Todo estaba oscuro, no sabía cómo demonios fue que aceptaron esa maldita apuesta y había dado a parar a ese lugar pero tenía muy claro que necesitaba salir lo más pronto posible, el lugar era tétrico. No debió de entrar a ese edificio, todo fue un maldito engaño, ahora estaba más que claro cuál era el verdadero objetivo de la “dichosa” apuesta; no debieron de confiar en esos tipos.
Estaba más que aterrado, las manos le sudaban y no podía contener su llanto, su ropa estaba manchada con sangre de sus amigos que ahora estaban muertos por culpa de un psicópata demente. Por más que corría no podía hallar la maldita salida.
—¡Te voy a encontrar Rock Lee!
la voz del tipo resonó con un eco por todo el edificio, estaba cerca, debía de darse prisa o sino lo encontraría he iba a tener un final peor del que tuvieron sus amigos.
Su corazón latía a mil. Su respiración era agitada y sus piernas dolían, agradecía tanto al entrenamiento diario que tenía, sino hubiera sido por eso, en ese instante ya estuviera muerto. Se detuvo unos instantes a respirar, en realidad estaba muy cansado, cuanto tiempo debía de haber pasado, ¿minutos? ¿horas? Quien sabe pero para él era una eternidad
—Sé que estás ahí!!
Nuevamente su voz, cada vez más cerca. Estaba por girar de pasillo y lo vio, estaba ahí parado de frente, con el cuchillo en la mano y la luz de un relámpago le ilumino todo, estaba bañado en sangre de sus amigos y una sonrisa enorme dibujada en su cara, sus ojos aterradores lo miraron fijamente y con una voz casi de ultratumba le habló.
—Hola Rock Lee
Un escalofrió le recorrió la espina dorsal en cuanto lo vio correr hacia él. No supo de donde saco fuerzas para huir, corría y giraba pasillos y no hallaba un maldito lugar en donde esconderse
—Te atrapare! No huyas!
Tomo ventaja y lo adelanto por mucho, la iluminación del lugar era muy escasa a no ser por unas tenues luces parpadeantes. Y como un milagro halló un pasillo lleno de habitaciones, eligió cualquiera y se escondió. Una vez adentro pudo escuchar los pasos del pelirrojo que se hicieron cada vez más lentos, cerró los ojos con dureza y trato de calmar su respiración. Cuando abrió los ojos reconoció el lugar, ya había estado ahí antes, lentamente y con miedo bajo la mirada y se topó con los ojos azules de su buen amigo Naruto, que ahora se hallaba inerte sobre el suelo y a su costado su amigo Kiba con el cuerpo magullado y lleno de cortes que minutos antes le había gritado que huyera de aquel lugar y que llamara a la policía.
Se tapó la boca para reprimir un gritó, y el sonido de las puertas empezaron a retumbar por el lugar. Ese tipo estaba buscando puerta por puerta.
—Sal de donde estés cariño, no voy hacerte daño, Sabes que solo eres mío!
Debía de salir de esa habitación o lo encontraría, la puerta estaba semi abierta y se asomó para poder ver a que distancia estaba Gaara, Sí, Gaara, ese mismo que lo había estado acosando semanas atrás y que ahora está ahí tratando de matarlo al igual que lo había hecho con sus amigos.
Con todo el miedo recorriendo su piel y con todo el valor posible se asomó a la puerta y lo vio de espaldas a un par de metros de ahí. Debía de aprovechar que estaba de espalda y salir corriendo buscando la salida.
Contó mentalmente hasta 3 y salió corriendo
—Rock Lee!!!!!!!!!!
Sentía que la fuerza de sus piernas no duraría mucho y la visión estaba un poco borrosa, sus ojos no podían parar de emanar lágrimas de miedo y dolor. Ya no podía más, Ya no lo resistía, a cada paso que daba sus fuerzas lo abandonaban
—Ayúdenme… —susurró —por favor que alguien me ayude—susurraba, pero en cada susurro se podía notar su temor y desesperación por salir.
Al sentirse lejos de su atacante, camino sigilosamente apoyándose de las paredes, no sabía en donde estaba, no sabía en qué piso del edificio estaba. Totalmente perdido. Los pasillos eran desérticos y las paredes estaban opacas, la lluvia que chocaba y se deslizaba por la ventana le dio un poco de calma.
Siguió caminando por mucho tiempo, de pronto empezó a sentirse vigilado como si alguien lo siguiera y estuviera detrás suyo, es por ello que a cada instante se giraba para asegurarse de estar solo, fue en uno de esos instantes en que se giró para ver detrás de él y cuando volvió la vista enfrente se chocó con un bulto y calló de cara al suelo, en cuanto se trató de levantar se halló entre el cuerpo muerto de su mejor amigo, Neji.
Soltó un pequeño grito e inmediatamente tapo su boca con ambas manos, estaba en medio de un gran charco de sangre, los cabellos castaños de Neji estaban manchados de ese líquido que salía del cuello de este. Se apoyó de espaldas sobre la pared mirando fijamente la imagen de su amigo muerto.
Ahora si ya no podía más, todos sus amigos se hallaban muertos, solo faltaba él, en cuanto trato de cruzar el umbral que daba a otra habitación de topo cara a cara con su persecutor.
—¿Porque huyes de mi Lee?
El pelinegro callo sobre parte trasera y poco a poco fue retrocediendo sin darle la espalda al pelirrojo
—No voy hacerte daño
—Por favor…. Déjame ir Gaara—le dijo llorando el pelinegro —¿Por qué haces esto?
—¿Por qué? —preguntó curioso el muchacho con el cuchillo en la mano—es para que podamos estar juntos mi amor
—por favor —algo impidió su camino, se había topado con una pared
—Lee…
Gaara soltó el cuchillo y se limpió un poco de la sangre que cubría su mejilla, se acercó a Rock Lee y se arrodillo para quedar a su altura
—Estas temblando — con ternura tomo una de las mejillas de su pelinegro amado y con una voz pacífica y amorosa le dijo —estas frio
En ese momento una lagrima rodo por la mejilla de Lee y Gaara la seco con su mano
—No debes de llorar mi amor, todo está bien
—Detente por favor—mirándolo fijamente, esos ojos tan hipnóticos de su “amigo” le asustaban, antes tan fríos y sádicos y ahora tan pacíficos y dulces
—No puedo….—se acercó a su oreja y le susurró— No ahora que estas cerca de mí, recuerda que solo eres mío.
El llanto de Rock Lee tomo fuerza y dejo de reprimirlo, dejando salir todo ese miedo que sentía
—Sshh!... No llores, no te va a pasar nada Lee— acercándose a sus labios y con suavidad poso un tierno beso en ellos.—descansa Rock Lee —Y nuevamente le susurró —Porque volveré para jugar contigo…
Luego de eso su vista se nublo y se sintió caer sobre un enorme agujero negro.
***
—¿puedo entrar a verlo? —Preguntó un oficial de la policía—debo tomar su manifestación de los hechos
Un Muchacho de cabello negro le explico que la situación del paciente no era del todo segura
—él, aún no está del todo bien, No creo que pueda decirle nada
—¿Por qué?
—desde que ha despertado no ha dicho palabra alguna
Pidió permiso y se adentró al cuarto, ahí estaba él, acostado sobre la cama y con la cabeza girada hacia la ventana, mientras veía la lluvia caer
—Rock Lee —Habló el oficial —Necesito acerté un par de preguntas
La mirada del muchacho estaba perdida en un punto hacia la ventana, Nada, Esos ojos tan negros no emanaban nada más que frialdad, era como si estuviera muerto, si no fuera por el sonido de la maquina el oficial hubiera pensado que Lee había muerto y que había quedado con los ojos abiertos.
— ¿te sientes mejor?
Nada, No hubo respuesta de parte del pelinegro, solo se podía escuchar el sonido la maquina
—Lee
El susodicho giró su cabeza y poso sus ojitos negros sobre el oficial y con voz apagada le dijo
—él volverá —mientras una lagrima rodaba por su lastimada mejilla
— ¿Quién volverá?—preguntó curioso y a la vez asustado el Hombre mayor
—él, volverá y los matara a todos
— ¿Por qué va a matarnos?
—Porque él es así— y más lagrimas empezaron a Salir de sus ojitos
— ¿Quién? ¿ a quién te refieres?
El pelinegro giro nuevamente su cabeza y volvió a ese punto en la ventana
—Gaara…