La fina luz colándose entre las cortinas, los primeros rayos al amanecer de un nuevo día. ¿Cuándo había llegado la mañana a ellos? No podía estar seguro, lo único verídico y constantes para él sin duda era aquel delicado cuerpo cubierto por las sabanas de la cama con delicada piel de porcelana y una abundante cabellera rubia, el dueño de sus días desde que sus miradas se encontraron en aquella fiesta en casa de su extravagante amigo Kibum, una sonrisa curvó sus labios sin poder evitarlo.
~~~~ FlashBack ~~~~
En aquella ocasión como muchas otras en las cuales los padres de Kibum se ausentaban del país, una fiesta tenía lugar en la casa del Kim de mirada gatuna, como era de esperarse sus mejores amigos estarían presentes en primera fila. MinHo como cada que podía trataba de molestar a la pequeña Diva con una negativa a sus descomunales fiestas.
-Anda Rana, sabes que quieres ir y no será lo mismo sino estas ahí – Insistía el de mirada gatuna, Choi tratando de no reír y hacerse el difícil solo negó con la cabeza, el rubio de observo de forma amenazadora, antes de que hablara Onew el mayor de los cuatro intervino.
-Vamos amorcito, sabes que siempre podemos hacer un trio- Todos estallaron en risas ante el comentario del mayor, si bien una de las razón de su negativa era el hecho de ver siempre a sus amigos demasiado acaramelados con sus parejas dejándole de lado, siendo presa de cada chica en la fiesta hasta hartarle. Bufo rodando los ojos
-Bien iré y no por tu propuesta Onew, que sepas que Joon no es para nada mi tipo- nuevas risas inundaron el pasillo de la facultad. La fiesta sería esa noche y por lo visto, sería un “hasta que el cuerpo aguante”. Cada chico tomo su camino después de despedirse, pues según la Diva del grupo, debían lucir de forma adecuada o de ninguna manera les dejaría entrar, deteniéndose en hacerle énfasis al más alto de todos, MinHo bufo por lo bajo su amigo podría llegar a ser tan quisquilloso ¿Cómo JongHyun podía soportarle los cambio?.
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Aquella noche llegó a la enorme casa Kim pasadas las 10 p.m, la fiesta apenas comenzaba y parecía que ni un alma más podría entrar en aquel lugar, la música retumbaba, los cuerpos danzando venían de un lado a otro tanto dentro como fuera, abriéndose camino entre la multitud animada y algo embriagada por el alcohol en sus cuerpos, logro introducirse en aquel mar de personas y localizar a sus amigos junto a la barra, saludo con un apretón de manos a JongHyun, Onew y Joon, preguntando algo desconcertado por la ausencia del gran Kibum.
-Oh, esta aun arriba- Contesto Jong dando un sorbo a su bebida. Aún más extrañado levanto una de sus cejas ahora observando a Onew, ya que no parecía que obtendría respuesta del perrosaurio de su amigo.
-Onew ¿me dirás algo?, el perro se rehúsa a cooperar- El mayor solo pudo reír ante la diversión.
-Te diré que sabemos lo mismo que tu Minho, al parecer Jong hoy es el encargado y eso lo tiene de mal humor, desde que llegamos hace una hora ni rastro de Key por ningún la.. – Las palabras de su mayor se vieron interrumpidas y ahora su atención se centraba en las escaleras tras él, al notar la sorpresa en los tres rostros y ver a Jong levantarse de su lugar para avanzar a otro lugar, su cuerpo giro por inercia.
Mientras JongHyun prácticamente corría entre los cuerpos para llegar hasta las escaleras donde ahora se podía ver a un radiante Key sosteniendo la mano de una delicada figura, mientras el de mirada gatuna se lanzaba a los brazos de su novio como si no se hubiesen visto apenas hace unas horas. En el momento que aquellos ojos brillantes y llenos de inocencia se encontraron con los suyos. Negro y avellana, de un momento a otro, sin tener idea como la única distancia que les separaba eran solo centímetros. Sintió el corazón al recibir aquella sonrisa tímida. Sintió su mundo colisionar y volver a formarse en un solo segundo.
-Hola, soy MinHo, Choi MinHo- aquellas suaves mejillas se tiñeron de un ligero color carmín antes de contestar
-Hola MinHo, soy TaeMin, Lee TaeMin- TaeMin extendió una de sus manos y MinHo sin dudarlo un solo segundo, la tomo con delicadeza dejando un beso en su dorso. Aquella noche el mundo cambio para ambos. TaeMin fue presentado como el primo de Key quien era menor que ellos contando apenas con dieciocho años. El intercambio de miradas entre el chico rubio de ojos avellana y el moreno s3e dieron toda la noche. Con el paso de los días, era innegable la atracción entre ellos así como el interés de ambos en algo más que una simple amistad.
Entre regaños de Key por ser un asaltacunas al “atacar a su TaeBaby” y algunas escapadas de ambos menores, los sentimientos fueron tomando forma, poco a poco hasta ser algo innegable.
~~~~End Of FlashBack~~~~
Al sentir el pequeño cuerpo removerse bajo las mantas y apegarse más a él, una sonrisa se apodero de sus labios, su pequeño estaba despierto ya. Al centrar sus ojos en la rubia melena y ver la somnolienta mirada avellana, toca su mejilla con sumo cariño y cuidado, recibiendo un abrazo por aquellos cálidos brazos, comenzando a dejar un sendero de besos desde su frente, pasando por la suaves mejillas, nariz y deteniéndose en los dulces y cálidos labios color cereza. Las suaves risas del menor no se hicieron esperar.
-Buenos días pequeño dormilón –Susurro la ronca voz de MinHo en tono bajo, apartando un rubio mechón de la frente ajena.
-Buenos días señor madrugador- susurra un aun somnoliento TaeMin con las mejillas rojas. Aun sin ánimos se pone en píe, saliendo de la cama temblando de forma ligera ante el frío contra su piel. MinHo sonríe al verle caminar de forma perezosa al baño, vistiendo solo la camisa que él había usado la noche anterior. Se pone en pie y sigue a su novio estirándose un poco, debía preparar el desayuno. Al estar frente al cuarto de baño y encontrarlo abierto, no duda en rodearle la cintura por detrás, colocando las manos sobre el plano y cálido vientre, así como la barbilla en el estrecho hombro, deja un beso en su mejilla y sonríe de lado al verle cepillar sus dientes con su cepillo.
-TaeMin… ¿Cuándo dejaras tu cepillo de dientes aquí? – El menor solo atina a dejar escapar sutiles risas, continuando con su labor y acariciando las manos de su novio con cariño.
-¿Para qué traerlo si tengo el tuyo?- la sorpresa y risas inocentes no se hicieron esperar en aquella mañana.