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El Señor de la Medianoche. por MamaSugaLove
Notas del capitulo:¡Hey, tú, hola! Agradezco que hayas entrado a leer y espero con locura que te guste el prólogo.
Tengo que decir que el principio es algo confuso, pero luego se aclarará, ya verán.
¡Disfruten la lectura, flanes!
Las risas acaban en...
…l sabía que algo ocurría. Volver a Japón no era una opción que le agradara en lo absoluto, pero como buen hijo volvía a las tierras que le vieron nacer. En ese momento pensaba que su estadía sería acogedora, que su madre le esperaría y que luego se podría venir de vuelta donde consideraba era su hogar, América.
Pero él sabía que había un algo que no cuadraba.
Tres.
Aunque quisiera decirse y mentirse que todo estaría bien su cuerpo se lo impedía. La mente en vez de hablar, le gritaba con desesperación que para su bien se quedara, sin embargo las ganas también de ver a su madre estaban presentes. Como decía aquel dicho.
La sangre llama.
Esa noche fría de enero Kouki pensó, su madre se escuchaba aquella ocasión que se comunicó con él de cierta manera exasperada. Eso le hizo preocupar y afirmar su decisión. Se iría a Japón en tres días.
Dos.
Pero le preocupaba más el hecho de que su cuerpo le respondiera de esa forma al momento de querer irse.
Y ahora que lo pensaba se hallaba arrepentido.
Como habia dicho al tercer día tomó sus maletas, con el pasaje en mano y cerrando su hogar con seguro, no sabría cuándo era que volvería a pisar el suelo de su casa. Esperaba que no fuera tanto.
Algo inseguro de sí mismo abrazó la maleta y pidió un taxi. Este se detuvo a su lado y Kouki entró, con una sonrisa brillante en inseguridad y desconfianza. El taxista le preguntó a dónde iría y el castaño le contestó que iría a el aeropuerto más cercano, haciendo que el hombre arrancara el taxi hasta su destino.
Lo que por igual le molestaba era el simple pensamiento de saber que en enero, en Estados Unidos comenzaba a caer un torrencial de nieve y a veces era tanto que ni siquiera se podía viajar, porque se cancelaban los viajes de tanta nieve que se albergaba en todo sitio.
Quince minutos después el taxi llegó al abarrotado aeropuerto. Kouki le entregó la paga y con las maletas bajó del taxi. Al entrar escuchó todo tipo de conversaciones, vio a grandes familias esperando por alguien y a cada pareja que tuvo que estar un lapso, deseguro interminable, en distancia para ahora volver a reencontrarse con su amor.
El castaño ignoró todo eso, solo pasando sus ojos de lugar en lugar, en realidad sin prestar atención a todo eso.
Esquivó a algunas personas que venían en el celular y se acercó a una de las sillas, esperando a que dijeran el momento del vuelo. Dicho vuelo era a las diez de la mañana, llegando a quién sabía que horas a Japón. Tampoco era como si le importase mucho eso.
Uno.
Al no tener mucho que hacer sacó su celular y auriculares blancos, solo poniéndose uno para poder escuchar el llamado. Se sentó en una de las sillas cómodas de ahí y buscó una canción con la cual poder entretenerse.
La felicidad se acabó.
Al final de todo se escuchó una de sus preferidas; Irresistible de Fall Out Boy. Aunque como era él también prefería otras. Kouki sonrió, moviendo sus labios y pies al sonido de la música electrizante.
Los gritos empiezan en..
El sonido de la puerta siendo tocada por alguien le sacó de su propio mundo y se separó de ese libro en blanco, donde suponía escribir.
Tres.
Una sonrisa macabra hizo gala de presentación en sus labios, mientras que sus ojos afilados pasaron al muchacho de afuera, observandole.
Dos.
Estaba feliz.
Uno.
Ya habia llegado.
—Se finalizaron tus días de felicidad, Kouki.
Notas finales:¡Ok, flanes! Sé que puede ser que no hayan entendido —hablemos en nuestro idioma xD— ni mierda, pero ya les dije, lo entenderán poco después.
Tengo que decir que es una historia con una pizca de misterio —que no es tanta, pero lo puse— y también algo sobrenatural.
¿Algo que comentar? Ya saben :3
¡Besos, flancitos!
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