Todavía no me miras a los ojo, no sabes como lo siento, pero esa noche había tomado demás, lo siento Momiyi, lo siento tanto, yo no pensé que me dirías algo así…yo no sabía; recuerdo algo de lo que pasó, pero me aterra pensar en lo que pude haber hecho…
Estaba en una fiesta, a las que siempre voy por las noches, había bebidas, y yo tomé todas las que pude, estaba ebrio cuando llegué a casa, y ahí estabas tú, estabas sentado en la escalera que conducía a la entrada, parecías preocupado, tu cabello ruio estaba despeinado y traías puesta tu pijama, me viste y te levantaste a ayudarme, me regañaste por el olor a alcohol que despedía, y entonces te tomé en mis brazos y te besé, recuerdo que después entramos a la casa, y que comencé a desvestirte, recuerdo haber sentido tu suave piel en mis labios, pero después ya no se que pasó. A la mañana siguiente desperté y estabas dormido a mi lado, desnudo igual que yo, tu cabello estaba más alborotado, abriste los ojos y me susurraste “te amo Haru”, fue entonces cuando reaccioné, no podía creer que te había hecho eso…tu eras tan puro, y por mi culpa habías perdido tu inocencia, no sabe cuanto lo siento… Me levanté de un salto y tu te me quedaste viendo, yo te pregunté que era lo que había pasado…y tus ojos se humedecieron, pero esta ves no lloraste como cuando te pega Kyo, no, este fue un llanto de puro dolor, te había hecho daño con mis palabras y no pude soportar verte así, me acerqué a ti y te abrase “Momiyi…yo amo a Yuki…y lo sabes, ayer estaba muy ebrio, Momiyi lo siento..tu no me amas, por mi culpa perdiste tu pureza…” después de eso volteé a verte a los ojos, peo ya no me mirabas…desde entonces no lo haces y llevas el uniforme de hombres a la escuela, como simbolizando tu sfrimiento, porque yo se que tu odias ese uniforme. En la escuela te alejas cuando me ves, no estas cómodo a mi lado, y no te culpo, después de lo que te hice…
Yuki, Kyo y Haru estaban hablando en el pasillo escandalosamente, pero Haru permanecía callado, estaba pensando en Momiyi, ya había pasado casi un mes, y seguía andando solo por los pasillos. De pronto, como si lo invocar con lo pensamientos, una figura delicada apareció por el pasillo, con el rubio cabello ondeándole al caminar, Auki lo vió y se dirigió hacia él, dejando solos a Kyo y a Haru.
-Momiyi, ven- el “príncipe” lo tomó de la mano y lo llevó hasta un aula vacía- Momiyi…¿qué te pasa? Dímelo, por favor, no nos gusta verte así.
El niño no pudo negarse ante la petición de Auki- Es Haru..-dijo con una voz quebrada, y casi al instante estaba en el pecho de Auki, llorando silenciosamente, como nunca lo había visto llorar- yo…el estaba ebrio….y sucedió…pero- el muchacho tomó aire y continuó- pero…el no lo recordaba..yo se lo dije…que lo amaba y el …me rechazó- terminó su histrria y de nuevo ocultó el rostro en el pecho de su amigo, que le acarició los cabellos delicadamente.-Yuki, …él..él..te a..ama..- sollozó y lo miró a los ojos, Yuki estaba pasmado ante la confesión sobre Haru, ya se lo había dicho muchas veces, pero no creyó que fuera verdad. Apartó a Momiyi un poco de él, cruzando sus miradas, como para saber si era verdad lo que el rubio acababa de decirle..y, en efecto, al ver esos ojos llorosos, supo que era verdad.
-Yuki..ve con él- Momiyi ya se oía más decidido, lo que le había dicho era casi una orden, lo empujó y le susurró “ve”. Yuki salió del salón dudando…pero la mirada que Momiyi le había dirigido era tan decidida, que no se atrevió a contradecirlo; corrió por los pasillos buscando ese cabello blando y negro, hasta que lo encontró en el jardín, sólo, sentado bajo un frondoso árbol que lo protegía con su sombra. Yuki se le acercó, se sentó junto a él y Haru lo miró, intentando adoptar una sonrisa, más no lo logró, y nlas lágrimas comenzaron a caer de sus ojos, el muchacho de cabe plateado lo acercó hacia él y lo consoló, sabía que Haru se había dado cuenta de que Momiyi ya se lo había contado todo, y sólo murmuro un “lo siento…yo no quería Yuki..lo siento tanto” antes de soltar un sollozo ahogado, Yuki sólo le tomó el rostro y rozo sus labios con los de Haru.
-Lo se Haru, se que no querías hacerle dano- Haru sintió como Yuki lo besaba, ese fue el mayor consuelo que pudo haber recibido.
-Yuki…Momiyi merece algo mejor…y quiero que lo encuentre pronto, no soporto verlo sufrir…-las lágrimas salieron de nuevo.
-Lo se- le dijo el muchacho besándole la frente.
Cuando volvieron a sus salones, Haru buscó a Momiyi con la mirada, se veía un poco más animado, iba a ir hacia él, a agradecerle, y a decirle que el se merecía algo mucho mejor, cuando vió a alguien cruzar la puerta…un muchacho alto, de cabello negro y piel blanca, con ojos oscuro y penetrantes, que al chocar con los del conejo se estremecieron y se volvieron dulces, se dirigió inmediatamente hacia el niño rubio que lo había cautivado y se presentó ante él y Momiyi le sonrió dulcemente, haciéndolo ruborizarse. En ese entonces Haru no lo sabía, pero ese algo mejor que Momiyi se merecía acababa de aparecer ante él.
Si no me hubieras lastimado así, no sabría lo que significa ser feliz.