Era 17 de julio por la noche y el maknae del grupo de K-Pop SHINee se encontraba solo en su apartamento de Japón. Estaba promocionando su nueva canción Sayonara Hitori con la cual había debutado como solista en el país nipón hace unas semanas, y aunque todos los días tenía una muy apretada agenda la cual le dejaba muy poco espacio de tiempo para pensar en otras cosas, hace varias horas que estaba libre y se sentía muy solitario.
Su única diversión desde hace dos horas radicaba en pasar canales en el televisor sin prestar real atención a ninguno de los programas o películas que se encontraba ahí. El sonido de la canción White T-Shirt de su hyung lo hizo salir de su aburrida burbuja y prestar atención al mundo real. Era su celular el que estaba sonando y como era de costumbre no lo lograba encontrar por ningún lado, si no fuera por la canción que seguía sonando insistentemente hubiera jurado que lo había vuelto a perder en la calle.
El chico saltaba de un lado a otro de la habitación tirando por los aires cada prenda de ropa que se veía sospechosa de ocultar debajo al desaparecido aparato. Atravesó la sala dirigiéndose directamente a la cocina, el sonido se volvía más fuerte. Miró sobre la mesada, en la palangana, debajo de los repasadores pero nada. Ya se había dado por vencido de encontrarlo ahí pues el sonido había cesado. Sacó un Banana Milk de la heladera con la intención de volver a zambullirse en el mullido sofá del living cuando la canción volvió a sonar y esta vez parecía haberse dado cuenta de donde estaba. Abrió la puerta del microondas decidido y efectivamente ahí se encontraba… junto a un sándwich que daba gracias al cielo haber olvidado de calentar.
Lo sacó y no demoró más en contestar.
-¡Lee Taemin! ¡¿Por qué no contestabas?! ¡¡Pensé que te había ocurrido algo!! – Era una video llamada de Key quien gritaba histérico del otro lado de la pantalla.
-Cálmate hyung no me pasó nada. – Contestó sonriente mientras se volvía a sentar en el sofá.
-Sí, de seguro volvió a perder su celular. – Comentó MinHo quien apareció en la pantalla junto a Key.
-Hola MinHo hyung. – Lo saludo feliz.
-Hola Taeminnie. ¿Lo estás haciendo bien en Japón? – El maknae asintió.
-Taemin-shii cuando vuelvas me traes pollo frito? –Era ahora el líder de la banda el que se sumaba a la video llamada.
-¿Qué tú no puedes pensar en otra cosa que no sea pollo frito? –Lo regaño Key.
-Es que es delicioso. –comentó Onew mientras cerraba los ojos imaginándose en una isla rodeado de pollo frito que bailaban alrededor suyo con faldas hawaianas.
-Creo que lo perdimos. – Dijo MinHo pasando su mano frente a la cara de idiota que tenía el mayor en ese momento.
Taemin solo podía reír de lo tonto que se veían sus amigos en ese momento.
-Ya concéntrense. –Gritó Kibum. – No olviden porque fue que llamamos.
-Cierto. – Dijeron al unísono Onew y MinHo.
-Uno, dos, tres. –Contó Key por lo bajo.
-¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS!!! – gritaron los tres sorprendiendo al menor del otro lado de la pantalla.
-Gracias hyungs… -pronunció un poco dudoso. – Pero mi cumpleaños es mañana.
-Sí, lo sabemos. –Comenzó MinHo.
-Pero mañana tenemos una agenda muy apretada, y no sabemos si seremos capaces de llamarte. – Dijo Key.
-Así que te llamamos hoy. – Concluyó Onew.
-Entonces, muchas gracias hyungs por llamarme hoy.
-Te queremos mucho Taemin. – Canturreaban los otros.
El maknae estaba feliz de sus hyungs se molestaran en llamarlo un día antes, pero aun así algo lo ponía triste. Alguien faltaba. No quería preguntar, pero su “Taemin interior” le ganó.
-¿Do-dónde está JongHyun hyung?
-Ni idea, simplemente se largó y no nos dijo a donde. –contestó Key restándole importancia al paradero del chico.
Taemin se vio ligeramente deprimido, cosa que a ojos de MinHo no pasó de ser percibido.
-No te preocupes Taemin tal vez manager hyung lo llamo por algo. De seguro que te volverá a llamar cuando vuelva. – le brindó una cálida sonrisa.
-Tienes razón. – Dijo Taemin volviendo a sonreír.
-Bueno Taeminnie ya nos tenemos que ir. –Puso cara triste Key.
-Sí, hoy iremos a un programa de radio. –Dijo emocionado Onew. – Tal vez nos den pollo. – Dijo con estrellitas en los ojos.
-Espero que sí, hyung. – Lo alentó el menor.
-Nos vemos Taemin, duerme bien. –Se despidió MinHo.
-Gracias hyung.
Luego de unos cuantos saludos entreverados por fin se cortó la llamada.
Tiró el teléfono al otro lado del sofá y se quedó mirando hacia la nada mientras tomaba su banana milk. Sabía que sus vidas eran ocupadas y la de JongHyun no era la excepción pero realmente le habría gustada aunque sea verlo un momento.
Hacía mucho tiempo que había decidido que el día de su cumpleaños le dejaría saber a su hyung acerca de sus sentimientos por él. Quería que su declaración fuera como en los dramas que veía durante los largos viajes de avión donde la protagonista era llevada a una cita de cumpleaños por el chico que le gustaba y terminaba el día confesándose y bueno podría terminar como una de esas películas que miraba a escondidas cuando nadie estaba en casa, pero ya habían pasado tres años y sus cumpleaños pasaban de largo sin obtener la valentía necesaria para confesarse. Ahora estaba seguro de poder hacerlo, pero las promociones de su debut en Japón se habían interpuesto en el camino y otro cumpleaños más iba a pasar sin poder lograr su objetivo.
Quería tener a su hyung ahí con él. Cerró los ojos e imaginó a los fuertes brazos de JongHyun rodear sus caderas con fuerza mientras devoraba esos apetitosos labios que poseía el mayor. Muchas veces se preguntaba si en eso pensarían las miles de fangirls de JongHyun y se ponía celoso de tan solo pensar que su hyung podía estar de esa forma o peor en las pervertidas mentes de las blingers. Al menos él podía decir que sí conocía el tacto del mayor sobre su piel por tantos años compartidos viviendo bajo el mismo techo que el adicto al skinship. Pero no quería valerse tan solo de sus recuerdos, lo quería ahí en carne y hueso y poder tocar sin la restricción de una mera amistad esos abdominales marcados que tanto se colaban en su cabeza.
El timbre de la puerta lo sacó de sus pensamientos. De seguro serían los miembros del staff con quienes trabajaba quienes habían insistido durante todo el día en salir a tomar por su cumpleaños y celebrarlo a la media noche. Al parecer negarse unas cuarenta veces no había dado resultado.
Se levantó del sofá sin muchas ganas y se acercó a la puerta para abrir, intentó ver por la mirilla, si era alguna de esas molestas maquillistas haría como si no estuviera en casa, pero no veía nada, entonces recordó que esa tarde hubo un corto circuito que quemó los focos de los pasillos del edificio y aún no los habían remplazado.
Se puso un poco nervioso por no saber quién era la persona que se encontraba del otro lado de la puerta, su pulso se aceleró al pensar que podría tratarse de un asesino o peor aún una sasaeng. Pero el edificio estaba en un barrio muy seguro y había personal de seguridad en la entrada todo el tiempo, así que no debía tratarse de nadie peligroso.
Destrabó la puerta y la abrió lentamente, si su pulso se había disparado con sus anteriores pensamientos, ahora parecía que se iba a detener en cualquier momento.
-Hola Taemin-shii. –Un sonriente dinosaurio lo saludaba desde las sombras del pasillo.
-¿Hyung?
-Aahhh te sorprendí verdad? –Dijo riéndose. – Hasta te quedaste mudo.
-Hyung, pensé que estabas en Corea.
-Lo estaba, pero ahora estoy en aquí. ¿Me vas a dejar pasar?
-Ah, claro, sí. – Se dio cuenta que lo había dejado ablando en el pasillo, así que se hiso a un lado para que su hyung pasara.
Era como uno de sus más locos sueños. JongHyun había viajado desde lejos solo por él, y ahora se encontraban completamente a solas. Tal vez este cumpleaños si podría hacer lo que tanto estuvo esperando.
-¿Estabas ocupado?
-No, no. –Lo vio tirar su mochila en el suelo y tumbarse sobre el sillón.
-Haaaay estoy tan cansado. Podes creer que el vuelo se demoró dos horas, luego hubo turbulencias durante casi todo el viaje y para rematar tuve que esperar como 1 hora más para conseguir un Taxi para llegar aquí. Nunca es tan complicado cuando vamos con los managers.
-No te hubieras molestado hyung. Tendrías que haber utilizado el tiempo para descansar.
-¿Y perderme el cumpleaños de mi Taemin? Ni hablar.
¿Había escuchado bien? Él había dicho “Mi Taemin”, tal vez solo lo dijo por decir, pero esas simples palabras lo había hecho inmensamente feliz.
-Además como el presidente de tu club de fans debía tener la exclusiva de como Lee TaeMin celebra su cumpleaños número 23. ¿No crees? –Solo atinó a reírse de los nervios, habían convivido casi 10 años de sus vidas juntos y justo ahora sé sentía como una colegiala que va hablar con su amor platónico por primera vez.
-¿Qué pasa Taemin? – JongHyun se levantó de su lugar, acercándose al menor quien se había quedado estático mirando hacia la nada.
Taemin reaccionó de golpe al sentir una mano en su frente y sintió como todos los colores se subían a su rostro al encontrarse con el rostro de JongHyun muy cerca del suyo.
-¿Q-qué haces hyung?
-Es que estabas inmóvil ahí, pensé que tendrías fiebre o algo y ahora que estás rojo… quizás si tengas un poco de fiebre. – Se veía preocupado por su dongsaeng.
-No, no te preocupes. – Se apresuró a decir. – Estoy bien.
-Bueno, entonces que te parece si pedimos algo para comer, yo invito. –Dijo guiñándole un ojo. Taemin solo sonrió asintiendo eufóricamente con la cabeza.
Esperaron pacientemente que la comida llegara mientras se ponían al tanto de todas las cosas que habían sucedido en los últimos días.
Disfrutaban de la pizza mientras se echaban un partido de futbol en el Play riéndose de cuando había alguna mala maniobra por parte del otro o cuando el juego comenzaba a congelarse y los jugadores quedaban en posiciones extrañas.
Como ninguno de los dos logró anotar un gol, el juego terminó pasando directamente a los penales y los chicos decidieron tomarse un descanso antes de seguir.
-Perdón que lo más divertido que podamos hacer en tu cumpleaños sea esto pero…
-No te preocupes hyung – Lo interrumpió Taemin. –Yo lo estoy pasando bien, además aún no es mi cumpleaños.
-Tienes razón. –Sonrió. – Oye… ¿qué te parece si hacemos este juego más divertido? – preguntó señalando la pantalla pausada del televisor.
-¿Cómo?
-Cada vez que uno erre un penal deberá hacer lo que el otro diga.
-Está bien. –aceptó el reto Taemin mientras un plan “macabro” empezaba a tomar forma en su no tan inocente mente. –Tú vas primero. –Dijo extendiéndole su mando.
JongHyun tiró y erró. Ok, el plan de Taemin estaba marchando tal y como lo había planeado
-Tu castigo será quitarte la remera hyung. –Proclamó Taemin sin titubear.
-¿Así que los 23 te están volviendo más atrevido? – bromeó Jong haciendo sonrojar un poco a Taemin cosa que hiso reír al mayor pero igualmente se deshizo de la parte de arriba de su vestimenta, dejando a la vista sus tan perfectos abdominales.
-Aún no tengo veintitrés hyung. – Se quejó Taemin.
Ahora era su turno. Tiró y también falló.
-Bueno así que ahora es mí turno de castigarte. – Dijo JongHyun riendo mientras se acercaba sospechosamente a Taemin.
-¿Hyung?
JongHyun se abalanzó sobre Taemin en un brutal ataque de cosquillas.
El menor no podía ni respirar bien de tanta risa y JongHyun no tenía ni la menor intención de detenerse.
-Jajajaj basta hyung jajajaja basta, basta jajaja.
Luego de unos largos minutos de risas, súplicas y cosquillas ambos quedaron tumbados en la alfombra tratando de recobrar la respiración. Taemin tenía la espalda pegada el desnudo torso de JongHyun y podía sentir como este subía y bajaba con su respiración. El menor se dio vuelta quedando cara a cara con Jong quién lo miraba divertido, respirando agitado.
-Hyung fuiste muy malo conmigo. – Pronunció Taemin inflando los cachetes.
-Lo siento, es que es muy divertido molestaste. –Dijo apretándole los cachetes con una mano para que soltara el aire haciendo un divertido sonido. Siguió sosteniéndolo del rostro mientras los miraba tiernamente y a Taemin se le aceleraba el corazón.
“Es ahora o nunca” Se dijo mentalmente Taemin dispuesto a aprovechar la oportunidad para poder lograr su cometido de una vez, bueno, eso si lograba que su hyung le soltara el rostro para poder hablar, pero debía admitir que no le molestaba en absoluto ese contacto.
“¿Cómo debería empezar? Quizás… Hyung, hace mucho tiempo que yo… No, no, no. Hyung tengo algo que… no, así tampoco. Hyung yo…”
Sus pensamientos se vieron interrumpidos. ¿Pero qué...?
JongHyun, sin soltar a Taemin, acortó la distancia entre sus rostros uniendo sus labios en un cálido e inocente beso. Los ojos del menor se abrieron de par en par al darse cuenta de lo que estaba pasando.
Al cabo de unos segundos JongHyun pareció darse cuenta también de lo que estaba haciendo y se separó rápidamente.
-L-Lo siento Taemin-shii… yo no… -No pudo seguir disculpándose porque el menor se abalanzó quedando sobre él, volviendo a unir sus labios en lo que ahora era un beso un poco más profundo. Sus labios se movían sobre los del mayor y este correspondió enseguida enredando una de sus manos en el negro cabello de Taemin y pasando la otra por su espalda baja atrayéndolo más hacia él.
Al cabo de un rato debieron separarse por falta de aire.
JongHyun no podía dejar de ver el sonrojado rostro de Taemin, sus ojos parecían brillar más que las mismas estrellas y su boca entre abierta respirando entrecortadamente lo invitaba a sumergirse nuevamente entre esos carnosos labios y violarse por completo esa hermosa boca.
Taemin, al notar que estaba siendo observado insistentemente se acurrucó en el pecho de JongHyun escondiendo su sonrojado rostro en el cuello del mayor.
-¿Taemin? –trató de llamar su atención, pero él no contestó, solo se acurrucó más.
El mayor acarició su espalda lentamente mientras paseaba la mirada por distintas partes de la casa tratando de entender que acababa de pasar. Terminó fijándose en un reloj de pared que marcaban la media noche más cinco minutos. Sonrió mientras acariciaba el suave cabello de Taemin.
-Feliz cumpleaños. – Susurró contra su oído. Pudo sentir como el cuerpo de Taemin daba un respingo al sentir su aliento tan cerca.
-¿Ya es media noche? – Sintió como Taemin preguntaba aún pegado a su cuello.
-Sí, ya es dieciocho. Oficialmente ya tienes veintitrés. –Hiso una pausa. -¿Dime cuándo fue que creciste tanto? ¿Eh? –Preguntó dejando escuchar una pequeña risa.
-Hyung… - susurró contra su cuello.
-Dime.
Taemin se separó un poco, lo suficiente para poder verlo a los ojos.
-Yo…yo…-trataba de decir con sus mejillas totalmente rojas.
-Me gustas. –Concluyó la frase JongHyun.
-¿Eh? –Se veía sorprendido.
-Era lo que ibas a decir ¿Verdad?
-Yo…
-Tú también me gusta Taemin, y mucho. –Pronunció acariciándole la mejilla. –Supongo que solo necesitaba una ocasión como esta para poder decirlo finalmente.
Taemin lo miró con los ojos bien abiertos y contra todo pronóstico le dio un golpe en el hombro y se quitó de encima sentándose en el sillón enojado. JongHyun se sorprendió ante tal reacción del maknae y se arrodilló frente a él para quedar a la altura de su rostro.
-¿Qué pasa Taemin-shii? ¿No era eso lo que me ibas a decir? – Taemin no contestó. –L-lo siento… yo pensé que… también te gustaba por eso yo… yo dije esas cosas – trataba de excusarse el mayor sintiéndose haber metido la pata hasta el fondo. – Pero si tu no…
-¡Claro que me gustas tonto! –gritó Taemin sorprendiendo al mayor. – ¡Pero no es justo que tú lo dijeras primero! – El rostro de JongHyun demostraba que no entendía el porqué de esas palabras. - ¿Sabes cuánto tiempo he planeado decírtelo? ¿Cuántos años han pasado sin lograr tener el valor suficiente? Y ahora… al final… no pude decirlo primero. –Unas lágrimas amenazaban con salir de sus ojos.
JongHyun se conmovió ante tal escena. ¿Cómo podría ser que un hombre, de ahora veintitrés años, fuera tan increíblemente tierno?
-Quiero que me lo digas. –Pidió JongHyun.
-¿Eh?
-Dilo. Dime que te gusto. Por favor, necesito oírlo. –Dijo con voz ronca casi susurrando contra los labios del menor.
-Hyung… me gustas. –Jonghyun junto sus labios en un pequeño beso.
-Dilo otra vez.
-Me gustas. –Lo volvió a besar.
-Otra.
-JongHyun hyung me gustas. – JongHyun comenzó a devorar su cuello a besos causando escalofríos en el menor.
-Dilo más, vamos. Una por cada vez que me lo quisiste decir y no pudiste. –Le pedía mientras se encimaba al cuerpo del otra haciéndolo, de a poco, recostar contra el tapizado del sofá.
-Tú… ahh.. me…ahh mmmggg …. Me gustas mucho. – Taemin tomó la cabeza de su hyung obligándolo a mirarlo a la cara. – Yo te amo hyung. –Expresó sus sentimientos más sinceros al fin.
JongHyun lo miró sorprendido mientras su corazón se aceleraba cada vez más por la mezcla de emoción y excitación que le provocaba escuchar esas palabras de la persona que más esperaba escucharlas, para luego fundirse con el otro en un largo y apasionado beso lleno de sentimientos sinceros.
La ropa en ese momento les parecía un estorbo y como toda cosa inservible terminaron prontamente en el suelo haciéndole compañía a la remera de JongHyun que descansaba ahí hace un tiempo ya.
Los besos y gemidos inundaban la habitación mientras que la temperatura iba subiendo conforme se acercaba a aquel sillón de la sala.
-Ahh… Taemin ah…. No puedo más… ¿Me dejas? Te prometo ser amable.
Taemin asintió sonrojado mientras JongHyun depositaba un beso en sus labios. El mayor sacó sus dedos del interior del Taemin luego de una minuciosa preparación. Esta era su primera vez y no quería lastimarlo.
Separó las piernas del menor poniendo una de ellas sobre su hombro por la falta de espacio del apretado lugar. Le hubiera gustado hacerlo en una cama como se debía pero no podía aguantarse más como para cambiar el escenario en ese momento.
-Tal vez duela un poco al principio… pero debes soportarlo ¿sí? Pronto se sentirás bien, te lo prometo. – Dijo tratando de transferirle confianza.
-Confío en ti hyung. –Dijo con el rostro entregado al placer que había sentido y que ahora sentiría con más intensidad.
Su inconscientemente seductora voz hiso mella en el autocontrol de JongHyun quien tuvo que poner mucha fuerza de voluntad para no penetrar al pequeño de una sola y potente estocada.
Luego de unos segundos ya había entrado por completo en Taemin y tuvo que resistir a moverse para que el menor pudiera acostumbrarse a la intromisión.
Supo que el permiso para moverse le había sido otorgado cuando las caderas de Taemin comenzaron a empujar contra el en busca de nuevas sensaciones. No perdió ni un segundo más para empezar a un suave pero firme vaivén saliendo y entrando de Taemin con un ritmo constante arrancando fuertes gemidos de la boca del bailarín y propia. Con forme pasaban los minutos las estocadas se iban volviendo más rápidas sintiéndose que se vendría pronto con lo que empezó a masturbar el miembro de Taemin que había quedado falto de atención. El menor lo único que podía hacer era cerrar los ojos mientras clavaba las uñas en los costados del sofá sintiendo las oleadas de placer constante que le estaban llegando una tras otras sin dar tregua.
-Abre los ojos por favor… - pedía JongHyun acercándose para besarlo. Taemin obedeció dejando ver esos ojos que brillaba por unas pequeñas lágrimas que se atrevían a salir de vez en cuando.
El mayor hizo que pasara sus manos por su cuello y se agarrara con firmeza mientras lo sostenía fuertemente de la cadera con ambas manos mientras intentaba llegar más profundo. Los gemidos de que Taemin dejaba salir contra su oído lo estaba volviendo jodidamente loco y el olor del cabello de su hyung combinado con todas las sensaciones que sentía hacía sentir al menor en el mismo paraíso, podría morirse en ese mismo momento y no lo lamentaría.
-Me- me vengo… - pronunció con dificultad JongHyun mientras aceleraba las estocadas con demasiada necesidad.
-Hyu-hyung.. ahhh.. ahh
Un fuerte grito por parte de los dos retumbó en las paredes del apartamento al venirse el mismo tiempo, Taemin entre sus cuerpos y JongHyun inundando el interior de este.
JongHyun calló rendido sobre el pegajoso cuerpo del menor mientras trataban de acompasar sus respiraciones.
-Lo siento Taemin, me vine dentro de ti.
-No te preocupes, hyung, no importa si eres tú. –Dijo con una sonrisa cansada en su rostro. JongHyun lo miró con ternura y luego soltó una pequeña risita.
-¿De qué te ríes? –Preguntó un poco molesto el chico.
-Me acabo de dar cuenta de que no te compré nada por tu cumpleaños. – Ahora era Taemin el que se reía.
-Tonto, ya me has dado el mejor regalo… tu amor. Bueno… tu amor y algo más. – Agregó mirándolo pícaramente.
JongHyun sonrió volviéndolo a besar pero de una forma dulce sin ningún rastro de lujuria.
-Te amo Taemin.
-Yo también hyung.
Volvieron a fundirse en un dulce beso antes de caer presos del cansancio mientras compartían no solo un cálido abrazo, si no que compartían un bello amor que acababa de florecer.