó de nuevo dando un pequeño jalón y alzando su rostro para poder verlo mejor.

-S-Siahh…- el chico entreabrió sus ojos para verlo, estos continuaban siendo cristalinos y realmente hermosos a la vista de cualquiera.

-Eres tan lindo, joder- rió un poco- ¿Quieres que lo hago más duro?- preguntó con  descaro, sin embargo lo que menos esperó fue que Kyoya le respondiera con una afirmativa. Las embestida comenzaron a ser demasiado fuerte, Ryuga no apartaba la vista de la cara completamente extasiado de Kyoya, quien sin vergüenza alguna casi gritaba de placer- Hey… Estas apretando demasiado ¿No…?- se quejó sin dejar de profanar su cuerpo con fuerza.

-Es…Es que… Mgh…Voy…Ahh- balbuceó el peli verde.

-¿Ya?- preguntó con una pequeña risa de por medio- ¿No puedes esperar…?- susurró en su oído y Kyoya apretó un poco más su interior.

-No~…- respondió casi con desesperación. Se removió casi con desesperación cuando la mano de Ryuga llegó hasta su miembro, apretando la base de tan forma que dolía un poco- ¿Ah? ¿Qué…?-

-Debes esperarme-

-P-Pero…- volvió a removerse con incomodidad-

-Sólo aguanta un poco- si era posible, las embestida había comenzaron a ser cada vez más fuertes, logrando un escalofrío en todo el cuerpo de Kyoya, estaba a punto de correrse, pero la mano de Ryuga obstruía esa acción, y no se sentía muy a gusto con eso.

-Por favor…D-Dejam…Hacerlo- suplicó ya muerto de placer, jadeaba con fuerza tratando de llevar aire a sus pulmones con desesperación.

-Alza la cola- ordenó acariciando sus caderas, como pudo, acató la orden alzando el trasero logrando que de alguna forma lo sintiera más profundo –Ahora, di mi nombre…-  apretó un poco más el cuerpo de Kyoya contra el suyo.

-R-Ryu…Mgh-

-Dilo, no te contengas-­

- Ryu-ga…Ryuga…Ahh…Ryuga-

-Buen chico…- repitió nuevamente y sin pensarlo comenzó a masturbarlo con rapidez. Kyoya gimió con fuerza al correrse, un gemido realmente extasiado y excitante, dando pasó al mismo orgasmo del profesor.

Ambos se quedaron completamente quietos con las respiraciones agitadas, Kyoya estaba tumbado sobre el escritorio, babeándolo un poco al no poder tragar al estar tomando aire con fuerza. Ryuga aflojó el agarre de sus manos de las caderas del chico, que hasta ahora las medía bien agarradas, dándose cuenta que sus dedos estaban bien marcados en la zona, al igual que unos pequeñas rasguños que dejó inconscientemente por el reciente orgasmo. Con cuidado salió del cuerpo de Kyoya, escuchando un último suspiro de su parte, y recostó su frente el al espalda del más pequeño para continuar recuperando el aliento.

-Hey…Sensei- llamó Kyoya echando un poco su cabeza hacia atrás para tratar de ver a Ryuga- Levántate… Pesas- pidió casi haciendo un puchero.  Ryuga rió ligeramente sin embargo no se quitó.

-¿Qué pasa ahora con ese tono tan suave?- preguntó viéndolo divertido mientras besaba ligeramente su hombro- ¿Realmente tenía que follarte para que me respetaras así?- volvió a preguntar y la cara de Kyoya se deformó mostrando una mueca entre enojada y avergonzada.

-Por…Por supuesto que no. Ahora suéltame, ya se me acalambraron los brazos- se quedó callado sólo unos segundos más y volvió a hablar, casi como si necesitara decirlo- Por favor…-

-Esto es tan divertido- comentó separándose y abriendo las esposas del chico, quien de inmediato se volteó y sobó sus manos incomodo.

-No te acostumbres…- Ryuga lo tomó y lo abrazó fuertemente, Kyoya se quedó unos segundos estático sin saber realmente que hacer, pero lentamente llevó sus manos hacia la espalda del mayor y se aferró a su camisa con fuerza, al mismo tiempo que se escondía en el hueco de su cuello, cual gato mimado.

-Me acostumbraré, porque ahora eres mío- acarició su espalda  sutilmente- Soy el único que puede tocarte de ahora en adelante…-

-No soy una clase de objeto ¿Sabías?- reprochó el peli verde.

-Aún así sigues perteneciéndome- besó su cabeza y se alejó sólo un poco.

-Si si, como digas- se siguió el juego dejándose besar esta vez en la frente- Ahora ¿Adivina quien tendrá que venir con muletas al instituto mañana?- bromeó el chico recostándose un poco en el escritorio.

-No es mi culpa, te recuerdo que tú fuiste quien…- una mano del peli verde terminó en su boca, callando sus palabras.

-Silencio- siseó con las mejillas rojas- ¡Asco!- se quejó apartando su mano de Ryuga con una sonrisa, pues este le había lamido la palma-…Hey, Profesor Idiota- llamó el menor y Ryuga lo abrazó de nuevo, solo de la cintura y que sus frentes quedaran juntas.

-¿Qué, torpe alumno?- respondió cerrando sus ojos al sentir las manos detrás de la nuca.

-Si te dijera que…Te quiero… ¿Tú qué harías?-  Kyoya se mordió el labio ansioso, y cuando Ryuga abrió sus ojos y lo vio tan seriamente temió lo peor.

-…Supongo que sólo tomaría la responsabilidad de eso, y me haría tuyo también- respondió con calma. Kyoya quedó unos segundos en silencio y luego rió ligeramente ante la mirada extrañado de Ryuga.

-Eso fue demasiado cursi- rió aferrándose un poco más a su nuca.

-¿Y qué esperabas de un profesor de literatura clásica?- contraatacó el mayor.

-Sólo cállate y bésame- ordenó poniéndose un poco en puntillas y unir sus labios en un ligero beso.

-Haré mucho más que eso…-

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Notas finales:

Ñeh :3

Bueno, hasta aquí :'3

Adios! :''D

Los amo~ qnq

No olviden comentar QwQ

Nos vemos >wo

Besos <3


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